Archivos para November 30, 1999

El periódico conservador LA MONTAÑA, en 29 de octubre de 1924, entonces dirigido por Narciso Maderal Vaquero, publicó un artículo firmado por Antonio Monedero, con el título LA EMIGRACIÓN, que en aquellas fechas, como antes, como ahora, era un asunto recurrente en España, o en algunas de las distintas regiones.

Antonio Monedero Martín, natural de Dueñas, en Palencia, fue un activo promotor de los llamados sindicatos agrarios católicos, que se dedicó a fundar en distintos puntos. Como experto en la realidad del campo español, en el artículo que transcribimos da una muestra de ello.

El mal año agrícola que acabamos de sufrir ha agudizado este delicado problema en nuestra nación, problema sobre el que los Gobiernos anteriores, como dice Sancho Panza refiriéndose a los pobres, solo han puesto los ojos “como de pasada”.

Todos los años se van miles y miles de hijos de la patria, de los cuales los del campo se elevan a cerca de 50.000. Y se van a la ciudad, donde la congestionan, y en zahurdas y hambre y corrupción acaban por ser carne de rebeldía, o se van al extranjero, donde tras de mil calamidades quedan perdidos para siempre para la madre patria.

Además, se van los más fuertes, los hombres solos o los matrimonios más jóvenes o con pocos hijos, que llevan ánimos para jugarse el porvenir, quedando en el campo los viejos, los inútiles, los débiles, los enfermos, los más flojos y los menos dispuestos, con lo cual la pérdida es múltiple y en todos los sentidos.

Las ciudades aumentan a costa del campo y el campo de otros países se labra con los brazos del nuestro, mientras éste cada día queda más yermo.

En los campos de Argelia hay más españoles que franceses y en muchos puntos de América hay también más españoles que naturales o que de otros países mientras que en la madre patria hay cada vez menos habitantes en el campo.

¿Por qué no hablan de poder hacer aquí lo que puedan hacer allá? El latifundio improductivo o mal cultivado llama a esos brazos que se van, y no hay una ley que se lo ofrezca por fuerza, ya que por grado el dueño utiliza el arruinado derecho pagano de poder abusar de lo que tiene.

Multitud de campos incultos llaman también a esos brazos que se van, y no hay tampoco otra ley que les ayude a quedarse sobre ellos y fecundarlos con la fuerza y la energía con que van a fecundar campos extraños y lejanos.

El campo, sin embargo, tiene que alimentar a la ciudad, y por falta de brazos, la alimenta caro y mal; cuando el pueblo ciudadano pide más pan y más barato, los Gobierno debieran de pensar que gran parte de ese pueblo se vino del campo, dejando de hacerlo producir, y debiera hacerlo volver al campo, a lo menos a los desocupados.

España puede alimentar desahogadamente a la población que tiene, si se ordena bien la existencia y circulación de las subsistencias para que el egoísmo y el agio de una minoría no perjudique a la comunidad.

Además, instruyendo y ayudando al agricultor, además de retener los brazos que se van, se puede llegar a alimentar una población más que duplicada de la que ya existe, porque las cosechas pueden duplicarse con facilidad y multiplicarse muchas de ellas a medida que la población va aumentando.

Todo esto ni se ve, ni se sabe, ni se atiende desde la Puerta del Sol, y es, sin embargo, la realidad viva de la patria; en la ciudad hay muchos estómagos ahítos y muchos más vacíos, provocación aquélla y gérmenes éstos de tempestades y revoluciones.

De cien mujeres que se pierden, cincuenta lo hacen por vestir mejor, pero las otras cincuenta por comer mejor.

De cien hombres que se inscriben en las Sociedades revolucionarias, noventa lo hacen también por comer mejor; sólo el diez por ciento están ahítos como los burgueses.

Si la mayor parte de los hambrientos volviera al campo y el Estado los protegiera con leyes sabias y justas, comerían todos y comerían mejor que los quedaron en la ciudad y todos vivirían más tranquilos y sosegados.

Las mujeres, a su vez, serían madres honradas y virtuosas que criarían hijos para aumentar la fuerza y el valor de la patria.

La ciudad absorbe el campo y agota el país, sin que los políticos hayan sabido remediarlo.

Antonio Monedero.

Vale.

El 12 de junio de 1907, el periódico El Norte de Extremadura publicaba un artículo laudatorio sobre un proyecto de ley que el senador gallego González Besada, del partido conservador de Antonio Maura, en el que se trataba de realizar una primera intervención gubernamental para frenar la emigración y aumentar la repoblación de tierras abandonadas. Para El Norte de Extremadura, que había publicado artículos sobre la penosa situación de los pueblos de la provincia y de las funestas consecuencias de la emigración, el proyecto, aunque fuera de un ministro de «parroquia» distinta a su línea editorial, era una buena noticia. Ignoro si el proyecto, del que el periódico incluía gran parte del mismo, luego convertido en Ley, es el primer intento de una actuación global del Estado para frenar la creciente emigración, y si la aplicación de la Ley fue suficiente, aunque por lo conocido de Extremadura, no parece que tuviera mucho éxito en su aplicación.

Diario de Sesiones. Senado. Proyecto de Ley.

Son tan pocas ó ningunas las disposiciones que los Gobiernos han dictado hasta aquí para evitar los desmembramientos de la patria, -de los que ya en diferentes ocasiones nos hemos hecho eco en estas columnas- que no podemos menos de trasladar á las mismas el proyecto leído en el Senado por el Sr. González Besada, con el fin de poner algún remedio á este gravísimo mal.

El proyecto de este estudiosos y previsor ministro, tiende á solucionar, ó cuando menos poner un dique á la emigración, y no hemos de nosotros los que restemos méritos al pensamiento del Sr. Besada, que hace concebir alguna esperanza, aquí donde tanto abundan los elocuentes charlatanes, así como escasean los hombre de energía que estudien á fondo la vida angustiosa de los infelices obreros del campo en las villas y aldeas españolas, sometidos al juego y explotación de los grandes terratenientes, causa primordial de la emigración y despoblación que nos arruina y envilece.

Del conocimiento de las causas que motivan los grandes males y de su meditado estudio nacen los remedios que han de venir poco á poco á solucionarlos; por eso hoy, aunque comulguemos en distinta parroquia, aplaudimos el trabajo del Sr. González Besada, que á más de evitar la emigración, hará que sea un hecho en un día no lejano la repoblación del país, proporcionando un cultivo adecuado á los terrenos que hoy son improductivos ó no producen lo que debieran por no darles la debida preparación.

He aquí lo más importante del proyecto:

Art. 2º La aplicación de esta ley tendrá, por ahora, carácter de ensayo y se reducirá su alcance en aquellos montes y terrenos propiedad del Estado, declarados enajenables, que sean susceptibles de cultivo en cierta zona sin daño de la conservación y mejora de la riqueza forestal de los mismos.

Art. 3º Podrán los Ayuntamientos enajenar sus bienes patrimoniales que no estén catalogados por causa de utilidad pública y sean susceptibles de división y ventas en pequeños lotes, en la forma y condiciones que se fijará para la de los montes del Estado.

Del mismo modo, todos aquellos propios de los pueblos que están declarados enajenables, podrán serlo conforme á esta ley, bien á petición de los pueblos propietarios, bien por conocerse la conveniencia de su división por el Gobierno, mediante los organismos que en la misma se establecen.

Art. 4º Tienen derecho á los beneficios de esta ley los que acrediten no pagar contribución y sean casados ó viudos con hijos, dándose preferencia á los del término municipal, sin que se lleve á cabo el reparto sobre los del partido judicial, á estos sobre los de la provincia, y á éstos sobre los del resto de la Nación. En igualdad de circunstancia se optará por los que tuvieran más hijos aptos para las labores del campo.

El reparto y cesión de terrenos se ajustará á las siguientes reglas:

1ª Se formarán los lotes con la extensión necesaria para el sustento de una familia, según se determine en el plan que se establezca por la Junta Central.

2ª Una cuarta parte del terreno asignado habrá de dedicarse á repoblación forestal por el concesionario y el resto á otros cultivos, siempre de la preferencia de éste, pero con el consejo y la dirección técnica que se le facilite.

3ª Durante los cinco primeros años, el concesionario de un monte del Estado, será un mero poseedor del lote que se le adjudique, y podrá privársele de la posesión cuando no cumpliera las condiciones fijadas y las que le señale la Junta encargada de este servicio.

4ª Transcurridos los cinco años adquirirán la propiedad de los terrenos y empezarán á satisfacer al Estado la contribución correspondiente, según la calidad de la finca y la clase de cultivo.

5ª En los montes que sean propiedad de los Ayuntamientos, los lotes se adjudicarán á censo reservativo, abonándose por el censatario, como cánon, el 2 por 100 del valor en que se hubiera tasado el terreno y pudiendo redimir el importe de su capitalización hasta en cincuenta consecutivas anualidades.

6ª No podrán recaer dos lotes en personas ligadas por vínculos de parentesco, dentro del segundo grado, salvo que fuesen todas ellas mayores de edad, cabezas de familia y con descendencia apta para el trabajo.

7ª Será nulo todo pacto de cesión, permuta ó venta durante los diez primeros años, á partir de la adjudicación.

8ª Tanto en caso de transmisión por herencia como por actos intervivos después de los diez años, será indivisible á perpetuidad el coto adjudicado á cada censionario, debiendo en todo caso traspasarse á una persona sola, á no ser que obtuvieran especial autorización del Gobierno.

Recorte del texto legal sancionado por el Rey. Diario de Sesiones del Senado.

9ª No podrán gravarse lo lotes adjudicados con más hipotecas que las legales á favor del Estado, de los Municipios, consortes ó hijos. Para la responsabilidad real del propietario, como base del crédito agrícola de que se desee ó procure hacer uso por sus operaciones de cultivo, únicamente les será permitido contraerla con la Asociación cooperativa que se organice por la Junta al crear el núcleo de población.

10ª En caso de ejecución de los créditos hipotecarios, el dominio pasará al acreedor, pero con la condición de no poder desmembrarlo y de que una nueva familia reemplace á la ejecutada.

11ª A los poblados de los montes del Estado y terrenos sujetos á esta ley se les facilitará por el Gobierno los auxilios necesarios para su instalación y la explotación de los terrenos adjudicados, ajustándose al cálculo que la Junta formule, atenta á las condiciones del terreno que se habrá de colonizar y las especiales de cada región y cultivo. La Asociación cooperativa formada en la nueva colonia cuidará e intervendrá su conveniente empleo por parte del colono, conforme á las reglas que por la Junta se le señalen.

12ª En la repoblación de propiedades de los Ayuntamientos podrá el Estado hacer anticipos á las asociaciones cooperativas que en cada caso deberán formarse, quedando responsables para con aquél y efectos en garantía los lotes adjudicados.

En la concesión de préstamos se señalarán las condiciones de los mismos y el tanto por ciento de interés y amortización á que habrán de ajustarse.

Art. 6º Para la mejor ejecución de esta ley y realización total del pensamiento que la informa, se crea una Junta Central, compuesta de un exministro de la Corona, presidente; dos senadores, el diputado, el director general de Agricultura, el de Contribuciones, Impuestos y Rentas, dos ingenieros de montes y dos agrónomos.

El art. 8º dispone:

Art. 8º Un real decreto, dictado por la Presidencia del Consejo de ministros, aprobará cada plan y ordenará su ejecución, siendo obligatorio constituir una Asociación cooperativa entre los pobladores de cada monte ó terreno subdividido, que habrá de servir de órgano intermediario y educativo de los mismos en sus necesidades de crédito, ahorro, socorro, seguro, compra y venta y mejora cultural, proporcionándoles las ventajas morales y económicas de la ayuda recíproca y de la unión de esfuerzos para un fin común.

La Junta ejercerá cerca de dichas asociaciones las funciones de dirección y patronato, hasta que los socios adquieran la práctica necesaria para seguir la Asociación.

Se autoriza un crédito de un millón de pesetas, cifra que se considera suficiente para llevar á cabo el primer ensayo de colonización en los montes y terrenos enajenables del Estado, calculando un máximo de mil pesetas por colono y lote concedido y en condiciones de ser explotado.

Este es el proyecto del Sr. González Besada, al que acompaña una Memoria, donde se comprenden todos los datos que han de servir de guía é ilustración en este importantísimo asunto, del cual hemos de ocuparnos cuantas veces sea preciso, deseando llegar á ser un hecho positivo y no muera en flor, como otros muchos, por la sola razón de que iban á servir para algo bueno.

Vale

Hambre y emigración.

El mismo periódico EL BLOQUE, periódico democrático, que ya he traído alguna vez a esta serie de entradas, publicaba el 18 de agosto de 1910 el artículo que reproduzco. Está firmado por el abogado Modesto Albalá, en Peraleda (no se aclara de cuál de los dos pueblos con el mismo nombre, Peraleda de San Román o Peraleda de la Mata, ambos en la provincia de Cáceres). EL BLOQUE era un periódico abiertamente adscrito a los liberales reformistas de José Canalejas, y abiertamente beligerante contra los conservadores representados por Maura. Aclaración creo que necesaria para entender un poco mejor el contenido de este artículo. He respetado para el subtítulo de esta entrada el mismo que el utilizado por su autor. Al comienzo del texto falta una o dos líneas, que no aparecen en el escaneado del portal de Prensa Histórica del Ministerio de Cultura.

HAMBRE Y EMIGRACIÓN

Ha comenzado á iniciarse en esta región la emigración en términos alarmantes.

El día 3 reuniéronse en Navalmoral, en [falta una o dos líneas] braceros de estos pueblo que, después de un período de siega en que casi no han tenido jornales y ante la perspectiva del hambre con que el invierno amenaza, abandonaban sus hogares para buscar en otros continentes lo que en su patria -¡triste es decirlo!- no puede darles: pan para sus hijos.

Solamente en este pueblo [Peraleda de la Mata o Peraleda de San Román] se han marchado veinte familias, componiendo un total de setenta ú ochenta seres. No quiero, no podría describir el espectáculo de su despedida: era una escena tristísima, impregnada de lo más hondo de los sentimientos, en los que rebosaba á torrentes esa ternura inmensa que nace de los vínculos de la sangre, ternura que por naturaleza existe en los corazones más rudos, siendo la única flor de su poesía… Era, en fin, una escena de ese drama social que se llama Emigración y cuyo argumento es el hambre.

Es necesario atajar el mal, es necesario poner un hemostático para contener esa hemorragia cuya sangre es recogida por otros países para progreso suyo.

Cada cual en su región debe hacer todo lo posible por remediar al proletariado, á esos desheredados hasta de la Justicia, que tienen derecho á otra vida que la de miseria é ignorancia en que se hallan.

Eugene Smith. Deleitosa. 1950. Revista Life.

Llamo, pues, la atención á las clases directoras, á los que por su situación están llamados á dirigir la marcha de los pueblos en esta región del Tajo, para que todos y cada uno pongan de su parte lo que les sea posible dentro de las medidas de sus fuerza para, en un arranque de civismo y de amor al prójimo, desechando esa apatía egoísta que es una de las principales causas también de nuestros males; ver la manera de aclarar las negruras del hambre con que amenaza á los sufridos braceros el invierno que se avecina.

Existe un medio que podría solucionar el conflicto de pronto ó al menos hacer más llevadera la situación; un medio por el que podrían darse bastantes jornales y remediar el hambre: ese medio es la tantas veces anunciada construcción de la carretera de Navalmoral á Guadalupe. Obra que de justicia nos corresponde, pues es de absoluta necesidad para estas gentes aisladas en este rincón con un atraso de cincuenta años, debido á la falta de una vía de comunicación con el ferrocarril para poder exportar sus productos é importar los de otros pueblos, activando así el comercio, que es el primer vehículo de la riqueza y el progreso.

Mas para alcanzar esto es necesario pedir, es necesario moverse, es necesario manifestar el deseo y exponer las necesidades; el indolente nada consigue.

Tomen las iniciativas los Ayuntamientos, que son los encargados de velar por el bien público.

Únanse todos los pueblos interesados, y las personas más características y de más ascendiente moral y político, con el diputado á la cabeza, que debe poner de su parte todas sus energías, como obligado que está á defender los intereses de la región; vaya á exponer á los poderes públicos la verdad de la situación, la imprescindible necesidad de comenzar la construcción de esa carretera cuanto antes y es seguro que este Gobierno, tan interesado en favorecer al proletariado y en conseguir el progreso de todas las regiones, no se negará á una petición tan justa y caritativa.

Así, el diputado conseguirá aumentar los vínculos de amor que á esta gente le unen, porque verán en él al solícito remediador de sus desgracias, y las clases directivas, que además del beneficio que en sus intereses obtienen, tendrán el agradecimiento de los pobres jornaleros á quienes habrán salvado del hambre y del dolor de tener que separarse de sus familias para ir á regar con su sudor tierras extrañas, á más de haber conseguido la prosperidad general y de haber trabajado en la obra de la civilización en la que todos estamos obligados á colaborar.

MODESTO ALBALÁ. Peraleda. 10.8.1910.

Vale.

Cuando llega el 1º de Mayo, aparecen estudios, informaciones, “radiografías”, de cómo está “el mundo del trabajo”. Críticas a los sindicatos de clase (por defecto, elogio a los sindicatos corporativos, amarillos), estudios sobre salarios medios (pocos estudios sobre medios salarios…).

En Extremadura sucede lo mismo. Un periódico informa que los sindicatos han perdido casi medio millón de afiliados y 56.000 delegados. El medio, del grupo Vocento, achaca esos datos a la crisis y a la corrupción. No es coña, los mismos elementos, crisis y corrupción, que hacen subir al Partido Popular y seguir ganando elecciones. Algo no funciona.

Y en Extremadura, funciona menos.

El otro periódico regional, del grupo catalán Zeta, hace una radiografía que, en primera página titula: “Las cotizaciones sociales caen cien millones pese a subir la afiliciación”. Eso, algo no funciona.

De entrada, no funciona una reforma laboral salvaje, digna de sociópatas y no de políticos electos. Bueno, en nuestro país, sí es digna, digna de la salvaje corrupción del Partido Popular, que debería ser ilegalizado por organización criminal.

En Extremadura gozamos de los salarios medios más bajos del país. Y si a eso añadimos los contratos por hora (si es que merecen el nombre de contratos) o por días, las bonificaciones a los empresarios (dadivoso el partido popular con sus votantes) no es extraño que las cotizaciones sociales (cuota obrera, cuota patronal) estén bajo mínimos. No es cierto que los trabajadores extremeños cobren los sueldos más bajos, la realidad, y así deberían ser los titulares de prensa (si hubiera de esto en la región), “los empresarios extremeños pagan los sueldos más bajos del país.

Algo no funciona. Y en Extremadura, menos.

Cada cierto tiempo, además, aparecen los datos mensuales de pensiones, que dicen ¡sorpresa! que las extremeñas son las más bajas del país. Algo obvio. Si los sueldos lo son, si las cuotas sociales lo son, la consecuencia “natural” es que las pensiones sean raquíticas.

Todo ello una consecuencia de una historia demográfica (la demografía es diacrónica, no sincrónica) cuyo episodio más dramático es el expolio que el franquismo, con el Plan de Estabilización de 1959, cometió con la población extremeña, llevando a la emigración a los más jóvenes, para cubrir los puestos de trabajo que las burguesías catalana y vasca (como hoy) reclamaban en pago a sus servicios al golpe de estado de Franco, y hoy reclaman con el chantaje de la separación. La misma burguesía.

Extremadura fue expoliada en su población, con la emigración de los más jóvenes, con la pérdida de la población joven, de la mano de obra productora y de la juventud reproductora. Por eso, hoy nuestra región está despoblada y envejecida, gracias a servir los intereses de las burguesías financieras.

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En el 1º de mayo, en Extremadura no hay nada que celebrar. No se puede celebrar el trabajo, porque no hay. Y las perspectivas no son nada halagüeñas.

Además, los sucesivos gobiernos desde 1978 han ido disminuyendo progresivamente su interés por favorecer, siquiera un ápice, a la región, llegando a los últimos cinco años, en los que a la crisis económica se ha unido un partido, el Partido Popular, que yace sumiso a los pies de la economía en una coyunda pornográfica, robando, a manos llenas, sin vergüenza ni recato. Y de todo lo que roban, que es mucho, mucho es lo que roban a Extremadura. Y si Monago o cualquiera de sus compinches lee esto, que lo desmienta.

Hoy, Extremadura sigue sumida en la pobreza laboral y salarial, sin que nada podamos esperar de un Estado, el español, que nos abandona. Nos abandona a conciencia, a sangre y fuego.

Algo no funciona en Extremadura, y algo no funciona en las relaciones entre Extremadura y el resto del Estado. Hora es ya de decir basta. Por la ley o por los hechos. Pero ya.

No podemos seguir celebrando un vergonzante 1º de mayo perteneciendo a un Estado cruel, que ni siquiera tiene interés en que nuestras comunicaciones sean decentes, no ya digna, solo decentes.

No podemos.

Vale.