Ayer, 28 de mayo, se produjo un incendio en el entorno de Aldea Moret, que afectó a las antiguas instalaciones de Campsa en Cáceres. Más allá de la noticia en sí, de la localización del incendio y de algunos, afortunadamente, escasos, daños personales, no hubo que lamentar más estropicio. ¿O sí?
No sé en qué grado se vieron afectadas las paredes de las naves que fueron de la compañía Campsa, ya en ruinas. En unos días, trataré de ver qué quedan de las viejas paredes. Pero me temo que los bomberos pudieran haber tenido que derribar alguna de las paredes de las naves más grandes.

Bien es sabido que en las viejas fábricas, en las abandonadas instalaciones fabriles suele darse un arte que resulta vigente por el tiempo que lo abandonado, lo viejo, permanece en pie de modo muy precario. Cuando la ciudad va engullendo (o destruyendo) esas viejas paredes, el grafiti desaparece, y, como la pared que lo sustenta, muere.
De un tiempo a esta parte, desde algunas administraciones (Ayuntamiento, Diputación) se pretende utilizar la técnica grafitera, o, simplemente, la pintura mural para dotar a los pueblos de elementos artísticos que no sean los cerrados espacios de un museo (inalcanzables para la inmensa mayoría de las localidades) y, al mismo tiempo, favorecer las actividades pictóricas de jóvenes que muestran su valor artístico en acciones bajo el eslogan del “muro crítico”, que enlaza la pintura mural institucionalizada con la definición que la http://www.rae.es da a “grafiti”: Del it. graffiti, pl. de graffito. 1.- Firma, texto o composición pictórica realizados generalmente sin autorización en lugares públicos, sobre una pared u otra superficie resistente.

Las paredes de las naves principales de la antigua Campsa constituían por sí mismas un auténtico museo del grafiti en nuestra ciudad, junto con unas instalaciones de una antigua vaquería en la Charca Musia, ya en gran parte desaparecida, y las paredes de la vieja nave de El Romeral, junto al Molino de El Marco. Algunos recintos más escasos, o más pequeños continúan mostrando grafitis de gran valor artístico, como la pared del IES García Téllez a la calle La Roche sur Yon, o el Parque Bosnia.

En la vieja nave de Campsa, el valor artístico de los grafitis que se habían ido incorporando sucesivamente a lo largo de los años es indudable. Desconozco quienes son los autores de la inmensa mayoría de las pinturas que los componen, pero no tengo dudas sobre su calidad y sobre la necesidad, en algunos casos, de preservarlos, siquiera sea mediante una adecuada catalogación, identificando autores, fechas, etc. así como fotografías de conjunto y detalle que puedan ser conocidos por la mayoría de cacereños, que no frecuentan, obviamente, espacios que, incluso, pueden ser peligrosos por su deterioro.
No se trataría, ni mucho menos, de hacer un listado y localización exhaustivos de todos ellos, sino de los que realmente reúnan valores de autenticidad y calidad artísticas, y tampoco de cerrar un catálogo, sino que estuviera abierto a nuevas incorporaciones o a aquellas que provengan de otros espacios actualmente desconocidos para quien suscribe.
He añadido a este texto solamente grafitis provenientes de la antigua Campsa, cuyo incendio motiva esta entrada en el blog.
Vale.