Bienvenido, míster Marshall en Cáceres.
En 1954 se produjo un accidente aéreo en las proximidades de Cáceres. Un avión norteamericano se estrelló a unos 5 km de la ciudad, resultado dos tripulantes heridos leves y los otros tres ilesos. Cómo contó la noticia el Extremadura, diario de acción católica, es un ejemplo de servilismo, en unas fechas en las que el régimen de Franco trataba de saltar el aislamiento internacional negociando con EEUU el establecimiento de bases americanas en España. Un año antes, se había estrenado con gran éxito “Bienvenido, míster Marshal”, de Luis García Berlanga.
Aquí la noticia tal cual la contó el Extremadura, diario de Acción Católica.
El accidente de esta madrugada
Un bimotor de transportes de fuerzas norteamericanas se estrelló en la finca denominada “Fuente de Guadiloba” a cinco kilómetros de la capital.
Los cinco tripulantes se arrojaron en paracaídas, resultado dos de ellos con heridas leves.
Inmediatamente acudieron al lugar del suceso el gobernador civil, señor Rueda, y fuerzas públicas.
En la pasada noche, hacia la una y cuatro, se ha registrado en las inmediaciones de la capital un accidente de aviación.
Los cacereños se dieron cuenta de que un avión estaba evolucionando reiteradamente sobre la capital y muchos de ellos pensaron incluso en la posibilidad de un aparato averiado que buscaba la forma de aterrizar.
Efectivamente, a la citada hora, el bimotor C-119 0163 de transporte de fuerzas norteamericanas llegaba sobre nuestra ciudad y comenzaba a evolucionar. Se trata de un aparato de transporte que salió ayer tarde a la una y cuarenta y cinco minutos de Francfort del Main y se dirigía vacío a Las Azores.
Los cinco ocupantes que pilotaban el avión son:
Capitán don Guillermo Adala, de 37 años, natural de Nueva York.
Teniente don Tomás Johnson, de 26 años de edad, de Los Altos, California.
Teniente don Juan Mattcheson, de New Haren, Conecticut.
Sargento don Clemente Serik, 22 años. Natural de Reanoke, Virginia.
Y sargento Mervin N. Stronge, de 32 años de edad. Naural de Amaula, Minisota.
CAUSAS DEL ACCIDENTE
Como hemos indicado, dicho avión salió de su punto de partida a la una cuarenta y cinco minutos de la tarde y pensaban estar en Las Azores a las once cincuenta de la noche. Cuando ya se encontraban en altamar, paró uno de los motores y viendo que perdían velocidad a consecuencia de la avería, volvieron hacia atrás buscando las costas de Galicia para tomarlas a lo largo hacia abajo con el fin de poder alcanzar Lisboa.
Con solo un motor y habiendo perdido las agujas de navegación, con la inmensa niebla reinante, temieron estrellarse contra alguna montaña y entonces se adentraron en la Península. Cuando llegaron sobre la ciudad de Cáceres, al divisar una población grande, evolucionaron con el fin de descubrir señales de algún campo de aterrizaje para poder descender. Se les acabó la gasolina y hubieron de lanzarse en paracaídas, cayendo el aparato en la finca “Fuente de Guadiloba”, a cinco kilómetros de la capital y que es propiedad de la señora viuda de don Gregorio Andrada.
Los aviadores cayeron cerca de “La Quinta”, a unos kilómetros del aparato.

Área aproximada de caída del avión
AUTORIDADES Y FUERZAS AL LUGAR DEL SUCESO.
Inmediatamente de ocurrido el accidente, el excelentísimo gobernador civil, señor Rueda, y otras autoridades se trasladaron al lugar del suceso. Acudieron también fuerzas de Aviación, Guardia Civil, Policía Armada, Policía municipal y las de guarnición.
Acudieron igualmente al lugar del accidente el capitán de la Policía Armada, señor Moreno; el comisario de Policía, señor Herrera; el Teniente Coronel de la Guardia Civil, señor Medina y otras personas oficiales.
Posteriormente llegaron numerosos paisanos, entre ellos los médicos señores Gil, Fernández, Guija y el señor Sotomayor.
Recogidos los tripulantes, dos de los cuales se encontraban con heridas leves los tres restantes ilesos; fueron trasladados al Hotel Álvarez, donde se les atendió y fueron solícitamente curados los heridos. El capitán presentaba herida en el cráneo, en que fue necesario aplicarle cinco puntos. También está lesionado el sargento radiotelegrafista. De todas formas, las heridas no son de gravedad.
LOS TRIPULANTES AGRADECIDOS A LAS ATENCIONES.
Los tripulantes del bimotor norteamericano se encuentran emocionados y han expresado su agradecimiento por las atenciones recibidas por las autoridades y las fuerzas, así como de los particulares que han colaborado con las autoridades y las fuerzas.
UN PASTOR Y SU FAMILIA SE SALVAN MILAGROSAMENTE.
Como dato curioso y de interés, hemos de consignar el del pastor de la finca donde se estrelló el aparato, Pedro Granado Barrantes, que, con su esposa y tres hijos, dormía en un chozo a siete metros de donde cayó el aparato y que no perecieron por verdadera casualidad.
LA NOTICIA EN LA CIUDAD
En las primeras horas de la mañana, la ciudad comentaba el suceso con verdadero interés. No se conocían detalles ni se sabían las circunstancias que habían concurrido en el accidente, pero el rumor fue creciendo hasta tomar considerable cuerpo y no hablándose de otra cosa en todas las conversaciones.
CUATRO PARACAÍDAS ENCONTRADOS.
Hasta la fecha han sido rescatados cuatro paracaídas, faltando por encontrar el correspondiente a uno de los aviadores y otro que fuer arrojado con algunos objetos.
OBJETOS DEVUELTOS POR LA GUARDIA CIVIL
El Servicio de Información de la Guardia Civil, que con tanto celo actúa, ha encontrado y devuelto a los aviadores un talonario, unos guantes grises y unos billetes de Banco.

Avión bimotor C-119 Fairchild, similar al que se estrelló
EN EL AYUNTAMIENTO
El alcalde los obsequió con una copa de vino español. Los aviadores piden una copia del plano de Cáceres como recuerdo del accidente.
A mediodía los aviadores norteamericanos, acompañados del simpático señor O’Ferrall, que sirve de guía e intérprete, estuvieron en el Ayuntamiento, siendo recibidos por el alcalde, señor Elviro, y concejal, señor Cedrún, quienes obsequiaron con una copa de vino español a los aviadores.
Estos mostraron deseos de tener un croquis del lugar del accidente, entregándoseles, por el señor Galán cinco copias del plano de Cáceres, señalados en rojo los lugares en que cayó el avión y donde cayeron los aviadores. El alcalde dedicó en cada ejemplar unas breves líneas de simpatía e higalguía para el pueblo norteamericano y los aviadores que hoy constituyen la nota de atención máxima en Cáceres.
Asimismo, el señor Elviro ha puesto a disposición de los aviadores los autos del excelentísimo Ayuntamiento, para que esta tarde se trasladen al lugar del accidente, acompañados del señor O’Ferrall y del jefe de la Policía Municipal, señor García Plata.
Los aviadores agradecieron conmovidos las atenciones que les dispensaba el alcalde, mostrando en frases de cordial entusiasmo la hospitalidad de Cáceres, de sus autoridades y del vecindario todo, que hace objeto a los aviadores a su paso por las calles de cordiales muestras de admiración y simpatía.
A última hora de la tarde se han personado las autoridades competentes en el lugar del siniestro, juntamente con los aviadores para levantar acta del resto de lo que queda del avión.
Vale.
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