Archivos para November 30, 1999

Parece que a los beatos y demás ralea que trafican con el dolor ajeno, la distancia en el tiempo transcurrido los convierte en más sectarios, más radicales. Ellos, que dicen vivir una fe que promueve perdonar, no son capaces de ellos. Es más, se obstinan en la humillación de los humillados, en aumentar, en todo lo posible, su vanagloria por los crímenes cometidos.

Cuando los legisladores españoles (tanto del Parlamento estatal como de los parlamentos autonómicos) aprueban democráticamente las normas para ir eliminando las humillaciones de las que fueron capaces de infligir a los perdedores de una cruzada que no no fue tal, sino la excusa de sacar de las oscuras entrañas de gentes ahítas de odio y rencor contra los españoles que creían que con la II República habíamos entrado en la senda del progreso, y que no fue sino un espejismo roto a base de asesinatos, crímenes, crueldad… encabezado por un sujeto que, sobre todo, fue un mal militar, sin honor, sin lealtad.

Portada de «Tragedia y represión en Navidad». Julián Chaves Palacios.

El golpe de estado de Franco, que originó la guerra civil, causó mucho dolor, muchísimo, tanto que muchos españoles aún no nos hemos repuesto de lo que significó la barbarie, aún seguimos sufriendo el dolor infligido por los asesinos y sus causahabientes.

En la navidad de 1937, al socaire de un supuesto complot urdido en Cáceres contra Franco, hospedado en el Palacio de los Golfones de Arriba por la familia facciosa propietaria del mismo, se preparó una razzia, ordenada por el mismo criminal que dirigía las operaciones contra los rojos en Cáceres, un tal Rada, para detener a un grupo peligrosísimo… de mujeres que luego, tras unos “juicios” rápidos, fueron pasadas por las armas.

Entre aquellas mujeres se detuvo a Ramona Navarro Bravo, que contaba con 33 años y cinco hijos, la mayor, de 11 años, y a pesar de todo, Ramona, según los represores tenía tiempo y capacidad para ser urdidora y emprendedora del presunto compló. Ramona bastante tenía con su casa y con alimentar a sus hijos.

Los siniestros franquistas la detuvieron, a pesar de estar embarazada de ocho meses, y la llevaron a la prisión, y fue sometida al mismo consejo de guerra, en el que con la rapidez del rayo, dictaron sentencia, condenándola a muerte. Es probable que en su barbarie, los asesinos tuvieran al menos un instante de duda: ¿cómo matar a una mujer embarazada, matando también a su hijo?

Esta duda la resolvió el consejo de guerra añadiendo un párrafo a la sentencia: “Su ejecución tendrá lugar transcurridos 40 días desde el alumbramiento, continuando mientras tanto detenida en la Casa de Maternidad a la que será trasladada con las precauciones debidas. Se ordena al director del Hospital nº 1 donde está situada dicha casa que avise tan pronto como el alumbramiento tenga lugar a los efectos de ejecución”.

A primeros de febrero de 1938, Ramona fue llevada a la maternidad, desde donde regresó (“fue regresada”) a la prisión un mes después. Para entonces los ecos del “compló” ya eran menores, aunque ese complot siempre fue la excusa para escarmentar a ciudadanos y ciudadanas republicanas. A Ramona se le conmutó la pena de muerte por otra más suave, la cadena perpetua, que comenzó a cumplir en Cáceres, para ser inmediatamente trasladada a la prisión de Santander y luego a otras.

Del libro «Tragedia y represión en Navidad». Julián Chaves Palacios.

Junto a Ramona y otras mujeres, vecinas suyas, de la calle Gómez Becerra, también fue condenada a muerte, y ejecutada Dionisia Sánchez Martín, una joven natural de Junciana que había venido a Cáceres para ayudar a Ramona con los hijos que ya tenía y con el que nació está presa.

Quién es quién en esta historia:

Ramona Navarro Bravo, cacereña que había nacido en el número 2 de la calle Barrio de San Antonio, en la habitación medianera de dicha casa con el retablo de la ermita del santo. Madre de 5 hijos, la mayor de 11 años recién cumplidos, de nombre Rosario, mi madre.

Casimiro Sánchez Martín, natural de Junciana, Ávila, que trabajaba como carrero con la empresa de los Blázquez, que también eran originarios de Ávila. Hermano de Dionisia, a la que había traído a Cáceres. Casimiro también pasó temporadas en la prisión de Cáceres.

Con su padre, mi abuelo, pasando temporadas en prisión, su madre primero sentenciada a muerte y luego a cadena perpetua, su tía Dionisia asesinada, fue mi madre, Rosario, la que tuvo que hacerse cargo de sus hermanos más pequeños, de llevar la casa… Y, después, cuando el hijo de Ramona que nació en prisión, llamado Salvador, fue llevado a casa por Casimiro, siguió siendo la guía de la casa. Casimiro fue a recoger al hijo pequeño a la prisión de Santander, cuando por órdenes gubernativas (de los fascistas) tenía prohibido salir de Cáceres más allá del término de Arroyo de la Luz.

Vale.

1.- La historia, esta historia, está incluida en el libro “Tragedia y represión en Navidad. Doscientos republicanos fusilados en Cáceres por el ejército franquista en 1937”, del historiador de la Universidad de Extremadura Julián Chaves Palacios, con datos familiares de Ramona Navarro Bravo y Dionisia Sánchez Martín, que conozco por ser nieto de Ramona y sobrino nieto de Dionisia.

En la maña de hoy, 14/07/2021, he vuelto a visitar el Museo Helga de Alvear, para completar mi visión y conocimiento de la obra de Francisco Sánchez Castillo “Síndrome de Guernica”. A los bloques de chatarra prensada de lo que fue el yate de recreo del dictador Franco, he conocido algunos otros restos del barco y, sobre todo, un vídeo de 32 minutos de duración que, fundamentalmente, recoge el proceso de desguazado del símbolo de Franco, del símbolo que suponía dedicarse a una vida plácida mientras sus Ejércitos, sus policías, sus guardias civiles, sus jueces y fiscales, hacían la vida imposible a los españoles que aspiraban a zafarse de su bota y pretendían ser ciudadanos en vez de súbditos.

La obra de Sánchez Castillo se expuso por primera vez en la antigua sala frigorífica del Matadero de Madrid, en 2012. La presentación y exposición de los restos del Azor convertidos en una instalación artística enlazada con el significado del Guernica, de Picasso, apareció en aquellos días en innumerables noticias de prensa. En 2012.

Hoy, viendo los restos que completan la instalación, y el vídeo de su desguace y compactación de piezas de restos de amasijos, pensaba que quizás hoy, 9 años después de su primera exposición en el Matadero de Madrid, y 9 años más lejos, formalmente, de la Dictadura franquista, sería una anécdota con elementos de historia. Pero

Sin embargo, al mismo tiempo que reflexionaba sobre la distancia temporal de la Dictadura, recordaba las noticias del día, de estos días, y me alegraba de que la Fundación Helga de Alvear haya adquirido la instalación, de la valentía de la propia Helga para ello, y de que Cáceres guarde entre palacios y casas fuertes esta obra, que simboliza todo lo contrario de lo que hoy vemos una y otra vez en los medios de comunicación: fascistas que campan a sus anchas por calles, plazas, platós… O que permanecen, en fraude de ley, en cargos que en su día fueron judiciales y que han convertido en políticos. O las dificultades (judiciales) para exhumar los restos de Franco y llevarlos a un cementerio “más” ordinario, o las propias dificultades que se encuentran en la ciudad de Cáceres para retirar el ominoso símbolo de la “Cruz de los Caídos”, o la leyenda en piedra en la concatedral con el nombre del ideólogo del fascismo en nuestro país, o la placa con la que unos “nobles” cacereños hacen blasón e hidalguía de haber dado cobijo al dictador, o que un campo de prisioneros rojos se haya convertido en un hotel de lujo (¿se imaginan igual conversión en Auschwitz).

Cáceres acoge, para siempre, uno de los símbolos más ominosos de la Dictadura, en la más moderna y premiada construcción, uno de los símbolos que comparte espacio con otras obras, como la lámpara de Ai Waiwei, que el artista chino dedica a lo que él considera el final del partido comunista chino.

Ahora, con esta obra, con el impulso de lo que es y lo que representa, de la fuerza que las pacas de chatarra transmiten, con el vídeo, sin voz en off, o, mejor dicho, con la única voz en off de las máquinas que desguazaron el yate de Franco, será más fácil eliminar o trasladar la cruz de los caídos, quizás la más grande de las que aún existen, de las que aún recuerdan al dictador.

Visitar el Museo Helga de Alvear es dar un auténtico paseo por lo más rabiosamente moderno del Arte, por lo más rabiosamente atrevido, relajante, reflexivo, del Arte.

Y gracias al Museo, ver que, al cabo de los años, algunos podemos recordar a nuestros abuelos, que no pudieron ver destruido el franquismo, y ahora, su destrucción, que se hace más necesaria sociológicamente, al menos nos reconforta cuando la vemos convertida en chatarra y sobre esa chatarra emergen las ansias de libertad de tantos españoles.

Vale.

Hoy, además, ha muerto Michael Boltanski, artista francés, multidisciplinar, y que dedicó gran parte de su obra a resignificar la memoria.

Murales

cercadelasretamas —  agosto 7, 2020 — Deja un comentario

Hoy, 7 de agosto de 2020, el Ayuntamiento de Cáceres y la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional y Desarrollo, han inaugurado un excelente mural realizado por el artista Daniel Muñoz SAN, ampliamente reconocido en todo el mundo, cacereño, de Moraleja, para más señas. El mural está concebido como un memorial de George Floyd, ciudadano negro muerto por la policía de Mineapolis, básicamente por ser negro.

Esta sería una entrada en esta Cerca de las Retamas solamente redactada para quedar constancia del hecho, escrita y gráfica, si no fuera por algunas circunstancias: anterior, actual y posterior.

Anterior, por el inmueble elegido por el Ayuntamiento para que SAN realizara su obra y que debería ser el ejemplo de solidaridad de una pequeña ciudad española en la lucha contra el racismo. El inmueble tiene su pequeña historia de cincuenta y cinco años que no conviene olvidar. Y que las dos administraciones (Ayuntamiento y Junta de Extremadura) parece que sí lo han hecho. El edificio en el que se ha colocado el mural fue la primera inversión en educación, desde terminada la guerra civil, que el régimen franquista realizó en la ciudad de Cáceres, más allá de algunas reformas en centros ya existentes. Y coincidió, casualidad de las casualidades, con la potente campaña de propaganda del régimen, dirigida por el fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, para glosar los “XXV Años de Paz” del franquismo, una paz forjada sobre las paredes de los cementerios y extendida por fosas y cunetas.

Autor del mural: Daniel Muñoz SAN. Cáceres, Agosto, 2020

Lo que hoy es un memorial para recordar las víctimas del racismo en todo el mundo, se ha plantado sobre un edificio levantado a gloria y honor del régimen fascista de Franco.

Actual es el movimiento internacional contra el racismo, que abarca las grandes actividades internacionales, en reacción tanto a la propia muerte (que cuando se sustancie judicialmente seguramente será asesinato) de George Floyd, y que ha coincidido en el tiempo con una sociedad mundial altamente debilitada por la pandemia del coronavirus. La muerte de Floyd, sin duda, ha obtenido aún más repercusión, si cabe, por la pandemia y, fundamentalmente, por la reacción del presidente Trump, que ha dado muestras de su sociopatía.

Actual IESO AL-QAZIRES. Anterior, Colegio XXV Años de Paz.

Y posterior, porque al poco tiempo de que el Ayuntamiento de Cáceres colgara en la red social twitter la información sobre el evento de inauguración del memorial, el propio alcalde de la ciudad publicaba un tuit en el que se lamenta de los comentarios racistas que se han vertido en contestación a la noticia.

Tengo la impresión que la obra de Daniel Muñoz SAN puede ser objeto de daños, en los que los racistas de hoy, los que critican que Cáceres, pequeña ciudad europea, se una a la avalancha antirracista mundial, serían los mismos que aplaudirían la inauguración del edificio bajo el lema franquista de los mal llamados veinticinco años de paz.

Vale.