Hace unos días, la diputada pepera Celia Villabolos aludió en tono despectivo a la enfermedad del vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Esa alusión era una continuación natural del desparpajo mediático de los medios de comunicación al servicio, incluido el servicio previo pago, del Partido Gurtelar.
La exquisitez con la que la izquierda trató a Esperanza Aguirre contrasta con la desvergüenza de la extrema derecha mediática y de gente como Celia VillaBolos, pero la realidad es tozuda y esa desvergüenza tiene su precio.
El pasado viernes, a última hora de la tarde, las agendas de prensa para el sábado 12 de marzo recogían una convocatoria del Partido Gurtelar para un acto a celebrar en Talavera de la Reina, con la participación de la candidata a la presidencia de Castilla La Mancha y Secretaria General María Dolores de Cospedal, la presidenta de la comunidad de Madrid y de nuevo candidata, Esperanza Aguirre, y el candidato a la presidencia de Extremadura, José Antonio Monago. El tema era el AVE.
La señora Aguirre no asistió. Sencillamente, dio plantón a Cospedal y Monago.
En los discursos, según las referencias que he podido ver en los medios de comunicación, ninguno de los dos abandonados candidatos, Cospedal y Monago, aludió para nada a la ausencia de Esperanza Aguirre. La convocatoria no puede achacarse a los medios de comunicación. Esa convocatoria salió de la sede del Partido Gurtelar, de cualquiera de sus sedes. Y colocar a Esperanza en los carteles era un señuelo. Si la presidenta de la comunidad de Madrid no estaba en condiciones de asistir, Cospedal y Monago deberían haber consultado a la doctora Villabolos, que les podría haber explicado, por ejemplo, que a doña Esperanza le traía al pairo las chorradas que se montan dirigentes de medio pelo como Cospedal y Monago.
Quizás, también, la presidenta de la Comunidad de Madrid estará indignada con el Partido Gurtelar extremeño por la actuación de la candidata a la alcaldía de Cáceres en la contrata del servicio de agua, que ha puesto en entredicho la capacidad técnica y jurídica del Canal de Isabel II, y su solvencia empresarial.
Solamente el boletín oficial de Esperanza Aguirre, el ABC, por supuesto, se refería a que no habría podido asistir al encuentro debido a su reciente enfermedad. En Extremadura, el órgano oficial del comité central del Partido Gurtelar, el diario HOY, se refería a que la señora Cospedal había comido queso en Valdefuentes.
Lo que le sucedió el sábado al candidato Monago en Talavera de la Reina fue un plantón en toda regla por parte de Esperanza Aguirre. El que la presidenta de la Comunidad de Madrid no asistiera debido a su salud no puede tomarse en serio si aplicamos la doctrina Villabolos.
Vale.
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El paso por el hospital del vicepresidente del gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha supuesto una más de las excusas que la extrema derecha política que marca la agenda ideológica de Marianito Camps para agredir a Rubalcaba (la crítica es un ejercicio noble). No ha existido ninguna clase de respeto, el mismo respeto que se tuvo, desde todas las áreas, con Esperanza Aguirre cuando anunció que necesitaba someterse a una intervención quirúrgica por un cáncer de mama.
La falta de respeto de la extrema derecha mediática hacia Rubalcaba, y la “forma” en la que el Partido Gurtelar ha hecho seguidismo de los “argumentos” de sus sostenedores, me lleva a plantear una cuestión.
Con motivo de la intervención quirúrgica a la que hubo de someterse Esperanza Aguirre, el respeto mostrado por todos, incluidos sus adversarios políticos, fue aparentemente roto por el libelo de Jota Pedro Exuperancio, que publicó en su portada una fotografía que, fuentes del entorno de la lideresa, fue calificada de “foto robada”.
Cabe plantearse que si la fotografía fue robada, es decir, obtenida sin su consentimiento, debió, de modo inmediato, presentarse la correspondiente querella criminal por intromisión ilegítima en la intimidad de Esperanza Aguirre.
Al día de hoy, no hay constancia de que se haya presentado esa querella criminal, por lo que la conclusión parece clara: la fotografía “robada”, publicada en la portada de El Mundo, no lo fue. En realidad, y dadas las conexiones ideológicas y entramados de intereses cruzados entre el Partido Gurtelar y el periódico (o lo que sea) que dirige JotaPedro, la fotografía, en la portada, no era más que un acto más de propaganda electoral, pactado.
Después de los ataques sufridos por Rubalcaba por sujetos de dudosa calaña moral y democrática, incluidos los ataques que con tanto afán le prodiga el falso ladrón de fotografías, cabe recordar, para quienes vean esa portada de El Mundo que no es ninguna fotografía robada, que es un cartel electoral a mayor gloria de Esperanza Aguirre.
Para mí, el comportamiento del Partido Gurtelar con esta fotografía me recuerda al negocio que hizo el yernísimo con las fotos del general bajito agonizando.
Vale.
La ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, en una rueda de prensa celebrada el pasado 24 de abril, se refirió a la existencia de un stock de 700.000 viviendas, a finales de 2009, cuando a finales de 2008 el stock alcanzaba las 613.000. Se trata de viviendas nuevas, sin vender.
Si consideramos el referente de que por cada vivienda en construcción el número de puestos de trabajo necesarios para ello es de 4, tenemos un stock de parados de 2.800.000. Este dato, que no es neto por la influencia del Plan E, sí es suficiente para explicar cuál es la causa básica de que en España el paro alcance prácticamente el doble que en Europa. No hay que olvidad que la capacidad de absorción del mercado español de vivienda está en 200.000 unidades al año, tardaremos 4 años en eliminar el stock existente, pero en ningún caso, si no se cambia de modelo económico, podríamos recuperar el impacto de los 2.800.000 de parados generados por el sector inmobiliario.
Una fórmula, ensayada en varias CC.AA., para disminuir el stock de viviendas nuevas sin vender ha sido su conversión a viviendas a precios tasados. Fórmula claramente insuficiente porque no se tiene en cuenta los factores que intervienen en el precio de la vivienda. El promotor o el constructor pueden disminuir el precio en los elementos que han podido controlar, en la producción. Pero no pueden disminuir el peso del precio del suelo en el final de la vivienda si no quieren incurrir en pérdidas irreparable.
Durante los 8 años de gobierno de José María Aznar, el precio del suelo se disparó hasta límites insospechados, de manera que puede considerarse en muchas promociones una incidencia del 50% del precio final de la vivienda. Este hecho, debido exclusivamente a las decisiones políticas del gobierno de Aznar, pesan como una losa sobre el sector inmobiliario español. Por una lado, porque el stock de viviendas terminadas sin vender se asienta sobre precios del suelo ya pagados y que impiden a los promotores rebajar el producto final, y, por otro, porque muchas operaciones de suelo realizadas en tanto estuvo vigente la Ley 6/1998, hasta la entrada en vigor del la Ley del Suelo de 2007, se asentaron sobre expectativas de precios que garantizaban a sus propietarios unos beneficios desorbitados. Las empresas que se convirtieron en cautivas de una política ultraliberal en materia de suelo, ahora son cautivas de su propia ambición, cuando no víctimas, y extienden su falta de rigor sobre las pequeñas empresas que ven que teniendo suelo en propiedad, prácticamente amortizado por ejercicios económicos solventes anteriores, no pueden obtener financiación para proyectos futuros ni siquiera a precios iguales a la VPO porque las entidades bancarias también son culpables de haber financiado, sin rigor, con la alegría propia de la legislación que se lo permitía y lo aleccionaba, y tienen un índice de morosidad muy elevado en el sector.
Cada vez que en los medios de comunicación de la ultraderecha, o cada vez que algún vocero del PP se refiera con desparpajo al número de parados, hay que recordarles que 2.800.000 parados deben su situación a la política de la derecha, a su interés en hacer ricos a los terratenientes (¿verdad, Esperanza Aguirre?) aún a costa de un modelo económico puramente especulativo.
Vale.
La neoliberal Esperanza Aguirre ha vuelto hacer alarde de su propensión a la media verdad y a la gran mentira para crear un debate que es, socialmente, muy peligroso. Me refiero a su propuesta de conferir a los profesores el status de autoridad para combatir las agresiones. Antes de analizar la media verdad y la gran mentira, señalo que me apena la forma con la que los sindicatos de la derecha (¿sindicatos de derechas? contradicción en sus propios términos) se han lanzado al seguidismo del titular de prensa y a propagar la buena nueva neoliberal (en realidad, neofascista) de Esperanza Aguirre.
La media verdad: Aguirre señala que ese status de autoridad lo sería solamente para los profesores de la escuela pública. No he visto, en los sindicatos de la derecha, ni en muchos otros foros, una explicación jurídica de la razón por la que la propuesta solamente afectaría a la escuela pública. Sencilla y llanamente, solamente podría alcanzar a esos profesores porque son empleados públicos, y la autoridad y su ejercicio en nuestro ordenamiento público solamente corresponde al Estado y sus administraciones. Por tanto, jurídicamente, lo que propone doña Esperanza es una media verdad.
La gran mentira: a Aguirre le da igual la autoridad de los profesores y su seguridad ante posibles agresiones, digo de los profesores de la escuela pública. Ella no ha lanzado su propuesta para defenderlos, ha lanzado su propuesta neofascista en su escalada política contra la escuela pública. Lo que ha querido evidenciar con su propuesta es una criminalización de la escuela pública, a la que solamente irían los hijos de los marginados, de los inmigrantes. Ha señalado a la escuela pública como germen de la delincuencia, y esta criminalización es una determinación política neofascista.
La fiscalía general del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, en 2007, ya ordenó a los fiscales de su ámbito de competencia otorgar el tratamiento de atentado a la autoridad en las agresiones a profesores y a personal sanitario, en tanto que funcionarios públicos en el ejercicio de su función publica. En 2008, la Fiscalía General del Estado asumió esta línea de actuación y así está ordenado a los fiscales de todo el territorio estatal.
¿A qué viene, por tanto, la propuesta de Esperanza Aguirre? La propuesta política de Esperanza Aguirre no tiene camino jurídico por cuanto ya existe jurisprudencia emanada de las acciones fiscales llevadas a cabo en Extremadura en 2007 y en todo el Estado desde 2008. La media verdad no es necesaria.
El alcance de la propuesta es puramente político y solamente tiene entronque en la criminalización de la escuela pública, en la misma línea que ya hizo la misma Esperanza Aguirre con la sanidad pública y el caso del hospital de Leganés.
Lo triste es ver que sus propuestas neofascistas tienen tanto eco y son tan bien recibidas por sindicatos de derechas que, finalmente, están siendo correa de transmisión de esta y de otras aportaciones ideológicas de la derecha más antigua y reaccionaria que se conoce en Europa.
Vale.

¡Qué lástima que la realidad termine estropeando estas tonterías! Sacaron a pasear el Falcon que utiliza el Presidente Zapatero y no son capaces de explicar que Rajoy no vuela como cualquier ciudadano: sus vuelos de campaña electoral se acogen a los beneficios de diputado en el congreso. Por ejemplo. Y seguro que están temblando por la amistad entre Silvio The Godfather Berlusconi con José María Aznar (¿y si Josemari ha estado en las fiestas de Villa Certosa?).
La realidad, señorona Espe, es tozuda, y la realidad es que muchos madrileños vienen a Extremadura, unos a comprar patatera, otros, a hacerse una casa, casita o casona. Para esos muchos madrileños lo que usted dice, señorona Espe, no será verdad. O no le hacen ni caso. O, lo que es peor para usted, que miente más que habla.
Y la muestra, señorona Espe, es de su misma sangre, de su misma alcurnia: el Diario Oficial de Extremadura publica hoy, 5 de junio de 2009, un anuncio que la desmiente, o, mejor, que la deja a usted, señorona Esperanza Aguirre, por mentirosa.
La realidad, señorona Espe, es tozuda, y la realidad es que muchos madrileños vienen a Extremadura, unos a comprar patatera, otros, a hacerse una casa, casita o casona. Para esos muchos madrileños lo que usted dice, señorona Espe, no será verdad. O no le hacen ni caso. O, lo que es peor para usted, que miente más que habla.
Y la muestra, señorona Espe, es de su misma sangre, de su misma alcurnia: el Diario Oficial de Extremadura publica hoy, 5 de junio de 2009, un anuncio que la desmiente, o, mejor, que la deja a usted, señorona Esperanza Aguirre, por mentirosa.
ANUNCIO de 22 de abril de 2009 sobre construcción de vivienda unifamiliar.Situación: paraje “Juan Rasero”, parcela 363 del polígono 3. Promotor:D.ª Isabel Aguirre Gil de Biedma, en Villanueva de la Vera.
Su hermana, su propia hermana, la desmiente y se hace una casa en La Vera. ¿Será su hermana socialista? ¿Progresista?
Esperanza Aguirre: cuando en campaña electoral se dicen tonterías, hay que cuidarse mucho de que la propia familia no desmienta afirmaciones.
Y los hojalateros Monago y Cía, que aplaudían con las orejas tamañas falsedades, ¿qué dirán ahora? ¿Dirán que es un error de la información?
Vale.
Su hermana, su propia hermana, la desmiente y se hace una casa en La Vera. ¿Será su hermana socialista? ¿Progresista?
Esperanza Aguirre: cuando en campaña electoral se dicen tonterías, hay que cuidarse mucho de que la propia familia no desmienta afirmaciones.
Y los hojalateros Monago y Cía, que aplaudían con las orejas tamañas falsedades, ¿qué dirán ahora? ¿Dirán que es un error de la información?
Vale.
Después de conocerse que el debate sobre el Estado de la Nación se celebrará en la primera quincena de mayo, la lideresa de la derecha, Fashion Aguirre quiere que las elecciones europeas del 7 de junio se conviertan en una moción de censura contra Zapatero. Declaraciones políticas que encierran un gran interés para el consumo interno de la propia derecha. ¿Por qué Espe quiere convertir las europeas en una moción de censura? ¿Por que no le exige a Cuchara Rajoy que presente la moción de censura? Lo que claramente está manifestando la lideresa es que no considera capaz a su jefe de filas, no le considera con capacidad ni política ni dialéctica para plantear la moción de censura, conseguir los apoyos necesarios y luego ser capaz de defenderla en la tribuna del Congreso.
En una situación de crisis como la que estamos sufriendo, una moción de censura no puede sustentarse en un partido plagado de imputados (que no llegarán siquiera a ser juzgados, seguro, porque «los nuestros» no lo permitirán), y en unas recetas cuya máxima expresión es el decretazo del Suegrísimo de Agag. No hay que olvidar que la derecha, esta derecha política, basa sus recetas económicas en la bajada de impuestos para los ricos (y no es demagogia, solamente hay que repasar el BOE) y en el camino imparable al despido libre y barato. Es lo mismo que aplicaron primero cuando gobernaron y reclamaron después de manera insistente.
Las recetas económicas que manifiestan los acólitos de Cuchara Rajoy son las mismas que han originado la situación económica actual: toda la economía se basa en las expectativas. Así, con la ley del suelo del 98, se instauraron en los balances de las empresas constructoras las expectativas de millones de metros cuadrados de suelo rústico, cuya única oportunidad de convertirlos en suelos urbanizables era la creación de tramas como la de Correa.
O las expectativas para los bancos de los mercados de futuros, de las stocks options (¿recuerdan cuánto se llevó por la jeta el compañero de pupitre del Suegrísimo?). Estas «previsiones» inflaron los estados contables de las empresas, porque así se garantizaban sus directivos cobrar grandes cantidades que, al final, se han descubierto que estaban justificadas en cuentas ficticias.
Ahora, la derecha política y la extrema derecha económica, vuelven con la misma receta de bajar impuestos a quienes se han enriquecido aún más con falsedades contables, con ingeniería fiscal y económica, al amparo de políticas ultraliberales (fascismo económico), y otorgarles, como mejor pago a los servicios prestados, el cheque del despido libre.
Fashion Aguirre, madrina de un montón de implicados en el saqueo de las administraciones bajo su mando político, pretende sugerir a los españoles que solamente votando contra Zapatero es como ella y sus compinches pueden ganar las elecciones. Para Fashion Aguirre no se trata de ganar las elecciones por sus propios méritos (eso supondría que tendrían que esforzarse, que trabajar, y para ella y los suyos, eso de trabajar es de pobres), sino de que los demás (todos los demás) castiguen a Zapatero.
Vale.
La guerra abierta entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón por el control de Caja Madrid, la cuarta entidad financiera española ha visto hoy un episodio muy interesante, que podría explicar la salida de las tropas de Kosovo: el Gobierno considera que deberá enviar una fuerza de interposición para que los líderes peperos de Madrid no terminen ensangrentados.
El Consejo de Ministros de hoy ha acordado interponer recurso de inconstitucional contra la Ley de la Comunidad de Madrid (esto es, el Cuartel General de Esperanza) que recorta la representación del Ayuntamiento de la capital (esto es, el Mando de Operaciones de Alberto). En esta guerra abierta que lleva más de un año con múltiples batallas, el Alto Mando del PP (esto es, la garita de Mariano) se mueve con la más absoluta desidia, sin tener en cuenta los riesgos que un enfrentamiento total puede terminar, sin duda, perjudicando la estabilidad financiera de la entidad. Pero Mariano es así: indolente, incapaz de resolver sus problemas y por ello trata de magnificar cualquier asunto que afecte al gobierno. Prefiere atacar al gobierno por ser coherente con la decisión de no reconocer la independencia unilateral de Kosovo, antes de que ser coherente él mismo y seguir manteniendo en política al ex ministro cobarde.
Después de que el Gobierno de la Nación haya decidido intervenir en el asunto, desde la garita de Mariano se han alzado voces para decir que es una «injerencia intolerable». ¡Qué curioso concepto tiene Mariano (a) El Cuchara de qué es Caja Madrid! Ahora resulta que la Caja es propiedad del PP. O peor aún, es una extensión o una sucursal o una provincia del PP y no consiente que extraños, ajenos y extranjeros intervengan en sus asuntos. Asuntos internos.
La derecha, esta derecha extrema, o extrema derecha, sin duda, considera que el poder les pertenece, todo el poder, y el económico más, les pertenece y nadie tiene derecho a intervenir en ellos.
La guerra abierta por el control de Caja Madrid entre bandos del PP es, para Mariano (a) El Cuchara, un negocio de familia, family business, en el que si él mismo no interviene (porque no puede, porque no le dejan o porque, en realidad, es incapaz) nadie, y menos unos extraños, tienen derecho a intervenir.
Vale.
El Consejo de Ministros de hoy ha acordado interponer recurso de inconstitucional contra la Ley de la Comunidad de Madrid (esto es, el Cuartel General de Esperanza) que recorta la representación del Ayuntamiento de la capital (esto es, el Mando de Operaciones de Alberto). En esta guerra abierta que lleva más de un año con múltiples batallas, el Alto Mando del PP (esto es, la garita de Mariano) se mueve con la más absoluta desidia, sin tener en cuenta los riesgos que un enfrentamiento total puede terminar, sin duda, perjudicando la estabilidad financiera de la entidad. Pero Mariano es así: indolente, incapaz de resolver sus problemas y por ello trata de magnificar cualquier asunto que afecte al gobierno. Prefiere atacar al gobierno por ser coherente con la decisión de no reconocer la independencia unilateral de Kosovo, antes de que ser coherente él mismo y seguir manteniendo en política al ex ministro cobarde.
Después de que el Gobierno de la Nación haya decidido intervenir en el asunto, desde la garita de Mariano se han alzado voces para decir que es una «injerencia intolerable». ¡Qué curioso concepto tiene Mariano (a) El Cuchara de qué es Caja Madrid! Ahora resulta que la Caja es propiedad del PP. O peor aún, es una extensión o una sucursal o una provincia del PP y no consiente que extraños, ajenos y extranjeros intervengan en sus asuntos. Asuntos internos.
La derecha, esta derecha extrema, o extrema derecha, sin duda, considera que el poder les pertenece, todo el poder, y el económico más, les pertenece y nadie tiene derecho a intervenir en ellos.
La guerra abierta por el control de Caja Madrid entre bandos del PP es, para Mariano (a) El Cuchara, un negocio de familia, family business, en el que si él mismo no interviene (porque no puede, porque no le dejan o porque, en realidad, es incapaz) nadie, y menos unos extraños, tienen derecho a intervenir.
Vale.
El PP suspende temporalmente la investigación abierta sobre los presuntos espionajes. Las «razones» para esta suspensión están en que Esperanza Aguirre (vocalista de Presuntos Implicados) ha aceptado un comisión de investigación en la Asamblea de Madrid y la existencia ya de una investigación judicial. ¡Como si al PP le importaran las comisiones parlamentarias de investigación y las propias investigaciones judiciales!
¿Dónde está la doctrina Gallardón? ¿Qué fue de la doctrina Gallardón? Por cierto, otro de los músicos de esta historia (¿Os Resentidos?). Sí, la doctrina aquella que decía sobre las conductas de los responsables políticos, que además de adecuarse a la legalidad, debían inscribirse en niveles de autoexigencia superiores a los habituales en otros ámbitos como el del mundo de los negocios.
Aquella doctrina, que luego se reveló solamente de aplicación a los enemigos políticos (para el PP el concepto de adversario no existe) de su propio partido. La suspensión de la investigación (¿seguro que habían investigado algo?) de algo que conocen todos no es sino una muestra más de la hipocresía política de la derecha, de la derechona.
Pretenden, al anunciar la suspensión, hacernos creer que en la Asamblea de Madrid se va a aclarar algo, cuando lo único que desean es ganar tiempo, perder tiempo y conseguir el olvido. Y qué podremos esperar de una investigación judicial «en contra» de los intereses del partido si el PP está aplaudiendo con las orejas (las de Mayor y las de todos los demás) la huelga de los jueces, esos señores de derechas (99%) que siguen comportándose igual que siempre, desde tiempo inmemorial.
El PP no sabe cómo echar tierra al asunto, porque si lo hace, dejarán algún cadáver político mal enterrado, y confían en la incapacidad de los diputados de la oposición en la Asamblea de Madrid de plantear una investigación como es debido (la comisión del tamayazo demostró que los diputados de la oposición carecían de bagaje y capacidad política y formación suficiente para haber demostrado lo que era obvio: que el PP había comprado a Tamayo y Cía).
Y el PP confía, y mucho, en que la investigación judicial siga los pasos de cualquier procedimiento y que finalmente, si se llegara o llegase a plantear siquiera algún atisbo de imputación, volveríamos a la doctrina del caso Naseiro, del caso Palop (sí, aquel en el que una grabación indiscreta descubrió que Zaplana estaba en política para forrarse), del caso Camas: algún error o algún olvido determinará la nulidad de las actuaciones.
Por eso, Rajoy puede estar tranquilo: otros resolverán, por la vía de la extinción, lo que él, como líder (¡qué cachondeo!) no tiene… capacidad para solucionar.
Vale.
Por fin, el cine español se dedica a hacer películas para el gran público. Nada de retorcidas historias a lo Almodóvar, adiós películas de la Guerra Civil (sin meterse con el enano del Pardo). Ahora tocan las de espías, pero serías, no como Mortadelo y Filemón (¿o sí?).
El asunto de los espionajes en Madrid va tomando cuerpo y dará para un argumento de Ignacio F. Iquino, ya verán. O para unas viñetas de Ibáñez. O para rememorar el momentazo de aceite Johnson’s Baby.
Parece cada vez más claro que en el gobierno de Esperanza Aguirre existe una agencia de inteligencia, como la CIA, el MI-5 o el CNI: la T.I.A. «Trabajos de Inteligencia Aguirre».
¿A qué juegan ests espías, estos agentes secretos? Al borde del aprendiz de río, las gabardinas con los cuellos levantados, periódicos salmón como contraseña, o ramitos de violetas en el ojal (que tan queridos son a la jefa) se cruzan por las traseras de la Mahou buscando microfilmes, agujeros en las paredes donde esconder mensajes…
Vaya cutrerío este de la T.I.A.
Vale.

La existencia de un pocero bueno en Madrid, en territorio Espe, parece necesaria, y lo es si se van conociendo los estragos que el neoliberalismo de Esperanza Aguirre está causando: servicios sociales inexistentes o privatizados, privatización de la sanidad pública, abandono en la regulación del mercado inmobiliario…
En materia inmobiliaria y urbanística, donde se mueve el suelo, la Comunidad de Madrid está entregada de pies y manos, como si fuera una secta, a la doctrina Porto Rey, la que marcó la Ley del Suelo de 1998, de infausto recuerdo. Una doctrina que propugna que todo el suelo, menos el que tenga algún tipo de protección, puede ser urbanizable. Y el protegido, si es de un amigo, también. Consideran que a mayor oferta de suelo, menor precio: craso error.
Encadenarse a la secta del neoliberalismo impide a Esperanza Aguirre y a su gobierno atender las necesidades de los ciudadanos, porque el mercado no arregla todo, y las consecuencias del libre mercado las estamos pagando ahora.
Debería servir de ejemplo la Comunidad Autónoma de Extremadura, cuyo gobierno puso en marcha un plan especial llamado popularmente de 60.000 euros, porque se trataba de construir viviendas para venderlas a ese precio. Ahora, desde la promesa electoral y las promociones actualmente en curso, el precio real es de 74.000 euros. A esos precios, acordes con los salarios de la Comunidad Autónoma, los jóvenes extremeños, sobre todo los jóvenes, no necesitan acudir a ningún Pocero bueno, solamente tienen que ir a la ventanilla de la comunidad a inscribirse, reunir los requisitos y esperar al sorteo. Lo más lejos que les puede tocar de donde viven es en un barrio de nueva construcción, pero en la misma ciudad, cerca de la familia, de los padres, de los hermanos.
Si el gobierno de Esperanza Aguirre fuera un gobierno de verdad, y no una agencia de consejos de administración, debería hacérselo mirar. A ella y a los alcaldes de los pueblos (Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Humanes, Getafe) a los que las iniciativas de José Moreno (creo que de origen extremeño, qué casualidad, emigrante) les sacan los colores, y a quien no tendrán más remedio que facilitarle suelo para sacar adelante las cooperativas.
El pocero bueno es necesario en sitios como la comunidad de Madrid porque sus políticos están haciendo dejación de sus obligaciones, y las iniciativas de José Moreno los están dejando con el culo al aire. Y el culo del neoliberalismo está lleno de mierda.
Vale.
En materia inmobiliaria y urbanística, donde se mueve el suelo, la Comunidad de Madrid está entregada de pies y manos, como si fuera una secta, a la doctrina Porto Rey, la que marcó la Ley del Suelo de 1998, de infausto recuerdo. Una doctrina que propugna que todo el suelo, menos el que tenga algún tipo de protección, puede ser urbanizable. Y el protegido, si es de un amigo, también. Consideran que a mayor oferta de suelo, menor precio: craso error.
Encadenarse a la secta del neoliberalismo impide a Esperanza Aguirre y a su gobierno atender las necesidades de los ciudadanos, porque el mercado no arregla todo, y las consecuencias del libre mercado las estamos pagando ahora.
Debería servir de ejemplo la Comunidad Autónoma de Extremadura, cuyo gobierno puso en marcha un plan especial llamado popularmente de 60.000 euros, porque se trataba de construir viviendas para venderlas a ese precio. Ahora, desde la promesa electoral y las promociones actualmente en curso, el precio real es de 74.000 euros. A esos precios, acordes con los salarios de la Comunidad Autónoma, los jóvenes extremeños, sobre todo los jóvenes, no necesitan acudir a ningún Pocero bueno, solamente tienen que ir a la ventanilla de la comunidad a inscribirse, reunir los requisitos y esperar al sorteo. Lo más lejos que les puede tocar de donde viven es en un barrio de nueva construcción, pero en la misma ciudad, cerca de la familia, de los padres, de los hermanos.
Si el gobierno de Esperanza Aguirre fuera un gobierno de verdad, y no una agencia de consejos de administración, debería hacérselo mirar. A ella y a los alcaldes de los pueblos (Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Humanes, Getafe) a los que las iniciativas de José Moreno (creo que de origen extremeño, qué casualidad, emigrante) les sacan los colores, y a quien no tendrán más remedio que facilitarle suelo para sacar adelante las cooperativas.
El pocero bueno es necesario en sitios como la comunidad de Madrid porque sus políticos están haciendo dejación de sus obligaciones, y las iniciativas de José Moreno los están dejando con el culo al aire. Y el culo del neoliberalismo está lleno de mierda.
Vale.