Archivos para octubre 2016
El fuerte debate interno del PSOE sobre la posición a adoptar en la nueva tentativa de Mariano Rajoy por conseguir la investidura en el Congreso de los Diputados se ha polarizado en torno a dos posiciones: o aceptar la investidura o mantener el No.
Parece, al día de hoy, que la Comisión Gestora encabezada por Javier Fernández se decanta por plantear en el Comité Federal la conveniencia de abstenerse en la investidura. Al mismo tiempo, muchas agrupaciones locales, alguna provincial y alguna regional siguen siendo partidarias de mantener el No.
En esta disyuntiva, en la que quienes ostentan cargos de gobierno en las autonomías (los llamados barones: Vara, Page, Puig, Diaz, Lambán) y una parte de los actuales diputados aparecen totalmente distanciados de sus bases, y con la decisión de la Gestora prácticamente tomada (la abstención), solamente quedan los flecos de cómo vestir al santo: abstención en bloque, abstención técnica (11 diputados) o alguna fórmula imaginativa que puede recordar a la ingeniería fiscal que practican los defraudadores.
En toda esta cuestión, y desde los partidarios fervientes de la abstención, como Eduardo Madina, se ha venido percutiendo con un argumento que en modo alguno puede asumirse desde un mínimo conocimiento del modo de actuar de la derecha: que como el PP gobernaría en minoría, la mayoría del Congreso puede hacerle muy difícil el ejercicio del gobierno.
Quienes así se manifiestan son los mismos que se han negado a admitir que hubiera un “gobierno Frankestein” y que para evitarlo no dudaron en dar un golpe de estado preventivo. Esos mismos son los que creen, ingenuamente, que todos los grupos que podrían haber formado ese gobierno abortado, se pondrán permanentemente de acuerdo. Eso no será así, y lo veremos.
Quienes pretenden hacer creer a militantes y votantes socialistas que rindiéndose (rendición, y no otra cosa, es la abstención) ante el Partido Popular estará el PSOE en condiciones de hacer oposición y de encabezarla, ignoran una seña fija en el ADN de la derecha española: que ni paga traidores (los que dieron el golpe de estado preventivo) ni hace prisioneros.
Si el PSOE, junto con los demás grupos de la oposición “torturan” al PP en el ejercicio del gobierno, Mariano Rajoy no dudará, y lo hará cuanto antes, en mayo de 2017, en convocar nuevas elecciones. El escenario se lo han puesto a huevo.
Con un PSOE rendido, Podemos en luchas internas que pueden terminar como el rosario de la aurora, Izquierda Unida liquidada por el nieto de Anguita, unas elecciones en julio de 2017 le darían una mayoría absoluta por muchos años al PP y terminarán por hundir al PSOE hasta la irrelevancia.
Desgraciadamente, la dignidad que muchos votantes y militantes socialistas manifiestan no es compartida por los dirigentes de la Gestora y quienes la han puesto. En mor de un falso pragmatismo, prefieren arrodillar al partido ante la derecha antes que vivir de pie, erguidos y defendiendo la dignidad.
Quienes dieron el golpe de estado preventivo, traicionando al Secretario General elegido por la militancia, son los mismos que quieren echar de los puestos de la dirección nacional al PSC, que con su primer secretario, Miquel Iceta se mantiene en el voto negativo.
Abstenerse no es el falaz argumento de decir que no es apoyar. Eso es una falacia. Abstenerse es rendirse.
Ya puestos, la Comisión Gestora del PSOE debería someter al Comité Federal poner como condición al PP que Rajoy no sea el candidato a la investidura. Que si quieren la abstención, el candidato sea Francisco Correa.
Vale.
En diversas entradas de esta web he incluido diversas entradas referidas a inmuebles de titularidad pública que se encuentran sin uso y sobre los que ha habido, en algún caso, pronunciamientos públicos que al final, coo en el soneto con estrambote de Cervantes al túmulo de Felipe II… “fuese y no hubo nada”.
En estos días, el Ministerio del Interior, a través de la GIESE (Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de la Seguridad del Estado) ha intentado vender la antigua casa cuartel de la Guardia Civil en la calle Margallo. Ha intentado de nuevo sin éxito, y eso que la diferencia de precio con el del primer intento de venta era considerable. En el primero de los intentos, el precio de salida era superior a 2.700.000 €, mientras que ahora se ofertaba por poco más de 300.000 €.
Es curioso que sobre dos inmuebles de mucho mayor valor (y precio) el Ayuntamiento, gobernado por el Partido Popular con el inestimable apoyo de Ciudadanos, sí haya hecho amago (brindis al sol) de reclamarlos.
Sobre la antigua cárcel, que figura en el Catálogo de Bienes Protegidos del Plan General Municipal hubo hasta grandilocuentes declaraciones de reclamarlo con la modalidad de cesión gratuita, eso sí, sin tener la más mínima idea de para qué lo reclamaban. Creo recordar que hasta hubo pronunciamiento en pleno en ese sentido. Pero no ha vuelto a tenerse noticia alguna.
Sobre la que era sede de la Demarcación de Carreteras del Estado, el Ministerio de Hacienda se lo ofreció al Ayuntamiento (qué raro, ofrecimiento, así por las buenas) que llegó incluso a plantear destinarlo para viviendas, en una propuesta estéril. Y no ha vuelto a saberse nada.
En estos dos casos, lo malo no es que el equipo de gobierno utilice estas cuestiones de señuelo para hacernos creer que gestiona algo, mientras que con la ayuda de los gorrillas de Ciudadanos declara media ciudad zona azul y sube el precio del autobús urbano, un servicio que cada vez pierde más usuarios (seguramente porque los ciudadanos no quieren utilizar un servicio cada vez peor). Lo malo es la inacción de la oposición, que ni pregunta ni, seguramente, sabe qué preguntar para poner negro sobre blanco la incapacidad de gestión del PP.
Ficha urbanística de la antigua casa cuartel de la Guardia Civil en Cáceres