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El Ministerio de Defensa ha dado cumplimento al mandato del Congreso, realizando un reconocimiento a los miembros de la UMD, que después del comienzo de sus actividades, en 1974, y transcurridos más de 20 años desde el comienzo del juicio en Hoyo de Manzanares (en el mismo lugar en que Franco ordenó sus últimas ejecuciones), ven cómo la democracia se acuerda de ellos.

La UMD, Unión Militar Democrática, promovía, desde sus contactos, entre otros, con el padre Llanos, que se llevaran a cabo algunas “reformas”:

Convocatoria de una asamblea constituyente para elaborar una Constitución democrática, que reestablecería derechos y libertades y reconocimiento de los derechos humanos, lucha contra la corrupción del franquismo y reformas económicas y sociales.

En el ámbito propiamente militar, su profesión, proponían reformar, en coherencia con las anteriores propuestas, la justicia militar, el servicio militar y reorganizar las fuerzas armadas.

Ayer, Carme Chacón, ministra socialista, tuvo el honor de reivindicar la memoria de los Úmedos, imponiendo las cruces al mérito militar y aeronaútico al Coronel Otero y varios miembros más de la UMD.

Después de recibir, en 2004, unas fuerzas armadas en quiebra de personal y de capacidades, el gobierno socialista ha conseguido poner las bases para llegar a unas fuerzas armadas, modernas y democráticas (aunque todavía queda por hacer, especialmente en materia de personal), el sueño, y la realidad que les costó su carrera, de los miembros de la UMD.

Como titula Luis Solana su entrada sobre este tema (http://www.luissolana.com/?p=2845#more-2845), “Hubo militares demócratas”. Y entre ellos, aunque no entre los condecorados, por la UMD llegó a alcanzar la cifra de 200 simpatizantes, y algunos dieron el salto a la política, en las filas socialistas, desarrollando un importante papel político e ideológico. Recordar a Carlos San Juan y a Juli Busquets (fallecido en 2001) es necesario y pertinente, porque ellos mantuvieron, en sus actividades políticas el recuerdo vivo del trabajo de sus compañeros.

En 2002, Carlos San Juan presentó en el Congreso una moción similar a la que ahora ha dado lugar al reconocimiento materializado el 16 de febrero de 2010. Pero en 2002 gobernaba el PP, la derecha, la extrema derecha, presidido por Aznar, y el ministro de Defensa era Federico Trillo, que fue militar y que no tuvieron empacho en tumbar la moción.

Ahora, la democracia, aunque tarde, reconoce los méritos democráticos de un grupo de militares que en 1974 tenían la visión y la esperanza de unas fuerzas armadas democráticas al servicio de los ciudadanos y no al servicio de una dictadura. Algo que Trillo no podía entender, por ser parte por herencia, de esa dictadura.

Vale

Ha tenido lugar en la Sala Clavellinas, de Caja de Extremadura, la mesa redonda que sobre los “20 años de la mujer en las Fuerzas Armadas” estaba programada dentro de las actividades de la XVII Edición del Aula de Cultura CIMOV nº 1.
Las ponencias han abarcado tres conjuntos de temas que conforman un espectro de lo que significó la incorporación de las primeras mujeres a las Fuerzas Armadas, en el año 1988, tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el caso de Ana Bibiana Moreno, que ha sido recordado como el inicio del cambio sustancial que la incorporación de la mujer ha tenido en las Fuerzas Armadas.
La Capitán Psicólogo Dª Pilar Bardera Mora ha trazado un retrato sobre los aspectos psicosociales en cuanto a la presencia de la mujer. Los conocimientos de la Capitán Bardera Mora, reciente premio “Fidel Pagés Miravé”, el máximo dentro de la Sanidad Militar, se han trasladado a los asistentes en aspectos como el papel histórico de la mujer en los conflictos armados, en los que históricamente ha sido no combatiente, salvo excepciones, entre las que citó a mujeres rusas o a mujeres republicanas en España, las causas de la exclusión de la mujer de los conflictos bélicos (la mujer-madre, la mayor de esas causas). Posteriormente se ha referido a los diversos aspectos normativos, tanto internaciones como nacionales, haciendo especial referencia a la Resolución 1325/2000 de las Naciones Unidas y al I Plan de Igualdad de Oportunidades 1988-1990, en nuestro país.
Se ha referido a motivos de exclusión con factores militares, sociales, culturales, etc., hasta que la suspensión del servicio militar obligatorio y la caída demográfica han sido determinantes para que la incorporación a las fuerzas armadas de las mujeres fuera mayor.
Finalmente, ha hecho referencia a estereotipos tradiciones, biológicos, etc., sin que en la práctica estos sean especialmente significativos en el ámbito de las Fuerzas Armadas.
La Teniente de Navío Dª Mónica Cuervo de la Calle ha hecho una exposición de cuáles son las funciones del Observatorio de la Mujer, creado en 2005, cuáles son sus capacidades de actuación dentro del ámbito militar, en cuestiones esenciales como la conciliación de la vida familiar y laboral, los informes de impacto de género, los asesoramientos a mandos y a personal directamente, habiendo llegado a ser objeto incluso de consulta por algunas universidades en lo que respecta a la conciliación de la vida familiar y laboral.
Ha hecho un repaso de cuáles son las cifras de mujeres en las Fuerzas Armadas actualmente, con 16.000 mujeres, y su distribución por ejércitos (Tierra y Aire) y la Armada. También ha destacado la presencia de mujeres extranjeras, especialmente de Colombia y Ecuador y el hecho, significativo, que entre los reservistas voluntarios el porcentaje de mujeres es mayor (un 25%) que las propias fuerzas.
Los cuerpos comunes de las Fuerzas Armadas, Jurídico, Intervención, Sanidad y Músicas militares son un exponente de la incorporación de titulados universitarios (Derecho, Administración de Empresas, Económicas, Medicina, Veterinaria…) a las FAS.
Finalmente, la Comandante DEM Dª María Gracia Cañadas García-Baquero se ha referido a la vida operativa, a cómo ha sido y cómo es el desenvolvimiento de las mujeres en las unidades operativas. Cómo las primeras incorporaciones eran un problema para los mandos, que no sabían qué hacer, sobre todo en cuestiones de infraestructura (dormitorios, duchas…). Los primeros destinos siempre como auxiliares, las dificultades sanitarias en los campos de maniobras (igual de negativas para hombres que para mujeres).
Ha referido la vida operativa de las mujeres en las FAS como subordinadas y como jefas. Su experiencia la lleva a considerar que tuvo menos dificultades cuando se incorporó a sus primeros destinos con suboficiales mayores que ella que con sus mandos superiores. Cree que una característica definitoria de la mujer es su mayor capacidad de amor propio.
En cuanto a la disciplina, son menos propensas a cometer faltas en ese sentido, a riñas o a otro tipo de acciones que pueden ser sancionadas y la mayor parte de las veces en que se sanciona a mujeres es por distracciones o por errores en la ejecución de órdenes.
La mujer jefa, en los ejércitos, no plantea más cuestión, si bien tiene la característica de que es más conciliadora.
En cuanto a los debates actuales destaca las pruebas físicas (diferentes en cuanto a exigencias, salvo en algunas unidades, que son las mismas), las diferencias culturales en las misiones internaciones (países islámicos), la conciliación de la vida familiar y laboral, la capacidad bélica de la mujer. El futuro, afirma la Comandante Cañadas, tiene buena pinta.
Ha recordado a las primeras mujeres que fueron a misiones internacionales (Yugoslavia, 1993), a la soldado Idoia Martínez Buján (primera mujer fallecida en misiones internacionales), si bien alguna mujer había fallecido antes en el curso de sus actividades dentro del Ejército.
Las perspectivas de una mujer general, cifradas en 2017, según la Comandante no debería ser un referente, ya que un general no deja de ser como un Director General de la administración. Lo importante será cuando una mujer general mande una gran unidad, o una mujer teniente coronel mande un batallón de una unidad operativa.
Tras su intervención, muy aplaudida, como las de las otras dos ponentes, se abrió un turno de preguntas del público asistente, que llenaba la sala Calvellinas. Entre las personas asistentes a la mesa redonda estuvo María José Pulido, Directora General del Instituto de la Mujer de Extremadura.

Fernando Manzano (www.regiondigital.com)
En el diario de ultraderecha ABC, aparecen unas declaraciones a agencias de un sujeto que dice ser Secretario General del PP de Extremadura (el simétrico geográfico de Ricardo Costa). El tal individuo se llama Fernando Manzano («el placer está en tus manos»), y viendo su foto, tiene lo que siempre se ha dicho: cara de bollo.
Dice el tal Manzano (http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=172132) que el «PP critica el ‘silencio corrupto’ de Heras ante las promesas ‘incumplidas'». Aquí podemos hablar de la corrupción política (en el mismo sentido que parece ser que un arrebato de alta filosofía emplea el declarante) cuando el secretario general de los peperos incluye en esas promesas incumplidas el Protocolo firmado entre la Junta de Extremadura, Ministerio de Defensa y Ayuntamiento de Cáceres, cuya alcaldesa es Carmen Heras, la tildada por el derechista de mantener un «silencio corrupto».
Aunque sobre silencios corruptos con carácter general podríamos preguntar al político derechista Manzano que calla cuando un dirigente de una confesión religiosa trata de chantajear a los representantes de la soberanía popular, en uno de los asuntos que señala, el del CIMOV nº 1, el tal Manzano habla sin saber (lo que en un dirigente político es una forma de corrupción).
La ignorancia en una materia como la relacionada con asuntos de las Fuerzas Armadas suele ser habitual, porque es un asunto árido, completo, técnico. Por ello, estos asuntos se tratan con cuidado, con solvencia, y no haciendo declaraciones.
Por muchas declaraciones que sobre este asunto hiciera la alcaldesa de Cáceres, estoy completamente seguro que el ¿dirigente? del PP Manzano tardaría en aprender. Entre otras cosas porque cuando se es indocumentado se suele estar en la inopia.
Hoy es 12 de noviembre de 2009. El trabajo de Carmen Heras en el asunto de la presencia, tradicional y socialmente aceptada por la ciudadanía por su aportación económica a los intereses de la ciudad, del Ejército viene siendo constante y su transformación en hechos, atendiendo a los tiempos propios de una institución como son las Fuerzas Armadas, comenzará a estar próxima.
El señor Manzano debería documentarse antes de hablar.
Vale.


Cuando está a punto de finalizar, según parece, el procedimiento para la aprobación definitiva del Plan General Municipal de Cáceres, se estudia el informe del Ministerio de Defensa, vinculante según establece la disposición adicional segunda de la Ley 8/2007, de Suelo, y en los medios de comunicación escritos (Diario HOY, del Grupo Vocento, y El Periódico Extremadura, Grupo Z) se trata la información desde una perspectiva que induce a los lectores a sacar conclusiones equivocadas. Es probable que el tratamiento periodístico requiera alguna economía de datos, pero no puede transmitirse la sensación de que Defensa actúa desde la arbitrariedad, porque no sería lógico.
En otras entradas de este blog he comentado que las noticias relacionadas con asuntos de la Defensa Nacional no tienen un tratamiento correcto (por ejemplo, la misión en Afganistán, o la sentencia del asesino de Carlos Palomino) por una falta de pedagogía pública en estos asuntos, por la falta de preparación de muchos líderes políticos (y sociales) en esta materia y, especialmente, por una aversión social hacia las fuerzas armadas como consecuencia de su identificación con la dictadura franquista.
En el caso de las limitaciones que el Ministerio de Defensa puede establecer en algunos espacios, y que, como el caso de Cáceres, afecta a desarrollos urbanísticos (y a intereses económicos importantes, no se olvide), el tratamiento de la información ha de tener un componente pedagógico y, sobre todo, que los periodistas conozcan las normas.
Seguramente, a los autores de las informaciones publicadas en el día de hoy les será más sencillo plantear que esas limitaciones vienen impuestas desde el franquismo y, por tanto, desde la arbitrariedad, que conocer que las leyes orgánicas que rigen la acción del Estado en materia de Defensa Nacional, la de 1980 y la vigente, de 2005, facultan al Estado para establecer limitaciones sobre los «derechos sobre los bienes propiedad de nacionales y extranjeros situados» en determinadas zonas, como es el caso del entorno del Campamento de Santa Ana.
Es verdad, por otra parte, que las informaciones publicadas no recogen opiniones de los responsables políticos municipales (ni del equipo de gobierno, socialista, ni de la oposición, el partido popular), y que, al menos, no existen opiniones que perjudiquen, desde el liderazgo social que corresponde a los representantes de los ciudadanos, pero la forma y los conceptos con los que se articulan las informaciones, inducen, sin duda, a fomentar la animadversión social hacia las fuerzas armadas.
También hay que decir que, no en este caso, pero sí en otros, cada vez menos, son las propias fuerzas armadas, a través de acciones de sus miembros las que apuntalan la creación y mantenimiento de opiniones sociales contrarias.
Vale.
En el día de hoy se ha dado conocer la sentencia que condena al autor de la muerte de Carlos Palomino a 26 años de prisión. En la condena se ha considerado el agravante de motivos ideológicos, conforme a lo previsto en el Art. 22.4 del Código Penal, que dice, a este respecto, de modo textual lo siguiente: «Son circunstancias agravantes: (…) 4. Cometer el delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que pertenezca, su sexo u orientación sexual, o la enfermedad o minusvalía que padezca«.
En todas las informaciones de prensa relacionadas con el caso, se alude sistemáticamente a la condición de militar profesional (tropa) del autor material de la muerte, Josué Estébanez. Como ocurre de modo habitual cuando en un suceso las circunstancias de los implicados (en general, los autores) son modificativas respecto a los intereses mediáticos de la información: inmigrante, minoría, policía, militar, etnia… en este caso también.
Recientemente, con motivo del día de la fiesta nacional, durante el desfile de las Fuerzas Armadas se produjeron abucheos al Presidente del Gobierno, atribuidas en algunos medios a familiares de militares. Unir ambas informaciones puede proporcionar un retrato que se transmite a la ciudadanía ligando ultraderecha, cuando no fascismo, con las Fuerzas Armadas.
En este sentido, conviene tener muy en cuenta la opinión de Luis Solana en su blog (http://www.luissolana.com/?p=2335#more-2335). Es cierto, muy cierto, que la mayor parte de los militares, como dice Solana, son conservadores, pero eso no significa que el mismo porcentaje que se consideran conservadores voten a la derecha (en todos sus flancos).
No por ser militar, Josué Estébanez, autor de la muerte de Carlos Palomino, es de extrema derecha o fascista hasta el punto de cometer un asesinato en función de su ideología. En las Fuerzas Armadas no se enseña a los soldados a ser fascistas, en su sentido político o ideológico. Pero sí es cierto que la imagen, heredada del franquismo, que tenemos los ciudadanos del Ejército tiene mucho que ver con que sirva de atracción para individuos normalmente sin grados de instrucción suficientes para desarrollar capacidad crítica, imbuidos de estéticas neonazis.
El conservadurismo (en la línea de Luis Solana) de los militares no impide una cuestión que está verdaderamente interiorizada en todos los niveles de mando: las Fuerzas Armadas están al servicio de la Constitución y de los ciudadanos. Otra cosa es lo que cada funcionario militar vota u opina cuando se quita el uniforme.
Es necesario superar desde la izquierda social y política los prejuicios sobre la constitucionalidad de las fuerzas armadas y evitar que sigan siendo campo abonado para la derecha en cuanto a sus niveles de representatividad e imagen social porque son un instrumento para y del Estado. Las corrientes ideológicas neoconservadoras y neoliberales en las que se ha movido la derecha y en las que se volverá a mover en cuanto se supere la crisis económica tienen como objetivo el adelgazamiento forzado del Estado, y es algo que desde la izquierda ni podemos ni debemos permitir. Las Fuerzas Armadas son un instrumento necesario (el ejemplo de la Unidad Militar de Emergencias es claro, y será seguido en el futuro por muchos países) para el fortalecimiento del Estado.
El hecho de que jóvenes desclasados y desarraigados, atraídos por ideologías y estéticas neonazis se incorporen a las Fuerzas Armadas ha de suponer que desde las autoridades políticas del gobierno se incida en los valores sociales positivos que implica el servicio al Estado (en su concepto político) y ese refuerzo de valores sociales positivos deben contribuir, de modo inequívoco, a disuadir del ingreso en el Ejército a quienes no los comparten.
La realidad del Ejército no es la de los abucheos del Paseo de la Castellana ni la actitud fascista del autor de la muerte de Carlos Palomino, y la izquierda debe, por sentido político, ponerla en valor, asumirla como un instrumento del Estado, porque ante las ideologías neoliberales y neoconservadoras, solamente la socialdemocracia conserva el sentido del Estado en el que refugiar los derechos y deberes de los ciudadanos.
Vale.
El 26 de diciembre de 2008, se publicó en el BOE el despliegue de la fuerza del Ejército de Tierra, mediante una orden firmada por la Ministra de Defensa, Carme Chacón. Hasta pasados 15 días, el 10 de enero de 2009, no apareció la primera información en la prensa local (http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=419865). Y no fue hasta el día 12 de enero cuando el PP no aludió al asunto en una rueda de prensa. Finalmente, el pleno del Ayuntamiento celebrado el jueves 16 de enero aprobó una moción presentada por el PP, en el sentido de defender la continuidad del CIMOV nº 1 en Cáceres.
En primer lugar, la moción presentada por el PP y aprobada por el pleno municipal es, desde el punto de vista de su redacción, vergonzosa, escrita desde la más absoluta de las ignorancias de cómo son las Fuerzas Armadas.
En segundo lugar, esta suerte de localismo que defienden los rancios de la ciudad choca claramente con unos criterios, que se están aplicando, de una proyección internacional de las Fuerzas Armadas y de unos conceptos, absolutamente nuevos, que se aplican a la seguridad y la defensa.
Con una crisis económica mundial, propiciada por las políticas de los neocons, representadas en España por el Cabo de la Remonta de Rancho Crawford que pide todavía a estas alturas más liberalismo, con una crisis de valores que ha sido denunciada por el propio Barack Obama, cuando establece como eje de su política futura que la seguridad no puede arrinconar a las ideas, ahora en una ciudad pequeña, Cáceres, practicamos una suerte de localismo fuera de lugar.
En materia de Defensa Nacional hay que decir que las Fuerzas Armadas son una parte importante, pero no la única pata de ese edificio. Por ello, sorprende que se pretenda forzar el mantenimiento de una determinada y concreta unidad militar cuando las previsiones de despliegue y modernización pueden hacer que esa Unidad (en este caso, el CIMOV nº 1) no sea necesaria a los planes de Defensa.
Es decir, la ciudad se posiciona, en ese voluntarismo localista, en una actitud negativa respecto de las necesidades de la Defensa Nacional, a la que debe contribuir. La Directiva de Defensa Nacional recientemente presentada en el Congreso (http://www.mde.es/actu_ministro/intervenciones/08125_Comparecencia_Chacon_DDN.pdf) implica a varios ministerios, establece nuevos criterios y se abre a que en esta materia haya la suficiente implicación activa de todos como para variar la antigua y obsoleta creencia que Defensa y Ejército son la misma cosa. Y no es así.
Desde la ciudad de Cáceres, sabiendo que los planes militares son un concepto en constante evolución y adaptación a nuevas realidades, y sabiendo que lo militar es una parte, importante, pero solamente una parte, de la Defensa Nacional, debería apostarse por contribuir a ello de modo positivo, ya que el localismo se termina mostrando como una actitud contraria y negativa de la evolución de conceptos como seguridad y defensa, cada vez más globales. Y en esa contribución positiva está mostrar las capacidades que el Acuartelamiento de Santa Ana ofrece a las necesidades de la Defensa, y no al revés.
Quizás se ignora que la ciudad de Cáceres, en muy poco plazo de tiempo, no más allá de 2012 – 2013 contará con una red de comunicaciones terrestres que muy pocas ciudades pueden ofrecer: estará conectada por AVE con Madrid y Lisboa, en una equidistancia envidiable. Pero también cuenta ya con un eje Norte – Sur peninsular, la A-66, y contará con un eje Madrid – Lisboa por carretera, con la A-5 hasta Trujillo, la A-58 hasta Cáceres y la EX-A4 de Cáceres a Badajoz.
Esta situación geoestratégica en el eje Madrid – Lisboa permitirá disponer de una instalación militar, Santa Ana, que ha de ser aprovechada en las relaciones en materia de Defensa entre España y Portugal, cada vez más fuertes, como ha quedado patente en la cumbre bilateral de Zamora. Y esta situación estratégica en el propio territorio español, a medio camino entre Salamanca (Mando de Ingenieros) y Sevilla (Cuartel General de la Fuerza Terrestre), junto con una distancia en tiempo que no llega a una hora entre Cáceres y la Base de Bótoa, donde está la Brigada XI, una de las mejores del Ejército, son los elementos positivos a ofrecer.
Pensar que el CIMOV nº 1 es lo único posible y hacer de ello bandera localista, proteccionista, es desconocer la realidad no sólo de las Fuerzas Armadas sino de los propios criterios de la Defensa Nacional.
Por ello, la tristeza enorme al ver el texto de la moción presentada por el PP, documento que demuestra la ignorancia y la falta de capacidad de quien lo redacta, y la tristeza que produce que «esa cosa» fuera aprobada por el Pleno como consecuencia, simplemente, de equilibrios en el recuento de los votos, me hacen ser muy pesimista de cara a la fuerza con la que la ciudad de Cáceres pueda contribuir, desde su realidad económica y demográfica, positivamente a una mejora en las Fuerzas Armadas y, mucho menos, a la Defensa Nacional. Y que ello sirva, de paso, a que se generen y mantengan en la ciudad puestos de trabajo muy necesarios.
Vale.
Los días 20 y 21 de octubre de 2008 se han celebrado unas jornadas sobre Seguridad y Defensa, dentro del espacio de encuentro Ágora, un espacio impulsado por el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta de Extremadura.
En estas jornadas, la Seguridad y la Defensa se estudiaban dentro de la óptica de relaciones hispano portuguesas, y para la mejor comprensión de cuáles son las opiniones de los expertos convocados, de gran nivel en la materia, las referencias a los conceptos que se integran en áreas tan amplias como las señaladas, temas de actualidad como nuevas amenazas, en el sentido estratégico, se han puesto de relieve: cambio climático, migraciones, megaciudades, proliferación de armamento sin mecanismos reguladores, globalización… y la actual crisis económica que modificará los más actuales estudios estratégicos, sin duda, y sin la misma duda, nadie sabe hasta dónde nos llevará.
En dichas jornadas, una de las mesas redondas se titulaba «El papel de las Fuerzas Armadas en la sociedad de hoy». El primer ponente en intervenir, Manuel López Blázquez, Director General de Relaciones Institucionales del Ministerio de Defensa, se congratuló por el matiz del título. Se congratulaba de que se hablara de las FAS en la sociedad de hoy, y no, como es habitual, de la relación Fuerzas Armadas y sociedad. O lo que es lo mismo, el espacio Ágora asume lo que debe ser normal, que las FAS pertenecen a la sociedad de la que emergen y no son un antagonismo, una confrontación de mundos ajenos.
Tomadas notas de la intervención del representante del Ministerio de Defensa, estas son sus aportaciones, que considero muy acertadas, tanto de mi conocimiento del ámbito militar como de pertenencia a una sociedad que creo debería asumir mejor la necesidad de que la Defensa, y la Seguridad, son un derecho (derecho a recibir, como ciudadano, la protección del Estado) y un deber (contribuir a la Defensa de la nación, cualquiera que sea la concepción de nación que se tenga).
Pasado: ¿Cómo hemos llegado a esta situación, a la situación actual de las FAS y la sociedad? Alude a las previsiones del Art. 8.2 CE.
Las FAS son la institución de la sociedad española que más se ha transformado en su misión en los últimos 30 años. La LOE extiende el capítulo de misiones del Art. 8.2 para imbricarla en el mundo cambiante: vocación internacional, instrumento al servicio del resto de las instituciones pública.
Hablamos de “cultura de Defensa”, como la comprensión de lo que hacen las FAS.
La percepción de este cambio ha llegado a la sociedad: el Barómetro Elcano de Julio de 2008 señala como elementos distintivos e importantes la integración de la mujer en las FAS, el nombramiento de una mujer como ministra de Defensa y valoración global (91% positiva y muy positiva). No obstante, siendo realistas, esta buena percepción se basa en una visión edulcorada (misiones internacionales, con una buena actuación de las tropas en el extranjero, que ya han estado en más de treinta países, y se han enviado a ellas unos 90.000 militares, y la participación ante catástrofes naturales o provocadas –incendios- de la UME). En las FAS hay 126.000 profesionales, pero entre los que están en misiones internacionales más la UME, son 7.000, por lo que habría que extender esa comprensión para todos, no sólo para los aspectos más fotogénicos.
Las FAS se encargan de mantener la libertad frente al miedo (como concepto genérico). Las FAS no son una ONG pero sin la presencia de soldados españoles armados las ONGs no podrían trabajar en determinados escenarios (por ejemplo, Afganistán). Los recursos son limitados y ahora, con la crisis, se recortan.
Futuro: ¿Qué papel tienen que tener las FAS en el conjunto de la sociedad? Operativamente, estar preparadas para los retos futuros (los riesgos y amenazadas) en un mundo complejo y globalizado, con fronteras permeables. Percepción social: el reto es conseguir que los ciudadanos comprendan en su integridad el trabajo que cumplen las FAS.
Vale.