Novatos

cercadelasretamas —  febrero 27, 2016 — Deja un comentario

Los resultados del 20D nos han devuelto a unos partidos que, ante la perspectiva de pactos necesarios, nos han devenido en novatos. Unos, novatos porque a lo largo de los años no han tenido necesidades imperiosas por obtener acuerdos. Otros, porque son novatos, sin más. En esta situación tenemos, vistos los cabezas de lista, el siguiente panorama.

Don Tancredo, al frente del PP, que ha gozado de una amplísima mayoría absoluta que no ha sabido conservar, por incompetente, y que durante cuatro años se ha dedicado a arrojarla contra los adversarios, impunemente, convirtiéndose en un partido completamente carcomido por la corrupción.

Pedro Sánchez, que llegó al cargo de Secretario General en unas primarias, con el voto mayoritario de los militantes de un partido especializado en, al día siguiente de elegir Secretario General ya tiene ganas de cargárselo, pero que la propia estructura del partido va calmando. Eso sí, dejándose jirones por el camino.

Pablo Iglesias, verdaderamente un novato salido de un laboratorio creado en la Facultad de Políticas y que, ante la necesidad de mirar a través de varias ventanas por las que asomarse a acuerdos con otros partidos con las herramientas que esos partidos llevan utilizando años, ha encontrado el camino por el que imponer (de eso se trata, de imponer) sus postulados (lo de ideas es un concepto de nivel superior) en el adanismo: el nuevo, Pablo Iglesias, quiere y necesita que las normas y las relaciones (los reglamentos) se adapten a sus intereses.

Albert Rivera que ha encontrado en el desgajamiento de la militancia del Partido Popular un filón por el que encaminarse a los centros de poder, desde que hace 9 años comenzara a ser “alguien” en el Parlament de Catalunya. En el plano nacional es, como Pablo Iglesias, un novato.

Con estos cuatro elementos, la posibilidad de un acuerdo que garantice un gobierno de estabilidad es realmente complicada. Por un lado, el abuso que el PP hizo de su mayoría absoluta, con desprecio hacia los demás partidos, imposibilita cualquier acuerdo con el PSOE y le pone en una situación muy complicada con Ciudadanos, ya que un acuerdo con Rivera metería un caballo de Troya impredecible en el propio Partido Popular.

Por otro, el PSOE, con el peor resultado de su historia en términos reales (eso sí, en un contexto totalmente distinto a todo el desarrollo político desde 1978), no tiene por sí mismo capacidad de conformar un gobierno si no es con acuerdos con otras fuerzas, siendo insuficiente en la aritmética parlamentaria un gobierno de coalición con Podemos si no hay abstención de Ciudadanos. Y viceversa.

Podemos no pretende, en su adanismo, llegar a acuerdos de gobierno, de investidura o de legislatura. Podemos quiere el poder, quiere poder sentar en sillones confortables de gobierno a su dirección, compuesta por penenes universitarios. Solamente garantizándose cuotas de poder personal para sus dirigentes están dispuestos a llegar a acuerdos. En su filosofía adanista, el acuerdo no existe, sino la rendición del otro.

Ciudadanos no suma ni con Partido Popular ni con PSOE si no existen abstenciones de unos u otros. Y conseguir que tras la legislatura de mayoría absoluta desperdiciada por el PP, el PSOE se abstenga es imposible. Y que Don Tancredo dé un paso al lado (se abstenga) en favor del PSOE es tan imposible como la opción inversa.

En todo caso, los dos inconvenientes que imposibilitan un acuerdo tienen caminos distintos. La abstención de PP y/o PSOE en favor uno otro solamente sería posible si ambos partidos renuncian en beneficio de los intereses generales (esta opción se ve más factible si hay nuevas elecciones con similares resultados a los actuales).

El escollo mayor está en un pacto PSOE – Podemos. Porque los adanistas no están dispuestos a renunciar a ninguna opción de sentarse en sillones de poder, y para ello, no valoran que a los ciudadanos nos puede hartar una nueva convocatoria electoral y más un resultado similar.

Además, en el caso de Podemos, el adanismo de su dirección se ve acrecentado por algo que es realmente peligroso: el culto a personalidad que profesan los seguidores del Amado Líder, Pablo Iglesias. El culto a la personalidad cuando se transmite por personas que pasan por tener algún atisbo de intelectualidad (y hay muchos “intelectuales”) es el primer paso en el camino a la alienación de las masas. ¿Os suena?

Vale.

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