Archivos para extrema derecha
Después de dos años de mando, que no de gobierno, y tras un sinfín de apelaciones a la herencia recibida (la recibida del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero), el Partido Popular ha llegado a un punto en el que solamente les cabe la huida hacia adelante. Y cuando la derecha, esta derecha, huye hacia adelante solamente queda embarrancarse en el malecón de la extrema derecha.
Tantas apelaciones a la herencia recibida cuando no son capaces de resolver problemas y asuntos que conciernen a todos los ciudadanos demuestra lo que viene siendo incapacidad absoluta de gobierno. Y sólo pueden recurrir al mando. Ordeno y mando.
Una herencia con una caja, con una hucha repleta de la Seguridad Social que están liquidando (y utilizándola para comprar deuda, como cuando una empresa en crisis se dedica a la compra de autocartera) para “demostrar” lo necesario que son los planes de pensiones privados. Negocio para la banca.
Una herencia que, ayer, 28 de diciembre, recibió la buena noticia de un paso más de la organización terrorista ETA en la llegada de la necesaria paz. Una herencia que sería deseable que los incapaces que ocupan los despachos del gobierno no estropeen.
En estos dos años hemos ido caminando entre un ordeno y mando (austericidio, ha sido bautizado), y una perversión del lenguaje que es PPP (pornografía política pura), para llegar al punto en el que nos encontramos: el único punto del programa electoral con el que se presentaron a las elecciones que pretenden cumplir (aunque no como lo habían dicho) es una ley del aborto reaccionaria, que no es sino el robo de un derecho de la mujer y la puesta en el dintel de la prisión de los profesionales sanitarios que lo lleven a cabo.
Ese proyecto de ley, del ministro Gallardón, es el compendio de todas las perversiones del lenguaje y de todas las perversiones ideológicas. El Partido Popular no es un partido conservador. Es un partido de extrema derecha, fascista a más no poder, que en vez de seleccionar a los individuos por pertenecer a una raza, los selecciona por no disponer de una cuenta corriente.
El Partido Popular no es un partido de orientación cristiana (democráta cristiano dicen las lenguas viperinas del mal periodismo rampante), sino de orientación integrista católica, en la línea del obispo Lefêvre o del actual Rouco Varela.
Cuando se unen una ideología política propia del fascismo, de la extrema derecha, con una conformación mental de integrismo religioso, católico, nos encontramos de nuevo en el nacionalcatolicismo de más pura raíz franquista.
Los pequeños grupos de extrema derecha que dicen que existen están formados por unas cuadrillas de individuos que son sus propios dirigentes y militantes, sin capacidad de llamamiento electoral… porque no hace falta. El Partido Popular es un partido de extrema derecha, en el que están todas esaas extremas derechas que cuando hay elecciones votan unidas. Porque coinciden en todos sus aspectos. Y para ello, desde el gobierno, en el ejercicio espurio del ordeno y mando, con la inestimable ayuda en los medios de comunicación de escribas al dictado, y con el colaboracionismo que, como en Extremadura, brinda una Izquierda Unida que se atribuye el don de la verdadera izquierda, han venido tejiendo un lenguaje que esconde la realidad.
La selección de los individuos en función de su capacidad económica es la misma esencia ideológica del nazismo que los seleccionaba por su pertenencia a la raza aria. Si tienes medios económicos, tendrás enseñanza, sanidad, educación. Si no, para ti, quedará la caridad o la emigración (el exilio económico). Si tienes medios económicos, mujer de la especie superior, podrás viajar a Londres o cualquier otro sitio, para abortar en clínicas dotadas de todos los medios necesarios y seguros. Si no, abortarás en la clandestinidad, o te verás condenada a tener un hijo con malformaciones al que no podrás, porque no dispones de dinero, cuidar.
Claro que existen otras extremas derechas, todas las que se quiera, pero en España, todas esas extremas derechas están en esta, en el Partido Popular.
Vale.