Archivos para militantes

Si tras la defenestración de Pedro Sánchez y la elección de una Comisión Gestora en el PSOE se pudiera haber pensado que la pacificación entre los distintos sectores era posible, la realidad parece señalar todo lo contrario.

No haré remembranzas de épocas históricas del partido en las que las divisiones y los enfrentamientos produjeron resultados duros, asentando a lo largo del tiempo una soterrada corriente cainita que fluye con facilidad. Las intrigas palaciegas en la confección de listas o en la elección de miembros de comités locales, provinciales, regionales o federales han estado a la orden del día.

Ahora estamos en un duro enfrentamiento de momento cainita (entre dos, Caín y Abel, sin saber quién es uno y quien es otro), esperando la entrada de algún miembro más de la familia a la pelea. Pelea de gallos, que no ya de hermanos. Hace mucho que las distintas familias socialistas dejaron de tener relaciones entre sí.

De este enfrentamiento cainita (de momento con las figuras visibles de Patxi López y Pedro Sánchez), de las intrigas y trampas nada soterradas que se tienden parientes políticos de uno u otro, solamente nace el desamparo.

Vergüenza debería darles a todos los dirigentes del PSOE, desde los de las más recónditas agrupaciones locales hasta el comité federal, cargos orgánicos o cargos públicos, posicionarse en bandos, banderías, parapetados con la munición suficiente para atacar o para defenderse atacando.

Vergüenza les debería dar a todos, a los que insultan y a los que repelen con insultos a los insultos que les profieren. A los que, revestidos de una pátina invisible de aparente superioridad (como el traje del emperador), dejan que sean sus segundones o sus fieles seguidores (fieles a unos, desleales al partido) los que profieran insultos, acusaciones, diatribas contra “los otros”.

Vergüenza debería darle a TODO el PSOE el desamparo con el que están dejando a sus votantes, varios millones de personas que asisten atónitas a peleas de patio de colegio que solamente tienen la finalidad de saber quién es el dueño de la pelota.

El desamparo de los votantes del PSOE que ahora se vislumbra no desaparecerá si salta al ruego algún candidato más a dirigir las ruinas del partido. No desaparecerá el desamparo porque la división, profunda, se ha instalado y terminará con un desmembramiento. Sin duda. Y ello porque a fuer de formar cuadros del partido (gentes de una sola trayectoria, la del carnet y la fontanería), han desaparecido los líderes.

No desaparecerá el desamparo porque la tradición de intrigas, de cainismo en el PSOE, ha aflorado como un tsunami y ahora es el manto, espeso, que cubre los escombros de lo que fue el edificio socialista. Aplíquense a hacer partido, a formar partido y abandonen la incuria y la inquina personal, que son la demostración palpable de agotamiento de cualquier proyecto político y, mucho más, ideológico.

El desamparo de votantes y simpatizantes tendrá la consecuencia de la desaparición de un referente en la izquierda (aunque fuera tibia izquierda) y tendrá consecuencias salvajes sobre los derechos, cada vez más escasos, de los trabajadores y de las clases (¡sí, de las clases! ¿o es que os habéis olvidado?) más desfavorecidas.

Si quedaran cenizas, no tendrán la fuerza suficiente para reconstruirlo.

Abandonen dirigentes (todos) y militantes (todos) las navajas, enfunden los puñales, que hay varios millones de españoles que necesitan un partido que pueda intentar ser contrapeso contra la derecha, encantada, exultante, de ver como cuatro paniaguados socialistas se pegan por unas migajas.

Vale.

 

Estos días, Podemos ha llamado a sus ¿militantes, simpatizantes, inscritos…? a participar en una consulta sobre un posible gobierno. Lo de menos, quizás, el motivo de la consulta. Lo interesante es cómo los mismos dirigentes del Club de Fans de Pablo Iglesias retuercen los conceptos para esconder la realidad.

Ya en las elecciones andaluzas salieron, ufanos, agradeciendo a quienes habían decidido participar como interventores, apoderados… Hacía poco, en enero, que habían echado el resto en una macromanifestación para hacer una demostración de fuerza. Querían, en la calle, demostrar su fuerza. El marketing, su única ideología, es más importante que la realidad.

En aquellas elecciones de marzo en Andalucía debían demostrar su fuerza como organización. Sobre el éxito que suponía que ni siquiera llegaran a cubrir el 40% de las mesas electorales escribí https://cercadelasretamas.com/2015/03/23/ayer-no-pudimos/ .

Claro, no es lo mismo la simpatía, la inscripción en una página web o salir de jarana en una manifiesta que el compromiso real de la militancia política.

Ahora, en plena negociación para un posible gobierno, el Amado Líder destituye al Secretario de Organización con nocturnidad, alevosía y un comunicado donde dice que no Sergio Pascual es un fracaso.

Y, después, nombra a Pablo Echenique, que es rival interno suyo. A Echenique le corresponde organizar la consulta. Consulta por internet, sin que haya auditoría de garantías.

La primera decisión de Echenique es convocar a los inscritos… a los inscritos activos en el último año. Es decir, a los que en el último año han accedido a la web del Club.

Y aquí comienza el retorcimiento de los conceptos. Hasta hace casi nada, Podemos hacía gala de sus 393.358 inscritos. Sin embargo, qué cosas, de esa tamaña cantidad eliminan a los que no han entrado en la web el último año. Es decir, a los que pasan de seguir las doctrinas del Amado Líder.

Entonces, llaman a los que quedan, “inscritos activos”, 204.906. ¿Por qué han elegido el plazo de un año para hacer el censo? ¿Por qué no han elegido el censo de los que han entrado en la web desde el 20D, es decir, por qué no han hecho el censo de los que, si hubieran accedido desde esa fecha podrían ser considerados “inscritos comprometidos”?

La realidad es que Podemos ha tirado la toalla de la militancia activa, del compromiso activo de sus “simpatizantes” y se centra exclusivamente en el marketing, en manejar las apariciones en prensa escrita, en radios y televisiones y en el favor que le hacen algunos medios digitales, como el Pravda, donde no verás ni una mísera crítica al Amado Líder.

La propia organización, al elegir a los “inscritos activos” en el último año en la red, está reconociendo que ha perdido 188.452 simpatizantes, militantes o como quieran llamarlos. Un fracaso en toda regla que puede explicar la depuración del número 3, Sergio Pascual, y el ostracismo del número 2, Íñigo Errejón.

¿Cuántos “inscritos activos” pueden contabilizarse desde el 20D? Porque serían esos y no otros los que tendrían derecho a votar en la consulta, los que han seguido siendo internautas activos.

Las organizaciones políticas son fuertes en función de varios factores: la capacidad de movilización, la capacidad de penetración de sus mensajes en la sociedad y, sobre todo, ¿tienen sus militantes compromiso activo y real con la organización? Hay otros factores, pero estos tres nos ayudan a entender qué pasa en el Club de Fans.

¿Tienen capacidad de movilización? Sí, y lo han demostrado. ¿Tienen capacidad de penetración de sus mensajes en la sociedad? Sí, lo vienen consiguiendo. ¿Tienen sus militantes, simpatizantes, inscritos… compromiso real? Esto ya es dudoso y puede, y de hecho así sucede, anular los éxitos de las dos respuestas anteriores.

Podemos ha tenido un éxito fulgurante en una coyuntura (la del desprestigio de la política, la de la crisis económica) que, como todas las coyunturas, será más o menos pasajera: ha movilizado a mucha gente y se ha aprovechado de la movilización previa, que no puede apropiarse de ella. Ha conseguido un beneplácito mediático importante, eso es indudable. Pero no ha conseguido una militancia comprometida que le dé garantías de futuro y de fuerza organizativa cuando la coyuntura deje de ser favorable y cuando los propietarios de los medios de comunicación se den cuenta de que el producto no vende, no añade valor a la cuenta de resultados.

Entonces, solamente quedará la militancia comprometida. Y ahí han fracasado estrepitosamente los estudios del laboratorio de la Facultad: han elegido un modelo de organización que ha sustituido la militancia por la simpatía, el carnet por la inscripción en una página web.

Han elegido el postureo, la imagen y el marketing en detrimento del compromiso.

Y en la acción política, el compromiso, incluso la implicación (que es un grado mayor) son fundamentales.

Vale.