Archivos para November 30, 1999

En las previsiones de Transformación de las Fuerzas Armadas, presentada el pasado 29 de enero a los medios de comunicación, se dejaba meridianamente claro que para el volumen total de efectivos, una parte, la mayor, la conformarán lo que, en un lenguaje a ras de cómo la ciudadanía (escasa en cultura de Defensa, y no por culpa, precisamente, de esa ciudadanía) entiende lo que son las FAS, los operativos, unos 67.000 efectivos, en diversos “niveles de operatividad militar”. Y el resto, unos 53.000 estarían encuadrados en lo que se llama “apoyo a la fuerza”, incluidos los Cuarteles Generales.

Diversos analistas expertos en temas de Defensa, parecen concluir en algo que, además de cierto, es la madre de todos los corderos: la disminución del presupuesto de Defensa sin disminuir realmente el presupuesto del Capítulo I, el de Personal. En estos momentos, sobre un presupuesto de Defensa de 5.700 millones de euros, un 75% está destinado a gastos de personal.

Los expertos en la materia no se ponen de acuerdo en cómo disminuir el Capítulo I, pero sí saben dónde no se disminuiría ese apartado presupuestario. Por ejemplo, no se puede disminuir, mediante una reserva para mandos de largo alcance cuantitativo, porque el ahorro sería cambiar de casilla presupuestaria las retribuciones de esos mandos.

Por ejemplo, la disminución de efectivos de tropa y marinería, sometidos a contratos periódicos (salvo los que consiguen ser tropa permanente). El BOE publicó el 3 de enero cuántos eran los efectivos con los que contaban, a 31 de diciembre de 2013, las FAS.

Categoría militar

Numero de efectivos indicados en el art. 48.2 de la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio

Oficiales

26.359

Suboficiales

28.890

Tropa y marinería

77.033

Total

132.282

Del total de 132.282 efectivos, la suma de mandos (oficiales y suboficiales) es de 55.290, y el resto, por tanto, tropa. La ratio resultante de cuántos efectivos de tropa y marinería hay por cada mando es de poco menos de 1,40. Aunque la estructura jerarquizada de los Ejércitos corrige en realidad esa ratio. Siguiendo el lenguaje menos cercano a la cultura de Defensa, estaríamos que hay menos de 1,40 soldados por cada mando.

Recortar tropa y marinería es complicado, entre otras cuestiones porque los efectivos “operativos”, además de una pirámide jerárquica, conforman una pirámide de edad que es preciso renovar. En mandos y en tropa. En la práctica, los 53.000 efectivos de “apoyo a la fuerza y los cuarteles generales” deberían ser (aparentemente) en su mayoría quienes ya han pasado por las unidades operativas y, por edad, antigüedad, o cualquier situación similar, van obteniendo destino en estas unidades de apoyo. De hecho, el sábado 8 de febrero de 2014, el BOE publicará una convocatoria de 2.000 plazas a cubrir este año. Efectivos necesarios para cubrir bajas y para que la pirámide edad se pueda rejuvenecer.

Desde el punto de vista militar, exclusivamente militar, la disminución del capítulo I de los PGE sería reducir la estructura, pasando a la reserva a los mandos correspondientes (esto ya hemos visto que no reduce, sino que cambia de sitio), y disminuyendo la tropa (esto sí reduciría ese apartado de personal).

El JEMAD, en su presentación a los medios de comunicación colocó, en la misma línea los 53.000 efectivos de apoyo a la fuerza, a 20.000 civiles. De la comparación de los datos del Capítulo I de los PGE de Defensa con los datos de efectivos militares, resultarían en el Ministerio unos 25.500 civiles (funcionarios y laborales).

Y es en este apartado en el único en el que sería posible disminuir el Capítulo I del Ministerio sin desplazar costes de personal de un ministerio a otro. El JEMAD, no sé si intencionadamente o no, colocó a esos 20.000 civiles, mayoritariamente personal laboral, en el punto de mira de el mejor camino posible para disminuir entre un 5 y un 10% ese capítulo I. Porque desde la Reforma Laboral es posible que la Administración, y así lo están haciendo en muchos casos, pueda formular EREs, tanto en Empresas Públicas como en organismos de la estructura general.

Formular un ERE, en el ámbito de Defensa, para disminuir el peso del Capítulo I en el conjunto del presupuesto, podría estar perfectamente justificado en causas de organización. La Transformación de las Fuerzas Armadas sería esa causa objetiva para que un ERE fuera viable.

 Otra cosa es que la Reforma Laboral no sea más que un ajuste de cuentas. Un ajuste de cuentas neoliberal contra el Estado del Bienestar. Pero eso es otra cuestión. Muy dura y manifiestamente injusta.

 Vale.

El pasado 29 de enero, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa presentó el “Proceso de transformación de las Fuerzas Armadas” en una convocatoria de prensa. Las informaciones recogidas por los diversos medios de comunicación presentes en la convocatoria y los análisis, todavía escasos, que del documento y los datos se han hecho, se desprenden algunas cuestiones. La primera, algo que nadie ha puesto en duda, es la necesidad de una profunda transformación de las FAS, adaptadas y adaptables cada vez más a los nuevos y cambiantes tiempos. La segunda, la necesidad de adecuar las FAS a las disponibilidades presupuestarias o, al contrario, tratar de adecuar los presupuestos a las FAS (es decir, aumentar el presupuesto, el % del PIB dedicado a la Defensa). La tercera, que viene de las asociaciones de militares, es que a los directamente afectados, a los militares, no se les ha consultado.

De los datos y previsiones presentados por el JEMAD, aparecen dos grandes bloques: las necesidades puramente operativas (prioridad fundamental y básica, la fuerza), y las de apoyo a la fuerza y cuarteles generales. En el primer grupo estarían 67.000 efectivos y en el segundo, 53.000 militares y 20.000 civiles.

Este escenario, pudiéramos decir que macro-defensa, se traduce cuando se van bajando escalones, se van definiendo espacios, se van desentrañando grupos, y así llegamos a cómo este proceso de transformación puede afectar, por ejemplo, a pequeñas ciudades, o medianas, en las que la presencia de una guarnición militar ayuda a las economías locales. Cáceres, por ejemplo, donde está aposentado el Centro de Formación de Tropa nº 1.

Es cierto que en 2013 y en lo que se conoce de 2014 el CEFOT 1 de Cáceres está teniendo y va a tener actividad, pero frases como que se pretenden centralizar centros y escuelas de los tres ejércitos, o que se entienda que se precisa una drástica reducción de estos centros y escuelas, vuelven a poner en cuestión el futuro.

El Centro existente en Cáceres no está en las prioridades de los 67.000 efectivos recogidos en el documento del JEMAD (http://www.emad.mde.es/EMAD/novemad/noticias/2014/01/140128_presentacion_JEMAD_transformacion.html) sino que forma parte de los 53.000 efectivos “no priorizados”, los de apoyo a la fuerza y cuarteles generales, sobre los que posible realizar ajustes.

En un artículo publicado en Atenea Digital, el Jorge Ortega, General de División retirado, al analizar el documento, se refiere a esa cifra de 53.000 efectivos “no priorizados” y la destaca como el primer elemento negativo del siguiente modo: El futuro de los 53.000 efectivos no priorizados no es sólo oscuro. Yo lo veo absolutamente negro. Estamos hablando de casi la mitad de los ejércitos.”(http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_16487_ESP.asp) Como en otras muchas publicaciones, ya sean puramente informativas o de análisis, las referencias son los 53.000 efectivos militares “no priorizados”, pero se olvidan de los 20.000 civiles metidos en el mismo saco.

En los PGE para 2014, aparece en el Capítulo I, de la Sección 14, un total de 158.090 personas. De ellos, 391 son eventuales, y por tanto, el resto, 157.696 de “plantilla”, entre militares de carrera o de tropa y marinería (contratos), funcionarios civiles y personal laboral, también civil. A 1 de enero de 2014 el total de efectivos militares, según publicó el propio Ministerio de Defensa en el B.O.E., eran de 132.282.

Con estos datos, descontados los efectivos militares del Ministerio de Defensa, quedan 25.414 civiles… y el JEMAD, en su documento señala 20.000 civiles no priorizados. O lo que es lo mismo, sensu contrario, para el Ministerio habría 5.414 civiles priorizados, en el mismo nivel de importancia que los 67.000 de la fuerza operativa.

Con estos números, con lo que se conoce, las perspectivas para unidades militares sobre las que se puede ejercer la reducción de efectivos, como el CEFOT 1 de Cáceres, y el hecho que de que haya unos 20.000 civiles cuya futura relación laboral está en entredicho, solamente cabe ejercer una potente presión política. Y los militares, como ya vienen señalando las asociaciones, procurar ser primero informados, y, después que se tengan en cuenta sus opiniones, y se tenga en cuenta la influencia negativa sobre sus entornos familiares.

Vale.