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Archivos/- November 30, 1999
Archivos para November 30, 1999
Tal día como hoy, 8 de abril, parece que a Monago, y a su manejador de hilos, les ha dado una especie de sobredosis de chorradas y ocurrencias que… Bueno, que tienen que ver con que ayer se supo que el presidente de la Junta se subió el sueldo un 6% y que sigue siendo uno de los mejor pagados de todas las autonomías. Monago (a) El Austero, miente, y para contrarrestar las mentiras monta una orgía de ocurrencias. Bueno, se las monta Iván Redondo, que mueve los hilos de la marioneta de estado.
Así, aprovechando una muestra de 35 fotos de la Agencia EFE, la agencia oficial del gobierno, sobre rock, y, como por casualidad, para su inauguración se ha invitado por el señor Vera (presidente de EFE) a un rockero. En concreto a Sherpa, miembro del grupo Barón Rojo. ¿Van hilando? Monago, digo Ivancito, quiere recuperar la leyenda del barón rojo del PP, y ya verán las fotos (se tomarán a las 19,15 h, yo escribo antes de esa hora) en la que algún periodista de cámara, en un alarde de asociación libre de ideas, titulará algo parecido a aquello de dos barones rojos juntos.
Esta ocurrencia no es baladí, porque Monago, digo Iván, su manejador, quiere distanciar al Mencey de Las Vaguadas del PP, de las siglas, de la política de Mariano Rajoy. Como si no tuvieran nada que ver. Pero son indisolubles. Como diria un clásico, uña y carne. Como se diría en el barrio de la Teta Negra, uña y mugre.
Por mucho que lo intenten, Monago es responsable del desastre de los recortes. Y es responsable, sobre todo, de no tener palabra, de no tener cullons para cumplir su propia palabra: no se cortó un dedo y no presentó sus cuentas.
A esto de los barones rojos, hoy se ha sumado un rap, un tipo de música como todo el mundo ignora, propio de los barrios nobles de las ciudades, desde Neguri o el Barrio de Salamanca a Las Vaguadas. Por supuesto, un tipo de música con una estética que impide determinados colores, como los azules “gaviota”. Requiere colores oscuros, como la ideología de Monago, azules marengo, propios de quienes añoran los uniformes de ese color. Y sus correajes.
Como sigan a este ritmo Monago y su muñidor de hilos, habría que rezar, quien sepa y quiera, para que cada día no se conozca una nueva cagada del mejor de los mejores, porque por cada una tendrá que discurrir una nueva ocurrencia Iván, que cobra un buen sueldo de todos los extremeños, no tanto como los 148.000 euros que se calzó del PP (y también de todos) en 2011.
Lo mejor sería tener previsto algo que pueda asumir todas las malas noticias que generan Monago y sus consejeros (¿recuerdan, por ejemplo, el World Padel Tour en el Anfiteatro Romano de Mérida?). Se me ocurre, (te regalo la idea, Iván, para que veas que no eres tú solo el que tiene ocurrencias) la celebración del Festival del Tocino, en la línea del Festival del Uranio organización por el líder @norcoreano. Eso sí, dándole un toque cosmopolita, internacional. Por ejemplo, Tocino’s Festival. No bacon, no, Tocino. Ni siquiera panceta.
De momento, las primeras figuras para el cartel, ve contratándolas, Iván, que son muy solicitadas, deberían ser Leonardo Dantés, Malena Gracia, Tamara Seisdedos, Leticia Sabater. Y de presentadora, Sonia Monroy.
Un cartel Redondo, Iván.
Vale.
“¿Para qué están las empresas?” pregunta el coach. “Para ganar dinero”, es la respuesta. Las empresas “demoscópicas”, también están para ganar dinero. Y es curioso que empresas que se dedican a estudios de mercado (en el sentido más capitalista del término) utilizan una denominación, “demoscópicas”, cuando se trata del mercado electoral, del mercado de votos.
Porque esas empresas de estudios de mercado, de estudios de orientación del target de las campañas publicitarias y del target de clientes a captar, están creadas y funcionan, como es lógico, para ganar dinero. A ninguna de ellas se les ocurre recibir un encargo de una empresa, o de varias, y ofrecerle un resultado que no satisfaga los intereses de quien paga. Quien paga, manda.
Así, cada vez más está arraigada la especie, con razón, de que las encuestas dan el resultado que quiere o busca quien las encarga. El desprestigio de las “empresas demoscópicas” va parejo, por otra parte, al mismo desprestigio, ganado a pulso por los medios de comunicación convencionales (prensa escrita, radio y televisión).
¿Alguien puede pensar que una encuesta encargada, comprada, por Canal Extremadura, TeleMonago, pueda arrojar un resultado que no convenga a los intereses de quien manda? Pues eso.
Cuando los medios de comunicación publican un sondeo electoral, acompañan una somera ficha técnica en la que los datos básicos son siempre los mismos: metodología de selección de encuestados (estratificación, aleatorio), número de encuestados, modo de realización de la encuesta (básicamente ya solo se utiliza la encuesta telefónica realizada desde un call center) y margen de error (ese +/- %).
Recientemente, un periódico regional del grupo Vocento ha publicado una encuesta en la ciudad de Cáceres realizada sobre 400 llamadas telefónicas, seleccionadas mediante estratificación y aleatoriamente, con un margen de error del +/- 5%.
La ficha técnica oculta cuántas llamadas reales se contabilizan, esto es, si las 400 llamadas han sido atendidas al requerimiento del call center y si en la llamada se ha completado el cuestionario (algo que prácticamente ninguna empresa “demoscópica” publica nunca). O lo que es lo mismo, si fuera cierto que en una ciudad como Cáceres han respondido 400 personas, ¿cuántas llamadas han efectuado desde el call center para llegar a ese número? O, preguntado de otro modo, ¿cuántas llamadas han resultado fallidas?
La encuesta del medio de Vocento (grupo de prensa propiedad de un entramado de empresas en su mayoría del País Vasco, posicionadas en la derecha tradicional) se ha realizado, según la ficha técnica, mediante estratificación (no indica si en grupos de edad, por ejemplo), que en el caso de una encuesta local es asignar a cada distrito electoral un número de llamadas a realizar en función del censo, y mediante un método aleatorio (números telefónicos elegidos al azar en el distrito). Dado que no se dice en el resultado cuántas llamadas reales se han realizado, y, mucho menos por distrito, cuántas han sido efectivamente atendidas, cuál ha sido la proporción real de llamadas realizadas/llamadas contestadas por cada distrito, estamos ante una encuesta que, al final, a las del chiringuito o gran hermano.
Para un resultado “electoral” concreto, se realiza un cuestionario concreto, el orden de las preguntas condiciona las respuestas (un encuestado telefónico no recuerda en la pregunta 10 cuál fue la segunda y, mucho menos, cuál fue su respuesta.
Esto es así porque las empresas, las demoscópicas también, están para ganar dinero. Y sus clientes son otras empresas que, en el juego electoral, no pretenden informar, pretenden, simple y llanamente, orientar el voto.
Es realmente candoroso ver en los “medios” convencionales críticas (a veces, claro) sobre la “cocina” del CIS (una empresa que no está para ganar dinero, pero sí para no perder la cabeza, o que la cabeza no pierda), pero nunca hablan de la cocina de los estudios de mercado de votos que ellos encargan.
Vale.
Formando parte de una campaña de propaganda monstruosa a mayor gloria de un político inane, aparece una pantalla en la que se incluye un número de whatsapp para que… eso digo yo, ¿para qué?
Que un partido político como el PP se lance a una campaña de propaganda a mayor gloria de un individuo que ha usado dinero público para ir a visitar a su amante a las Canarias y que todavía no ha explicado lo que tiene que explicar, no deja de ser un síntoma.
Hace unos meses podría haberse pensado que Monago era un muñeco de ventrilocuo en manos de su consejero espiritual, Iván Redondo. Ahora, el muñeco ha dejado de serlo y se ha convertido en un personaje de las marionetas. En Cáceres, en el Paseo de Cánovas, dos pequeñas figuras representan a dos marionetas, Gorgorito y Peneque el Valiente. En pocos meses, otra figura, que debe realizarse con búsqueda de equilibrios de testas, podría aumentar la colección: Monago.
Porque la decisión de incluir en la web de propaganda un número de whatsapp es la muestra de llamar ignorantes a los ciudadanos (se debe tener en cuenta que los votantes del Partido Popular lo son y, por tanto, no cuentan), ya que hacen creer que el señor Monago es un tipo enrrollado y moderno, al que le gusta estar en las redes sociales… No hay que olvidar que Monago salió huyendo de twitter cuando fue pillado poniendo los resultados de un juego un lunes (día laborable) en horario de mañana (laborable) y tuvo la desvergüenza de decir que había sido su hijo, que le había cogido el móvil. Poco después, declaró que «twitter es un pudridero de enfermos».
Ahora pretende, con la propaganda, hacer creer que es un político que se comunica con los ciudadanos.
Pero es mentira.
El guasap es una comunicación entre uno y uno (o entre varios si creas un grupo, por ejemplo, el grupo de los viajeros a Canarias en fines de semana alternos) y no es público salvo que uno de los dos que “se comunican” haga pública la conversación.
Por eso, lo mismo que la falsedad de la política de Monago viene dada por el uso de la propaganda (a mayores y más cuantiosas mentiras, mayor será la propaganda).
Ahora, la marioneta cree en haberse convertido en muñeco con personalidad propia, pero no deja de ser un muñeco al que Iván le mueve los hilos.
La monstruosa campaña del Partido Popular se transmuta en algunos medios, por ejemplo, en El Periódico Extremadura, en una extensión de la propaganda de la Junta de Extremadura (gobex, dicen ellos, que se parece a gowex, los del pufo financiero), y alguien, por ejemplo, la portavoz del Partido Popular en el debate parlamentario en el Senado de la Ley de Transparencia (¿quién es, quién es), debería hacer públicos los números: cuánto cuesta la campaña, cómo la financian, de dónde sacan p’a tanto como destacan…
Por ejemplo, sería interesante preguntarle a Monago, el guasapero, esos datos de la campaña publicitaria. O preguntarle a Monago cuándo va a cumplir con su palabra, comprometida públicamente el 17 de noviembre de 2014, de presentar todas sus cuentas en enero de 2015 (bueno, esto no lo pregunten, que ya lo hice yo el 22 de febrero y estoy esperando). O preguntarle a Monago si la visa con la que pagó viajes a Canarias y desde Canarias a nombre de una amiga fuerte estaba vinculada a una cuenta personal o a una cuenta del Partido Popular.
Pregunte a Monago, el guasapero, que no le contestará.
Dígale por whatsapp que es el más alto, el más guapo, el más ligón, el mejor recolector de plátanos (¡uy, se me ha escapado!) y le contestará.
Porque Iván Redondo, Presidente de la Junta de Extremadura, sabe cómo manejar a la marioneta que sale en las fotos y sabe engañar, por supuesto, con la ayuda de otros por fidelidad política o a cambio de un buen precio.
En realidad, la exageranción de la campaña es tal que el protagonista no es el que parece, sino el que en realidad es, una campaña de autobombo de Iván Redondo.
Vale.
Monago en Canarias, vía twitter de @anapardodevera
La legalización de la objeción de conciencia para el cumplimiento de la mili derivó, según los pensamientos conservadores, en un aluvión de objetores de conveniencia, con la exclusiva finalidad de librarse de la mli. Pues aquella deriva de pensamiento conservadora ha llegado a nuestros tiempos y sirve para todo. Ya no hay liberales sino neoliberales, pero no de ideología fundamentada sino de pensamiento abonado.
Esta troupe de neoliberales por garbanzos también rondan por Extremadura. Son los que vienen queriendo hacernos creer que los viajes de Monago a ver su churri a Canarias pagados con dinero público (versión 1) o que Monago, Senador por la Comunidad Autónoma de Extremadura, viajaba a Canarias porque estaba empadronado en las islas (versión 2) no son censurables.
Claro, cuentan con el apoyo inestimable de un PSOE desideologizado, que avala la versión de la fiscalía del Tribunal Supremo (no es ilegal), y que lleva el asunto a tema de moralidad. Y en cuestiones de moralidad pública, moralidad privada y bajos fondos, la derecha neoliberal tiene su patrimonio. Vicios privados, virtudes públicas.
En una cosa digital que edita una empresa mercantil de publiciad y propaganda, que recoge a rancios periodistas (rancios en su sentido tocinero), editorializa para decir que no hay “caso Monago”. Y su fundamento ideológico-jurídico es: “Lo que no está expresamente prohibido por ley está autorizado”. Que esto se publique así por las buenas, sin anestesia, y que provenga de la misma banda (derecha/extrema) que se hace cruces cuando se les dice que es un buen momento para cambiar la Constitución del 78, es cinismo puro. Neoliberales de conveniencia. Fachorros de boina capada.
Porque no es verdad que lo que no está expresamente prohibido está autorizado. No es verdad que porque el Senado tenga un sistema económica que rodea, como en el caso Monago, el Código Penal (tanto valor puede tener la interpretación de un Fiscal como la de un ciudadano que tenga mínimas nociones de derecho), lo de Monago esté autorizado. Claro, que en este caso volvemos a encontrar al PSOE como cooperador necesario para que el Fiscal del TS haya podido “fundamentar” la exoneración del mencey de Quintana de la Serena.
La Constitución Española de 1978, esa intocable para los mismos del Partido Popular que no la querían y votaron en contra o se abstuvieron en el referéndum, está fundamentada jurídicamente en el derecho positivo: solamente es ajustado a derecho lo que esta expresamente reconocido en el derecho.
Baste un ejemplo. El Código Civil establecía que el matrimonio era entre un hombre y una mujer, pero no prohibía el matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Estos neoliberales de vía estrecha, a sueldo de la derecha, que afirman (iba a decir sin despeinarse, pero seguramente sean calvos la mayoría) que lo que no está expresamente prohibido está autorizado, deberían decir que para qué la reforma del CC que hizo Zapatero para que, de modo efectivo, el matrimonio entre personas del mismo sexo fuera legal.
Claro que en el régimen económico del Senado no está prohibido expresamente que los senadores utilicen privilegios económicos para hacer de su capa un sayo y puedan viajar a costa del dinero público a donde les tire el cerebro, pero de ahí a decir que un senador pueda incumplir la ley que le habilita para ello (Monago era Senador por la Comunidad Autónoma de Extremadura y por tanto la obligación de ser residente de hecho y de derecho en dicha Comunidad) y viajar a costa del erario público a ver a su amada,va un trecho.
Estos neoliberales a sueldo del poder que son capaces de justificar cualquier cosa que pueda poner en entredicho a quien es el amo de la caja de caudales, son en la práctica, neoliberales de conveniencia, escribanos a sueldo, que cada vez más andan por las calles sin que tenga que ir nadie detrás con una pala y una escoba recogiendo sus boñigas ideológicas.
Vale.
Cuando apretamos el mando a distancia de la TV, cambiamos el dial de la radio, pinchamos una página en la red o abrimos un periódico, nos encontramos con secciones como “nacional”, “política” y similares denominaciones. Pero, visto lo visto, esas secciones deberían resumirse en una sola: “circo”.
El paradigma de la información, por poco tiempo, viene siendo la TV, y las referencias que se oyen en la calle a “lo ha dicho la tele” o “lo he visto en la tele”, que más allá de las funciones nobles del entretenimiento y la difusión de la cultura ha optado por convertir todo en un espectáculo. Y, claro, cuando los actores del espectáculo se desmadran, el espectáculo deriva en un circo.
Las tertulias políticas, en todas las cadenas, se fundamentaban en pretender que los espectadores consumieran “información” en un entorno espectacular, con actores muy metidos en sus papeles. La realidad, eso que la tele no enseña porque estropearía los mundos de yupi que la publicidad vende, ha terminado en convertir a los actores en payasos.
Los memes que circulan a cientos de miles por las redes sociales muestran una realidad muy similar a los espejos del Callejón del Gato. Los personajes (periodísticas, políticos…) han devenido en payasos, muy pocos de ellos augustos y la mayoría patéticos clowns que no se ganarían la vida ni en un pasillo del metro.
El circo no lo han creado ni las televisiones ni los periódicos ni las radios: el circo lo han creado unos personajes que, aspirando a ser grandilocuentes defensores de ideas ruines, han devenido en bufones de tres al cuarto.
Cuando un “periodista” (llámese Inda, Marhuenda, Rojo) hace alarde de defender a sus mentores políticos (y, sobre todo, económicos) se convierten en parodias de sí mismos.
Cuando un cargo público (por ejemplo, el Secretario de Estado de Comercio) desmiente cada dos por tres las “elucubraciones” del pequeño Nicolás, no lo hace convencido de que su desmentido será creíble, sino para hacernos ver que no tiene un pelo de tonto porque ni el pelo le crece.
Cuando el chico de los recados de FAES, Francisco Nicolás, se da cuenta que sus recados, si los guarda bien, le pueden dar pingües réditos económicos, el personaje pasea por el circo de los platós y “periodistas” serios y ya mayores (de Edad Media) le creen y se escandalizan o, peor, afirman no creerle y gritan a un muchacho con cara de pícaro que se está cachondeando de él… cuando eso pasa, la información no existe, solamente queda el circo del payaso tonto intentando dar patadas a una pelota que el augusto tiene atada con una cuerda y se la quita.
Cuando un cargo público, que lo ejerce con el colaboracionismo necesario de otros de ideología teóricamente opuesta, me refiero a Monago y a su pacto de amor o dinero con Izquierda Unida de Extremadura, se contradice a sí mismo, da una versión y la contraria, y al día siguiente la contraria de la primera y la diferente de la segunda, deja de tener la respetabilidad que otorga el cargo y se convierte en lo que realmente es: una marioneta cuyos hilos se sueltan de la tabla que sujeta su titiritero, Iván Redondo. Esa marioneta deshilachada va de plató en plató, de pista de circo en pista de circo, arrastrando sus contradicciones porque el titiritero ya no sabe cómo recomponer el muñeco y los hilos que compra son de las tiendas de chinos, tan baratos como tan mala es su calidad.
Cuando esa misma marioneta arrastrada lánguida y descuidadamente por su titiritero sin rumbo creía que dando saltos de adoquín en adoquín remontaría el vuelo, la causa de sus desvaríos ocupa la tercera pista del circo y le recrimina que no haya tenido para ella ni una palabra de apoyo cuando ha sido tildada de todo lo malo. Y esa marioneta choca, además de con las recriminaciones de su Olga del alma canaria, con su compañera (“al suelo, que vienen los nuestros”) Celia Villalobos, que cuenta una verdad que él mismo no quería contar porque hubiera sido aún peor que las mentiras encadenadas que ha ido soltando.
Así, este circo que tienen montado presidentes de gobierno que se aparecen en plasmas comprados con dinero negro, vicepresidentas de la OJE (cuando uno vale para algo, vale para todo), ministras señaladas por el juez por haberse aprovechado de los delitos de su marido, ministros de defensa que ocultan su pasado en los consejos de administración de fábricas de bombas… este circo ni siquiera entretiene y el espectáculo está fuera.
Fuera están el llanto del niño que no puede entrar al circo, la alegría de los pillos que recogen la realidad que los payasos ignoran, las pataletas de los viejos que ven que el circo que ellos creían tener montado cuando eran los amos, lo están desvencijando sus hijos…
Había una vez un circo de cientos de pistas. Y en cada una de ellas payasos de feria haciendo competencia desleal a los dignos herederos de Pompoff, Teddy y Zampabollos.
Vale.
Acabo de ver en las noticias que esta mañana, en un bar de carretera, al hilo de una tapa de morcilla de Arroyo, ha dicho a unos amigos que compartían barra y chatos, que “cuando me atacan, también lo están al pueblo de Extremadura”.
Señó Monago, me se esta ocurriendo... preguntar que quién le ataca. Porque lo que se sabe, como certeza que Vd. no ha sido capaz de desmentir, es que usted utilizó el derecho de los senadores a viajar con cargo a la Cámara Alta para el ejercicio propio de sus funciones, para viajes privados.
Señó Monago, me se está ocurriendo… preguntar si sabe usted que quien le ataca es esa persona que usted ve cada mañana cuando se afeita, como aquel actor de su campaña “Te quiero Tene…”, perdón “Te escuchamos”. Y que,, por cierto, año 2011, aquel actor, casado en el spot, no llevaba la alianza.
Señó Monago, me se está ocurriendo… preguntar si sabe usted que quien le ataca es quien le asesora sabiendo que cuando usted sale al escenario, no escucha al apuntador, y, claro, los hilos que le mueven se cortan.
Señó Monago, me se está ocurriendo… que atribuirse la identificación entre Vd., un bombero reciclado a pasajero de aerolíneas, y la tierra en la que nació es un síntoma que algún especialista le podría diagnosticar, pero que en política es un claro signo de tendencias fascistas.
Señó Monago, me se está ocurriendo... que de alguna manera yo, que soy extremeño, que estoy orgulloso de serlo, no creo que Vd. pueda ni deba atribuirse esa identificación. Porque yo, al menos igual que Vd., tengo el mismo derecho a ese orgullo, pero no se me ocurre tenerlo como privativo.
Señó Monago, me se está ocurriendo… decirle que es Vd. el que nos está atacando a muchos extremeños arrastrando el nombre de nuestra tierra por el fango en el que se encuentra Vd. revolvado.
Señó Monago, me se está ocurriendo… que deje Vd. de mirarse al espejo cuando se afeita creyéndose el rey del mambo, cuando no es más que un interino que tiene su plaza temporal porque, como no sacó la máxima nota, le tuvieron que pasar unas chuletas para el examen tres comunistas que se han convertido en colaboracionistas al más puro estilo Vichy.
Señó Monago, me se está ocurriendo… que deje Vd. de atacar a Extremadura echándose en manos de lo que nos vendieron como un prestigitador y que se ha convertido en un ventrílocuo al que los labios se le abren demasiado las cuerdas vocales y se le rompen, de tan mala calidad que son, los hilos que mueven al muñeco.
Señó Monago, me se está ocurriendo… que si yo fuera demócrata cristiano (casi, casi lo soy, demócrata cristiano ateo) le conminaria a que dejara de tomar el nombre de Extremadura. Hacer eso es pecado capital de egocentrismo, megalomanía y puerta abierta al nacionalsocialismo.
Vale.
Ah! Señó Monago, me se está ocurriendo… ¿por qué no dimite?
El día 15 de mayo, la Asamblea de Extremadura celebra un debate de una moción de censura presentada por el Partido Socialista de Extremadura contra el gobierno del Partido Popular, presidido por José Antonio Monago. En España, el derecho constitucional establece que las mociones de censura han de ser constructivas, es decir, tienen que incluir candidato y programa de gobierno que es examinado por el cuerpo legislativo. Es decir, que se examinan el candidato que propone la moción de censura y el programa de gobierno.
En Extremadura, donde gobiernan en coalición el Partido Popular y el Partido Comunista, el candidato va a ser examinado por el censurado, y lo va a ser sin testigos.
Además de lo extraño de que el censurado intervenga y cierre el debate, que ya utilizó en su día Rodríguez Ibarra, lo más extraño es la decisión de los socios de gobierno de la Junta de que no haya testigos.
El debate no será televisado, seguramente porque no tenga relevancia que los ciudadanos extremeños conozcamos si el candidato es capaz de desgranar y poner negro sobre blanco el auténtido derrame de mentiras, falacias y trampas que el Partido Popular con la cooperación necesaria del Partido Comunista.
El debate no será televisado, seguramente porque el Partido Comunista no quiera que sus enaguas de vergüenzas se vean en su connivencia con un partido de extrema derecha y su colaboracionismo con un gobierno que está recortando de modo salvaje los derechos de los trabajadores.
El debate no será televisado, seguramente porque ni Monago ni Escobar quieren testigos. Por eso han ordenado que no se televise. Los ciudadanos, para esta gente que nunca creyó en la democracia y que siguen pensando que el poder, y el ejercicio del poder, les pertenece por la gracia de Dios.
El debate no tendrá testigos y a los ciudadanos nos llegará la propaganda que los medios de comunicación (o algo parecido a eso) nos quieran vender.
El debate no tendrá testigos porque los autores del austericidio no los quieren, no quieren que sepamos cómo llevan a cabo sus ajustes (en el sentido del Chicago años 20) contra los trabajadores.
Ahora, cuando el BOPP y el HolaPP se dedica a hacer publirreportajes con el perfil agraciado de los comunistas que se jactan de violar cualquier principio ideológico en su coyunda con la extrema derecha, no quieren testigos.
Los crímenes ideológicos son los más difíciles de encubrir, pero si eliminamos a los testigos, eliminamos la culpabilidad. Los culpables seguirán paseándose por platós y páginas de periódicos (qué pena que haya que utilizar tan hermosa palabra para lo que no son más que libelos).
Ahora, algunos dicen que han censurado a Canal Extremadura para no emita el debate. No Canal Extremadura, su dirección, sus amos, son cómplices en la eliminación de testigos. Que los trabajadores (a saber cuántos) digan que los censuran no deja de ser un oximorón. Canal Extremadura está de acuerdo, es cómplice de la eliminación de testigos.
Vale.
El lunes, 7 de abril, el Partido Popular celebró en Cáceres su reunión directiva regional, para que Monago hiciera oficial lo que ya era oficial, que Elena Nevado repetirá candidatura a la alcaldía de Cáceres. Y como ya era sabido y conocido, la reunión era una excusa para hacerse una fotografía, con notables ausencias de concejales del Ayuntamiento de Cáceres, del propio partido, liberados y sin actos programados para esa hora. Aunque a lo mejor la excusa no era la foto.
La excusa era reunirse en Cáceres para, después de hacerse la foto, irse raudos a comerse… una hamburguesa.
El Presidente de la Junta de Extremadura, o como les gusta decir a ellos, del Gobierno de Extremadura iba a hacer la presentación nacional, qué digo nacional, internacional, qué digo internacional, mundial, qué digo mundial, universal, la presentación universal de una hamburguesa hecha con ternera de Extremadura.
Después de tantos años y tantos esfuerzos por tratar de convertir a nuestra tierra en un punto de destino turístico basado en una naturaleza impresionante, unas ciudades y pueblos llenos de historia y cultura, y una gastronomía espectacular, ahora, el señor Monago, el varón mimado por los “periodistas de Madriz”, y se descuelga con una hamburguesa. Las cosas de ivancito.
La hamburguesa era la excusa para pasar de largo por la repetición de la candidatura de Elena Nevado. Es candidatura ha quedado sepultada por su propio partido, en un montón de comida basura.
Atraer a turistas de alto poder adquisitivo, o de un poder adquisitivo medio, basándonos en una espectacular y variada gastronomía, en la que compiten el secreto ibérico, el cochinillo de Torrequemada, el cabrito de Las Mestas, las tortas del Casar y la Serena, la Técula Mécula de Olivenza, las morcillas de Guadalupe, para terminar vendiendo hamburguesas en la multinacional de la comida basura es un desprecio a todos aquellos hosteleros, ganaderos, agricultores extremeños esforzados en conseguir un producto de calidad. Incluidos, por supuesto, los ganaderos que se esfuerzan en una cabaña de terneras cuyos lomos, chuletas… merecen mejor destino que la comida basura.
Claro, es lo que tiene tener un asesor que no entiende ni comprende qué es Extremadura. Y tener un presidente de la Junta que no tiene ni puñetera idea de lo que es gobernar. Por eso quiere que los cacereños voten otra vez a Elena Nevado.
Por cierto, y por si no lo sabían. Monago no hizo la presentación esa estratosférica de la hamburguesa. Ya la había presentado Cristina Pedroche, el día 4 de abril, en el McDonald de la calle Montera Por supuesto, ese pequeño dato se olvida. ¿Se imaginan a Monago, un tipo elegante, estilizado, modelo de pasarela, posando al lado de Cristina Pedroche? Pues eso.
Y otra cosa. La carne de esa hamburguesa puede que sea de ternera extremeña 100%, pero el valor añadido del producto, de las ventas a la cadena de comida basura no se quedará en Extremadura. Algo que Monago calla, sin duda aconsejado por su Ivancito del alma y nómina. La carne para esas hamburguesas es suministrada por la cadena de mataderos de la famila Yartu San Millán, que tienen su sede social en Madrid, que liquida sus impuestos en Madrid, que es donde quedará el valor añadido. Que el matadero esté en Almaraz no significa más que un eslabón en la cadena. El beneficio se irá a Madrid con el aplauso del presidente de la Junta de Extremadura.
Así, mientras hacen el paripé de la presentación de la candidata a la alcaldía y quieren vender la moto de una presentación mundial, el día 4 de abril ya estaba Cristina Pedroche colgando en su twitter una foto con una hamburguesa. Por supuesto, recibiendo un buen “regalo promocional” de la cadena americana. Y aquí, en cambio, el presidente de Extremadura haciendo de telonero.
Vale.