Archivos para November 30, 1999

La reciente publicación en una prestigiosa revista internacional de un estudio firmado por Eduald Carbonell, Toni Canals y otros arqueólogos, bajo el apadrinamiento de la Fundación Atapuerca, ha puesto en un primer plano, muy importante, los trabajos y hallazgos que se vienen produciendo en la Cueva de Santa Ana.

Ello me ha llevado a buscar alguna referencia histórica sobre esa cueva y en su entorno inmediato. Porque la mayor referencia que tenía, venía por la ermita erigida y por algunas referencias toponímicas de los Caños de Santa Ana, como uno de los desaguaderos del Calerizo. Eso sí, si los datos los ponemos en contexto con lo que ahora sabemos del Calerizo y, sobre todo, de la Cueva de Santa Ana, pueden arrojar algún conocimiento sobre un espacio que deberá, sin duda, convertirse en inexcusable para que los estudios que ya vienen realizándose desde los Primeros Pobladores, continúen tanto para ampliar el conocimiento arqueológico tanto a nivel de información antropológica, como a un nivel más inmediato sobre la ciudad de Cáceres.

Coetáneo con Simón Benito Boxoyo, se llevó a cabo un interrogatorio por mandato real hacia 1780-1890, realizado por el geógrafo de S.M. don Tomás López, y en nuestra ciudad pudiera ser que al menos un borrador fuera contestado por el mismo Boxoyo.

Las preguntas y respuestas al interrogatorio están recogidas por Tomás Pulido y Pulido, en una publicación de la Revista Alcántara, de 1991 «Notas para la Historia de Cáceres».

Así, a los efectos de esta entrada, me interesa transcribir parte las preguntas 4 y 14, y sus correspondientes respuestas.

Dirá si está a orillas de algún río, arroyo o laguna; si a la derecha o izquierda de él, bajando agua abajo. Dónde nacen estas aguas, en dónde y con quién se juntan y cómo se llaman. Si tienen puentes de piedra, de madera o barcas, con sus nombre y por qué lugares pasan.

El Marco o Fuente del Rey

R. No está Cáceres fundado a orillas de algún río, pero al mediodía y distancia de dos tiros de bala de la población, en un pequeño valle, nace un caudaloso raudal de agua llamado Fuente del Rey. Su corriente se dirige al pueblo pasando inmediato a él; beneficia una legua de huertas, que producen con abundancia hortalizas y frutas, muelen 25 piedras harineras, sirve a varios batanes, tintes, lavadero de lana, queden lavar 60.000 arrobas cada año, gran número de tenerías; sin advertirse disminución en su corriente, siempre cristalina en su nacimiento. Este [El Marco o Fuente del Rey] tiene un muro de piedra y cl, sin entrada, cosa de 50 pasos en cuadro.

(…)

14ª Si tiene aguas minerales, medicinales o de algún beneficio para las fábricas, salinas de piedra o agua, canterías, piedra preciosas, minas, de qué metales, árboles y hierbas extraordinarias.

R. Demás del famoso venero de agua que va explicado en el 4º capítulo, son innumerables las fuentes minerales y medicinales de todo el territorio, siendo la más especial una que está cerca de los muros de la villa [Fuente del Concejo], de donde se surte casi todo el vecindario, y de la que aún se conserva en el archivo del Ayuntamiento, una porción en un frasco hace más de 40 años sin corrupción. Es tan abundante, que en los dos años anteriores de 93 y 94, de gran sequedad, servía, no sólo para beber, sino pata todo el gasto de las casas, y se hizo juicio, que cada 24 horas se extraían de ella 15.000 cántaros. No vierte fuera, sino que luego que llega a la altura de su peso, no aumenta. Está adornada de seis arcos de bóveda piedra berroqueña, y suelo de lo mismo, por que sale el agua, teniendo tres varas de profundidad y más de 12 de largo; está al oriente de Cáceres. Al poniente está otra llamada de Aguas Vivas, adornada de arcos y bóveda de piedra berroqueña, reedificada modernamente; muy abundante y aunque los vecinos de aquellos barrios usan de ella; pero más particularmente sirven sus aguas para lavar ropas. Cerca de ella hay otras dos, que sirven para los enfermos que tienen inapetencia a los manjares, siendo éstas, en circuito de cuatro leguas difíciles de numerar, beneficiando sus corrientes muchas huertas.

Cantera cerca de la Cueva de Santa Ana

Las canteras que hay en el distrito de Cáceres son piedra berroqueña, y otras en que se advierten venas de algunos metales, especialmente de hierro; pero la más útil y abundante es el mineral calizo de que se surte la mayor parte de la provincia por su exquisita calidad y variedad de especies de cal para distintos usos y fábricas. Su extensión es de tres leguas desde poniente a mediodía del pueblo, principiando a pocos pasos de distancias; el terreno que ocupa tiene profundas cavernas, unas ocultas y otras manifiestas; la mayor se cree una que principia en un valle al mediodía, cerca de la ermita de Santa Ana, a media legua de Cáceres y es un cerro de más de una milla de longitud, caminando a poniente, por cuyos dos extremos se ha visto correr muchos meses gran cantidad de agua capaz de moler piedras, no siendo esto todos los años, porque algunos falta; por la parte del lago la arroja por dos aberturas de piedras calizas y también por ellas se ha visto recibida, llamánse los Caños de Santa Ana; y por la parte de poniente, junto a la casería de Corchuela, cuando ha salido, ha sido abriendo la tierra y levantando con fuerza su agua en forma de columna, con grande abundancia. Cerca de esta caverna oculta, por cima del valle, y en un promontorio está otra abierta, que algunas personas han examinado con luz artificial, caminando muchos pasos, bien que sin atreverse a llegar a su fin.

Ejemplar de Alcornoque cerca de la Cueva de Santa Ana

No hay árboles extraordinarios porque ha faltado la aplicación a plantíos; de los frutales que hay y alamedas se advierte lo bien que produciría todo género de ellos, si se plantasen, especialmente morales para la seda, y serían de utilidad y adorno al público. Acaba de plantarse una alameda al paseo de San Francisco que hermoseará mucho aquel sitio.

Que en 1780-1790 se conocieran los que sin duda eran los desaguaderos del Calerizo, por ejemplo, los Caños de Santa Ana, que fue el primero en perder un nivel suficiente por la ejecución del Pozo de la Esmeralda, que supuso por su utilización para las minas de fosfatos, una primera sobreexplotación, siquiera puntual, que ya puede considerarse que el Calerizo tiene limitaciones de capacidad y que necesita, cada vez más, un plan de mantenimiento de caudales y niveles para su preservación.

Vale.

Aunque en estas fechas de cambio de año la letra griega dominante es la ómicron, como hace unos meses era la delta, por ser variantes del virus que causa la COVID-19, los cacereños hemos conocido y reconocido en nuestra historia más antigua y más moderna, las letras de origen (la alfa) y del final (la omega).

En 2021, el Museo Helga de Alvear ha echado a andar para mayor gozo y disfrute, con unos datos de visitantes al cabo del año, desde marzo, de 100.000 visitantes, lo que supone una gran “marca” para un museo de provincias que ha nacido con vocación universal.

El Helga de Alvear, que alberga la colección de la propia Helga de Alvear, es una muestra del arte contemporáneo más avanzado, que pone a nuestra ciudad en la vanguardia, en el camino del futuro con los mejores cimientos sobre los que asentar un desarrollo cultural, artístico y turístico como nunca hemos tenido.

El Museo es ya un referente a nivel nacional, un espacio que aparecerá en todas las referencias de recomendación para viajeros, para especialista en arte contemporáneo y, en definitiva, para todos aquellos que hacen de sus sensibilidades un elemento diferenciador.

Pero es que en este 2021 recién acabado, hemos conocido en los últimos días un artículo científico, publicado en una prestigiosa revista internacional de arqueología, ‘Journal of Archaological Science: Reports’ un artículo firmado por Francisco Javier García Vadillo, Eduald Carbonell, Antoni Canals y Xosé Pedro Rodríguez Álvarez, con el aval de la Fundación Atapuerca, en el que se hace un repaso sobre los hallazgos arqueológicos obtenidos por las excavaciones que desde 2001 se vienen desarrollando en la Cueva de Santa Ana.

La excavación de Santa Ana ha arrojado unos resultados espectaculares, con datos tan llamativos como que pueden datarse hasta hace 1,75 millones de años, en pleno período achelense y que no habían aparecido fuera del Norte de África.

Mientras que para los actuales ciudadanos cacereños el Museo es la letra alfa en cuanto a nuestras relaciones de conocimiento de igual a igual (hemos visto construir y crecer el edificio y luego hemos visto sus primeras colecciones), la omega es el progresivo avance de las excavaciones en Santa Ana hacia un pasado más antiguo y más cierto.

El artículo publicado se remitió por sus autores en Marzo de 2021 y ha debido pasar los controles de calidad de la revista, para garantizar, precisamente, la calidad científica del texto.

Que durante el 2021 Cáceres se haya colocado a la vanguardia del arte contemporáneo y, al mismo tiempo, se hayan corroborado los datos y valores de la antigüedad de nuestro suelo, tiene una suerte de principio y fin, de alfa y omega, que pide de nosotros que hagamos todos los esfuerzos para hacer coincidir en nuestras referencias culturales aquello que nos legaron los primeros pobladores de esta tierra y el legado de Helga de Alvear, y comprometernos a conservarlos y a hacerlos crecer, porque en muy pocas ciudades, y menos en las del tamaño de la nuestra, coinciden elementos del pasado y del futuro.

El pasado nos lo dejaron aquellos primeros pobladores y el futuro dependerá, solamente, de nuestra actitud y en el desarrollo de nuestras aptitudes.

Vale.

          Nos encontramos junto a la Cueva de Santa Ana., rodeada de encinas, en la finca que alberga al Centro de Formación de Tropa nº 1. Aquí, un equipo de investigadores, realiza trabajos de excavación bajo la dirección de Antoni Canals y Eduald Carbonell. Los trabajos forman parte del Proyecto Primeros Pobladores, impulsado por la Comunidad Autónoma.

            El doctor Canals es investigador, docente en la Universidad Rovira i Virgili y codirector del proyecto Primeros Pobladores.

Pregunta. El proyecto Primeros Pobladores está dirigido, al menos en parte, por el “equipo de Atapuerca”. ¿Cómo llegó la información al equipo?

Respuesta. En 1999 vino a Cáceres, a ofrecer una conferencia, el profesor Carbonell. El entonces alcalde de Malpartida de Cáceres, Antonio Jiménez, y la arqueóloga Isabel Sauceda le mostraron unas industrias líticas (una “piedras”) que a Eduald Carbonell le parecieron interesantes, y en el verano siguiente ya comenzaron las investigaciones.

P. ¿Cuál y cómo es la implicación del equipo de Atapuerca en el Proyecto Primeros Pobladores? ¿Y la Universidad Rovira i Virgili?

R. La implicación institucional de la Universitat Rovira i Virgili viene dada por la participación del Instituto IPHES en el Proyecto Primeros Pobladores. El IPHES es el soporte del proyecto y el equipo de Atapuerca (que es una especie de ente sin personalidad jurídica) aporta investigadores profesionales para apoyar a nuevos investigadores (apoyo a la formación y la aportación científica).

P. ¿Cuáles eran las expectativas iniciales, en 1999-2000, desde el punto de vista de la investigación?

R. La primera era definir y contextualizar el Paleolítico en Extremadura. La segunda, crear un equipo de jóvenes extremeños especializados en el Paleolítico, en el Pleistoceno. Y la tercera era la de socializar el conocimiento, su divulgación. Con estas tres miras se creó el proyecto Primeros Pobladores.

Hoy, el equipo de trabajo está formado en un 99% por extremeños. El resto, el 1% restante somos Eduald [Carbonell] y yo.

Es un proyecto abierto a Europa y al mundo, formando parte de redes de investigadores del Paleolítico y realizando con ellos intercambios científicos.

P. ¿Se han cumplido esas expectativas o se han modificado?

R. Se han cumplido, si bien con un carácter asimétrico. Ahora, en Extremadura ya tenemos masa crítica en materia de conocimiento sobre el Paleolítico, y un equipo investigador bien formado, del más alto nivel, y, también se ha conseguido un alto nivel de socialización.

P. A día de hoy, ¿qué grado de interés arqueológico, antropológico  y paleontológico ofrece la Cueva de Santa Ana?

R. La Cueva forma parte de un conjunto de yacimientos que se sitúan en el contexto de las primeras poblaciones europeas. La sección estratigráfica de la cueva documenta la presencia en el Calerizo de los tres primeros modos de vida de la humanidad. Puede decirse que es excepcional.

La colección de bifaces achelenses es única por su grado de conservación, pudiéndose estudiar de forma privilegiada el enmangue, el uso y la cinemática de estos objetos.

Santa Ana contribuye de un modo excepcional al estudio de la historia local, regional y continental.

P. La Cueva de Santa Ana se encuentra, como Atapuerca, en terreno militar. ¿Tiene esta circunstancia interés para los trabajos de investigación?

R. Esta circunstancia es muy buena para los trabajos: se evita el expolio y que se hagan acciones por acordes con la investigación.

P. El hecho de que la Cueva de Santa Ana se encuentre en terrenos militares ¿ha supuesto alguna dificultad para la realización de los trabajos? ¿cómo son las relaciones con las autoridades militares?

R. No hay ninguna dificultad, al contrario, las relaciones son muy buenas, con una colaboración sincera, práctica y acogedora.

P. En Santa Ana se realiza la formación militar inicial de nuevos soldados. Actualmente, hay unos 900. ¿Cree interesante que conozcan el proyecto y sirvan de “embajadores” para cuando vayan a sus destinos en diversos puntos de España?

R. Con los I.E.S. de Cáceres solemos llevar a cabo charlas y coloquios en los que ponemos de manifiesto, por un lado, el valor del patrimonio histórico y cultural en general, y de los restos arqueológicos en particular. Esta tarea forma parte de los objetivos de socialización con los que nació el proyecto de los Primeros Pobladores.

 P. El Proyecto Primeros Pobladores abarca diversos yacimientos. ¿Puede considerarse que Maltravieso, El Conejar y Santa Ana, además de los humedales, conforman el verdadero origen de la ciudad de Cáceres y sus asentamientos sedentarios o, por el contrario, siguió habiendo un fuerte componente nómada hasta llegar a una población más o menos sedentaria?

R. Como decía antes, este conjunto de yacimientos son, por sí mismos, de gran importancia para fijar la población, a lo que hay que añadir el agua, que es la Ribera del Marco. El Calerizo, con su volumen de agua, aportaba a aquellos primeros pobladores lo que el propio agua significa: vida, actividad, comida.

Procede del nº 1, Septiembre 2011. Revista SANTA ANA. Segunda Época