Aunque en estas fechas de cambio de año la letra griega dominante es la ómicron, como hace unos meses era la delta, por ser variantes del virus que causa la COVID-19, los cacereños hemos conocido y reconocido en nuestra historia más antigua y más moderna, las letras de origen (la alfa) y del final (la omega).
En 2021, el Museo Helga de Alvear ha echado a andar para mayor gozo y disfrute, con unos datos de visitantes al cabo del año, desde marzo, de 100.000 visitantes, lo que supone una gran “marca” para un museo de provincias que ha nacido con vocación universal.
El Helga de Alvear, que alberga la colección de la propia Helga de Alvear, es una muestra del arte contemporáneo más avanzado, que pone a nuestra ciudad en la vanguardia, en el camino del futuro con los mejores cimientos sobre los que asentar un desarrollo cultural, artístico y turístico como nunca hemos tenido.
El Museo es ya un referente a nivel nacional, un espacio que aparecerá en todas las referencias de recomendación para viajeros, para especialista en arte contemporáneo y, en definitiva, para todos aquellos que hacen de sus sensibilidades un elemento diferenciador.
Pero es que en este 2021 recién acabado, hemos conocido en los últimos días un artículo científico, publicado en una prestigiosa revista internacional de arqueología, ‘Journal of Archaological Science: Reports’ un artículo firmado por Francisco Javier García Vadillo, Eduald Carbonell, Antoni Canals y Xosé Pedro Rodríguez Álvarez, con el aval de la Fundación Atapuerca, en el que se hace un repaso sobre los hallazgos arqueológicos obtenidos por las excavaciones que desde 2001 se vienen desarrollando en la Cueva de Santa Ana.
La excavación de Santa Ana ha arrojado unos resultados espectaculares, con datos tan llamativos como que pueden datarse hasta hace 1,75 millones de años, en pleno período achelense y que no habían aparecido fuera del Norte de África.
Mientras que para los actuales ciudadanos cacereños el Museo es la letra alfa en cuanto a nuestras relaciones de conocimiento de igual a igual (hemos visto construir y crecer el edificio y luego hemos visto sus primeras colecciones), la omega es el progresivo avance de las excavaciones en Santa Ana hacia un pasado más antiguo y más cierto.
El artículo publicado se remitió por sus autores en Marzo de 2021 y ha debido pasar los controles de calidad de la revista, para garantizar, precisamente, la calidad científica del texto.
Que durante el 2021 Cáceres se haya colocado a la vanguardia del arte contemporáneo y, al mismo tiempo, se hayan corroborado los datos y valores de la antigüedad de nuestro suelo, tiene una suerte de principio y fin, de alfa y omega, que pide de nosotros que hagamos todos los esfuerzos para hacer coincidir en nuestras referencias culturales aquello que nos legaron los primeros pobladores de esta tierra y el legado de Helga de Alvear, y comprometernos a conservarlos y a hacerlos crecer, porque en muy pocas ciudades, y menos en las del tamaño de la nuestra, coinciden elementos del pasado y del futuro.
El pasado nos lo dejaron aquellos primeros pobladores y el futuro dependerá, solamente, de nuestra actitud y en el desarrollo de nuestras aptitudes.
Vale.