Internet es un universo en el que se pueden buscar infinidad de cosas para comprar, vender, para cualquier negocio. Y donde, sin ánimo alguno de dedicarse a los negocios, te puedes sorprender. Y puedes, también, hacerte una idea de cómo el rincón ese en el que vives también produce informaciones que por sus características, te permiten hacerte una idea de su paisaje, su mundo, su pequeño mundo.En estos días, aparecen publicados en páginas de compraventa de inmuebles, cuatro anuncios que permiten una lectura conjunta y unas sensaciones diversas.
Que la diócesis de Coria-Cáceres haya puesto en venta dos edificios singulares en la ciudad, singulares no por ser vastos edificios, sino por su carácter de únicos, por ser edificios que en su momento fueron muy significativos para la ciudad.
Que unos propietarios particulares (o en singular) pongan a la venta una casa señorial justo en el centro de la ciudad monumental, y actualmente al lado de una reconvertida Casa del Sol en alojamiento y restaurante, y también junto a un restaurante muy afamado y al hotel Atrio, puede ser una intención de venta al albur de un parece que apetecible bocado para usos hoteleros.

O que también unos particulares, o un particular, ponga a la venta una dehesa que contiene el 50% del alcornocal más próximo a la ciudad, con una casa muy interesante, y dependencias anexas, así como una abundante reserva de jabalíes, y lo haga en un precio cuatro veces más bajo que el ofrecieron su venta al Estado-Ramo de Guerra hace pocos años, es también otro síntoma.
Mientras que la diócesis con el edificio de Clavellinas y la Casa de Los Trucos, y la propiedad de la Casa del Águila esperan obtener unos precios bastante por encima del millón de euros, y los publicitan como singulares para usos hoteleros, con un creciente interés de la ciudad para la visita de turistas, los propietarios de Las Camellas juegan en una línea distinta, también turística, pero orientada al turismo menos numeroso y más especializado.
Excepto la Casa del Águila es un inmueble incardinado en el centro monumental, y deudor de su historia pasada, los otros dos edificios del obispado tienen querencia en tiempos más modernos. Así, la Casa de los Trucos, además de su historia de haber albergado algunas pudientes familias locales, su pasado más reciente es haber sido un colegio privado-concertado, llamado de las Damas Apostólicas, hasta que por su situación tan céntrica lo convertía en peligroso para los niños por el tráfico rodado, y costoso por las tareas de mantenimiento de un edificio de sus características, los profesores se constituyeron en cooperativa y lo trasladaron a un polígono residencial, incluso cambiando su nombre por el de Colegio Giner de los Ríos.
El edificio de la calle de Clavellinas, también muy céntrico, es de factura más reciente, en torno a los años 80 del siglo pasado, y fue construido por la Caja de Extremadura, con la finalidad de albergar una residencia femenina de estudiantes, y una planta baja destinada a ser el Aula Cultural de la Caja. El desmembramiento de las cajas de ahorro, hizo caer en el obispado, que formaba parte de la de Extremadura como fundadora, el edificio, que con el paso de los años fue residencia para sacerdotes jubilados.
Ahora, con su salida al mercado inmobiliario, con la etiqueta en los anuncios de los distintos sitios web edificios ideales para esos usos turísticos que parecen ser el reclamo que permite que los precios sean llamativos para lo que es la ciudad de Cáceres.
Finalmente, Las Camellas difícilmente podrá tener usos distintos de los actuales, por su situación, ya que la parte más elevada de la finca es medianera en toda su longitud con la finca Alcor de Santa Ana y de Don Juan, donde se encuentra establecido el Centro de Formación de Tropa nº 1, donde se instruye a los nuevos soldados del Ejército de Tierra. Cuando hace muy pocos años se planteó primero el cierre del Centro militar, y luego su mantenimiento en la ciudad de Cáceres, condicionado a su ampliación esta finca era la primera que resultaba indispensable para ello, y se hicieron algunos estudios que establecían que el precio a pagar por ella debería estar en torno a los 9.000 €/Ha, mientras que los propietarios, sin duda llenos su magín de billetes, llegaron a pedir hasta 36.000 €, cantidad absolutamente fuera de la realidad, y que llevó al Ministerio de Defensa no solo a no adquirirla, sino a desistir de la ampliación de la finca militar.
Vale