Aunque ya haya sentencia sobre el procès y en Catalunya la burguesía y los indigentes intelectuales que le hacen el juego pretendan ser el ombligo del mundo, hemos de tener la vista puesta en el 10 de noviembre, y saber que en esas elecciones están en juego cosas mucho más importantes que la moldura de las gafas de Quim Torra o el flequillo de Puigdemont.
Una cosa que tienen los programas electorales, los tienen todos, son esas propuestas indefinidas trufadas de conceptos y referencias que las convierten en fuegos artificiales sin pólvora. Una de ellas, además, muy curiosa viniendo de un partido cuyo máximo dirigente se vanagloria de sus títulos en ciencias políticas, es lo del 15% para ir a un proceso revocatorio del presidente del gobierno.
Este es el párrafo:
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Además, cuando el 15 % del censo electoral entienda que el Gobierno le ha dado la espalda, podrá iniciar un proceso revocatorio que terminará con un referéndum en que se decida de manera vinculante si quien ocupa la presidencia del Gobierno debe dimitir y convocar nuevas elecciones generales.