Archivos para November 30, 1999

Los artículos 175 y siguientes del Reglamento del Congreso de los Diputados regulan la “moción de censura”, que deberá ser propuesta, al menos, por la décima parte de los Diputados, en escrito motivado dirigido a la Mesa del Congreso y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno que haya aceptado la candidatura.

Los elementos formales y reglamentarios de la moción de censura están expresamente regulados en el Reglamento del Congreso, pero no lo están los elementos políticos. Y una moción de censura es, esencialmente, política. El hecho de que el partido franquista VOX haya “anunciado” su presentación en septiembre (¿a comienzos, a mediados, a finales?) es un elemento político de importancia. Hacen el anuncio para conseguir que los mal llamados medios de comunicación que le son altavoces, puedan seguir publicando libelos, manipulando informativos, para así tratar de que su anuncio llegue sin respiración asistida al Congreso. Porque de lo que se trata, con la anunciada moción de censura contra el gobierno de coalición es dar de comer a tanto mal llamado periodista que degluten con fruición toda clase de detritus y porquerías.

Una vez planteada la moción de censura como un anuncio pagado para que coman los cerdos en las porquerizas de libelos, televisiones y radios, queda la segunda parte. Y la segunda parte no es otra que arrastrar a esas cochiqueras a un Partido Popular que carece de pulso, que es inane, que carece de un líder que sepa las cuatro reglas. Cuando el líder del partido popular no es más que un milagro que se sostenga de pie.

Porque lo que pretende el partido fascista es pasar por caja, hacer pasar por caja al PP para que pague los servicios prestados. El apoyo con el que el PP “gobierna” Andalucía, Madrid, Murcia, Castilla y León, no es gratis. Como diría la profesora de Fama: “ahora, con la moción de censura, es cuando vais a empezar a pagar”.

La moción de censura, que formalmente solamente puede presentarse contra el Gobierno, en este caso no es más que una OPA hostil lanzada desde la bravuconería de los rancios tercios fascistas contra las débiles huestes de la mal llamada derecha tradicional. Los discursos de Casado, Rafael Hernando, Cayetana, Aznar, en nada disienten de los proferidos por Abascales, Espinosas y Ortegas. Son los mismos discursos lanzados unos desde una estructura de partido convencional y otros desde las colinas yermas de cultura del fascismo.

En política, las mociones de censura no se anuncian (salvo que el anuncio en sí sea la finalidad, como es este caso). Las mociones de censura se presentan, se debaten y se votan.

Tener dos meses de anuncios diarios en los libelos (El Pais, ABC, La Razón, El Mundo) o en las puertas de las cochiqueras (A3Noticias, InformativosT5, Informativos4, Canal Sur…) es estar vertiendo las cáscaras vacías de las sandías a los cerdos para que se alimenten. Y así vemos cómo los años no pasan por algunos periodistas si no fueran por el engorde de sus carrilleras.

En septiembre, si Abascal continúa con su OPA hostil para hacerse con el control del 100% del accionariado del PP, veremos cómo uno de los mayores propietarios de Génova, 13, José María Aznar, se decanta por el pupilo de Esperanza.

Y Pablo Casado descolgará sus falsos títulos y comenzará a peregrinar de porqueriza en porqueriza buscando un poco de comida.

Vale.

Cáceres, la capital de la provincia, es una ciudad peculiar, sobrada de provincianismo, pero llena (dentro de lo que cabe) de funcionarios, camareros y pensionistas (también muchos pensionistas que fueron funcionarios). Morfológicamente, podría decirse que es un pueblo con rotondas.

El gobierno de la ciudad ha estado, desde 1995 (salvo la legislatura 2007-2011), gobernada por un Partido Popular lleno de (dentro de lo que cabe) de funcionarios, cofrades y abogados.

Desde 2019, junio de 2019, el gobierno de la ciudad lo ejerce, como minoría mayoritaria, el PSOE. Y en un año, el actual gobierno municipal debería haber resuelto, de una vez por todas, todos los problemas que tantos años de gobiernos de derechas no solamente no resolvieron, sino que ni siquiera enfrentaron. Y ello con los últimos 5 meses inmersos en una pandemia, la del coronavirus, a la que los científicos no parecen poner fin.

Pues bien, uno de los causahabientes del Partido Popular, el actual portavoz y perdedor claro de las últimas elecciones municipales, un tal Mateos, va a plantear en el pleno que se resuelvan todos los males que aquejan al comercio local.

Paseo de Cánovas. Cáceres.

Que estamos en medio de una pandemia… a ellos, a los del PP, les da igual. Los asuntos que ellos no fueron capaces ni ver de lejos, han de ser resueltos en quince días.

Que la ciudad padece un retraso (ya endémico) de varias décadas sin saber qué hacer con el comercio local… a ellos, a los del PP, ni mirarlos. Nunca han tenido nada que ver con ese deterioro.

Además, el planteamiento que el portavoz del partido perdedor de las elecciones, es una moción al pleno llena de lugares comunes, tópicos, como rescatando textos de la hemeroteca histórica que tanto me gustan a mí. Saben que la moción se la leerán los concejales, la debatirán, seguramente, después de un tira y afloja sin chicha, hasta se apruebe por consenso.

Pero saben, también, que si eso sucede, nada cambiará.

Para que una ciudad provinciana, cerrada por falta de uso, como su comercio, despierte, el primer paso sería arrojar con aspavientos la burocracia política (que también la hay) y no hacer caso a mociones que están hechas con la desgana del que va a comprar plátanos y el frutero le dice que no tiene, que tiene bananas. Y con tal de no ir a otra frutería, aunque esté a 10 metros de distancia, se lleva las bananas.

La ciudad necesita un punto de arranque doble: por un lado, una ciudadanía, una parte de ella que sea medible, cuantificable, que quiera apostar por el futuro, y, por otra, un liderazgo social y político que debiera ser ejercido por el actual equipo de gobierno, joven y determinado.

Y la primera medida, no aprobar la moción “de compromiso”, de decir “hemos cumplido y hasta otra” que plantea el partido perdedor de las últimas elecciones, y concitar en torno a un ayuntamiento socialmente fuerte y comprometido a todos aquellos ciudadanos que estén dispuestos a ser comprometidos con la ciudad.

Vale.

Tras las elecciones generales del 28 de abril, el histrión Rivera se autoproclamó líder auténtico de la oposición, frente a un Pablo Casado autor del mayor hostión de la derecha. Al mismo tiempo, reafirmó, ya como líder carismático de la derecha, su oposición al sanchismo con el cordón sanitario a todo lo que pudiera venir del presidente del gobierno Pedro Sánchez. A pesar de ello, de su histriónica dureza, no ha dejado de ser una de las derechitas cobardes para Abascal y sus compinches.

Ahora, tras las autonómicas y municipales del 26 de mayo, parece que la cosa puede cambiar. El autoproclamado jefe de la oposición no ha conseguido con su partido dar el sorpasso al PP y continúa siendo la tercera fuerza política. Conviene plegar velas, donde pueda, y desplegar otras en las que encontrar viento favorable. La veleta es lo que tiene, que se mueve según le da el aire, aunque en el caso de Rivera, ha terminado pareciendo más un molino de viento.

Los resultados electorales pueden llevar, si es que Rivera fuera capaz de marcar una estrategia más allá del siguiente café con Susanna en Espejo Público, a plantearse el sorpasso al PP por la vía de las esferas de poder. En muchos sitios (CC.AA., ayuntamientos)  su condición de tercera fuerza política aboca a Ciudadanos a formar trifachitos como el andaluz, con la particularidad que ahora Vox reclamará cuotas de gobierno y ser apoyo aéreo. Esta situación hace que el PP refuerce, si se consuman los trifachitos, su poder frente a Cs, y que Casado pueda decir que tiene más poder territorial que Rivera.

El sorpasso de Cs al PP puede venir por la vía de limitarle esas cuotas de poder que a histriónicos como Rivera le pueden subir el ego. Además, con el valor añadido de que el PP, tras perder la mitad de sus diputados en el Congreso, si sigue perdiendo gobiernos autonómicos y ayuntamientos, el hambre canina entrará por la puerta de Génova, 13. Y ahí, en esa magra economía popular puede estar la victoria de Rivera sobre Casado.

También es preciso tener en cuenta que el hecho de que Vox ahora reclame entrar al reparto de cuotas de poder y no solo a tutelar desde fuera (como en Andalucía) los gobiernos autonómicos y municipales tiene mucho que ver con los números: en las generales del 28A consiguieron 2,27 millones de votos. En las europeas del 26M, 1,38 millones, y en las municipales del mismo día, unos 650.000 votos. Es decir, que buscan llevar a consejerías y ayuntamientos a sus fieles en la perspectiva, nada clara a cuatro años vista de que su implantación, pudiera no ser la deseada.

El histrión Rivera tiene hasta el día 15 de junio, cuando se constituyan los ayuntamientos, para levantar el cordón sanitario al PSOE y tragarse unas cuantas dosis de ricino en forma de declaraciones que querrían hacer desaparecer de las hemerotecas. Si por el contrario, decide continuar en la senda andaluza, terminará siendo un correveidile de Casado, y teniendo en el cogote el resoplar de Vox.

Las tres derechas, en realidad una sola hasta ahora, puede disolverse, puede dejar de ser un solo muñeco con trajes intercambiables y abrirse en canal, dejando pasar el aire entre ellas.

Para Rivera, cualquier día será lunes otra vez si mantiene la veleta en punto fijo.

Vale.

La dura campaña electoral para las elecciones generales del 28 de abril, ha supuesto un revés importante para la derecha, que se presentaba con tres vestidos diferentes, pero con un único muestrario de argumentos, simples, falsos y endebles. El mayor damnificado ha sido el PP, liderado por el sinsorgo Casado, que ha perdido 71 escaños y ha quedado, como segunda fuerza política en el Congreso con 66, uno menos de la mitad de los que ha obtenido el PSOE encabezado por Pedro Sánchez.

La debacle de la derecha ha obligado a los tres muñecos que representaban cada uno de los vestidos a fijar posiciones: Albert Rivera se ha autoproclamado, a lo Guaidó, como jefe de la oposición, cuando por matemática parlamentaria ese honor le corresponde al PP. Santiago Abascal, con unos resultados mucho más cortos de los que sus sirenas le zumbaban en los oídos, ha apostado, en principio, por mantenerse inmóvil en su caballo.

Pero todo se vino abajo cuando Pablo Casado, empujado por su corte (de la que ha expulsado al lanzador de pipos de aceituna y a Javier Maroto), decidió cometer dos errores: el primero, desplazar hacia la izquierda a Ciudadanos, a los que calificó de socialdemócratas, y dejar a Vox como única ultraderecha. Además, de paso, recordó a Pelayo Abascal sus miles de euros en mamandurrias gracias a que estaba en el PP.

La campaña electoral que se jugaban los tres monigotes de la derecha parecía que se habían dedicado a arrojarse unos contra otros, aplicándose entre ellos la misma política de tierra quemada que los tres han aplicado, a su vez, contra Pedro Sánchez (“cordón sanitario”).

Lo que el domingo 28 de abril por la noche parecía una situación de tierra quemada contra el PSOE, se ha vuelto por obra y gracia de los mismos tres petimetres, en una durísima batalla que puede resultar cruenta. De momento, Casado “libera” a los candidatos de su partido a hacer campaña sin el paraguas de las siglas. Seguramente, muchos ya han entendido que las siglas PP están agotadas.

Afirmar que Vox es la ultraderecha única y verdadera (y de paso, llamar pancista a Santiago Abascal durante sus años de mamandurria y chiringuito populares) ha tenido el efecto de hacer temblar la silla de Juanma Moreno, que no sabe si la amenaza de quien le dio el gobierno andaluz va en serio o no, pero que tiene la virtualidad de que nos hará pasar un mes de mayo, hasta la noche del 26, subidos en un tobogán de amenazas y recados mafiosos sobrevolando San Telmo.

Rivera, autoproclamado jefe de la oposición, podría, aunque es más que improbable, esperar como los guepardos de La 2 antes de atacar a su presa cuando se acerque a beber el día que se constituyan el Congreso y el Senado. Entonces, volverá a blandir su gran y superfluo ego.

Y seguimos en campaña, y volveremos a encontrarnos, en cada municipio, en cada comunidad autónoma, con los mismos mensajes de la derecha, lanzados por los tres muñecos que la encabeza y volverán a ahondar tajos entre ellos, porque con las animaladas que dicen parecen perros marcando territorio.

De todas formas, los supuestos navajazos entre las tres derechas pueden saltar por los aires si antes del 26 de mayo algún juez determina, informe de la UCO en ristre, que la reina de las ranas debe pasar por sede judicial a deponer como investigada. Entonces, la derecha (incluido Ciudadanos, que ha engordado sus listas con ratas huidas del PP) entrará en shock. Los tres muñecos aparecerán manchados con mamandurrias y chiringuitos.

Y la tierra quemada los sepultará.

Vale.

En la larga serie de entradas con este mismo motivo de “Cáceres, cerrado por falta de uso”, he tenido en varias ocasiones comenzados textos sobre la Casa Mirón, en cuya fachada figura un metacrilato que la define como “Museo Municipal”. No he completado las entradas porque siempre había creído que el hecho de que no estuviera abierto de modo permanente, se había debido a diversas obras de reforma, en una primera fase, y otras posteriormente, en la creencia de que cuando la situación económica mejorara, pudiera, finalmente, dedicarse a lo que dice el metacrilato.

Sin embargo, ahora que parece que hay crédito presupuestario para unas obras que serían las finales,  resulta que esas obras están encaminadas a que el edificio se ceda (con los eufemismos contractuales que se quiera poner) el edificio a una asociación privada.

En primer lugar, si eso se hace así, debe eliminarse la placa de la fachada, porque no lo podrán llamar museo municipal.

En segundo lugar, porque parece que el actual equipo de gobierno (el PP, claro) definitivamente hace abandono de sus obligaciones y larga el edificio, convenientemente reformado, para sea una asociación la que haga y deshaga según sus criterios, y por mucho que ahora publicite que estará abierto a todas las iniciativas, no será así. Su chiringuito.

¿Por qué Cáceres no tiene ni va a tener un museo municipal? Son múltiples las razones. La principal, la desidia de los que han gobernado y gobiernan la ciudad. En estos días, dentro de las publicaciones del Museo de Cáceres (Museo Provincial) se publica un trabajo del profesor Cerrillo, que analiza el manuscrito que con el título “Abreviatura histórica”, el licenciado Juan Rodríguez de Molina redactó para compilar, hasta la época en la que él vivió la historia de la ciudad.

De aquella historia quedan pocos materiales para llevarlos a un Museo, salvo los que se conservan en el Provincial de la Casa de las Veletas y algún objeto (el pendón de la ciudad) en el Ayuntamiento y poco más.

Cuando en la información publicada en el diario Hoy sobre las “negociaciones” del Ateneo con el ayuntamiento se habla del edificio se dice que son 500 m2 la superficie del inmueble. La ficha catastral detalla que son 432 m2 de superficie del solar y 1.062 m2 la construida. O la información del periódico es errónea o lo es la ficha catastral.

Un inmueble de estas características, con una amplia superficie, aunque sea incómoda (ya cuenta al menos con un ascensor para ayudar en la accesibilidad) debiera ser objeto de un esfuerzo (¡qué cosas se le piden a los concejales!) que lleve a que la ciudad, que pretende ser referente cultural, cuente con un museo propio.

¿Tan pocos bienes muebles de valor cultural o histórico tiene el Ayuntamiento para que no se pueda, sobre ellos, ampliar con cesiones o donaciones particulares para que pueda conseguirse?

¿Tan escasa es, de verdad, la historia de la ciudad como para que no pueda ser exhibida, a través de sus vestigios museables, de sus documentos históricos, de los propios bienes muebles de propiedad municipal?

¿Tan magros son los esfuerzos que quienes gobiernan el Ayuntamiento abandonen la historia de la ciudad a su suerte? Porque en la misma información de prensa se dice que, cuando el Ateneo gestione el inmueble (1.062 m2 construidos) “el proyecto contempla que haya una sala de almacenamiento de enseres de Cultura, pero ya no se exhibirán las piezas que forman parte de la historia de la ciudad. Albergaba 140 piezas históricas relacionadas con la vida de la ciudad, con valor sentimental, algunas poco conocidas como la espada del General Ezponda, los trajes de los maceros del siglo XVII o la maquinaria antigua del reloj del Ayuntamiento.

Si la gestión de la cultura por parte de los que ahora gobiernan es deshacerse de ella, arrinconar a una sala oscura de almacén la historia de la ciudad, para que un colectivo de sabios haga de su capa un sayo, y por parte de quienes están en la oposición la respuesta a esa dejación de obligaciones sea el silencio, estaremos concluyen que, de verdad, hemos terminado por cerrar la ciudad por falta de uso y arrojado a un pozo siniestro las llaves.

Vale.

Cuando ya ha pasado una semana de la concentración, el 18 de noviembre, de extremeños en Madrid, y cuando de nuevo el maltrato de Renfe/Adif/Ministerio vuelven a ser noticia, se hace más patente que el comodín del público se ha agotado.

En el diario regional HOY de hoy mismo se incluye un reportaje con las opiniones de varios de los firmantes del Pacto por el Ferrocarril, y una premisa: todo el futuro se fía a los Presupuestos Generales del Estado. Como si eso fuera una novedad.

Leyendo el reportaje, da la sensación de que no habría hecho falta, siquiera, de que el periodista hubiera contactado con los representantes de UGT, CCOO, PSOE, PP… para saber cuáles serían sus posiciones. Son de un estándar que echan para atrás.

¿Cómo fiar todo a lo que el gobierno central incluya, voluntariosamente, en unos PGE que de momento ni están ni se esperan porque el PP de Mariano Rajoy es incapaz de negociar, de dialogar y su adn solamente tiene el cromosoma de la imposición?

 

En el reportaje del diario HOY (http://www.hoy.es/extremadura/despues-20171124192935-nt.html) la posición más clara, más hipócrita y más falsa es la de García del Moral, del PP y ex miembro del “gobierno de los mejores” del muyayo Monago. Afirma que “lo que nos llega de Madrid” es que en los PGE habrá dinero para el tren a Extremadura. No, eso, a día de hoy, es una falsedad de sal gruesa. Lo que les dicen de Madrid es que hagan el paripé, que en los PGE pondrán lo que les parezca (el papel lo aguanta todo) pero que ya verán si de verdad invierten lo que es necesario. Y, además, el señor García del Moral usa el chantaje al PSOE para que se aprueben los PGE. Comportamiento mafioso de la escuela de Génova.

Para reivindicar el tren en Extremadura no será necesario cortar el tráfico ferroviario, porque ya se corta solo. Para reivindicar el tren en Extremadura no será necesario recurrir al comodín del público: será necesario que sea “el público”, que seamos los ciudadanos los que tomemos la iniciativa.

Me gustaría conocer los datos de cuántas reclamaciones se presentan diariamente en las ventanillas de Renfe, en su página web, por usuarios del tren en Extremadura. Y, también, cuántas son atendidas, cuántas son resueltas a satisfacción de los usuarios. Porque nos podemos llevar la sorpresa de que no todos, ni siquiera un porcentaje significativo de los viajeros afectados presentan reclamaciones.

También me gustaría que la Administración regional, en el ejercicio de sus competencias, inspeccionara la calidad de los servicios que presta Renfe. Porque la Junta de Extremadura tiene competencias en materia de usuarios y consumidores. Y que esas inspecciones derivaran en sanciones. No es lo mismo que una manifestación corte una estación y paralice (aún más) el tráfico ferroviario que si un tren es inmovilizado por incumplimientos de Renfe en materia de usuarios y consumidores. La acumulación de sanciones leves, menos graves y graves pueden dar lugar a ilícitos penales.

También me gustaría que la Junta de Extremadura, competente en aplicación de las normas de accesibilidad y en la protección a la discapacidad inspeccionara los trenes. Y si no cumplen las normas, inmovilizarlos. Y si Renfe insiste en incumplimientos en estas normas, aplicar el artículo 510 del Código Penal.

La concentración del 18N no ha servido más que para unas portadas, algún reportaje de tv y nada más. No ha servido para conseguir ningún compromiso ni, dada la indolencia proverbial “del pueblo extremeño”, una concienciación real que movilice a los ciudadanos.

Confiar en que el gobierno del PP dé un trato digno a Extremadura en los PGE y que luego quisiera cumplirlos, es ser demasiado ingenuos. Y los extremeños seguimos siéndolo. Del gobierno central poco se puede esperar, y de un partido como el PP, que siempre nos ha despreciado, menos aún.

El tren digno que nos merecemos (¿y si no nos lo mereciéramos?) solamente llegará cuando nos levantemos, nos pongamos en pie y exijamos.

Vale.

 

Asistiendo al espectáculo de enseñar quién es más nacionalista, si los independentistas catalanes o los españolistas de cualquier parte, no me queda ninguna duda: las víctimas, los trabajadores. Ni siquiera los ciudadanos.

Cuando la supremacía se lanza a las banderas, los ciudadanos desaparecemos, y nos convertimos en súbditos. Ahora, en este triste espectáculo de intentar ser más nacionalista que nadie (ya sea en Catalunya, en Zaragoza, en Málaga…o en Botija, por un poner), los individuos hemos desaparecido. No se cuentan personas, ni ciudadanos, se cuentan banderas.

¿A quién beneficia este crimen sociopático? Como decía Séneca, aunque sea escrito con cierto estilo de latín macarrónico: “cui prodest scelus, is fecit», (Aquél a quien aprovecha el crimen es quien lo ha cometido).

Porque la situación, la ubicación del “sentimiento” nacionalista ha cambiado de bando. Ahora, las pantallas de las televisiones adormecen a la población con una exhibición nunca conocida de banderas nacionales, mientras que las esteladas van arrinconándose a la ventanita de abajo a la derecha de la pantalla hasta que desaparezcan.

Pero la realidad política es otra. La realidad política es que dos partidos de derechas (el Partido Popular, lleno de mierda hasta las cejas de Rajoy, y la vieja Convergencia y Unió, ahora PDCat, enfangada en la ambición monetaria de sus jefes) se han enfrentado exhibiendo las banderas que no les pertenecen. El que alrededor de uno y otro partidos hayan aparecido satélites haciendo de gorrillas (Ciudadanos, la CUP o ERC) no es más que un adorno que será descosido cuando les haga falta.

La realidad es que el enfrentamiento de dos partidos de derechas, iguales en corrupción, no es más que un enfrentamiento entre familias mafiosas. Y, cuando las banderas se arrumben porque ya nos les hagan falta, veremos cómo quienes hemos desaparecidos somos los ciudadanos, en realidad, los trabajadores.

Si Ciudadanos (ese partido impulsado desde esferas empresariales catalanas, con el presidente de Banco de Sabadell a la cabeza) aspira a que el gobierno de Tancredo Rajoy aplique el art. 155 CE solo (y solo es solamente) para convocar elecciones en Catalunya, en el PSOE el liderazgo de Pedro Sánchez no ofrece ninguna garantía de solidez, y en Podemos, su ambigüedad mal calculada (por ignorancia, ingenuidad o infantilismo) les está llevando a dar unos bandazos que no presagian ningún futuro favorable políticamente.

Y en este panorama, ¿a quién beneficia el crimen político que se está cometiendo en Catalunya? Sin duda, a sus autores: el Partido Popular y el PDCat.

Si, como parece, todo lleva a la aplicación del art. 155 CE en Catalunya, y si el PSOE duda en un apoyo ciego a los deseos de Rajoy, el Partido Popular intentará matar dos pájaros de un tiro: convocará elecciones en Catalunya y anticipará las elecciones generales. El chantaje sobre el PSOE de Sánchez será el mismo que el que aplicó sobre el PSOE de la Gestora hace un año. Y ahora Sánchez no podrá decir No es No.

Cuando se blanden las banderas como armas contra el enemigo (catalán ahora), debajo de esas banderas desaparecen las capacidades de las personas para discernir si esas banderas llevan fuego amigo o son puñales que se clavan en los adversarios políticos.

Esta “crisis de Catalunya” beneficia al Partido Popular, el partido compuesto por ladrones que se diluyen entre los colores de las banderas que los ilusos ciudadanos, fanáticos de los colores, blanden para convertirse, unos conscientemente, otros no, en cómplices de los ladrones que les gobiernan.

Y en estas circunstancias, con un previsible adelanto electoral, en Catalunya vía art. 155 CE y en el ámbito estatal vía la ambición política de los ladrones del PP, estoy convencido de que en la sede central de la mafia genovesa cuentan las banderas nacionales como votos, multiplicados por los que les hagan falta para conseguir la mayoría absoluta.

Vale.

Ayer, 14 de julio, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Cáceres anunciaba la apertura de un expediente a una concejala del grupo de gobierno, Montaña Jiménez, por vulneración de la Ley de Transparencia. Curioso, muy curioso, cuando la vulneración, la ilegalidad cometida por la concejala ha sido por la legislación de régimen jurídico de las administraciones públicas.

Ocurrió que en una comisión se estudiaba un asunto urbanístico (qué si no, el urbanismo) que afectaba a terrenos propiedad del padre de la concejala. Por supuesto, todo esto con el Partido Popular.

La concejala en cuestión voto a favor de que la propuesta de que en los terrenos propiedad, entre otros, de su padre, se convierta en un parque de medianas superficies comerciales. La vulneración de la ley es clara y flagrante y no cabía otra solución que la de la dimisión de la concejala y de la anulación del acuerdo.

Inmediatamente la respuesta pública fue que el voto de la concejala no era determinante y que el asunto se iba a aprobar de todas maneras. Y en los dos medios escritos que se cuelgan en los quioscos de Cáceres aparecieron opiniones de juristas avalando la nimiedad del asunto. Con un par.

Si el asunto no era tal y ya parecía hasta amortizado, ¿a qué viene ahora que la alcaldesa del PP, Elena Nevado, impulse la incoación de un expediente por vulneración de la Ley de Transparencia?

Y a todo esto, ¿dónde carajos se esconde el PSOE, en una oposición que cada vez parece más que merecida?

Veamos.

La primera pregunta que surge no es si los terrenos son propiedad del padre de la concejala, que está confirmado, si no saber si sobre dichos terrenos tiene algún derecho familiar la concejala. Cuestión de herencias. ¿Ha preguntado alguien algo sobre esta posibilidad? ¿Y si dentro de unos meses, con todo el asunto ya aprobado definitivamente, el negocio ya formalizado, resulta que a concejala hereda las plusvalías?

Menos mal que el asunto era una cosa sin importancia…

La segunda pregunta que surge es si la concejala sabía los pasos que su padre estaba dando para mejorar y desarrollar la condición urbanística de los terrenos. Lo mismo se trata de una familia desestructurada, en la que padres hijos y hermanos no se hablan y eso podría justificar desconocimiento. O no, o en la familia se habla de los intereses de todos.

Menos mal que el asunto era una cosa sin importancia…

La tercera cuestión es, siguiendo el hilo de la segunda, si la concejala se enteró de momento de que el asunto de los terrenos de su padre se iba a ver en la comisión y no le dio tiempo a cumplir la ley y abstenerse.

Menos mal que era una cosa sin importancia…

La cuarta cuestión es si los propietarios de los terrenos, incluido el padre de la concejala del PP, habían mantenido reuniones con técnicos municipales o habían realizado consultas con ellos para preparar la documentación a presentar, algo que es habitual en la tramitación de documentos urbanísticos, que suelen ser complejos y que requieren de puntos de vista previos por técnicos municipales. Si las ha habido, como es seguro, a la oposición le cabe la obligación de conocer de esos técnicos las reuniones habidas, las cuestiones planteadas, la opinión que ellos han dado a los propietarios.

Porque, ¿seguro que la concejala del PP e hija de uno de los propietarios de los terrenos no ha asistido a esas reuniones, no se ha interesado personalmente por el asunto? Yo, no me lo creo, y sostengo que la oposición debería hacer que los técnicos afirmen o desmientan si la concejala ha participado en alguna reunión previa, si ha asistido a alguna toma de contacto entre propietarios y técnicos municipales, si se ha interesado personalmente por el asunto.

Menos mal que era una cuestión sin importancia…

Además, lo que se ha vulnerado por la concejala, del PP, por supuesto, es la legislación de régimen jurídico de las AAPP, y todo el asunto debería haberse anulado. Porque la ley no distingue entre un asunto menor o mayor, o un asunto en el que un voto sea o no decisorio. La ley es taxativa y la concejala debería haberse abstenido de participar en la reunión y de votar el asunto. No se trata de un asunto banal: es OBLIGACIÓN de la persona incursa en incompatibilidad la de abstenerse. Y si no lo hace y después se conocen las causas de esa incompatibilidad, deben anularse todas las actuaciones, todas.

Menos mal que era una cuestión sin importancia…

La oposición debe exigir la anulación de las actuaciones, la dimisión de la concejala del PP e investigar cuál ha sido su nivel de intervención en el asunto, si ha pedido a los técnicos municipales información interesada, si ha participado en reuniones previas a la presentación de la documentación, si después de presentada esta se ha interesado por su tramitación y por los sucesivos informes que se han emitido.

La actuación de la alcaldesa parece más un escudo por si luego suceden otras cosas. O es que alguien se puede creer que la concejala del PP no ha, al menos, comentado con la alcaldesa que estaba en tramitación un propuesta sobre terrenos de su familia. Increíble.

Vale.

Tras la celebración de las elecciones del 20D y el aparente, que no real, final del bipartidismo, nos encontramos 80 días después con un gobierno constitucionalmente en funciones. Digo constitucionalmente en funciones porque ese concepto lo manejan a conveniencia: acuerdan en Europa acciones contra los derechos humanos de los refugiados y se niegan a dar cuentas al Congreso de los Diputados. O acuerdan seguir esquilmando el Tajo con la aprobación de nuevos trasvases. O nombran altos cargos que pueden, sin duda, condicionar la acción del nuevo gobierno… que pudiera llegar a constituirse.

Pero mientras el gobierno está en funciones “a conveniencia”, el Congreso sigue sin conseguir un acuerdo que dé lugar a su primera decisión constitucional importante: la elección del Presidente del Gobierno.

La duda surge cuando, tras un largo tiempo transcurrido sin que se produzcan los hechos jurídicos necesarios (investidura del presidente del gobierno), podemos asignar al Congreso de los Diputados el mismo concepto de “en funciones” que adquiere el Gobierno desde el momento mismo de la celebración de las elecciones.

Constitucionalmente, el gobierno en funciones tiene limitadas sus competencias en asuntos relevantes, mientras que el parlamento, Congreso y Senado, se constituye en los plazos marcados con la elección de las respectivas mesas y la constitución de los diversos órganos (comisiones, junta de portavoces…). Pero es a partir cuando las atribuciones legales de las cámaras de representación están, en estos momentos, paralizadas, tras el primer intento de investidura de presidente del gobierno.

Es a los grupos políticos a los que corresponde llegar a acuerdos para la investidura de un presidente de gobierno, y en estos momentos la situación de bloqueo por vetos cruzados, parece que nos lleva a un período largo de incertidumbre que puede acabar con un acuerdo de última hora, y seguramente frágil, o con nuevas elecciones cuyo resultado nadie se atreve a aventurar, aunque sí a condicionar con encuestas a medida.

Desde el mismo momento en que los actores políticos (los diputados, a través de los respectivos grupos) parecen más entregados a impedir acuerdos lanzando vetos que a la labor para la que han sido elegidos, hacer política, las funciones del Congreso están… o no están.

Mientras que el gobierno en funciones acuerda en Europa una desgraciada medida contra los derechos humanos de los refugiados, el Congreso es incapaz de que ese gobierno en funciones acuda a dar explicaciones. Y esa incapacidad es la misma que hace que no haya acuerdos. Claro, que mientras los grupos políticos se ponen zancadillas, se empujan, esperando la caída del adversario o su rendición, los derechos humanos de los refugiados se vulneran con el beneplácito de España.

Mientras las necesidades de los ciudadanos no parecen existir y sí las expectativas de los dirigentes políticos de formar gobierno (de pillar cacho) las funciones del parlamento no existen: ni existe el control al gobierno ni existe la capacidad legislativa.

El aparente final del bipartidismo trae al primer plano la realidad bipartidista: PP y PSOE están alejados y separados por cuatro años de ejercicio despótico de la mayoría absoluta que ha hecho la derecha en la última legislatura. Tras estos cuatro años, el PSOE, legítimamente, no puede facilitar en modo alguno un gobierno del Partido que ha aplicado un ajuste de cuentas en muchos aspectos criminal contra el estado del bienestar.

Por otra parte, el aparente final del bipartidismo nos ha traído dos fuerzas políticas, Podemos y Ciudadanos, que están repitiendo, siquiera con otro lenguaje, la misma divergencia que los dos partidos tradicionales.

Y a todo esto, con un gobierno en funciones según para qué, y un Congreso que parece que no sabe para qué ha sido elegido, los ciudadanos esperamos que se legisle para revertir los salvajes hachazos dados al estado del bienestar y un gobierno que adopte decisiones ejecutivas para mejorar la vida especialmente de los sectores más perjudicados por la inicua acción del gobierno del Partido Popular.

Vale.

 

Los datos del último barómetro del CIS se corresponden con un trabajo de campo de hace un mes, es decir, hace un mundo. Pero, claro, cuando se publica cualquier cosa, su análisis (o su utilización publicitaria, según se mire) depende de los intereses del futuro de quien los analiza.

Así, estos datos han dado lugar a tres interpretaciones. La primera, la del Partido Popular, que, según Pablo Casado (aquel que era botijero en los negocios de Aznar con Libia) es una buena noticia porque Podemos adelanta al PSOE. La segunda, la del PSOE, que dice que los datos son de hace un mes y desde entonces ha llovido. La tercera, la de Podemos, que, en boca de Errejón, no son datos fiables porque todavía no se había conocido el último estallido de la corrupción en Valencia.

Como puede apreciarse, al PP le interesa destacar que el PSOE cae en porcentaje de votos, al PSOE que las cosas han cambiado desde hace un mes, y Podemos, Errejón mediante, ha hecho un “análisis” de casta.

¿Qué cosas han cambiado?

Ha cambiado que el Presidente del PP (que según sus estatutos es su “representante legal”, está ya formalmente llamado a deponer en el juzgado por un posible delito de destrucción de pruebas) ha demostrado que como político y como “patriota” es un auténtico cobarde, incapaz de asumir sus responsabilidades.

Ha cambiado, por el contrario, que el PSOE, por medio de Pedro Sánchez, ha asumido el intento de formar gobierno, de asumir un grado de responsabilidad de la que ha huido Rajoy.

En cambio, donde más cambios se han producido es en el Club de Fans de Pablo Iglesias. Ha cambiado que se han descubierto como un Club cuya máxima figura tiene un ego político de enormes proporciones. Y eso deslumbra.

Ha cambiado también una cosa de gran importancia pero a la que los medios (y esto no es un recurso, es una realidad que tiene que ver con la degradación del periodismo) no acuden porque lo que les interesa es el deslumbramiento. Siempre que ese deslumbramiento perjudique al adversario político (en el caso de Podemos, no tienen adversarios, tienen enemigos). La encuesta del CIS, el trabajo de campo se hizo antes de que el sabio en Ciencias Políticas Pablo Iglesias hiciera un espantoso ridículo en el Congreso, cuando propuso que su “entorno” tuviera 4 grupos. El sabio Pablo demostró no tener ni idea del Reglamento del Congreso  Y esto es así… aunque sus fans, los pabliebers, nunca lo entenderán.

Porque si “las confluencias” no pueden tener representación propia en el Congreso, es más que dudoso que en unas próximas elecciones quieran ser comparsas de Pablo Iglesias y sus mariachis y repetir el modelo. De hecho, Compromís ha desgajado de Podemos cuatro diputados, que han pasado al grupo mixto. Si Pablo Iglesias quiere presentarse en Valencia, seguramente deberá asumir que tendrá que competir con Compromis, y su resultado disminuirá, porque dividirá más aún el voto de izquierdas.

En Catalunya, Ada Colau (con un ego político tanto o más universal que el de Pablo) ya ha lanzado que creará un partido propio, para disputar el terreno a Esquerra… y de paso a Podemos, que, también, debería hacer como en Valencia, presentarse para seguir fragmentando el voto.

Y en Galicia, tres cuartos de lo mismo.

La desaparición de las confluencias de la suma de Podemos desvirtúa, y mucho, la encuesta del CIS y pone bastante sordina a la efervescencia de Podemos y a los deseos de Pablo Casado de que los PBI desbanquen al PSOE (Proetarras Bolivarianos Iranizados). Al PP cualquier mierda le vale para atacar a los que no se acunan a sus brazos. A Podemos se le tiene que ganar haciendo política. Y de eso el PP no sabe.

El PSOE ya tiene bastante con lo suyo. Y si en eso “suyo” consigue Pedro Sánchez formar gobierno, seguramente el farol de Iglesias se confunda con la niebla.

La encuesta del CIS no es más que una persiana que se sube o baja según los deseos de quien las comenta.

Vale.