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Archivos/noviembre 2014
Archivos para noviembre 2014
El vigente Plan General Municipal de Cáceres incluye la antigua Cárcel Provincial de Cáceres en el catálogo de bienes protegidos. Se trata de un nivel de protección general vinculado a los desarrollos del Planeamiento Municipal y cuyos efectos, si bien protegen el inmueble, está sometido a los vaivenes del planeamiento y a que, en revisiones futuras, pudiera ser levantada la protección.


La Cárcel Provincial de Cáceres se construyó en los años 30, siendo alcalde de la ciudad el socialista Antonio Canales, y se levantó sobre terrenos cedidos por el municipio, y con las aportaciones de la Diputación Provincial de Cáceres y de los ayuntamientos de la provincia. Su finalización y entrada en funcionamiento deparó la paradoja de que quien más impulsó su construcción, Antonio Canales, que quería dignificar la vida de quienes estaban privados de libertad, fue uno de los primeros en entrar en ella y salir para ser fusilado.
El inmueble, de una superficie considerable, sobre una parcela de poco más de una Hectárea, y con unos 11.000 m2 construidos, responde a la arquitectura predominante en la primera parte del Siglo XX, con un uso del ladrillo visto en las fachadas, para conseguir un aspecto de fortaleza en inmuebles de baja altura, módulos de 2 y 3 alturas como máximo. Las cubiertas de teja con un color muy similar al del ladrillo visto permiten que el conjunto, para una edificación que ocupa gran parte de la superficie de suelo, dejando los espacios entre módulos como patios semicerrados que, a vista de pájaro, son en realidad áreas que dan continuidad al conjunto.
La vigente legislación en materia de patrimonio histórico, tanto estatal como autonómica, permite que este tipo de edificios puedan ser considerados, deban ser considerados, como elementos urbanos de gran importancia, y que puedan, también, recibir la mayor protección que los preserve en el futuro.
En el caso de la antigua cárcel provincial de Cáceres, al tratarse de un inmueble propiedad de la Administración General del Estado, su preservación y su mantenimiento futuro, le corresponde al Estado. Una preservación que cada día se hace más necesaria, dado que el deterioro se va haciendo cada día más patente, con cubiertas de algunos módulos ya derruidas, los cerramientos exteriores que van siendo “atacados” por intentos intrusión y que pueden convertirlo, si no lo están ya, en focos de peligrosidad para quien intenta en acceder a su interior.
Las características constructivas del inmueble, su potencial aprovechamiento social y cultural futuros, la necesidad de impedir el deterioro, que siempre avanza más rápido de lo que aparece a media que aparecen elementos destruidos, hacen que, ante la falta de utilización actual y futura, por la situación económica que tiene trazas de duradera, aconsejan que sea el momento adecuado para reclamar el Ministerio de Educación y Cultura la incoación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural. Y, aunque la propiedad del inmueble corresponda a la Administración General del Estado, con competencias en la materia, también podría instarse desde la Junta de Extremadura la incoación del expediente, al amparo de lo previsto en la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico de la Comunidad Autónoma.
Sin duda, desde el punto de vista social y de los intereses de la ciudad, que el Ayuntamiento de Cáceres se dirigiera tanto a la Comunidad Autónoma como al Ministerio de Educación y Cultura, obraría en favor de que el deterioro que ya presenta la vieja Cárcel no continúe. El paso, ya dado, en 2010, con su inclusión en el Catalógo de Bienes Protegidos en el PGM debería servir de base a la petición a cursar a las administraciones que tienen las competencias.
La declaración de Bien de Interés Cultural para la Prisión Provincial de Cáceres sería un primer paso fundamental para que, con cargo al programa del 1,5% del Ministerio de Fomento, pudiera de modo rápido, elaborarse el Plan Director que permita su utilización integral como un centro de usos sociales y, sobre todo, culturales, abierto a la ciudad y con proyección nacional internacional.
La amplísima superficie construida es, además, un elemento a considerar, por cuanto necesitará que el Plan Director para su rehabilitación y puesta en uso, cuando ya hubiera obtenido la declaración de Bien de Interés Cultural, sea acompañado de un Plan de Usos, indispensable para que, evitado su deterioro, sea, además, un Bien de Interés Cultural, un espacio fundamental en el desarrollo social y cultural de Cáceres.
Vale.
Cuando un personaje queda desprendido, por rotura, de los hilos que manejan sus movimientos, termina convirtiéndose en una caricatura sin gracia, pero sin pena. Eso está sucediendo con el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, que en su situación, desesperada, porque sabe que sus viajes privados pagados con dinero público, en su etapa de senador por la Comunidad Autónoma extremeña para arreglar algunos desperfectos en la isla de Tenerife pueden ser el viaje que se lo lleve, ya se lo ha llevado, por delante.
En todo este asunto, llama poderosamente la atención la sobreactuación de Monago en “defensa” de su vida privada y cómo esa sobreactuación, que quiere hacer las muecas de Jerry Lewis y se queda en una máscara de Jim Carrey, está haciendo cada vez más “atractiva” para la gente conocer esa vida privada que tan celosamente se quiere preservar.
Ayer, cuando Monago anunció la venta de la vivienda del presidente de la Junta en Mérida, pretendía dar un golpe de efecto. Nada más. Un hilo más que su sostenedor de movimientos, Ivancito Goebbels, le puso en el discurso. Pero, claro, cuando se pretenden dar golpes de efecto hay que hacerlo sin incumplir la ley. Pero eso le da igual al bombero emérito.
Anunciar en la Asamblea de Extremadura que “Monago pone en venta” el “palacio presidencial” de Mérida y que al momento estuviera colgado el anuncio en un portal de intermediación inmobiliaria fue todo uno. Y que los “medios de comunicación” fueran rápidamente a hacer capturas de las fotos, a la velocidad de Usain Bolt. Había que hacer de onda expansiva de las ideas de Ivancito, que al fin y al cabo, da de comer a algún que otro titulado en periodismo.
Hoy, la portada de lo que ahora es el GEM (y antes el HolaPP y antes El Periódico de Extremadura) es un anuncio más en esa onda expansiva.
Quiero pensar que el gobierno de los mejores presidido por Monago y manejado por Ivancito sabe que anunciar la venta de un bien que pertenece al Patrimonio de la Junta de Extremadura no es legal. Que ese no es el procedimiento legal de venta de patrimonio público. Y que utilizar mecanismos ilegales conduce no solamente a la ilegalidad del hecho, sino que puede dar lugar a ilícitos penales. Por ejemplo, recurrir a una agencia inmobiliaria, aunque sea por la red, requiere contratar con ella las condiciones económicas de la intermediación. Y requiere que esa intermediación entre el vendedor (administración pública) y el comprador (cualquier particular o empresa) quede al arbitrio de negociaciones sobre precio y condiciones de venta. Y ello da lugar sin duda alguna a negociaciones prohibidas a los empleados públicos. Y Monago y su consejo de gobierno son empleados públicos, interinos, cada día más interinos, pero empleados públicos.
Sabiendo, por tanto, como deben saber las marionetas de Ivancito, solamente queda analizar por qué ese recurso de anunciar explosivamente la venta y colgar las imágenes de la vivienda (¿por qué no cuelgan también las imágenes de despachos ocupados y en uso por funcionarios públicos en el mismo “palacio presidencial”?). La respuesta es sencilla: en la vida privada de Monago.
Se está jartando ese señor que habla como si Extremadura fuera su propiedad (privada) de decir que ha renunciado a vivir en ese edificio (público) porque prefiere vivir en su modesta casa de Badajoz (privada). Contrapone lo privado con lo público queriendo hacer ver que es mucho mejor para los extremeños lo privado (su decisión) que lo público.
Como es una decisión que afecta a intereses públicos (el uso de la “Casa del Río”) la decisión privada debería justificarse mejor. Por ejemplo, haciendo números sobre cuánto cuesta al erario público esa decisión. ¿Es más barata? Hay quien dice que no. Seguridad en la vivienda privada del presidente (pagada con dinero público), desplazamientos diarios entre Badajoz y Mérida de empleados públicos (escoltas) que sí tienen derecho a dietas y deben percibirlas, gastos de los vehículos oficiales (el de presidencia y el/los de los escoltas). A lo mejor, o a lo peor, sumando gastos por la decisión privada, resulta que no es tan barato.
La única explicación posible, sabiendo que la decisión de Monago de vender la “casa del río” es, en realidad, una decisión de su propagandista (bueno, nuestro propagandista, que para eso cobra como un miembro del consejo de gobierno y le pagamos nosotros), es que publicar las fotografías de esa vivienda es para hacer creer a la gente que su vida privada es austera en contraposición a un supuesto lujo de la vivienda presidencial.
La propaganda política es débil cuando quien tiene que hacer de modelo no tiene la presencia que se necesita. Y pretender hacer pasar una presunta vida privada austera como más conveniente que el uso público de una vivienda de propiedad pública, no le cabe hacerlo al modelo Monago, que con sus viajes privados a Tenerife ha demostrado ser muy poco cuidadoso con el dinero público.
Vale.
El lenguaje forense no es, aunque lo parezca, el que utilizan los especialistas en autopsias de las series yankis, sino que es lenguaje propio de cada profesión. Por ejemplo, cuando se leen documentos de la Hacienda Pública, el lenguaje que se utiliza solamente es entendido por aquellos expertos en esa rama del derecho. También sucede con los documentos circunscritos a la Defensa Nacional. No es ya el lenguaje militar en sí, sino el lenguaje del todo entorno de la Defensa, desde los documentos de geoestrategia hasta los digitales de los grupos de presión armamentística (repletos, por cierto, de militares de altísima graduación en la reserva, una puerta giratoria poco estudiada).
Así, cuando se entrevista a un militar por radio o teléfono, nunca contesta, por protocolo, sí o no. Sus respuestas son afirmativo o negativo. Y no por influencia de las series yankis, sino por algo más sencillo: el sí o el no son sonidos muy cortos, que pueden perderse.
Así, cuando hoy el ministro de Defensa ha hablado en Cáceres en el acto de entrega de la Medalla de la ciudad al Cefot 1, en un abarrotado Gran Teatro, con varios cientos de cacereños que no han podido accer, ha leído una frase. Porque Morenés no ha hablado, ha leído un discurso que traía escrito. Segurmente, al ver el desolado aforo, si no hubiera traído escrito el discurso, algún gesto, alguna inflexión se le habría escapado al señor del rostro imperturbable.
Su frase: “tanto en el Centro de Formación de Tropa número 1, que continuará cumpliendo esta misión tan relevante; como en el número 2, los hermanos de San Fernando, cuya permanencia está en estos momentos en proceso de evaluación técnica”, ha desatado la euforia, especialmente en quienes confunden realidad y deseo y en su vida han visto un documento elaborado en Castellana, 109, Madrid. Porque esa frase, con unos cambios mínimos, del 0,01% , hubiera servido en el mismo discurso leído en San Fernando: “tanto en el Centro de Formación de Tropa número 2, que continuará cumpliendo esta misión tan relevante; como en el número 1, los hermanos de Cáceres, cuya permanencia está en estos momentos en proceso de evaluación técnica”.
De momento, eso sí, Cáceres va por delante, porque la frase se ha pronunciado aquí.
Claro que cuando hace unos días se decía que el Ministerio de Defensa tenía decidido cerrar uno de los dos Cefots, era una verdad incontrovertible. Ahora no está tan claro. Porque si a 24 de noviembre se sigue evaluando técnicamente una Unidad militar, es difícil que esa evaluación, con los criterios tan exigentes que se utilizan en esas evaluaciones, esté lista para que pueda entrar en vigor en 1 de enero. O lo que es lo mismo: lo más probable será, quién lo diría hace un mes, que continúen “cumpliendo esa misión tan relevante” los dos Centros.
Decía un filósofo, catalán, no recuerdo si Jaume Perich o Manolo Vázquez Montalbán, que un pesimista es un optimista bien informado. Las necesidades o falta de necesidades de personal, de tropa concretamente, son la base en la que se asienta el futuro de los Centros de Formación. Y ahí tropezamos con una evidencia: la absoluta falta de interés del ministro de Defensa por los asuntos que tienen que ver con el personal, algo que está absolutamente delegado (dejado, más bien) en manos de la Subsecretaria.
Y el horizonte no pinta bien. Ayer, la agencia Servimedia, nada sospechosa, publicaba un despacho firmado por May Mariño (@MAYANTOXO), en el que se dice: el Ejército recortará 11.727 puestos en 2016, http://www.teinteresa.es/politica/EJERCITO-RECORTARA-PUESTOS_0_1253874802.html. La noticia, ha sido contrastada con el propio Ejército, que la ha confirmado, según atestigua la propia redactora. Es decir, que mientras el ministro de Defensa hace elogios de un Centro de Formación de nuevos soldados (el Cefot 1, con pedrea para el Cefot 2), en el escalón inmediatamente inferior se confirma la reducción de casi 12.000 efectivos en el horizonte de dos años. Cuestión de horizontes.
Y, siguiendo con los juegos de palabras derivados de la correcta y forense utilización del lenguaje en el ámbito de la Defensa, si dentro de unos meses, incluso con el mismo ministro, leemos la siguiente frase: “como ya dijimos el 24 de noviembre, el Centro de Formación de Tropa número 1 seguirá cumpliendo con esta misión tan relevante, aquí en San Fernando”, nunca podríamos asegurar cuándo el ministro defendió la continuidad de un Cefot en Cáceres y la colocación en el alero de un Cefot en San Fernando.
Vale.
Acabo de ver en las noticias que esta mañana, en un bar de carretera, al hilo de una tapa de morcilla de Arroyo, ha dicho a unos amigos que compartían barra y chatos, que “cuando me atacan, también lo están al pueblo de Extremadura”.
Señó Monago, me se esta ocurriendo... preguntar que quién le ataca. Porque lo que se sabe, como certeza que Vd. no ha sido capaz de desmentir, es que usted utilizó el derecho de los senadores a viajar con cargo a la Cámara Alta para el ejercicio propio de sus funciones, para viajes privados.
Señó Monago, me se está ocurriendo… preguntar si sabe usted que quien le ataca es esa persona que usted ve cada mañana cuando se afeita, como aquel actor de su campaña “Te quiero Tene…”, perdón “Te escuchamos”. Y que,, por cierto, año 2011, aquel actor, casado en el spot, no llevaba la alianza.
Señó Monago, me se está ocurriendo… preguntar si sabe usted que quien le ataca es quien le asesora sabiendo que cuando usted sale al escenario, no escucha al apuntador, y, claro, los hilos que le mueven se cortan.
Señó Monago, me se está ocurriendo… que atribuirse la identificación entre Vd., un bombero reciclado a pasajero de aerolíneas, y la tierra en la que nació es un síntoma que algún especialista le podría diagnosticar, pero que en política es un claro signo de tendencias fascistas.
Señó Monago, me se está ocurriendo... que de alguna manera yo, que soy extremeño, que estoy orgulloso de serlo, no creo que Vd. pueda ni deba atribuirse esa identificación. Porque yo, al menos igual que Vd., tengo el mismo derecho a ese orgullo, pero no se me ocurre tenerlo como privativo.
Señó Monago, me se está ocurriendo… decirle que es Vd. el que nos está atacando a muchos extremeños arrastrando el nombre de nuestra tierra por el fango en el que se encuentra Vd. revolvado.
Señó Monago, me se está ocurriendo… que deje Vd. de mirarse al espejo cuando se afeita creyéndose el rey del mambo, cuando no es más que un interino que tiene su plaza temporal porque, como no sacó la máxima nota, le tuvieron que pasar unas chuletas para el examen tres comunistas que se han convertido en colaboracionistas al más puro estilo Vichy.
Señó Monago, me se está ocurriendo… que deje Vd. de atacar a Extremadura echándose en manos de lo que nos vendieron como un prestigitador y que se ha convertido en un ventrílocuo al que los labios se le abren demasiado las cuerdas vocales y se le rompen, de tan mala calidad que son, los hilos que mueven al muñeco.
Señó Monago, me se está ocurriendo… que si yo fuera demócrata cristiano (casi, casi lo soy, demócrata cristiano ateo) le conminaria a que dejara de tomar el nombre de Extremadura. Hacer eso es pecado capital de egocentrismo, megalomanía y puerta abierta al nacionalsocialismo.
Vale.
Ah! Señó Monago, me se está ocurriendo… ¿por qué no dimite?
En estos días de revuelo en la prensa nacional, y de oprobio para una parte (no sé si grande o pequeña) Extremadura, en los que su presidente por la gracia de Izquierda Unida se ha visto obligado a hacer un ridículo espantoso por unos viajes que él dice que se pagó de su bolsillo pero cuyo importe va a devolver al Senado, que los pagó para que el senador Monago fuera a ver a una militante del Partido Popular a Canarias cada quince días, en estos días hemos visto, leído y oído de todo.
Y en ese de todo, una frase ha rechinado más fuerte que toda la sarta de falsas disculpas, verdades a medias, mentiras de grueso calibre que han salido de la boca del presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago y de toda la dirección de su partido que dice que le apoya en su utilización, cuando menos inadecuada, de dinero público, aunque en realidad podría ser hasta malversación de fondos públicos.
Me refiero a la sobreactuación del secretario general del Partido Popular en Extremadura, el cuñado del antiguo repartido de cervezas, que además es presidente de la Asamblea de Extremadura, cuando en un histriónico discurso dijo a un acuciado Monago: “Toda Extremadura está contigo”.
Los histrionismos, las sobreactuaciones de políticos de tres al cuarto suelen terminar todas en los mismo: envueltos en la bandera.
Ayer, viernes 7 de noviembre, el secretario general del Partido Popular, Fernando Manzano, cometió un exceso de verbalización cuando afirmo “toda Extremadura está contigo”. Eso es apropiación indebida. Eso es apropiarse del todo (incluida la caja de los derechos) para pagar la factura de un pillado.
Toda Extremadura no está con Monago. Ni lo estará. Ahora mismo, salvo los que le deben el sueldo de todos los meses, incluyendo a su entrenador de padel, al repartidor de cervezas y otros similares, y, sobre todo, los capataces Alejandro Nogales y Pedro Escobar, ningún extremeño que se precie puede ni debe estar con un sujeto que por la mañana del viernes decía que iba a llevar a los tribunales a todos los que decían (decíamos) que había utilizado dinero público para asuntos privados y hoy dice que devolverá el dinero público utilizado para asuntos privados. ¿Se va a denunciar a sí mismo?
Envolverse en la bandera de Extremadura, hacer apropiación indebida del buen nombre de la región, para defender a un individuo o sujeto que ha hecho uso indebido de dinero público debería ser considerado delito político. O periodístico (porque ya lo hizo el director del HolaPP).
Cuando las buenas prácticas de gobierno que el Partido Popular defiende asienta sus raíces vigorosas en conductas como la de José Antonio Monago y no le obliga a dimitir, hacer apropiación indebida de la región a la que debes servir y no de la que te estás sirviendo en beneficio particular, estamos ante un hecho concreto: el Partido Popular tiene unas vigorosas raíces corruptas.
No, señor Manzando, toda Extremadura no está con Monago, ni mucho menos. Y por mucho que lo griten, por mucho que lo sobreactúen imitando el histrionismo de Jim Carrey y Jeff Daniels, no lo estará.
Vale.
En la anterior entrada me refería a cómo dos noticias de ámbitos muy distintos (la lista Forbes de los más ricos y la petición de la justicia argentina de extradición de franquistas) y que tocaban a Extremadura y cómo los medios de comunicación “locales” las trataban. Bueno, daban campanas a una y silenciaban la otra.
Hoy volvemos a tener noticias dobles que tocan a Extremadura. De dos conspicuos miembros del Partido Popular. Uno, de la ejecutiva, extremeño de nacencia, y el otro que desprecia la tierra de nacencia de su compañero.
Escuchar a Carlos Floriano hablar de ejemplaridad de Jaume Matas por entrar en la cárcel. Matas ha ingresado, poco, como diría Gila, porque la Justicia le ha condenado y la Justicia ha considerado que debe cumplir la pena impuesta. Que un doctor en derecho diga que cumplir la pena impuesta por la Justicia es un acto de ejemplaridad del condenado, demuestra la fragilidad del doctorado.
No es la primera vez que Carlos Javier dice tonterías de este y otros calibres que superan el mínimo de tropa (el 5,56 por ejemplo). Incluso hoy mismo ha dicho que su partido tiene preparado el expediente de expulsión de la alcaldesa bi-imputada de Alicante. Al momento, ha sido corregido por su propio partido. Y eso que Carlos Javier es el número 3 de la organización. ¡Cómo serán el 4, el 5, el 6…!
No hay que olvidar que Carlos Javier es el extremeño colocado en el organigrama del PP en el nivel más alto que ha habido nunca. Pero la realidad es que nadie sabe cómo puede haber llegado tanto alto si no fuera por la escasa calidad de los demás. Hoy, con su intento de grandilocuencia para ensalzar a un delincuente probado y condenado, ha hecho un ridículo importante. Hoy, con su intento de hacernos creer que el PP lucha contra la corrupción ha querido expulsar a Sonia Castedo, pero ha sido desautorizado por las bravas.
Estos ridículos, constantes, le han hecho merecedor del apodo de Luisma de la política que le atribuyen en El Intermedio y en redes sociales.
Otro dirigente del Partido de la gaviota (ave carroñera, no se olvide) que hoy se ha acordado de Extremadura ha sido Soria, el ministro de industria y turismo. Sí, ese que se parece a grAznar. Este muchacho canario hoy ha cantado como un pajarito. Ha dicho, según un titular de prensa: “Soria compara Extremadura con Canarias porque ninguna tiene AVE”.
Esta cuestión ha sido tratada como lapsus, pero no he tenido ocasión de leer o escuchar qué ha dicho el tal Monago, que se dice presidente del gobierno de los mejores de Extremadura. O qué ha dicho ese extremeño de pro tan poderoso en el mismo partido que Soria.
Lo de Soria no es un lapsus, es, sin más, un acto fallido, una afloración del inconsciente que le ha hecho decir lo que realmente piensa.
Hoy, como hace unos días, dos noticias tienen puento de partida o final en Extremadura.
Hoy, además, los protagonistas han sido Jim Floriano y Jeff Soria, “dos peperos muy peperos 2”.
Habrá tercera entrega. Y cuarta.Y quinta…
Vale.
Uno de los ejercicios más divertidos con la prensa, o como se llame ahora, es comparar dos noticias de las mismas fechas y ver cómo esas dos noticias funcionan en el mismo medio. Y ese divertimento es mayor si se trata de periódicos locales o regionales. Vamos, como el HolaPP o el BOPP.
La reciente publicación de la lista Forbes de los más ricos de los ricos en España contenía el nombre de un multimillonario nacido accidentalmente como quien dice en Extremadura. En los años 60 y 70 los medios locales y regionales, de Extremadura, sin ir más lejos, incluían periódicamente algún eco de sociedad del tipo: “extremeños que triunfan”. Como el multimillonario ese que tiene de extremeño lo mismo que un diputado cunero o Saviola cuando se dijo que un abuelo o bisabuelo había nacido en un pueblo de Las Villuercas.
Es lo que tiene ser periodista local: que los chismes, dimes y diretes conforman las páginas que dejan libre la vaselina y ensalzamiento de los caciques, o como se autodenominan, el gobierno de los mejores.
Porque al mismo tiempo que se dedican espacios a mejor gloria de quien se ha hecho millonario trabajando (como Ruiz Mateos, Díaz Ferrán, Arturo Fernández y otros similares), se publica que la juez argentina Servini ha dictado órdens de detención contra conspicuos franquistas, tales como Utrera Molina, suegro de Ruiz Gallardón, o Rodolfo Martín Villa, los medios paletos ejercen la desmemoria.
A Martín Villa la justicia argentina que tiene abierta una causa contra el franquismo le hace responsable penal de la muerte de varios trabajadores en Vitoria, en el interior de una iglesia. Pero esto no es noticia para Extremadura. Sin embargo, la entrada a sangre y fuego de la policía franquista en marzo de 1976, que causó la muerte de 5 trabajadores, tiene mucho que ver con la misma Extremadura.
Entre los muertos causados por la policía franquista en la iglesia de San Francisco de Asís estaba Romualdo Barroso Chaparro, un brocense de 19 años, emigrante, como muchos paisanos, en Vitoria. La lucha antifranquista se cobró la vida de un joven extremeño, uno de los muchos que tuvo que emigrar para que el Plan de Estabilización franquista (o lo que es lo mismo, un plan de limpieza étnica por razones económicas).
Ahora que la noticia de la lista Forbes se mezcla con la petición penal de la justicia argentina, la elección de la prensa paleta es la que más se acerca al rastro del caracol.
Vale.