Archivos para ministerios
Cuando a comienzos de 2016, después de las elecciones del 20D de 2015, Pablo Iglesias, tras la ronda de contactos iniciada por Pedro Sánchez, al haberse producido la espantá de Rajoy en la primera ronda con el jefe del Estado, salió diciendo que quería una vicepresidencia, varios ministerios y el control del CNI y RTVE para apoyar a Sánchez, quedó meridianamente clara su estrategia: o yo gobierno o seguirá la derecha. Y efectivamente, el fracaso para encontrar gobierno nos llevó a las elecciones de 2016, a la defenestración de Sánchez en el PSOE, a cuenta del NoEsNo, y, finalmente, al gobierno de Rajoy con la abstención socialista.
Ahora, en 2019, el PSOE ha ganado las elecciones, el PP ha sufrido el mayor batacazo al perder la mitad de sus escaños, Ciudadanos ha ganado un buen número de ellos y Vox ha entrado en el Parlamento. Ah, y Podemos y su líder Pablo Iglesias han sufrido un importante descalabro.
Y ahora, otra vez, nos encontramos al amado líder encamado con la ilusión de ser vicepresidente del gobierno y reclamando ministerios sociales si el PSOE quiere gobernar en coalición, si el PSOE quiere sus escaños.
Nada de permitir un gobierno a la portuguesa, con los socialistas en solitario, y buscando los apoyos necesarios (incluidos los de Podemos) para la investidura. Pablo Iglesias, otra vez, despejando las piedras del camino para facilitar una vuelta rápida de la derecha al gobierno.
Sostiene Iglesias que su presencia en el gobierno es la garantía de políticas de izquierdas, de políticas sociales, sin tener en cuenta que para que esas políticas sociales puedan ser llevadas al BOE (quien lo controla tiene el control del gobierno) necesitarán en muchas ocasiones más de los 165 votos que suman PSOE y Podemos. No hay que olvidar que en 2016, cuando Rajoy volvió al gobierno, PSOE+Podemos sumaban 156, y en 2015, cuando Iglesias se invistió como director del CNI, la suma era 157.
La garantía de las políticas de izquierdas pasa por conformar un gobierno estable, un gobierno que permita políticas para la mayoría social (¿o cree el líder amado que todos los trabajadores beneficiados por la subida del SMI les han votado a ellos o al PSOE?), un gobierno que necesita estabilidad para afrontar la necesaria y urgente reforma de la financiación autonómica, o que acometa, de una vez por todas la reforma del Senado por la vía de la reforma constitucional del Título VIII, avanzando hacia el Estado federal. Cuestiones estas que, claramente, siguiendo la teoría política del ideólogo mundial referente en las izquierdas, podrían acometerse mediante un Real Decreto, o un RDL que fuera convalidado por el Congreso.
Las reformas necesarias de temas como la financiación de las CCAA, o de la propia Constitución, necesitan acuerdos amplios, más allá de una mayoría simple parlamentaria, y esos acuerdos no pueden alcanzarse cavando trincheras entre gobierno y oposición, entre gobierno central y gobiernos autonómicos.
Ya ha dicho Pedro Sánchez que la mejor opción para revertir la reforma laboral de Rajoy pasa por la formulación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores, una ley básica, que requerirá una mayoría reforzada que la suma de las izquierdas (siendo benévolos, incluyendo a ERC en ellas) no da y que por tanto requerirá de pactos, de acuerdos que lleven a los grupos más moderados de la derecha (si los hubiera, ya que ahora mismo, las tres derechas son una ideológicamente hablando) a sumarse a ellos.
Gobernar cuando no hay mayorías claras, requiere de capacidad de acuerdo por todos los grupos, empezando por el que forme el gobierno, o los que formen el gobierno.
Aspirar a tener una vicepresidencia que “controle” los ministerios sociales, es abrir una grieta desde el mismo momento en que un gobierno se formara con ese criterio, por cuanto las competencias de los ministerios suelen ser transversales, y para eso está la figura del presidente del gobierno, para actuar de manera que se coordinen TODAS las competencias. Tenemos visto muchas veces que declaraciones de unos ministros chocan con las de otro, y señalamos enseguida que eso supone que hay fisuras en el gobierno. Si desde el mismo momento de la toma de posesión de un gobierno trazamos una línea social/no social (según criterio de Iglesias), estamos abocados a un gobierno inestable y, por ello, poco eficaz.
Vale.