La Constitución Española dice en su artículo 14:
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia de índole personal o social.
A la vista de algunas declaraciones de personas de relevancia política (por sus cargos) pero de escasa relevancia intelectual, debiera modificarse dicho artículo e introducir el concepto de edad, que nadie pueda ser discriminado por su edad.
Dice Dolores Cospedal, citando en diferido a autores de la Grecia preclásica, que cuando los dioses quieren castigar a los pueblos, les mandan reyes jóvenes. O lo que es lo mismo, traducido a los tiempos actuales, en directo, que ser joven incapacita, por sí mismo, para el ejercicio de la actividad política. Es evidente que Cospedal habla con conocimiento de causa. Ella, cuando fue joven, no servía más que para ser miss feria de Albacete.
La afirmación de la Secretaria General del Partido Popular, que coincidió un tiempo en su cargo con Luis Bárcenas de tesorero y pactó con él, o conoció el pacto con él, ha causado estupor entre los estudiosos de la Grecia clásica, más si se recuerda por los libros del bachillerato que el rey griego más importante y conocido, Alejandro Magno, murió a la provecta edad de 33 años.
Pero no solamente es Dolores Cospedal quien piensa así, quien piensa que ser joven incapacita. En Cáceres, sin ir más lejos, asistimos en estas fechas al conocimiento de las listas con las que los partidos concurrirán a las elecciones municipales de mayo. Y en esas listas hay algún número joven. Muy joven. Insultantemente joven.
Ser joven no es ningún delito ni incapacita. Sí produce, sin duda, que aflore uno de los pecados capitales que más arraigo tiene en la sociedad española (y en las sociedades provincianas se incrementa), fruto de la moral judeo cristiana que diría Sigmund Floïd (escrito Freud): la envidia.
Porque el único delito de ser joven es la envidia que produce a quienes tienen ya los codos con pellejos como los culos de los pollos.
Y cuanto más cercano se siente uno al joven al que envidia, mayor es esta. Viene sucediendo, por ejemplo, con el candidato del PSOE a la alcaldía de Cáceres. Las mayores críticas y descalificaciones que recibe, escuchando algunos comentarios como la lista de la lotería “al oído”, provienen de compañeros de partido. O de gentes que en alguna ocasión fueron militantes o simpatizantes y que auguran grandes fracasos al partido por el único hecho de la edad de su candidato.
Podrá ser criticado por sus capacidades o falta de ellas, por su preparación o falta de ella. Pero no. Lo es por su edad en primer término. Luego ya le añaden lo de que, por ser tan joven no está capacitado. ¿Cuántos dirigentes políticos de mayor edad cuando accedieron a un cargo público demostraron que no estaban capacitados para ello, aunque fueran cincuentones?
Ser joven no es ningún delito, solamente produce envidia.
Vale.
Ya saben el dicho, popular por supuesto, que dice: “Como yo, que tengo un tío en Graná, que ni es tío ni es ná”. Pues eso pasa.
Viene a cuento estos días en los que las ciudades de San Fernando y Cáceres están inmersas en la incertidumbre, provocada o calculada por el Ministerio de Defensa, sobre la continuidad de uno de los dos Centros de Formación de Tropa del Ejército de Tierra existentes. En esta situación, mientras que desde Cáceres, su alcaldesa primero afirma, segura y convencida, que el CEFOT 1 no se cerrará, para, a las 24 horas decir que está dispuesta a colaborar con San Fernando, también con alcalde del PP, para que los dos centros continúen abiertos. Si, como es público, el Ministerio tiene decidido cerrar uno de los dos, y Elena Nevado, alcasenadora de Cáceres, estaba tan segura de la continuidad del CEFOT 1, ¿por qué al día siguiente pretende colaborar con su correligionario de San Fernando para que continúe también abierto el CEFOT 2? ¿Generosa o desinformada?
Viene a cuento lo del tío en Graná, ese que ni es tío ni es ná, porque en San Fernando, desde la oposición (PSOE et al), afean a José Loaiza García, alcalde y presidente de la Diputación de Cádiz, su poca capacidad e influencia en su partido, y su inactividad y su falta de iniciativa, muy al contrario, dicen los cañaíllas, de la feroz capacidad de iniciativa de la alcasenadora de Cáceres, y, sobre todo y más, de la influencia de Carlos Floriano en su partido, del que es el número 3.
Pues siento decirle a los de la oposición en San Fernando que están muy equivocados. Ni la alcasenadora de Cáceres ha desarrollado muchas iniciativas, ni Luisma Floriano ha movido un solo dedo, no ha dicho esta boca es mía, en el tema del CEFOT 1.
Especialmente informados deberían estar los miembros del PSOE en el ayuntaminto de La Isla, o al menos deberían haber preguntado. Por ejemplo, les habrían dicho que la alcasenadora de Cáceres votó en contra de la continuidad del Cefot en el Senado, en diciembre de 2012 (debate de los PGE para 2013) y en diciembre de 2013 (debate de los PGE para 2014). Por lo demás, toda su actividad se resume en una visita obligada, el 5 de marzo de 2012, a la Subsecretaria, otra visita, en mayode 2012, creo recordar, al Secretario de Estado de Defensa (con nulos resultados) y una foto tomada con móvil en los pasillos del Senado con el Ministro de Defensa. Eso eso es todo, amigos. Todo lo demás, fuegos artificiales en los medios locales, que están a su entero servicio. De servil.
En cuanto a lo de Luisma Floriano, todavía están los cacereños esperando que “se note” ese tercer escalón en la jerarquía de su partido. Porque Floriano y ná es lo mismo. Para los cañaíllas lo mejor es decirles que todo lo que se sabe por Extremadura que hace ese muchacho es lo que sale Cospedal y otros. Es aquello que le dicen: “Carlos, sal tú a decirlo, que a nosotros nos da la risa”. Y claro, Carlos, el tío en Graná, sale por la mañana y por la noche es la estrella invitada de El Gran Wyoming.
Han de saber los partidos políticos de la oposición en San Fernando que ni la alcasenadora de Cácerees ni el Numer 3 del PP han hecho nada, ni lo harán, por exigir, de modo claro, un compromiso firmado, serio y riguroso, del Ministro de Defensa sobre la continuidad del Cefot de esa ciudad. Y si, finalmente, el Ministro decide que continúe abierto, saldrán a apuntarse el tanto y a figurar, que es lo que les gusta y para lo que, íntimamente, están convencidos que fueron elegidos. Para trabajar y partirse la cara, no, que eso es de pobres.
Vale.