Cuando vemos, una vez tras otra, que la alcasenadora de Cáceres, Elena Nevado vota contra los intereses de la ciudad por la incapacidad de enfrentarse a las decisiones de su partido, tenemos que decir que no es ella sola.
En el último caso, cuando el 11 de diciembre de 2013 se procedía a votar, a las 14:14 horas un grupo de enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado para 2014, entre las que estaba la número 1117, presentada por el Grupo Socialista, y que pedía la continuidad del Centro de Formación de Tropa nº 1, se hallaban presentes en la votación todos los senadores del Partido Popular, y todos votaron contra Cáceres. A saber:
Pedro Acedo Penco, alcalde de Mérida y senador por Badajoz.
Antonio Galván Porras, alcalde de Calzadilla de los Barros y senador por Badajoz.
María Agustina Rodríguez Martínez, concejal de Fregenal de la Sierra y senadora por Badajoz.
Diego Sánchez Duque, concejal de Brozas y senador electo por la Asamblea de Extremadura.
Alberto Casero Ávila, alcalde de Trujillo y senador por Cáceres.
Pablo Elena Núñez, al parecer alcalde de Torremenga y senador por Cáceres.
Elena Nevado del Campo, alcaldesa de Cáceres y senadora.
Todos ellos votaron, conscientemente, contra la continuidad del Centro de Formación de Tropa nº 1. De los senadores por la provincia de Badajoz no es de extrañar. Ellos solamente dicen representar a la baja Extremadura. De los de la provincia de Cáceres…
El tal Pablo Elena ni idea de quién puede ser. En su casa lo conocerán a la hora de comer.
El senador Sánchez Duque, elegido por la Asamblea de Extremadura, solamente puede ir al Senado a ser correa de transmisión del amo Monago. Y ya sabemos que el amo Monago no ha movido, ni moverá, un dedo por el CEFOT de Cáceres.
La alcaldesa de Cáceres, la alcasenadora, ya ha demostrado con creces su incapacidad para conocer los asuntos que conciernen a la administración militar (¿quién la asesorará?), y su desinterés consciente sobre el asunto. Cuando hoy, el grupo municipal del Partido Popular hace un comunicado (el mismo que el del año pasado, con algún refrito), afirma que el Centro militar de Cáceres continúa abierto gracias a las gestiones de la alcasenadora, sencillamente, están mintiendo. Mienten como concejales del Partido Popular que son.
También está el caso del alcalde de Trujillo, quien salió el año pasado en los periódicos presumiento de un acto militar en la plaza de su pueblo, a los pies del caballo de Paco Pizarro. Presumía Alberto Casero, hasta sonrojarse, hasta ponerse colorado como un tomatito cualquiera, mientras la plaza estaba prácticamente vacía, salvo la tribuna de invitados y dos filas de curiosos. Este alcalde, poco después de aquello, ya hizo lo mismo que la alcasenadora Nevado: votó contra la continuidad del Centro de Formación de Tropa nº 1.
Estos senadores extremeños, que unos votan contra Cáceres porque son de Badajoz, otros votan siguiendo la nada que les seduce de Monago, y otros, los de la provincia de Cáceres, sencillamente, traicionan a sus votantes. Bueno, a la capital y la provincia. Quienes les votaron en 2011, seguramente volverán a votarlos. Es lo que hay.