Archivos para marzo 2015

Durante la jornada electoral de ayer, 22 de marzo, en Andalucía, el seguimiento a través de las redes sociales, además de los mensajes de apoyo a candidaturas, o peticiones directas de voto y similares, propios de la confrontación democrática (por ejemplo, en twitter ganó de largo el hastag #Podemos22M), hubo un momento en el que un tuit me llamó la atención.

A las 14:19, el número 2 del partido lanzó el siguiente:


errerjon en tuiter

Que el número 2 de un partido que ha hecho un alarde de movilización, con las marchas convocadas, por ejemplo a finales de enero en Madrid, diga que es un éxito que consiguieran reunir a 4.000 voluntarios para ejercer de interventores y apoderados, no deja de ser llamativo.

A este tuit triunfalista de Íñigo Errejón hay que añadir una amplia difusión de tuits en los que votantes/militantes de Podemos se quejaban de en muchas mesas electorales, las papeletas del partido eran “escondidas”, tapadas o perdidas, acusando a los partidos de “la casta” de, más o menos, boicotear las elecciones o dar pucherazo.

Sin embargo, la realidad, tozuda, demuestra que el dato de los 4.000 voluntarios/militantes que ejercieron de interventores, con parecer elevado no lo es tanto. Ese mismo dato fue utilizado por el responsable de organización de Podemos, Sergio Pascual, para agradecerles su trabajo.

El número 2 y el secretario de organización presumen de un dato que se da de bruces con su propio discurso.

Si durante meses hemos asistido a una sobreactuación de los dirigentes de Podemos sobre su capacidad de movilización, la realidad, esa cosa tozuda que a muchos políticos, de casta o descastados, les suele estallar en la cara.

Mientras que en la ficción (precampaña o campaña electorales) la constante presencia de Podemos en los medios, y la campaña del “miedo a Podemos” que los medios de comunicación convencionales más o más menos proclives al status quo, parecía que la avalancha o tsunami desde el nuevo partido sería potente en las urnas.

La realidad, la tozuda realidad debió hacer bajar la euforia a los dirigentes de Podemos desde el mismo momento en que constataron que su capacidad de movilización no era tal, cuando constataron que no conseguirían cubrir ni la mitad de las 9.873 mesas electorales.

La impotencia para esa cobertura se veía reflejada, por la noche, por ejemplo en el rostro de Errejón en el programa El Objetivo, de La Sexta. El hecho de que no fueran capaces de movilizar a 9.873 militantes y/o voluntarios que pudieran garantizar su presencia en las mesas. Esto es algo que los “partidos de la casta” se esfuerzan en conseguir, porque es una garantía de capacidad de organización, de movilización cuando de verdad el compromiso ha de materializarse. Podemos, un partido bisoño, necesita un recorrido temporal mayor.

Vale.

Morro, S.A.

cercadelasretamas —  marzo 17, 2015 — Deja un comentario

golpear-ordenador

Momento en el que en la sede de Morro, S.A. se destruyen los discos duros de un ordenador cualquiera

Cuando he leído y escuchado hoy que Hacienda dice que el Partido Popular dejó de ingresar al fisco 220.000 € en 2008, pero que eso no es problema porque el Partido Popular es como Cáritas o la Cruz Roja, me he acordado del concepto de empresa privada que se gastan los voluntarios que dirigen la organización con sede social en Génova, 13, de Madrid.

La memoria, que a veces falla, me llevó a recordar cómo Carlos Floriano (por cierto, ¿dónde está, que hace mucho que no se le oye ni ve?) justificaba la destrucción de los discos duros de los ordenadores que Luis Bárcenas, tesorero del Partido No Gubernamental (PNG), con una frase que hoy conviene recordar (escribo esto antes de ver El Intermedio, que seguro que no lo olvidan):

“Floriano no ha querido detallar nada más al respecto [la destrucción de los discos duros], pues considera que “se trata de una práctica que se lleva a cabo en todas las empresas” http://www.cadizdirecto.com/el-pp-borro-los-ordenadores-de-barcenas-porque-formaban-parte-de-su-propiedad.html.

¿En qué quedamos, el Partido Popular es una empresa que justifica en esa condición la destrucción de pruebas en un proceso judicial o es una ong como Cáritas o Cruz Roja, exenta de pagar impuestos?

Creo que sí, que en realidad el Partido Popular es una empresa privada, Morro, S.A., que lleva a rajatabla eso de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa) de tal manera que toda la cuenta de resultados, el balance, es un gigantesco numeral de caridad. Incluidos los beneficios, los beneficios antes de impuestos y que los impuestos, en vez de pagarlos, los reparten en sobres entre los voluntarios que dirigen la sociedad anónima para gratificar sus desvelos.

Que en el membrete de la Agencia Tributaria, responsabilidad última de Carlos Montoro, miembro del consejo de administración de Morro, S.A, se denigre a organizaciones tan necesarias como las ONGs citadas, comparándolas con un partido que, cuando menos, ha obtenido beneficio lucrativo de actividades corruptas, muestra hasta qué punto está corrompido, en todos sus niveles el partido de los nietos del general bajito.

Que en el mismo membrete se pretenda luego decirle a los ciudadanos que paguen sus impuestos, firmado por gente que se declaran democristianos, un pecado de hipocresía y cinismo… a no ser que sean democrátas cristianos ateos, como señalaba el filósofo de la malta Jaume Perich.

A este paso, cualquier día nos encontramos a los de Nuevas Generaciones haciendo cuestaciones con huchas pidiendo para los negritos de Génova, o a Bertín Osborne, la nueva musa del partido de Mariano Rajoy, anunciando un remedo del Sorteo del Oro.

Eso sí, morro, de sobra. Incluso para cuando menos preparados estemos, soltar de nuevo a Carlos Floriano a deleitarnos con alguna de sus disertaciones detalladas y magnificamente elaboradas. A no ser que en este caso estemos ante una obra de caridad y lo hagan para decirnos que en Génova no discriminan a nadie por sus capacidades.

Vale.

IMG00617-20121023-1714

Tras rogar y mucho al Presidente de la Junta de Extremadura (perdón, Gobierno, que son mejores) que le diera algo (argo, Monago, dame argo), consiguió unos dinerillos para peatonalizar una calle, San Pedro de Alcántara. Me refiero a la alcaldesa (¡y senadora!) de Cáceres, Elena Nevado.

La dudosa inversión de 700.000 € en la peatonalización de una calle “comercial”, abandonando las vías más céntricas, ha supuesto un aluvión constante de críticas. Las obras de peatonalización de San Pedro de Alcántara van a terminarse con el tiempo justo de la inauguración electoral. Pero las críticas han sido potentes y van en la dirección de poner en una balanza el gasto (inútil) y el abandono (premeditado) del resto de la ciudad.

Para tapar esas críticas, a la alcasenadora se le ha ocurrido (¿a ella sola o en compañía de otros?) hacer un anuncio, electoral, por supuesto, de algo que es muy querido en el Partido Popular: anunciar que baja impuestos.

Por eso, Elena Nevado ha anunciado que baja el IBI y el ICIO en varias calles: Pintores, Moret, Gómez Becerra, Obispo Ciriaco Benavente, San Pedro de Alcántara y Santa Joaquina de Vedruna. Pero solamente para los locales comerciales, no vaya a ser que los vecinos de los pisos que hay encima de los locales se hagan ilusiones. Conociendo al PP, que tampoco se las hagan los que vayan a intentar aprovecharse de esa rebaja, que falta la letra pequeña, que se está sacando de la chistera, se tiene que escribir (no está escrita la propuesta), se tiene que tramitar, se tiene que aprobar… Y todo en dos meses.

Ahora bien, como la señora alcasenadora Nevado dice que esa medida populista es para incentivar el comercio, que en esas seis calles tiene un 18,45% de los locales cerrados (los han contado, seguramente, con los dedos), pero parece que no les ha dado tiempo para contar los locales que hay cerrados en otras muchas calles, en otros muchos barrios.

Dice la futura exalcaldesa que la medida no es discriminatoria. Pues sí lo es, discriminatoria, lo es con todos los propietarios de locales comerciales cerrados (que hay muchos) en toda la ciudad pero que desde el asiento de atrás del coche oficial no se ven. Y bajarse del coche para ver cómo están las calles seguramente es muy cansado o aburrido o peligroso, no vaya a ser que algún vecino, molesto, le diga cuatro cosas.

Que una ciudad que tiene un buen número de inmuebles públicos cerrados por falta de uso del cerebro (que es donde se alojan las ideas y el pensamiento) de los regidores, se preocupe por los locales cerrados de 6 calles es discriminatorio, y es la muestra de que quien acomete gastos inútiles (que pagan otros, porque no tiene un euro para pagarlo de las arcas que gestiona) y beneficia a unos ciudadanos frente a otros, señala la capacidad política de quien se mueve por intereses que le llegan al oído como a susurros de amigos (políticos) cercanos.

Ahora falta saber si los propietarios de locales en Moctezuma, Virgen de la Montaña, Aldea Moret, las distintas Mejostillas… o la misma calle Paneras, que creo que se le ha olvidado (¿por qué?) se callarán, o dirán algo.

Estaría bien que todos los propietarios de locales cerrados, que esperan poder alquilarlos o arreglarlos, que hay en la ciudad (y que a ojo de buen cubano son más del 18,45% que afecta a los vecinos beneficiados por la jeró), dijeran algo. Pero me temo que no. Son conservadores. Y prefieren conservar su dolce far niente.

Vale.

 IMG_6357

    En enero de 2014 escribí en esta misma Cerca de las Retamas (https://cercadelasretamas.com/2014/01/17/caceres-cerrado-por-falta-de-uso-xxxii/) sobre un inmueble cerrado. Cerrado por falta de uso. Había sido escuela pública, de edificación simple, sencilla, y su uso fue desapareciendo con el envejecimiento de la población.

Un barrio, las Tenerías, Santiago y aledaños, cuyo envejecimiento poblacional llevó a la decisión de cerrar la escuela. Posteriormente, durante un tiempo, fue sucursal del Instituto de Formación Profesional “Virgen de Guadalupe” (la vieja, a su vez, Escuela de Artes y Oficios). En El Madruelo se instaló el Módulo de Frío de Formación Profesional, por poco tiempo. Los achaques del edificio desaconsejaban su uso. Hasta su cierre.

Ahora, hace unos días, se ha sabido que la Junta de Extremadura (digo, el Gobierno, que es más presuntuoso) ha traspasado el inmueble al Ayuntamiento de Cáceres. Lo ha hecho, constatando que no es útil a las finales educativas de la autonomía. Y porque el “gobierno de los mejores” no sabía qué hacer con el inmueble.

Ahora, a dos meses escasos de las elecciones municipales, el Ayuntamiento se encuentra con un edificio de 2.600 m2 construidos, con alguna tara en absoluto incapacitante para su uso… siempre que en el “Ayuntamiento de los mejores” se tuviera alguna idea.

Que, por ejemplo, un ayuntamiento como el de Cáceres, con mayoría absoluta del Partido Popular, haya tardado toda la legislatura en poner en marcha (y veremos si lo consigue, esto está escrito a mediados de marzo) un edificio, el Espacio para la Creación Joven, terminado y al que solamente le faltaban los acceso, hace inimaginable que esos concejales que tardan más de 3 años en conseguir cuatro perras del gobierno de los mejores, el de la Junta (amigos y correligionarios) necesitarían muchos años en averiguar para qué puede utilizarse El Madruelo.

Claro, que gobernar no es esperar que los técnicos municipales en cuestión económica hagan el presupuesto y luego los técnicos municipales en cuestiones varias digan dónde se emplean los euros. Gobernar es plantear opciones de futuro, proyectos sociales y culturales, y eso es muy complicado.

Pensar es muy difícil, y los concejales (empezando por la alcasenadora Elena Nevado) del Partido Popular en Cáceres no están acostumbrados. O peor aún, no están entrenados. Pensar, qué funesta idea.

Vale.

 

“¿Para qué están las empresas?” pregunta el coach. “Para ganar dinero”, es la respuesta. Las empresas “demoscópicas”, también están para ganar dinero. Y es curioso que empresas que se dedican a estudios de mercado (en el sentido más capitalista del término) utilizan una denominación, “demoscópicas”, cuando se trata del mercado electoral, del mercado de votos.

Porque esas empresas de estudios de mercado, de estudios de orientación del target de las campañas publicitarias y del target de clientes a captar, están creadas y funcionan, como es lógico, para ganar dinero. A ninguna de ellas se les ocurre recibir un encargo de una empresa, o de varias, y ofrecerle un resultado que no satisfaga los intereses de quien paga. Quien paga, manda.

Así, cada vez más está arraigada la especie, con razón, de que las encuestas dan el resultado que quiere o busca quien las encarga. El desprestigio de las “empresas demoscópicas” va parejo, por otra parte, al mismo desprestigio, ganado a pulso por los medios de comunicación convencionales (prensa escrita, radio y televisión).

¿Alguien puede pensar que una encuesta encargada, comprada, por Canal Extremadura, TeleMonago, pueda arrojar un resultado que no convenga a los intereses de quien manda? Pues eso.

Cuando los medios de comunicación publican un sondeo electoral, acompañan una somera ficha técnica en la que los datos básicos son siempre los mismos: metodología de selección de encuestados (estratificación, aleatorio), número de encuestados, modo de realización de la encuesta (básicamente ya solo se utiliza la encuesta telefónica realizada desde un call center) y margen de error (ese +/- %).

Recientemente, un periódico regional del grupo Vocento ha publicado una encuesta en la ciudad de Cáceres realizada sobre 400 llamadas telefónicas, seleccionadas mediante estratificación y aleatoriamente, con un margen de error del +/- 5%.

La ficha técnica oculta cuántas llamadas reales se contabilizan, esto es, si las 400 llamadas han sido atendidas al requerimiento del call center y si en la llamada se ha completado el cuestionario (algo que prácticamente ninguna empresa “demoscópica” publica nunca). O lo que es lo mismo, si fuera cierto que en una ciudad como Cáceres han respondido 400 personas, ¿cuántas llamadas han efectuado desde el call center para llegar a ese número? O, preguntado de otro modo, ¿cuántas llamadas han resultado fallidas?

La encuesta del medio de Vocento (grupo de prensa propiedad de un entramado de empresas en su mayoría del País Vasco, posicionadas en la derecha tradicional) se ha realizado, según la ficha técnica, mediante estratificación (no indica si en grupos de edad, por ejemplo), que en el caso de una encuesta local es asignar a cada distrito electoral un número de llamadas a realizar en función del censo, y mediante un método aleatorio (números telefónicos elegidos al azar en el distrito). Dado que no se dice en el resultado cuántas llamadas reales se han realizado, y, mucho menos por distrito, cuántas han sido efectivamente atendidas, cuál ha sido la proporción real de llamadas realizadas/llamadas contestadas por cada distrito, estamos ante una encuesta que, al final, a las del chiringuito o gran hermano.

Para un resultado “electoral” concreto, se realiza un cuestionario concreto, el orden de las preguntas condiciona las respuestas (un encuestado telefónico no recuerda en la pregunta 10 cuál fue la segunda y, mucho menos, cuál fue su respuesta.

Esto es así porque las empresas, las demoscópicas también, están para ganar dinero. Y sus clientes son otras empresas que, en el juego electoral, no pretenden informar, pretenden, simple y llanamente, orientar el voto.

Es realmente candoroso ver en los “medios” convencionales críticas (a veces, claro) sobre la “cocina” del CIS (una empresa que no está para ganar dinero, pero sí para no perder la cabeza, o que la cabeza no pierda), pero nunca hablan de la cocina de los estudios de mercado de votos que ellos encargan.

Vale.

Formando parte de una campaña de propaganda monstruosa a mayor gloria de un político inane, aparece una pantalla en la que se incluye un número de whatsapp para que… eso digo yo, ¿para qué?

Que un partido político como el PP se lance a una campaña de propaganda a mayor gloria de un individuo que ha usado dinero público para ir a visitar a su amante a las Canarias y que todavía no ha explicado lo que tiene que explicar, no deja de ser un síntoma.

Hace unos meses podría haberse pensado que Monago era un muñeco de ventrilocuo en manos de su consejero espiritual, Iván Redondo. Ahora, el muñeco ha dejado de serlo y se ha convertido en un personaje de las marionetas. En Cáceres, en el Paseo de Cánovas, dos pequeñas figuras representan a dos marionetas, Gorgorito y Peneque el Valiente. En pocos meses, otra figura, que debe realizarse con búsqueda de equilibrios de testas, podría aumentar la colección: Monago.

Porque la decisión de incluir en la web de propaganda un número de whatsapp es la muestra de llamar ignorantes a los ciudadanos (se debe tener en cuenta que los votantes del Partido Popular lo son y, por tanto, no cuentan), ya que hacen creer que el señor Monago es un tipo enrrollado y moderno, al que le gusta estar en las redes sociales… No hay que olvidar que Monago salió huyendo de twitter cuando fue pillado poniendo los resultados de un juego un lunes (día laborable) en horario de mañana (laborable) y tuvo la desvergüenza de decir que había sido su hijo, que le había cogido el móvil. Poco después, declaró que «twitter es un pudridero de enfermos».

Ahora pretende, con la propaganda, hacer creer que es un político que se comunica con los ciudadanos.

Pero es mentira.

El guasap es una comunicación entre uno y uno (o entre varios si creas un grupo, por ejemplo, el grupo de los viajeros a Canarias en fines de semana alternos) y no es público salvo que uno de los dos que “se comunican” haga pública la conversación.

Por eso, lo mismo que la falsedad de la política de Monago viene dada por el uso de la propaganda (a mayores y más cuantiosas mentiras, mayor será la propaganda).

Ahora, la marioneta cree en haberse convertido en muñeco con personalidad propia, pero no deja de ser un muñeco al que Iván le mueve los hilos.

La monstruosa campaña del Partido Popular se transmuta en algunos medios, por ejemplo, en El Periódico Extremadura, en una extensión de la propaganda de la Junta de Extremadura (gobex, dicen ellos, que se parece a gowex, los del pufo financiero), y alguien, por ejemplo, la portavoz del Partido Popular en el debate parlamentario en el Senado de la Ley de Transparencia (¿quién es, quién es), debería hacer públicos los números: cuánto cuesta la campaña, cómo la financian, de dónde sacan p’a tanto como destacan…

Por ejemplo, sería interesante preguntarle a Monago, el guasapero, esos datos de la campaña publicitaria. O preguntarle a Monago cuándo va a cumplir con su palabra, comprometida públicamente el 17 de noviembre de 2014, de presentar todas sus cuentas en enero de 2015 (bueno, esto no lo pregunten, que ya lo hice yo el 22 de febrero y estoy esperando). O preguntarle a Monago si la visa con la que pagó viajes a Canarias y desde Canarias a nombre de una amiga fuerte estaba vinculada a una cuenta personal o a una cuenta del Partido Popular.

Pregunte a Monago, el guasapero, que no le contestará.

Dígale por whatsapp que es el más alto, el más guapo, el más ligón, el mejor recolector de plátanos (¡uy, se me ha escapado!) y le contestará.

Porque Iván Redondo, Presidente de la Junta de Extremadura, sabe cómo manejar a la marioneta que sale en las fotos y sabe engañar, por supuesto, con la ayuda de otros por fidelidad política o a cambio de un buen precio.

En realidad, la exageranción de la campaña es tal que el protagonista no es el que parece, sino el que en realidad es, una campaña de autobombo de Iván Redondo.

Vale.