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El episodio chusco, chapucero, de la filtración de uno de los exámenes de lo que se ha dado en llamar la “ESO del los 1.000 euros” es una muestra más de que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.
La ESO de los 1.000 euros no es más que una operación de marketing lanzada para sacar de las listas del paro juvenil, insoportable en Extremadura, a 3.000 jóvenes con la excusa de que terminaran la Educación Secundaria Obligatoria que habían abandonado, en su mayoría, para ganar dinero relativamente fácil en el ladrillo.
Son ya muchas las operaciones de marketing en las que el gobierno de los mejores viene basando, exclusivamente, su acción política. Y es hora de llamar a las cosas por su nombre: lo que ahora, invadidos por los conceptos anglosajones, se llama marketing, siempre ha sido, es y será lo mismo: prensa y propaganda.
La publicidad y la propaganda en las que el gobierno del Partido Popular de Extremadura y su demagogo (no llega a populista) presidente José Antonio Monago asienta todas sus decisiones son una manera, la única que tiene, de huir hacia adelante cuando se carece de capacidad y cuando, consecuencia de esa falta de capacidad, los medios económicos y materiales escasean.
Además, la gotera del examen filtrado llueve a chuzos sobre un fracaso: solamente el 40% de las 3.000 plazas que se dotaron económicamente saldrán adelante… si aprueban el examen. O lo que es lo mismo, lo que fue una operación de propaganda política debidamente alabada por los medios de comunicación (altavoces de una propaganda que se traduce, para ellos, en publicidad institucional), se ha convertido en un fiasco en cuanto a “participación”, y, por tanto, en cuanto al objeto real de la acción propagandística. Como mucho, el gobierno de los mejores no podrá eliminar de las listas de parados jóvenes a 3.000, sino, solamente a 1.200.
La gotera de la filtración del examen es la culminación (a no ser que nos sorprendan con otra chapuza mayor para tapar esta) de algo que ya debería ser palmario a todos: que no puede gobernarse a base de ocurrencias revestidas de presentaciones power points.
Como decía hace unos años el general americano (como el marketing) McCrystall: “el daño que han hecho los powerpoints a las operaciones militares”, ahora ya debería comenzar a decirse: “el daño que hacen las ocurrencias de la propaganda política a los derechos de los ciudadanos”. Y en Extremadura, se ha cerrado ya el círculo. Y el círculo, como habrán aprendido los pocos alumnos de la ESO de los 1.000 euros, es Redondo.
Vale.

Una de las consecuencias del abandono de los edificios es su deterioro inmediato, especialmente si su calidad edificatoria no es la mejor. En los centros de las ciudades que tienen alguna historia pasada, los diferentes períodos de desarrollo han ido estableciendo una serie de espacios sobre los que los vecinos edificaron sus casas. Y los medios económicos de que disponían, no permitían las mejores construcciones.
Ahora, cuando ya el edificio se ha vaciado de vecinos, cuando su deterioro resulta imparable, es la propiedad, única o compartida, la responsable de mantenerlo con el ornato y limpieza exterior adecuados, y evitar que el interior vaya degradándose hasta que puedan apreciarse los primeros signos de ruina. Aunque en muchas ocasiones sucede que es la propiedad la que desea que, en zonas como las protegidas por el Plan Especial, la ruina aparezca cuanto antes. Y llegar a la ruina total. Es más barato demoler entero y reconstuir, que rehabilitar, cuando, como es el caso del edificio de esta entrada, las superficies sobre las que se actúa son pequeñas.
Pero, también, es obligación del Ayuntamiento exigir a la propiedad que las condiciones de ornato y seguridad se mantengan. No hacerlo cuando se observan los primeros indicios de vacío y abandono, supone tener que llegar a la aplicación de las normas sobre ruina. Si el edificio es de escaso valor, como este caso, tanto económico como constructivo, la dejadez de la propiedad se une a la inacción de la administración municipal y las consecuencias se dejan sentir enseguida.

Un Ayuntamiento pasivo, incapaz de construir un modelo de ciudad, como sucede con el actual equipo de gobierno de Cáceres, del Partido Popular, encabezado por Elena Nevado, más pendiente de medrar en el partido (también es senadora) que de defender los intereses de la ciudad, no está en condiciones de exigir a, por ejemplo, los propietarios de este edificio que lo cuiden.
El edificio al que corresponde esta entrada, es un pequeño inmueble, de cuatro alturas, situado en la plaza de Las Cuatro Esquinas, uno de los rincones más reconocidos de Cáceres, formando una de esas cuatro esquinas, Calle Muñoz Chaves – Calle Zapatería. En su planta baja se asentó durante años un estanco, ahora trasladado a la calle Margallo, y otro local que ha tenido diversos usos.

Sobre una superficie de 58 m2, están construidos 232 m2, según la ficha catastral. Pero esa pequeña superficie, esa esquina, es la que se encuentra de frente cualquier persona que sale de la Plaza Mayor en dirección a San Blas, o a la Plaza de Toros por las calles Sancti Spiritu y Margallo. Su color amarillento es, además, característico sobre unos edificios más neutros de colorido.
Presenta un aspecto demasiado descuidado para el lugar en el que se encuentra y contribuye, con otros muchos edificios y locales cerrados y con señales inequívocas de abandono, a que los visitantes tengan la impresión de que en Cáceres se pasa de una ciudad antigua, monumental, Patrimonio de la Humanidad, a una ciudad vieja, destartalada, abandonada.

Que este edificio continúe su deterioro camino de la ruina final o que se obligue a sus propietarios a mantenerlo al menos visible, depende de que el Ayuntamiento pueda tener la fuerza moral de exigirlo. Sin embargo, la cada vez más perceptible sensación de que “Cáceres se muere” o que el comercio de Cáceres se muere, y que la ciudad languidece, anestesiada, hacen que, al final, los ciudadanos miren hacia el balcón municipal y lo encuentren, también, languideciente, sin uso, y sin capacidad de reacción.
Vale.

  



El crecimiento extramuros de la ciudad de Cáceres dio origen a lo que se llamaron coladas, sobre las que se construyeron dos iglesias notables, la de San Juan, y la más importante, la de Santiago de los Caballeros. Pero además de iglesias, se construyeron edificios de gran relieve. El Palacio de Godoy, por ejemplo. Y otros menos impresionantes pero que poco a poco fueron formando una ciudad nueva, manteniendo intrincadas calles, curvas, cortas, que permiten que los edificios se protejan unos con otros.
Así, desde la plaza de Godoy, desde la iglesia de Santiago de los Caballeros (o hacia ella) discurre la calle de Camberos, llamada desde siempre la “Calle Oscura”, que tiene su continuación en la calle de Moreras. Ambas calles, en realidad, una sola, está atravesada, hacia la vaguada de San Blas, por la calle Muñoz Chaves.
En esa confluencia de calles se encuentra un edificio que, si seguimos lo que dicen las piedras de su esquina, fue construido en 1734 (a salvo de epigrafistas que puedan definir bien la última cifra), y así se recoge en la ficha 2-10-429-2 del Plan Especial de Protección de la ciudad. 
Conocida, según la documentación del citado Plan Especial como Casa Muñoz Chaves, puede proceder de la familia Muñoz Ibarrola, también citada en la documentación urbanística. Juan Muñoz Chaves vivió en esa casa y murió en 1917.
Edificio incluido en el tráfico inmobiliario, incluso fue noticia de prensa en 2006, cuando una promotora anunció que se construirían 10 viviendas. Para hacer atractivo el proyecto, la promotora, por supuesto, realizó un estudio histórico de quiénes habían habitado la casa. Esta pátina histórica no tenía más finalidad que la de hacer atractivo el negocio. Negocio que, como otros muchos, se llevó por delante el estallido de la burbuja inmobiliaria. Hoy, el edificio ofrece signos evidentes de abandono.

La ficha catastral data la construcción del inmueble en 1900, se supone que por poner una fecha. Y que la superficie del solar es de 798 m2, mientras que la construida es de 1.106 m2. Curiosamente, la noticia de prensa aludida (y que no me apetece enlazar) hablaba de 1.484 m2… de edificabilidad.
Por la calle Muñoz Chaves, que da para más de una entrada en el blog, se accede a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, a la Audiencia.
Aunque no es un gran edificio, no es un edificio monumental, su ubicación, con una vista característica de la ciudad, por la calle Oscura a cuyo fondo está la torre de la iglesia de Santiago, y una vista por la propia Muñoz Chaves que deja entrever la Real Audiencia de Extremadura, y edificios a ambos lados de la calle de mayor volumetría, como el actual Colegio Notarial.
La dejadez del edificio, el abandono real en que se encuentra, se aprecia en puertas y ventanas, especialmente en estas, con cristales rotos y algún cartel que recuerda lo que iba a ser un proyecto inmobiliario y que son el reflejo de lo que pudo ser y no fue.
La situación económica general, y de la ciudad en general, augura que el deterioro, como ya hemos señalado en otras entradas de este blog, continuará mientras el edificio continúe sin uso. Y sin uso, el camino es el abandono, y de ahí a la ruina, un paso.

Pero para evitar el abandono, la ruina, además de su puesta en uso, antes, incluso ya mismo, sería necesario que desde el Ayuntamiento, y en cumplimiento de la vigilancia de que el ornato y decoro de fachadas, en lugares de paso importantes, como este, camino al TSJEX, se instara a quien o quienes fueran sus actuales propietarios al arreglo de las ventanas, a la limpieza de la fachada, y de los elementos, como balcones. Pero el Ayuntamiento del Partido Popular está a otra cosa, como es a la de recortar en servicios sociales, en servicios públicos, y la alcaldesa, Elena Nevado, a apretar el botón de votación en el Senado.
Vale.

El demoledor dato del paro del mes de enero de 2013 en Extremadura, más de 6.000 personas, todas con nombres y apellidos, todas con su vida sin mañana, fue contestado por el presidente (con minúsculas) de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, con una finta de propaganda al más puro estilo goebbeliano. Cuando los parados le cercan, cuando las cifras de parados demuestran que no tenía ninguna solución que ofrecer a los extremeños, su especialista en marketing, al que pagamos todos, el tal Ivancito, le dio la bombilla que le faltaba: ¿Que tenemos 6.000 parados más sobre nuestra incompetencia? No hay problema, prometemos listas abiertas y todos van al anzuelo.
Y todos han picado en el anzuelo.
En primer lugar los dos libelos que se publican en la región: el tradicional de la Editorial Católica y el otro. Titulares de prensa y editoriales para alabar al emperador. Pero el emperador Monago va desnudo. Envolverse en las listas abiertas es lo mismo que hace Mas en Catalunya con la senyera: una vulgar trampa de mal gobernante.
Porque ya tenemos listas abiertas en nuestro sistema electoral. Claro, pero con ellas se eligen senadores. Como Luis Bárcenas, que fue elegido, en listas abiertas, senador…
Que ahora las listas abiertas sean la tapadera con la que esconder el drama personal de más de 170.000 extremeños demuestra, además de una demagogia hortera y chabacana, algo mucho peor: que quien maneja la tapadera es un incompetente, es un inmoral y hace gala de un profundo desprecio hacia los ciudadanos.
Pero la demagogia, como los desmentidos de Carlos Floriano, tiene las patas muy cortas. A los más de 6.000 parados de enero se unirán los otros miles que habrá, sin duda, en febrero. ¿Y qué se va a inventar el dueño de Redondo y Asociados para que su jefe, que no su pagador, pueda salir en los BOPPs (ya tiene dos por falta de uno) y en su nodo televisivo?
Ahora, con más de 170.000 parados, las únicas listas abiertas que necesita Extremadura son las de gobernar. Las únicas listas abiertas que necesita Extremadura son las de ciudadanos que necesitan encontrar un puesto de trabajo. Pero esas listas abiertas tan necesarias no se conseguirán con gobernantes como Monago y sus secuaces de Izquierda Unida, Nogales, Pedro Escobar y Victor Casco, porque ya han demostrado, por demás, su inutilidad y su incompetencia.
El Partido Popular de Extremadura, que necesita que un chamán del marketing les diga lo que tienen que hacer (y encima le paguen con los impuestos que nos sacan a todos), ha demostrado no ser un partido de gobierno. Ha demostrado ser un partido de desalmados.
Que para tapar la ignominia de ser el responsable de que en enero de 2013 hayan ido a la fosa séptica del paro más de 6.000 extremeños tengan que recurrir a un truco de tómbola de feria, demuestra la catadura moral de unos que se proclamaron en su día “el gobierno de los mejores” y que a cada paso demuestran que el marketing como fin es solamente fachada. Y que cuando ese marketing es sólo fachada de una ideología de extrema derecha, lo único que queda es el recuerdo de los métodos de la propaganda de los partidos nazis.
Las listas abiertas que necesita Extremadura son esas en las que cada uno de los 170.000 parados puedan ver su nombre y la fecha, inmediata, ya, de su nuevo puesto de trabajo.
Todo lo demás son más de 170.000 maneras de engañar, de mentir. Y son más de 170.000 maneras de esconder la propia incompetencia de quien, a falta de una bandera en la que envolverse, como hacen los nacionalistas o los patriotas de hojalata con dinero en cuentas suizas.
Dejen las listas abiertas para cuando hayan sido capaces de abrir a la esperanza a esos más de 170.000 parados extremeños. Y si no tienen ni puñetera idea de cómo hacerlo, váyanse con viento fresco a sus casas y dejen de seguir hundiendo en la miseria a los extremeños.
Vale.

Con motivo de la tramitación de la legislación en materia reguladora del aborto, los médicos de los servicios públicos sanitarios han invocado la objeción de conciencia para no aplicar la Ley. Son empleados públicos, que cobran dinero público y que, en el ámbito de su relación laboral con las Administraciones Públicas están sometidos al imperio de la ley, de las leyes que emanan del poder legislativo. Pero, siempre, esa objeción de conciencia, más ideológica que científica, ha terminado por imponerse y esos empleados públicos no han visto mermadas sus retribuciones por incumplir la Ley. Privilegios. Apoyados por toda la caterva reaccionaria, desde la iglesia hasta medios de comunicación al servicio de un modo de entender la realidad según el cual todo aquello que suponga progreso y derechos, ha de condenarse. Religiosamente.
En estas fechas en las que el gobierno del Partido Popular, al servicio de los intereses más espurios de lo que etéreamente se llaman los mercados, pero que en la práctica son los intereses de la patronal, es fácil llegar a una ventanilla de cualquier administración y, tras exponer quejas o situaciones injustas, derivadas de una salvaje demolición del estado del bienestar, algún funcionario termina diciendo aquello de “ya sé que es injusto, pero son las normas”. O “si yo le entiendo, pero son las normas que hay que aplicar”.
¿Por qué los funcionarios que reconocen que las medidas, especialmente en materia social -sanitaria, educativa, laboral- son injustas no ejercen el derecho a la objeción de conciencia? ¿No tienen, no pueden tener los funcionarios el mismo privilegio que los médicos que objetan a la legislación en materia de aborto?
Es seguro que en nuestro país, con un sistema funcionarial de doble medida, el vitalicio y el interino, nadie se ha planteado que los funcionarios puedan decir: esta norma es injusta y no me niego a aplicarla. ¿Por qué los funcionarios solamente se manifiestan por mantener sus privilegios, sus sueldos y no se manifiestan por las injusticias que las normas les impelen a aplicar?
El doble sistema funcionarial, el vitalicio y el interino están en el origen de que los empleados públicos que reconocen ante los ciudadanos la injusticia de las normas que han de aplicar, no se planteen la objeción de conciencia. El funcionario vitalicio porque goza del privilegio de serlo, y que para qué se va a complicar la vida, si lo que pasa del mostrador de atención al público hacia afuera a él ni le va ni le viene, tiene su nómina segura. El interino (ya sea funcionario interino, contratado o laboral) porque lo que pase del mostrador hacia adentro sí le puede afectar a su nómina, hasta perderla.
Cuando un funcionario que atiende a un ciudadano en grave riesgo de exclusión social le dice que comprende su reclamación, pero que la norma es la norma y que no puede tener derecho a aquello que puede solucionarle, como mucho, el dar de comer a su familia el próximo mes, no está teniendo un acto de empatía, sino de hipocresía. Si el funcionario reconoce la injusticia de denegar una petición en el límite del socorro, debería obrar en consecuencia. Pero, cuando el ciudadano indefenso se marcha, sin solucionar su problema, ese funcionario, si es vitalicio, recupera su asiento ante la mesa del ordenador, respira tranquilo y espera al siguiente, sabiendo que ha quedado como un señor consolando, que no resolviendo, a un pobre indefenso. Si no es un interino, o un contratado, regresa a su pantalla del ordenador, sabiendo que ha cumplido con su deber y sabiendo que si sigue así, nunca se verá en la situación de quien acaba de irse.
La demolición del estado del bienestar que un partido político, el Partido Popular, está llevando a cabo por encargo de la patronal, de la gran banca que es quien le sustenta, apoya y mantiene, debería llevar los funcionarios a plantearse el ejercicio de la objeción de conciencia, para no convertirse en hipócritas de ventanilla.
Plantear esta cuestión a los sindicatos no llevaría a ningún sitio, porque no va con ellos. Porque su función sindical en el ámbito de las adminsitraciones públicas se limita a mantener los privilegios de los funcionarios vitalicios y a utilizar a contratados e interinos para que los vitalicios puedan seguir teniendo su nómina fija y su conciencia tranquila.
Vale.  

Diferencias

cercadelasretamas —  enero 24, 2013 — Deja un comentario
Cada vez que puede hacerse un planteamiento de comparación entre la actitud política de los dirigentes extremeños y cacereños con los de otras CCAA y provincias, siempre salen perdiendo los extremeños. Y no sólo los dirigentes, salimos perdiendo, sobre todo, los ciudadanos extremeños.
Como es conocido, desde el mes de marzo de 2012, el Centro de Formación de Tropa nº 1, el Cefot de Santa Ana, se encuentra, en la práctica en una situación de ERE, a la espera de recibir materia prima (nuevos aspirantes a soldados). Y en la misma situación se encuentra la Academia de Suboficiales, ubicada en el Pirineo catalán, en la localidad de Tremp. La fuerza con la que los dirigentes de la comarca del Pallars Jussà, algunos incluso de partidos independentistas, como el propio alcalde de Talarn, están defendiendo la continuidad, con garantías de futuro, de la Academia.
Ayer, la Subdelegada del Gobierno en la provincia de Lleida visitó el municipio de Talarn, y, como publica hoy el diario Segre (www.segre.com), informó que “Talarn només farà cursos esporàdics. La subdelegada del Govern visita el municipi i explica que l’informe de Defense sobre el futur de l’Acadèmia de Suboficials estará a partir del març”.
Ligado el futuro del Cefot nº 1, el de Cáceres, al mismo devenir que le pueda esperar a la AGBS, nadie de la representación oficial del Gobierno de la Nación en nuestra Comunidad Autónoma o en la provincia de Cáceres se ha pronunciado en el mismo sentido, en el de conocer los plazos marcados para saber en qué fechas, o a partir de qué fecha se puede estar dilucidando el futuro. ¿Para qué, verdad, si estamos tan “agustito” de feria en feria?
Tampoco, que se sepa, aunque uno se lo imagina, desde el Ayuntamiento de Cáceres se han pedido explicaciones a esa representación del Gobierno de la Nación sobre este tema. Explicaciones con conocimiento público. Recientemente, en un pleno, la primera autoridad política de la ciudad, la alcasenadora Elena Nevado reprochaba al principal partido de la oposición que utilizara políticamente el tema del complicado futuro del cuartel de la ciudad. Vamos, recordaba aquello de “usted haga como yo, no se meta en política”. Y creo recordar que también ofreció a los grupos políticos municipales a que la acompañaran en las gestiones que hiciera. Claro, un ofrecimiento vacío e inútil. Vacío, porque no está haciendo gestión alguna (si ahora, después del ofrecimiento, se destapara alguna gestión…) e inútil como lo han sido las tres múltiples reuniones que ha tenido (dos en despacho, con la Subsecretaria del Ministerio y con el Secretario de Estado, y una en un pasillo del Senado con el Ministro, con foto estilo club de fans de Raphael incluida).
Así, por la subdelegada del Gobierno en Lleida, Inmaculada Manso Ferrándiz, ya sabemos que será a partir de marzo cuando se conozca el futuro de la Academia de Suboficiales, cuando ya esté escrito y firmado ese futuro. Y que será a partir de marzo cuando ya también esté escrito y firmado el futuro del Cefot nº 1. Y mientras tanto, cuando queda menos ya de dos meses para esa fecha, no sabemos qué se está gestionando por los dirigentes políticos locales, provinciales y autonómicos para que lo que se escriba y se firme no sea otra cosa que la continuidad, con garantías, de que haya un futuro para el Centro de Formación.
Cuando queda menos de dos meses no sabemos qué gestiones (en realidad sí lo sabemos: ninguna) están realizando los dirigentes del Partido Popular que gobiernan la ciudad, la provincia y la comunidad autónoma para defender ante el Ministro de Defensa la continuidad del Centro. Ni lo han hecho hasta ahora ni lo harán… porque seguramente ya lo sepan.
La alcasenadora Elena Nevado se comprometió en pleno a que representantes de partidos de la oposición la acompañaran en las gestiones que emprendiera. Y quedó como una reina, porque su intención es no emprender ninguna. ¿Para qué?
Otra diferencia notable es que mientras en Cáceres se practica la política del avestruz («a ver qué pasa» «esperamos que haya buenas noticias próximamente»…) la información publicada en el Diario Segre termina: «Manso [la subdelegada] añadió que la Academia de Talarn ‘es muy importante para la comarca, pero debemos encontrar otras fuentes de dinamización independientemente de lo que pase con la Academia’. De hecho, la subdelegada explicó que Talarn busca otras opciones de ingreso».
Vamos, como en Cáceres, como en Extremadura… esperando que llegue la mala noticia y hablemos de maleficio, o la buena y salgan torrentes de inútiles e ineficaces cargos públicos a colgarse medallas.
Vale.

8 de diciembre de 2012. Elena Nevado, en la presidencia de los actos de la Patrona del CEFOT. 
El 11 de diciembre de 2012 votó contra la continuidad del Centro en dos ocasiones en el Senado

Fechas atrás, con motivo de invitar a los periodistas a un café con pastas, la alcasenadora de Cáceres, Elena Nevado, dejaba caer que pronto estaría en disposición de dar una buena noticia para el Centro de Formación de Tropa nº 1, el Cefot. Claro, que esa afirmación venía a tratar de tapar que un mes antes, sólo un mes antes, había votado, en dos ocasiones contra la continuidad del centro, en dos enmiendas en las que se pedía al Gobierno, a su partido, que dispusiera los créditos necesarios para su continuidad.
Y como es norma del Partido Popular, especialmente desde que el empleado de Angela Merkel, Mariano Rajoy es presidente del gobierno de la nación, la alcasenadora ha comenzado a cumplir su palabra. Ha comenzado a airear buenas noticias para el Cefot, convenientemente aireadas desde el BOPP.
La primera… La primera en la frente.
Cuando se están haciendo los informes de infraestructura, para lo que el Ministro de Defensa ha nombrado un Comisionado, va la alcasenadora y ayuda. A caer, pero ayuda.
Los informes que el Comisionado de Infraestructura de la Defensa está realizando para la toma de decisiones, determinarán no sólo cuáles son las mejores instalaciones para alojar unidades militares, sino cuáles son sus entornos, urbanos, periurbanos, comunicaciones, accesos… Todo eso forma parte de esos informes.
Y la alcasenadora de Cáceres, obligada por el Ministerio de Hacienda, que es quien realmente dirige y determina los presupuestos del Ayuntamiento, va y deja sin transporte público al Cefot. La decisión de la alcasenadora Nevado es que la línea 4, que actualmente tiene cabecera en el Edificio Múltiples y en el propio Cefot, solamente llegue hasta la entrada de una urbanización privada, el Ceres Golf (aunque en el Plan General Municipal sea suelo urbano, deben cumplirse muchos trámites administrativos para adquirir plenamente esa condición), y no unos 800 metros más allá, donde existe una instalación pública, como es el Centro militar.
Está claro que quienes toman estas decisiones, como la señora Nevado, lo hacen sentados en el asiento trasero del Audi oficial.
Ahora, cuando se están determinando qué instalaciones militares serán las que merezcan los informes más favorables, no bastará con el buen trabajo que realizan los profesionales que las utilizan y cuidan, sino cómo es su entorno, cómo se prevé el futuro de ese entorno.
Las dotaciones públicas, como el transporte urbano, es un elemento importante. No hay que olvidar que si, como hoy dice en un alarde onírico el BOPP, hubiera oferta de empleo de tropa, los alumnos, los aspirantes a soldados se verían privados de poder utilizar el transporte público para la realización en la ciudad de muchos de sus trámites (bancarios, oficinas públicas…) y les resultaría especialmente costoso recurrir a taxis.
Así es que la alcasenadora Nevado ya empieza a cumplir y a transmitir buenas noticias para el Cefot. Le quita el transporte público, que como son soldados, vayan y vengan corriendo a Cáceres, que ella los verá desde el Audi oficial cuando vaya y venga a Mérida a rendir pleitesía al emperador Monago.
Vale.

Calle Parras. Cáceres

La calle Parras, que, por cierto, en la página web del Catastro del Ministerio de Hacienda aparece como Calle Parra, sin la s, tiene una longitud de 230 m, y comunica, en el sentido del tráfico rodado, la calle San Antón con la Plaza del Obispo Galarza. Y en esos 230 metros de longitud son varios los inmuebles cerrados, cerrados por falta de uso, y que en su conjunto, ofrecen una lamentable vista de la ciudad.
Es a través de la calle Parras como los usuarios del parking de Galarza (sobre el que se ha dibujado un espantapájaros) llegan con sus vehículos. Cacereños de toda la vida, pero sobre todo, visitantes, turistas que han de circular por una calle que presenta muchos locales comerciales vacíos, y edificios enteros que, al final, son una imagen que los ojos retienen.
Además, en la calle de Parras hay algún establecimiento hotelero a cuyos propietarios sin duda les gustaría que las fachadas no fueran tan lamentables vista para las habitaciones en las que pernoctan turistas.
Siguiendo la numeración de policía, es decir, partiendo de la Plaza de Galarza en su confluencia con Alzapiernas, nos encontramos enseguida, con el número 7, cerrado, que da frente a la escalinata de la calle Castillo una callejuela sinuosa, con su arco, al final, prácticamente desconocida para la mayoría de los cacereños.
Calle Parras, 7. Cáceres

Avanzamos hacia adelante, y en la acera de la derecha, haciendo esquina con la calle de Busquet, el número 20 de Parras ofrece ya una imagen por un lado lamentable en cuanto a estado de conservación, pero que es, por otra parte, reflejo de cómo fueron aquellas primeras edificaciones que conformaron la vía y que a comienzos del siglo XX fueron sustituidas en su mayoría por caserones de más altura y volumen. Esta vivienda tiene unas características que suponen, en realidad, casi el único exponente de la primigenia conformación de la vía.
Calle Parras, 20, esquina a Busquet. Cáceres

En estos caserones de comienzos del siglo XX son los que se concentran las tres fachadas en peor estado, en un abandono que, como suele suceder, se incrementa exponencialmente con el paso del tiempo.
El número 26, es la más pequeña de las 3 que, prácticamente contiguas, ofrecen ese lamentable aspecto. Con una superficie de suelo, según catastro, de 122 m2, está construida en su totalidad, con una superficie construida de 366 m2.

Calle Parras, 26. Cáceres
El número 28, con 158 m2 de suelo, tiene una superficie construida de 421 m2 y una fachada posterior a la Plazuela de Don Alvaro, tanto o más desconocida para muchos cacereños como la calle Castillo. La fachada a esta plazuela se encuentra tapiada, con alguna ventana con rejas, abierta, de la que salen y entran felinos de potente tamaño, sin duda, bien alimentados.

                           Calle Parras, 28. Cáceres.                    Fachada posterior a Plaza de Don Álvaro

Finalmente, el número 34, con una superficie de suelo de 582 m2, y una superficie construida de 573, parece ser la de mayor antigüedad, ya que está datada en 1892 y es probable que en sus zonas posteriores, desde la calle Sánchez, por ejemplo, se haya producido alguna segregación de suelo, aunque no lo parece a la vista de la planimetría. Este edificio, además, tiene alguna historia reciente que la ciudadanía conoce.

En dicho edificio, a comienzos de los años 70 existía un bar, llamado La Casa Gallega, en realidad el primer bar de “cocina de importación”, que completaba la rica gastronomía de tascas de la época: las tapas de Galvao, las bolas de patata de Jaype, las morcillas del Manso, las gambas del Norte… los callos, callos Bar Mónaco (en Aldea Moret) o los bocadillos de mejillones de una sala de juegos (billar, futbolín, ping pong) de la OJE en el lugar que ahora ocupa el Hotel Ágora.
Calle Parras, 34. Cáceres. 

Aquella aventura culinaria de pulpo a la gallega (o así) duró poco y dio paso a uno de los locales con más “solera” de la ciudad: el Pingüino, que ha sido múltiples veces noticia y cuyo logotipo aún figura colgado en la fachada.
Se trata de una fachada muy especial, única, diferente en la concepción de la puerta y ventanas de planta baja, en arco, y con balcones acristalados en planta primera. Su estado de conservación es lamentable y la solera a la que antes me refería no es un añadido de valor, sino en el sentido figurado de mugre.
Este conjunto de edificios, unidos a varios locales comerciales cerrados, en mal estado, conforman en el conjunto de una calle de tan solo 230 metros una penosa visión.
Haciendo el recorrido que el usuario del parking de Galarza realiza, tras finalizar la calle que hemos comenzado en San Antón, llegamos a la plaza donde se encuentra el Parking, y nos encontramos con el espantapájaros recientemente colocado. Como puede verse en esta imagen.

Ascensor del Parking (no funciona todavía)

Una ciudad que, gobernada con mayoría absoluta por un partido, el Partido Popular, más preocupado de garbanzadas, migas, procesiones varias (no para mostrar una fe que muchos cofrades sí profesan, sino para salir en las fotos), y en asuntos propios de la BBC (bodas, bautizos y comuniones) que de gobernar realmente una ciudad, sin preocuparse de cómo esta ciudad, Cáceres, camina hacia el cierre por inanición. Una ciudad cuya alcasenadora, Elena Nevado, dice una cosa en Cáceres y hace otra en Madrid.
Vale.


El diario El País publica un extenso informe sobre la caída de la “producción” de la industria de la cultura en España como consecuencia de la situación general de crisis económica, agravada por la decisión del gobierno del Partido Popular de aplicar a la cultura un IVA del 21% (http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/09/actualidad/1357761659_022842.html

Hacia final del año 2012, el “mundo de la cultura” en Cáceres se vio sacudido por la decisión de Caja de Extremadura de retirarse con sus fondos de Obra Social del apoyo y patrocinio de actividades culturales, comenzando por su salida del Consorcio Gran Teatro, responsable, entre otros acontecimientos, del WOMAD. El presidente del Ateneo de Cáceres, Esteban Cortijo, señalaba este abandono de la entidad de ahorro y de las consecuencias que podría tener en un artículo publicado en un periódico local. 

La situación general a que se refiere El País incide, si cabe, aún más en la situación en la que las actividades culturales habían quedado en Cáceres. Muchos de los artistas, gestores, animadores socioculturales, la mayoría, casi, han quedado como las tortugas cuando se les da la vuelta sobre su caparazón y son incapaces de retornar a su posición normal en mucho tiempo para continuar su camino. 

El páramo cultural se extiendes, la desertización avanza y en ciudades como Cáceres quedaremos huérfanos, viendo en los “medios” de comunicación que las referencias culturales son las procesiones de semana santa y las cofradías. Y poco, muy poco más. 

A ello hay que añadir el lastre que supone en una pequeña capital de provincia que “los artistas” viven encerrados en su mundos, en sus mundos particulares, que hasta hace poco eran los de Yupi y que ahora son mundos inertes, tristes (más todavía) y sin futuro. 

Esos mundos de Yupi que en los últimos años han servido para que algunos, arropados en una especie de sociedad de socorros mutuos, en una camarillas tan secretas como estériles, parecieran asemejarse a artistas y creadores pero que con la ausencia de fluido monetario, escaso pero seguro, se llamaban creadores y ahora, cuando ya no se atisba ni un hilillo de ese fluido, adormecen su espíritu creador, acosados por una parálisis imaginativa superlativa y esperan, como las tortugas, que una cuenta corriente amiga les dé la vuelta y les recuerden que son creadores. De nada, pero creadores. 

Siempre ha sido un tópico en España, en la vieja España, que la miseria ha sido el origen de las más altas cumbres creadoras. Un tópico. La miseria, en cultura, solamente produce más miseria. 

Las capillitas locales, esas camarillas que pululan en torno a un “animador sociocultural”, sea blanco o negro, pero agraciado o agraciada con un presupuesto público, se han escondido, agazapadas, esperando que algún político con mando en plaza mueva un dedo. Entonces, saldrán de sus madrigueras, como hienas (esos animales que comen carroña, están en celo sólo una vez al año y encima se ríen, no se sabe por qué) para despedazar las dádivas y a quienes se acerquen a ellas. 

Mientras, la cultura que veamos o que nos quieran hacer ver será aquella que salga de las sacristías y cenáculos similares. 

Vale.

Hoy, 29 de diciembre de 2012, el gobierno del Partido Popular trae de regreso a España al condenado Carromero por la muerte, en accidente de tráfico, de dos disidentes cubanos. Mientras, varios cientos de españoles, condenados por delitos menos graves en otros muchos países esperan que el gobierno sea tan diligente. Un consejo a todos esos españoles desamparados por el Partido Popular: afiliénse. Seguro que en un partido con tanto corrupto el que unos cuantos delincuentes menores ingresen en sus filas no se notará.
Pero a lo que vamos. Carromero causó la muerte con su imprudencia de dos personas, de dos disidentes cubanos. De dos ultraderechistas cubanos.
La reacción primera del PP en España y, sobre todo, de la caverna mediática, fue la de culpar de las muertes a los servicios secretos de la “dictadura” castrista. La realidad, en pocas horas, dejó a todos esos agitadores profascistas con el culo al aire.
Por cierto, la detención ilegal de Alfon en nuestro país demuestra, seguramente, que nuestra democracia es más profundamente injusta que la dictadura castrista.
¿Qué hacía Carromero en Cuba? Oficialmente turismo.
Pero el accidente de tráfico dejó muchas dudas, sin resolver la mayoría de ellas porque los partidos políticos en nuestro país no afinan en sus preguntas, y los medios de comunicación, los grupos mediáticos están todos, son todos, de la derecha y la extrema derecha.
¿Era el primer viaje de turismo de Carromero a Cuba? No hay respuesta.
¿Cuánto dinero llevaba, en metálico, Carromero para entregar a los disidentes ultraderechistas cubanos? Algún rumor por ahí dice que 3.000 euros. Pocos me parecen para un único viaje.
Pero sabiendo ya como se sabe y no hay desmentido alguno, porque no puede haberlo, ya que el acompañante sueco que también iba en el Hyundai que estrelló el cachorro del PP, lo ha reconocido, estamos ante un caso de financiación de grupos políticos en países extranjeros.
¿Era la primera vez que el Partido Popular hacía entrega de dinero a disidentes cubanos? No hay respuesta… pero se intuye.
Y como esto es público y notorio, como es pública y notoria y ha quedado palpablemente demostrada con el piloto Carromero, ahora vienen preguntas que ningún medio de comunicación en España ha hecho y no hará, no porque no se atreva, sino porque están de acuerdo con esa financiación ilegal.
¿El dinero que llevaba Carromero, y el que habrá llevado otras veces, o habrán llevado otros conmilitones suyos, es dinero del Partido Popular? Lo dudo. El PP está para recoger, que para eso tienen sus brazos financieros. Gürtel, por ejemplo. O Seguros Mercurios, de Diaz Ferrán.
Pero lo más probable es que el dinero no sea de los fondos del Partido Popular, sino que el dinero que llevó Carromero en ese viaje, el que llevara antes y el que llevaran otros camaradas (en el sentido falangista del término) antes y llevarán después, sea dinero público, dinero sustraído, por cualquiera de los métodos de ingeniería administrativa y contable, tan queridos a la derecha.
¿Por qué nadie ha preguntado cuánto dinero era realmente el que llevaba Carromero? ¿Por qué nadie ha preguntado si era el primer viaje con esa finalidad que hacía el lucero de NNGG? Esta pregunta tienen fácil respuesta: en el control de pasaportes se sabrá. ¿Por qué nadie ha preguntado de dónde, cómo y cuándo salía ese dinero? ¿Por qué nadie ha preguntado si ese dinero es público?
¿Preguntas sin respuesta? No. Preguntas que nunca nadie hará. Para eso vivimos en un país democrático y las muertes causadas por Carromero tuvieron lugar en un país regido por una dictadura.
Finalmente, queda por saber, y no se sabrá porque nadie lo preguntará, cuánto, en euros o dólares contantes y sonantes, ha pagado el gobierno del Partido Popular, de nuestro dinero, de nuestros impuestos, para traer a España a semejante inútil. 
Vale.