Los artículos 175 y siguientes del Reglamento del Congreso de los Diputados regulan la “moción de censura”, que deberá ser propuesta, al menos, por la décima parte de los Diputados, en escrito motivado dirigido a la Mesa del Congreso y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno que haya aceptado la candidatura.
Los elementos formales y reglamentarios de la moción de censura están expresamente regulados en el Reglamento del Congreso, pero no lo están los elementos políticos. Y una moción de censura es, esencialmente, política. El hecho de que el partido franquista VOX haya “anunciado” su presentación en septiembre (¿a comienzos, a mediados, a finales?) es un elemento político de importancia. Hacen el anuncio para conseguir que los mal llamados medios de comunicación que le son altavoces, puedan seguir publicando libelos, manipulando informativos, para así tratar de que su anuncio llegue sin respiración asistida al Congreso. Porque de lo que se trata, con la anunciada moción de censura contra el gobierno de coalición es dar de comer a tanto mal llamado periodista que degluten con fruición toda clase de detritus y porquerías.
Una vez planteada la moción de censura como un anuncio pagado para que coman los cerdos en las porquerizas de libelos, televisiones y radios, queda la segunda parte. Y la segunda parte no es otra que arrastrar a esas cochiqueras a un Partido Popular que carece de pulso, que es inane, que carece de un líder que sepa las cuatro reglas. Cuando el líder del partido popular no es más que un milagro que se sostenga de pie.
Porque lo que pretende el partido fascista es pasar por caja, hacer pasar por caja al PP para que pague los servicios prestados. El apoyo con el que el PP “gobierna” Andalucía, Madrid, Murcia, Castilla y León, no es gratis. Como diría la profesora de Fama: “ahora, con la moción de censura, es cuando vais a empezar a pagar”.
La moción de censura, que formalmente solamente puede presentarse contra el Gobierno, en este caso no es más que una OPA hostil lanzada desde la bravuconería de los rancios tercios fascistas contra las débiles huestes de la mal llamada derecha tradicional. Los discursos de Casado, Rafael Hernando, Cayetana, Aznar, en nada disienten de los proferidos por Abascales, Espinosas y Ortegas. Son los mismos discursos lanzados unos desde una estructura de partido convencional y otros desde las colinas yermas de cultura del fascismo.
En política, las mociones de censura no se anuncian (salvo que el anuncio en sí sea la finalidad, como es este caso). Las mociones de censura se presentan, se debaten y se votan.
Tener dos meses de anuncios diarios en los libelos (El Pais, ABC, La Razón, El Mundo) o en las puertas de las cochiqueras (A3Noticias, InformativosT5, Informativos4, Canal Sur…) es estar vertiendo las cáscaras vacías de las sandías a los cerdos para que se alimenten. Y así vemos cómo los años no pasan por algunos periodistas si no fueran por el engorde de sus carrilleras.
En septiembre, si Abascal continúa con su OPA hostil para hacerse con el control del 100% del accionariado del PP, veremos cómo uno de los mayores propietarios de Génova, 13, José María Aznar, se decanta por el pupilo de Esperanza.
Y Pablo Casado descolgará sus falsos títulos y comenzará a peregrinar de porqueriza en porqueriza buscando un poco de comida.