Mientras los medios sobreactúan hablando de pactos de gobernabilidad, con la tendenciosidad mayoritaria de presionar al PSOE para que pacte con el PP, antes la realidad es otra. Antes hay que constituir el Congreso de los Diputado.
Hay que elegir la mesa (presidente, vicepresidentes, secretarios), hay que constituir las comisiones parlamentarias y elegir las mesas respectivas de las mismas. Hay que determinar la composición de las mismas, los niveles de participación de los grupos políticos… Y es preciso, incluso antes, constituir los grupos políticos.
De momento, ya se sabe que el Partido Popular no tendrá los 123 diputados que el escrutinio oficial les otorgó. Gómez de la Comisión, diputado electo por Segovia, irá al grupo mixto por su condición de comisionista. Y otros tres diputados de formaciones regionales que han decidido no engrosar el grupo parlamentario popular. Algo así le ocurre al PSOE, que tendrá 89 diputados y no 90, por la salida de un diputado canario elegido en sus listas.
Tanto PP como PSOE no deberían tener dificultades en conformar sus grupos parlamentarios y elegir su dirección. ¿O sí, en el caso, del PSOE con los diputados catalanes?
Ciudadanos formará su grupo a la espera de nuevas elecciones o de un milagroso pacto a la alemana que les procure un hueco a la sombra del poder al menos por esta legislatura.
Los partidos nacionalistas no deberían tener dificultades en la obtención de sus grupos parlamentarios.
La verbena la podemos tener en… Podemos. De momento, esos mismos medios que quieren la coyunda PP-PSOE-C’s, ya se han encargado de airear que si se constituyen en cuatro grupos (Podemos, Marea gallega, En Comú y Compromís), conseguirían tantas asignaciones económicas como el PP con algo más de la mitad de diputados. Y en esa “acusación”, la formación que dirige Pablo Iglesias se encuentra a gusto. Porque esa acusación no deja ver la realidad que puede producirse.
Si finalmente los 69 diputados elegidos con Podemos® forman un solo grupo parlamentario, habrá que conocer las normas de funcionamiento que se dota. Y si, por ejemplo, en esas normas se incluye la disciplina de voto y a qué diputado se encarga de hacer las señales del mus.
Y, si por el contrario, deciden constituirse en cuatro grupos, será preciso que los demás partidos, singularmente PP y PSOE hagan una lectura amable del Reglamento para ello. Y aquí comienza el baile verbenero.
Las noticias que llegan del Congreso hablan de que, efectivamente, Podemos®, tiene la intención de constituirse en cuatro grupos, por lo que a partir de ese momento las tertulias mamporreras, que las hay, de Pablo Iglesias y sus muchachos deben dejar de hablar de 69 diputados y hablar de 42 y darle a cada uno de los grupos parlamentarios su espacio. Claro, que está por ver si PP, PSOE y C’s “consienten” en permitir esos cuatro grupos.
Desde el punto de vista político, será muy interesante ver qué capacidad política tienen Pablo Iglesias y su Comité Central para en cada una de las votaciones del Congreso no suenen cuatro voces y suene solo una. Algo difícil, por cuanto parece ser que Compromís ha ofrecido su apoyo al PSOE para ganar la presidencia de la Cámara a cambio del apoyo socialista a que puedan tener grupo propio.
A todo esto, IU tiene solamente 2 diputados en la candidatura de Unidad Popular, pero tanto en la Marea, como en En Comú Podem y en la candidatura de Compromís iba algún militante de IU-UP, que podrían optar por tratar de formar en torno a Alberto Garzón su propio grupo.
Con esta situación, sin conformar los grupos parlamentarios, sin tener atisbos de cómo resultarán elegidos los órganos de gobierno del Congreso, de cómo se organizará (en cuántas comisiones), de cómo se organizarán y se elegirán las mesas de cada una de las Comisiones, hablar de pactos de gobernabilidad resulta extraño, por cuanto un eventual acuerdo entre varias fuerzas políticas para formar gobierno puede saltar en la sesión de investidura si algunos grupos minoritarios se unen y desequilibran la aritmética parlamentaria.
En todo caso, para cualquier ciudadano interesado por los asuntos que le conciernen, y no hay algo que sea más directamente aplicable al día a día que las decisiones de un gobierno, esta situación de arcoíris parlamentario le debería interesar, conocer, saber, cómo, quién y con qué condiciones acuerdan la formación de un gobierno. Un ejemplo: la Reforma Laboral, que nos afecta a todos, puede ser moneda de cambio en todas las combinaciones, incluso en una cada vez más lejana coalición a (lo que le gusta a) la alemana.
Vale.