Ministro por un día

cercadelasretamas —  octubre 10, 2019 — Deja un comentario

Hace poco, Pablo Iglesias, Lord Iglesias para los allegados, declaró que le gustaría retirarse de la política después de haber sido ministro. Más o menos eso entendí cuando leí las declaraciones. ¿Y por qué no?

Ahora no puede ser. Con el gobierno en funciones, su presidente en funciones no puede nombrar nuevos ministros en funciones. Pero después del 10 de noviembre, cuando los partidos, en un par de días se pongan de acuerdo en cómo resolver el bloqueo, ¿qué impedirá que Pablo Iglesias sea ministro? ¿Por qué no atender el deseo de quien tanto ha hecho por este país desde su humilde puesto de vecino de Vallecas?

Creo que sería un gran reconocimiento que en cuanto se pudiera formar gobierno se le nombrara, por ejemplo, un miércoles por la tarde, tomara posesión ante el ciudadano Borbón, recogiera la cartera de cuero con el nombre el ministerio y el suyo grabados en oro, asistiera al consejo de ministros del viernes, se hiciera la foto de rigor en las escalinatas del Palacio de la Moncloa, y el sábado se publicara su cese en el Boletín Oficial del Estado.

Está por ver qué ministerio sería más del agrado de Pablo Iglesias, pero habría que ser generosos y dejar que el eligiera la cartera.

Así, cumplido su deseo, Pablo Iglesias dejaría la política de este, a la que tanto ha aportado, y podría volver a su cátedra en la Universidad. Ah, no, calla, que no tiene de eso. ¿Adónde volvería? A Galapagar.

Y ya puestos, ¿por qué no hacer lo mismo con Alberto Carlos Rivera? Nombrarlo Ministro por un día. Ministro de algo, por un día, si con ello se le puede alejar de programas de televisión, de radio, de entrevistas en los periódicos, de manifestaciones en Ondárroa o en el pueblo de Junqueras.

Y así, cumplido su deseo de ser ministro, Alberto Carlos Rivera podría volver al empleo que tenía en el banco antes de que saliera desnudo en los carteles, tapándose sus partes con una las dos manos… Espera, no, que con los eres, las fusiones, los cierres de oficinas, ya no tendría plaza a la que volver. ¿Adónde volvería? Al chalet de Malú.

Pensándolo bien, no sé si sería buena idea eso de nombrar ministros por un día a Lord Pablo y Croner Rivera. No lo sé. Sus huecos quedarían en manos de Irene Montero e Inés Arrimadas. O peor, en manos de Penique y Toni Cantó o Cantuvo. Ardua tarea esta de pensar en el bienestar de próceres que tanto han hecho y hacen por la convivencia en nuestro país.

A Pablo Casado, nada. No nombrarle nada, dejarlo como está. Después de que Cristina Cifuentes haya dejado caer, como quien no quiere un video de unas cremas del Eroski, que Pablo ya estaba en ese de Fundescam. Y Cristina parece que ha dicho que con Fundescam empezó todo.

A Pedro Sánchez no puede nombrársele ministro por un día, porque lleva desde junio de 2018 de presidente del gobierno, efectivo y en funciones, y ya nombrarlo sólo ministro por un día, no parece que sea muy llamativo. ¿Adónde volvería? A Dos Hermanas. Allí empezó todo.

Al que no le encuentro empleo es a Santi Abascal, y mira que el muchacho dice que vale para cualquier cosa, pero le he preguntado a un funcionario amigo de la Seguridad Social que me diga de qué ha trabajado, para conocer sus aficiones laborales, pero siempre que ha intentado buscar los datos se le ha vuelto en blanco la pantalla.

Vale.

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