Según las informaciones de la prensa local, ayer, 16 de mayo de 2024, intervino en el Pleno del Ayuntamiento de Cáceres una asociación (AMA) para pedir explicaciones al alcalde sobre la tramitación de un informe de los servicios municipales muy favorable a los intereses de la minera australiana que pretende horadar el subsuelo de la ciudad.

Por toda explicación, el alcalde se manifestó contrario a la modificación, ya que si lo hacía sería prevaricar. Luego fuese y no hubo nada.

Porque el alcalde de Cáceres, del PP, con el sujetador de VOX, afirma que lo que digan los técnicos está bien dicho. Para este viaje no hacen falta alforjas, porque si eso es así, la figura del alcalde sobra, ya que la remisión del informe a la Junta de Extremadura la podría haber firmado el portero mayor, por poner un ejemplo.

El informe en cuestión plantea que una mina, en este caso subterránea, es compatible con el uso secular de los terrenos, ya que la extracción minera se sitúa a unos 40 metros por debajo del nivel actual del terreno natural. Es más. Visto el informe, estoy seguro de que si para determinar esa compatibilidad hubiera hecho falta afirmar que la extracción minera se situará (mejor, se situaría, porque está por ver que se lleve a cabo) a 60, 80 ó 100 metros bajo el nivel actual del suelo, el informe lo habría señalado.

Dicen los funcionarios que el papel lo aguanta todo. Es cierto, el papel lo aguanta todo, y en el caso del Ayuntamiento de Cáceres, el papel del alcalde lo aguanta todo.

Porque el informe tan bien alabado por la máxima autoridad “política” parece aguantarlo todo… salvo que la compatibilidad del PGM con el deseo de negocio de los mineros australianos no puede ser nunca real y efectiva.

Los ciudadanos cuando votamos, en cualquier tipo de elecciones, lo hacemos para que quienes resulten elegidos se dediquen a hacer política y no a convertirse en correveidiles de los informes que desde una administración lleguen a otra.

Lo que los ciudadanos de Cáceres, unas veces a través, como ahora, de AMA-Cáceres, o la Plataforma Salvemos la Montaña, o asociaciones ecologistas, o, como en mi caso, ejerciendo de franco-escribidor, le pedimos al alcalde de Cáceres es que adopte una decisión política, porque para ello se le votó en unas elecciones.

Lo que parece claro es que el alcalde ha ligado su futuro político a un informe técnico y jurídico cuya calidad es cuestionable. Y desde aquí adelanto que ese informe no podrá ser cumplido, y por tanto se volverá en contra del alcalde.

Y entonces, las palabras del alcalde se convertirán en premonitorias.

Vale.

Y en algunos casos, cada vez más, se convierten en auténticas serpientes arrastrándose.

La dirección del WOMAD, o la Dirección del Consorcio del Gran Teatro, o el alcalde de la ciudad, o la Consejera de Cultura, o la Presidenta de la Junta de Extremadura… o todos en comandita han tomado la decisión de prohibir la lectura de manifiestos durante la celebración del WOMAD 2024.

Cualquiera que haya tomado la decisión lo ha hecho ejerciendo su cargo político. Porque la dirección del WOMAD (una empresa privada habría recibido una orden política). Orden política.

La directora del Consorcio del Gran Teatro está en ese puesto por una decisión política y, seguramente, porque su carnet del Partido Popular es su aval. Y ha tomado una decisión política.

Y así todos los cargos públicos cómplices de la prohibición. Todos cargos políticos.

En Extremadura no hace falta ya que distingamos entre la derecha y la extrema derecha: son lo mismo.

Y ejercen la política como únicamente saben: prohibiendo todo lo que suene a cultura, recordando aquello de que “cuando escucho la palabra cultura, me echo la mano a la pistola”. Son así, no lo pueden remediar.

No hay distinción alguna entre el Partido Popular y Vox, son lo mismo, son siameses.

“Despolitizar” la cultura (que es el fin último) es el cumplimiento en toda su extensión que peperos, voxeros, concejales, consejeros, pseudoartistas de aquello que su abuelo, el unihuevo, tanto recomendaba: “Usted haga como yo, no se meta en política”.

Vale.

Y de las denuncias, claro. En Galicia se han venido sucediendo denuncias y manifestaciones en contra de la instalación de una macrocelulosa entre los términos de Palas de Rei y Melide, como puede apreciarse buscando en Google las noticias más recientes sobre el asunto.

De hecho, la interposición de denuncias, alegaciones, etc., ha dado lugar, por ejemplo, a un informe emitido con fecha 17 de abril de 2024 por ICOMOS sobre la incidencia o no de la industria que se pretende instalar entre dichas localidades gallegas.

El informe de ICOMOS se emite tras “diversas denuncias efectuadas por diferentes entes y asociaciones públicas contra el proyecto”, lo que para quienes venimos denunciando la pretensión de abrir una mina de grandes dimensiones para la extracción de litio, es una referencia que nos anima a seguir planteando cuestiones en contra de dicho proyecto.

La macrocelulosa de fibra textil que se pretende en Galicia afecta al Camino de Santiago. Bueno, en realidad no afecta expresamente al Camino, pero sí a su protección, como señala ICOMOS.

En febrero de 2024, el Diario Oficial de Galicia publicó el anuncio de sometimiento a información pública de la AAI (autorización ambiental integrada), la EIA (Evaluación de Impacto Ambiental), la declaración de utilidad y el proyecto de la industria, que había sido declarado PIE (Proyecto Industrial Estratégico) en 2022.

Como puede observarse, el proceso seguido por la celulosa en Galicia es muy similar a lo que se pretende en Extremadura con la mina de litio.

Sin embargo, ICOMOS entra de lleno en el asunto, a pesar de que no hay afección directa al Camino de Santiago, “aun reconociendo que la zona de implantación de la industria proyectada se encuentra fuera tanto de la zona de delimitación del Bien de Interés Cultural como de la delimitación del bien de Valor Universal Excepcional que es el Camino de Santiago de Compostela, y que como tal ha sido considerado Patrimonio Mundial, así como de su zona de protección; entiende que dentro de la citada industria existen una serie de elementos arquitectónicos e instalaciones que tendrán un fuerte impacto en el paisaje que define la ruta jacobea y que, por lo tanto, sí afectan en gran medida al bien de Valor Universal Excepcional, y ello más allá de la propia naturaleza de la actividad industrial que se desarrolle”.

La consecuencia inmediata que el informe de ICOMOS es la recomendación (ICOMOS es un organismo consultivo) de que se acometa la Evaluación de Impacto Patrimonial, de manera independiente “que analice profundamente los impactos, sobre todo desde el punto de vista visual y de su apreciación; que estudie alternativas, que proponga medidas de mitigación y que cuente con la participación de las comunidades locales. Dicha evaluación debe considerar las interdependencias entre el bien Patrimonio Mundial, su zona de amortiguamiento y su contexto más amplio, donde, como sucede en el presente caso, se desarrollan actuaciones con impacto potencial. El mencionado documento deberá redactarse de conformidad a la actual Guía de Orientaciones y herramientas para la evaluación de impactos en el contexto del Patrimonio Mundial de los organismos consultivos de la Convención; en este sentido resultarán de aplicación las Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, versión actualizada y aprobada en Riad en septiembre de 2023 y en cuyo articulado se establece la metodología a emplear para este tipo de actuaciones así como su obligatoriedad.”

Como sin duda algunos lectores de esta Cerca de las Retamas recordarán que en febrero de 2023 incluí una serie de entradas en las que señalaba la necesidad de la Evaluación de Impacto Ambiental para establecer las consecuencias que para el Valor Universal Excepcional tendría la megamina, cuáles son los distintos pasos que la Guidance and Toolkit for Impact Assessment in a World Heritage Context, publicada por la UNESCO han de seguirse para la formulación del Estudio de Impacto Ambiental.

Vale.

A mediados de octubre de 2023, el precio de la acción de Infinity Lithium era de 0,100 UAD. Desde entonces, su precio, con algún diente de sierra, no ha dejado de deslizarse has los 0,050 UAD en que la acción se situó en la última semana de abril. Una caída en torno al 60%. Los mineros (?) australianos están caninos y buscan desesperadamente poder a su página web “buenas” noticas que exciten a los inversores que catapulten los precios hacia arriba.

Para eso, seguramente, habrán convencido a El Ingeniero para que los miembros del CICCP, con motivo de su patrón, Santo Domingo de la Calzada, se conviertan en el foro necesario desde el que proyectar la “buena” imagen de su proyecto minero.

Es extraño que en la festividad de los ingenieros de caminos, canales y puertos, el proyecto que sea estrella a modo de lección magistral (como suelen hacer todos los colegios profesionales) no sea una carretera, un puente, sino una mina. Eso sí, están invitados los colegios de profesionales “superiores”, que son, en suma, los que cuando se trata de proyectos que requieran los informes pertinentes, los que determinan la aprobación o no de los mismos.

Podría resultar interesante, incluso cinematográficamente, presenciar la imagen de El Ingeniero tomando la palabra, con un retrato del rey Juan Carlos I vestido de marinerito, porque él hizo la mili en la marina.

Hará El Ingeniero una bonita y profesional presentación del ingeniero de minas que se encargará de vender su proyecto, en presencia de numerosos técnicos superiores y de las autoridades de la Junta de Extremadura competentes en materia de minería, a las que corresponderá, si son capaces de superar los sucesivos trámites administrativos, conceder la venia a la mina.

Para el alcalde de la ciudad, también invitado, será un momento cumbre palpar el ambiente que el proyecto causa entre tanto técnico superior, porque ya sabemos que para él, la decisión será aquello de lo que diga la rubia. O el técnico.

Por supuesto, el ponente del proyecto afirmará que será una mina de emisiones cero, que, como me dijo a mí mismo, ellos no necesitarán subvenciones ni ayudas para su proyecto, que este es urbanísticamente compatible, como lo “demuestra” el último informe urbanístico y jurídico municipales tan de gusto del alcalde, y que lo de vallar todo el perímetro minero es solamente una ínfima cuestión de seguridad.

Espero, incluso, que El Murciano y su técnico minero animen a los presentes, técnicos superiores de economía desahogada, a invertir en acciones de la mina.

La presencia del alcalde y de los cargos políticos de la Junta de Extremadura, que deberán ser los que tomen las decisiones para poner en marcha, o no, el proyecto dará pie a esas buenas noticias que esperan en Perth.

De todas formas, y antes de que los relaciones públicas del sicariato minero de Cáceres publiquen esas “informaciones” tan buenas, para excitar a los inversores de la bolsa de Sydney, sería conveniente que ante tanto técnico y tanta rubia que avalen el proyecto, y así el alcalde pueda seguir con su mantra, conviene recordar que “para enterrar a los muertos, cualquiera sirve, cualquiera menos un sepulturero” (Romero solo, LEÓN FELIPE).

Y en esta historia minera, el sepulturero, el que quiere que los otros sepultureros le den la razón, es el alcalde, al que no le importa, a lo que sabemos, que la ciudad quede sepultada.

Probablemente, el del patrón del CICCP, El Ingeniero recuerde cómo, pisando con fuerza el asfalto de la CN-630, en presencia del vendedor de las parcelas del Ceres Golf diga aquello de que “esto hay que solucionarlo”.

Vale.

Los que tenemos ya cierta edad, muchos de los que tenemos ya cierta edad, recordamos cómo fue la caída de Adolfo Suárez, y las consecuencias que tuvo. Porque tal parece que quienes ahora son los corifeos contra el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa Begoña Gómez, están reeditando las artimañas que en 1981, sus padres ensayaron, con éxito, contra Adolfo Suárez.

Suárez no dimitió de su cargo si no fue por las terribles presiones, de todo tipo, que se cernieron sobre él, y que finalmente se lo llevaron por delante, y con ello, el cuasi fallido golpe de Estado. Digo cuasi fallido porque, aunque en los años siguientes, ya con gobiernos socialistas, quedaron claras, muy claras, las limitaciones del poder político: el Ejército, la Iglesia, la Judicatura, la Corona y el Franquismo resultaron las ganadoras de aquel envite.

Ahora, en 2024, se repite la historia (no hemos aprendido nada) y se cumple aquello de que el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla. Es verdad que en esta ocasión ha sido necesario que la intocable Judicatura haya dado un paso al frente y se haya constituido en el la punta de lanza envenenada contra el poder político.

Ahora, en 2024, son los hijos de aquellos que en 1981 frenaron cualquier atisbo de democracia plena y nos dejaran solamente algunas líneas de democracia formal. Los de ahora no tratan de frenar, si consiguen la caída de Pedro Sánchez, un camino hacia una democracia más completa, sino cortar de raíz siquiera una apariencia de democracia formal.

Los de 1981 y los de ahora, los de 2024, han mamado de la misma teta: el fascismo, y ahora trata de recoger frutos.

En 2008, la revista “Cahiers de civilisation españole contemporaine” se publicó un artículo de Pierre-Paul Gregorio, titulado “Los inicios del cerco a Adolfo Suárez y sus primeras repercusiones en la prensa madrileña” cuyo resumen extraído de la misma revista dice lo siguiente:

Se trata de poner en perspectiva la oposición creciente que Adolfo Suárez tuvo que arrostrar desde septiembre 1977 hasta septiembre de 1980, y que tuvo su origen en muy diversos sectores de las elites nacionales del momento. A través del encadenamiento de diferentes acontecimientos, sin duda inconexos entre sí en un primer tiempo, se va a ir creando en la España de la Transición un sentimiento de hastío y de rechazo hacia el Presidente electo. El estudio se cierra en el momento de la formación del último gobierno liderado por Adolfo Suárez. En otras palabras, cuando esa «cacería» de la que hablaba «Cándido», empezó a cobrar mayor amplitud. Por ello, a través de las líneas que siguen, intentamos trazar el panorama que condujo, precisamente, a ese proceso de desestabilización que acabaría, de manera no forzosamente deseada por algunos actores del mismo, en la intentona del 23-F. Y todo ello, empezando a señalar el papel que algunos periódicos –El Alcázar y, en mucho menor medida, Ya y ABC– pudieran haber tenido en tales premisas.

La lectura del mencionado resumen es tan clara respecto a la situación actual que es por sí mismo definitoria, y nos lleva a una conclusión: los mismos fascistas de entonces vuelven en 2024. Y están a un tris de conseguir lo que llevan propugnado.

Vale.

Hace unos días se anunciaba, otra vez, un acuerdo del Ayuntamiento de Cáceres con la CHT, Confederación de Aguas del Tajo, para dos asuntos importantes: la nueva depuradora y el proyecto de regeneración de la Ribera del Marco.

Ambas cuestiones vienen de antiguo y sobre ellas sobrevuela una decisión, realmente injusta, de la CHT por la que no se considera El Calerizo de Cáceres como una masa de agua, lo que en la práctica deja sin protección al origen mismo de la ciudad, puesto que El Calerizo es el sustrato sobre el que emergen la ciudad Monumental, Patrimonio de la Humanidad, y un enorme valor prehistórico como Maltravieso y las demás cuevas que asientan sus salas bajo la piedra caliza y sobre la “mina” de agua.

Cuando se producen lluvias más o menos fuertes, llega hasta El Marco (aliviadero principal del Calerizo), aguas encauzadas en el llamado Regato de la Plata, aguas superficiales que se funden, justo en El Marco con las que surgen en el aliviadero, en el punto en el que se sitúa el nacimiento de la Ribera. Algunos lo llaman Fuente del Rey, los más puristas y tradicionalistas.

Sin embargo, quienes hemos corrido por el lecho de la Ribera prácticamente seco en verano porque el aliviadero del Marco, o los otros, como el del Sapillo, no afloraban agua, en los tiempos en los que la ciudad se abastecía exclusivamente de los pozos situados en el Espíritu Santo (dos fuera de lo que ahora se llama Cerca de don Jorge) y dos dentro, separados entre sí 70 metros, vemos ahora cómo durante todo el año la Ribera lleva agua, y bastante más de la que aflora, tímidamente, bajo el muro del Marco.

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En un tiempo, y en base a determinadas informaciones que pude conocer, señalé que la Ribera llevaba, lleva, abundante agua, y pensé en que el verdadero nacimiento de la vena de agua que riega el cuerpo de la ciudad, ya no estaba en el aliviadero del Marco, ni en el del Sapillo (sepultado bajo la losa de hormigón del almacén de UDACO), ni en el del Arropez, ni mucho menos en el de los Caños de Santa Ana, este arrasado por las extracciones de agua de las minas de fosfatos de Segismundo Moret (premiado por ello con una calle de la “capital” y un topónimo del extrarradio).

Aquella percepción de cambiar el lugar del nacimiento de la Ribera a lo más profundo del Palacio de Congresos, donde se colocó una bomba hidráulica de extracción e impulsión de agua, cuyo vertido al cauce de la Ribera se aprecia directamente, me ha sido actualizada tras conocer algún detalle más. No sólo se vierten al cauce las aguas extraídas del Palacio de Congresos, sino que alguna (al menos una, a la espera de cuantificar el número) de las promociones de viviendas erigidas en lo que fue la Huerta del Conde tiene colocada su bomba de achique y extracción de agua, con vertido directamente al cauce.

Y no parece que las aguas que se extraen de la promoción que tiene colocada la bomba extractora sean de escaso caudal, ya que los propietarios de la misma están tratando de colocar una instalación de paneles solares para que la energía eléctrica que produzcan les abarate la factura eléctrica que genera la bomba extractora.

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La referencia que hice al principio del “proyecto” de regeneración de la Ribera tiene mucho que ver con algo que, de producirse en los términos de lo publicado en prensa sobre las declaraciones políticas, olvidarán el principal problema.

Primero, la necesidad de que una vez por todas se declare el Calerizo como masa de agua, cuya protección hidrológica, geológica e histórica, ha de salvaguardarse.

Segundo, el conocimiento de cuántos puntos de extracción de agua similares al del Palacio de Congresos y a la promoción de viviendas citadas existen sobre el Calerizo, y, sobre todo, la cuantificación de cuánta agua sale del mismo y que en la práctica termina perdiéndose, puesto que a la vista de cuál es el caudal apreciable de la Ribera, parece mucha más de la que pueden asumir los tramos de huertas asentadas en los márgenes de la misma.

Vale.

En las dos primeras décadas de este siglo, tuve la ocasión de leer, aunque fuera de pasada, artículos teóricos o de proyección teórica sobre cómo serían en el futuro los conflictos armados, las guerras. Y en ese contexto, los conflictos asimétricos serían, serán, son, los más reconocibles.

Un primer concepto de asimetría de conflictos (guerras) sería el enfrentamiento entre un ejército regular con otro irregular. Históricamente, España tenía alguna experiencia en las guerras del Norte de África, cuando el Ejército regular español se enfrentaba a las cábilas árabes.

Otro concepto de la asimetría que se estudiaba era el enfrentamiento entre dos ejércitos regulares, pero con una evidente diferencia de poderío militar, económico y geopolítico, de manera que la guerra se vería desde fuera primero como inevitable, y después con una evidente victoria del ejército más fuerte, más poderoso.

Hemos llegado en este 2024 con dos guerras asimétricas evidentes: la guerra de Gaza y la guerra de Ucrania. De cómo se desarrollen ambas, la comunidad internacional podrá alcanzar un mayor o menor grado de pacificación.

En orden temporal, primero fue la guerra de Ucrania, con la invasión, el intento de invasión de Ucrania por parte del poderoso ejército ruso. La invasión rusa de Ucrania, ​ también denominada guerra de Ucrania, iniciada el 24 de febrero de 2022, constituye una escalada de la guerra ruso-ucraniana que comenzó tras los sucesos del Euromaidán en 2014. 

En principio, la opinión internacional sería que si Ucrania se enfrentaba al invasor ruso, solamente con sus medios, la guerra sería muy rápida. Una de las excusas del presidente Putin para invadir Ucrania era que el país ucraniano se estaba echando en manos de la OTAN y EEUU. La debilidad  de las fuerzas ucranianas ante Rusia se fue compensando con el apoyo material (armamento y equipos) de los países europeos y los EEUU. Lo que parecía un rápido conflicto, se ha estabilizado dos años después de su inicio, pero se desconoce cómo evolucionará en el futuro.

A comienzos de octubre de 2023 (en concreto, el día 7) un amplio ataque de comandos de Hamás sobre Israel dio como resultado la captura por las milicias palestinas de un buen número de rehenes, y una durísima respuesta de las fuerzas armadas israelíes, que desde dicha fecha han causado unos 35.000 muertos entre los gazatíes, de los cuales unos 16.000 son niños.

La crueldad de Israel en su respuesta al ataque de Hamás está, aunque lentamente, y con altibajos, a que la opinión pública internacional y los gobiernos occidentales traten, con más o menor fuerza de influencia, de que Israel frene en su venganza y se puedan sentar las bases para la única solución política posible: la creación de los dos Estados, uno israelí y el otro palestino.

Tanto en la guerra de Ucrania como en el caso de Israel-Gaza, su enquistamiento en el tiempo pudiera ser (o no) un principio de resolución, pero la diplomacia camina sobre la inestable cuerda de equilibrios cuya explosión pudiera resultar fatal. Por ejemplo, el cruce de ataques entre Israel e Irán podrían llevar, en función de si se repiten y escalan, a la intervención de países occidentales.

En el caso de Ucrania, el cambio de aportaciones de armamento y material desde la UE y EEUU por la presencia de tropas europeas y de la OTAN sobre el terreno (como ha pedido Emmanuel Macron) podría aumentar exponecialmente la dureza de la guerra.

Vale.

Durante todo el tiempo que unos especuladores australianos llevan dando porc… todas partes para tratar de conseguir llevar “su proyecto” al mejor de los términos, esto es, a venderlo al mejor postor cuando hayan obtenido los permisos necesarios para poner en práctica la explotación minera, han sido dos líneas de actuación llevadas a cabo: primero, con la “incorporación” a su sicariato en Cáceres de diversos ejecutivos (Benjumea, ex de Abengoa, Cayetano Polo, exconcejal por Ciudadanos…) hasta encontrar a un exejecutivo de Acciona y antes perteneciente a la cuadra de Florentino Pérez. La segunda, tratar de afianzar en la bolsa australiana (Perth) las acciones de la empresa matriz, Infinity Lithium, a su vez heredera por cambio de denominación de Playmouth Minerals, de infausto recuerdo en Dover, Inglaterra.

Mientras que desde el sicariato de Cáceres han venido cumpliendo las instrucciones recibidas, especialmente la consecución, a cualquiera precio, de la “licencia social” para el proyecto, la matriz se esfuerza en conseguir la licencia bursátil que permita a los especuladores encontrar el mirlo blanco que compre la aventura, a ser posible justo cuando obtengan el permiso de explotación.

En noviembre de 2023, los diarios económicos se hacían eco de que la matriz bursátil estaba en venta, y que sus directivos habían contratado a la división de asesoramiento en fusiones y adquisiciones (M&A) de Macquarie Capital para buscar socios con los que financiar la explotación de la gran reserva de litio de Cáceres (Extremadura) (https://www.expansion.com/empresas/2023/11/10/654d577ae5fdea46208b4667.html). Pero parece que no hay avances.

Igualmente, no parece que haya avances en la “licencia social”, porque la resistencia de los ciudadanos que están en contra del proyecto son cada vez más numerosos, con mayor determinación de actuar en contra de posibles futuras autorizaciones.

Por ello, mientras que la “licencia social” se dirime ante las instancias políticas de la ciudad y región (y también ante los Tribunales), la andadura en la bolsa australiana tampoco invita a Infinity Lithium Ltd a lanzar cohetes de explosivos a granel.

Al día de la fecha (29 de marzo de 2024), este es el retrato sincrónico que ofrecen las acciones de la matriz australiana.

Vale.

Todos hemos oído hablar de la lentitud de la Justicia en España, e, incluso, algunos la han sufrido y otros se han beneficiado (prescripciones de por medio), y, sin embargo se mueve, como diría el propietario de una conocida sala madrileña.

En marzo de 2020, la jueza titular del número 5 de los tribunales de Murcia dictó un auto por el que se elevaban a procedimiento abreviado las diligencias de investigación 149/2014, con una extensión de 11.000 folios, realizadas por la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo de la Comunidad de Murcia. El Fiscal que llevó a cabo dichas diligencias fue José Luis Manzanera, que en la actualidad es el Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Murcia.

El auto de la Jueza de marzo de 2020 otorgaba un plazo de treinta días para que la fiscalía y/o las acusaciones particulares plantearan si se precisaban practicar más diligencias.

Así, llegamos a marzo de 2024, cuando la misma jueza estableció en un auto dictado el 6 de febrero pasado un plazo a vencimiento el día 14 de marzo, esto es, ayer mismo, para que la Fiscalía, la acusación popular y los procesados para que soliciten la apertura de juicio oral o el sobreseimiento.

En próximas fechas, la magistrada dictará otro auto que, si no modifica o requiere aún más diligencias, determinará la conclusión efectiva del sumario, que estará listo para fijar la celebración del juicio oral.

De lo conocido hasta ahora, y tras los cuatro años transcurridos desde marzo de 2020, no ha habido modificaciones por parte del tribunal en lo que se refiere a los procesados en la causa, ni a los delitos de los que se les acusa.

Hasta ahora, La magistrada ha tenido en cuenta los informes de la Intervención General, de la División de Intervención y Fiscalización, de los Servicios Jurídicos de la Comunidad Autónoma y el elaborado por la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal, Brigada Central de Investigación de Blanqueo de Capitales y Anticorrupción (UDEF-BLA) del Cuerpo Nacional de Policía.

Hay que recordar que el sumario de la depuradora fue dividido en dos. La Sal I y La Sal II. El segundo es el que afecta exclusivamente al que era presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia cuando la depuradora se adjudicó, Ramón Luis Valcárcel, para el que la fiscalía y la acusación piden más de diez años de cárcel, otros tantos de inhabilitación y una fianza de 74,1 millones de euros por responsabilidades económicas.

En La Sal I están procesadas diecinueve personas, desde un vicepresidente de la Comunidad Autónoma hasta un conocido cacereño “de adopción”, Ramón Jiménez Serrano, protector de los medios de comunicación locales, benefactor del Cáceres de baloncesto, de la Leb Plata, o mecenas del cine de los hermanos Rebóllez.

Pronto se sabrá, si no hay más dilaciones, cuáles serán las peticiones de la fiscalía, la acusación popular y, por supuesto, las de los procesados, que pedirán, por supuesto, la libre absolución. Aunque sea subterránea.

Vale.

De todos es conocido que Feijóo no es el mejor orador porque no quiere y que su fuente más fiable, quizás su única fuente de información es el teletipo. También parece que los años adolescentes en su Galicia natal dedicados, con fruición científica, a conocer la reproducción de los conejos, le dejaron el cerebro algo tocado.

El último sucedido del Noquiero amigo y mucho amigo de un narcotraficante ha tenido lugar en Córdoba. Ha sido con motivo de unos ejercicios espirituales dedicados a la divina igualdad de los españoles, cuando Núñez Feijóo (a) Elnoquiero se hallaba flosando la riqueza y variedad patria, los paisajes, los rasgos distintivos de cada territorio, cuando al llegar a Extremadura ha señalado que esta tierra también es verde, tanto como Galicia, Asturias y Cantabria, y ha tirado de la original metáfora del mar de encinas.

Y entonces ha saltado la liebre. Ha recordado que han pasado 45 años para que Extremadura llegara a tener una mujer al frente de la autonomía. Han sido necesarios, Elnoquiero dixit, esos 45 años para que una mujer, María Gallardo, consiguiera formar gobierno con el apoyo, eso sí, de los fascistas.

El auditorio, selecto, de los convocados al retiro religioso, ha comenzado a murmurar, y tras el deán, María Guardiola, ha protestado, sin alzar mucho la voz, y dirigiéndose, según las imágenes, más a Mañueco que a Feijóo, ha corregido al oficiante.

¿Qué ha sucedido, entonces? ¿Qué puede haber llevado a tan seguro orador a confundirse? He podido leer, de pasada, que la confusión de Gallardo por Guardiola se ha debido a confundir el apellido de la presidenta de la Junta de Extremadura con el del Gallardo vicepresidente castellano leonés. Y no es así.

La culpa de esa confusión la ha tenido un teletipo y la tardanza de su equipo de asesores de traducir las informaciones que llegan constantemente a la calle Génova, servidas por las diferentes agencias de prensa, y que son recogidas en la sala de prensa del Partido Popular.

Seguramente, alguno de los asesores de cabecera de Elnoquiero, ha mezclado algunos teletipos llegados desde Castilla y León y Extremadura. De Castilla y León llegan al PP muchos dando cuenta de la hiperactividad del vicepresidente Gallardo, cuyas múltiples competencias y capacidades son proverbiales. De
Extremadura son menos los que llegan, y son los que dan cuenta de la actividad de María Guardiola, de la escasa actividad, salvo la de dedicar un par de volcados de pienso diario para los periodistas, sobre la mala herencia recibida.

Y entre los múltiples teletipos castellano leoneses, se ha colado alguno de Extremadura, y quizás sea el despacho de la agencia Mencheta dando cuenta del triunfo de un Gallardo en las primarias del PSOE.

De las fastuosas homilías de los ejercicios espirituales de Córdoba sobre la igualdad de los españoles solamente nos queda saber si María Guardiola se ha pagado el viaje con cargo a la partida de los 100.000 euracos que Vox, sus jefes en la Junta de Extremadura, le ordenaran llevar a los presupuestos de la comunidad para defender la unidad nazional.

Vale.