El miedo es un arma de destrucción masiva de la libertad en manos de la derecha. Y la utiliza, y la utilizará perfeccionada, que para eso ya se ha puesto manos a la obra con el Anteproyecto de Ley Orgánica de Seguridad.
Decía Erich Fromm en “El miedo a la libertad”: “El nazismo constituye un problema psicológico, pero los factores psicológicos mismos deben ser comprendidos como moldeados por causas socioeconómicas; el fascismo es un problema económico y político, pero su aceptación por parte de todo un pueblo ha de ser entendida sobre una base psicológica”.
Los atentados de París, uno de ellos con la excusa de las caricaturas de Mahoma (entiéndase bien, excusa, no justificación, el terrorismo no necesita justificaciones) y el otro ¿con qué excusa? han supuesto para los gobiernos menos asentados en las convicciones democráticas la excusa (excusa, que no jusficación, el autoritarismo no necesita justificaciones) perfecta para ahondar en la psicología de masas e imponer el miedo como ideología dominante.
Porque en España, el anteproyecto de Ley Orgánica de Seguridad no se ha elaborado en la semana transcurrida desde el atentado contra Charlie Hebdo, sino que venía fraguándose desde hace al menos 8 meses, desde la irrupción de Podemos y el cambio de dirección en el PSOE, con el abandono de Rubalcaba, que desde noviembre de 2011 se había convertido en un colaboracionista (sentido y orientación Vichy) pasivo y la derecha entró en pánico por el auge de Podemos y la deriva política de Pedro Sánchez (sin que ni PSOE ni Podemos hayan hecho otra cosa que poner en primer plano la política y las libertades).
¿Qué puede pensarse leyendo esto: «El Gobierno establecerá los criterios relativos a la preparación y disponibilidad de los recursos humanos y materiales no propiamente militares para satisfacer las necesidades de la Defensa Nacional en situaciones de grave amenaza o crisis, teniendo en cuenta para su aplicación los mecanismos de cooperación y coordinación existentes entre los diferentes poderes públicos.«
¿Se puede pensar que el Gobierno de la Nación necesita algo más que este párrafo para garantizar la seguridad de los ciudadanos?. En mi opinión, no. Pero este gobierno del Partido Popular, que lleva en su ADN los genes del franquismo, pretende desarrollar este párrafo, esta habilitación que ya existe en la Ley, en una nueva Ley Orgánica, cuando sería suficiente un desarrollo normativo de menor calado jurídico, pero que debería estar más justificado, curiosamente.
La pomposidad de una Ley Orgánica permite al gobierno, garantiza al gobierno, de aquí a las elecciones (es decir, en toda la campaña electoral que estamos conociendo), una presencia en los medios, en el “debate político”, de dos conceptos: uno, que será el visible, el de seguridad, y otro, el subyacente, el subconsciente (inconsciente), que es el mensaje del miedo.
El párrafo citado más arriba ya es, ya debiera ser suficiente para que el Gobierno, en su cumplimiento, pueda garantizar la seguridad. Pero… como ya existe en nuestro ordenamiento jurídico, le impide utilizar lo que realmente quiere y necesita: el miedo como arma contra la libertad.
Un mero desarrollo normativo (Real Decreto, Orden Ministerial o Reglamento) del artículo 22 de la Ley Orgánica de la Defensa Nacional, que es el párrafo transcrito, sería flor informativa de un día, y pasto de un sinfín de recursos ante los tribunales, mientras que la “tramitación” de una Ley de Seguridad, con carácter de orgánico, permite usar el miedo, meter el miedo en los huesos de los ciudadanos.
Como decía Fromm en su ensayo, explicando el auge y triunfo del nazismo, “los obreros siguieron afiliados a sus respectivos partidos y, conscientemente, no dejaron de creer en sus doctrinas; pero en lo profundo de su conciencia muchos de ellos habían abandonado toda esperanza en la eficiencia de la acción política”.
Es decir, el miedo como vehículo de campaña electoral. Como arma contra la libertad.
Vale.