Archivos para November 30, 1999

Las elecciones del 26 de junio no trajeron, a la hora de conocerse los datos de escrutinio facilitados por el Ministerio del Interior, los resultados que vaticinaban las encuestas previas, tanto las publicadas hasta el lunes anterior como las del mercado de frutas de Andorra. Sobre todo, no trajeron los resultados deseados y prácticamente asumidos por una determinada fuerza política, Unidos Podemos. Ayer lunes, el Secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, se preguntaba que qué había podido fallar para que los resultados no fueran los anticipados por las encuestas. Incluso, por la noche, algún medio señalaba que Podemos había encargado una encuesta para saber por qué habían fallado las encuestas.

Al mismo tiempo, de finales de la noche del domingo, desde muchas cuentas en las redes sociales de militantes de Unidos Podemos se ha comenzado a lanzar la especie de que se ha producido un pucherazo, y solicitan auditar las elecciones. No se sabe qué ha podido fallar, si el deseo de que las encuestas fueran el escrutinio anticipado o si las elecciones que llevaron a Ada Colau a la alcaldía de Barcelona estaban amañadas.

Ayer mismo, a través de mi cuenta de twitter lancé tres preguntas muy sencillas, dos para respuesta SÍ/NO y una para, como mucho, una frase, a Pablo Echenique. Ni que decir tiene que no espero respuesta.

La primera era si el Secretario de Organización de Podemos, y responsable de la campaña de Unidos Podemos promueve o avala la petición de militantes de auditar la jornada electoral.SÍ? ¿NO?

La segunda, es si el Secretario de Organización de Podemos y responsable de la campaña de Unidos Podemos dispone de copia de todas las actas de todas las mesas electorales. ¿SÍ? ¿NO?

La tercera era consecuencia de la anterior: si no dispone de copia de todas las actas de todas las mesas electorales, cuál es la razón.

Con las respuestas a estas tres preguntas seguramente quedaría aclarado el “sartenazo” electoral.

Porque… vamos a ver. Cada mesa electoral cuenta con un número fijo de tres personas, elegidas por sorteo por los plenos de los ayuntamientos respectivos. ¿Cuestiona Podemos la honorabilidad de esas personas y las cree capaces de manipular las actas de escrutinio de las mesas? Si así fuera, ¿cree Podemos que habrían de concertarse para manipular todas las actas unas 172.500 personas elegidas al azar por los ayuntamientos?

Además, forman parte de las mesas electorales los interventores designados por los partidos concurrentes en cada circunscripción. Cada partido puede nombrar interventores para las mesas o apoderados para velar por sus intereses en una o varias mesas.

La Administración nombra en cada proceso electoral a una serie de representantes, funcionarios, que toman datos de participación y que asisten al escrutinio para, cuando la mesa ha terminado el recuento de votos, comunicarlo para su contabilización. ¿Cree Podemos que todos los representantes de la Administración en las mesas electorales están concertados para transmitir datos manipulados o que esos representantes reciben instrucciones al respecto?

Cabe pensar que, con los antecedentes políticos y conspiratorios del Ministro del Interior, la dirección de Podemos pueda haber transmitido a sus militantes que conviene sembrar dudas sobre el escrutinio. Claro que esas dudas tienen una solución fácil: Podemos debería tener copia de todas las actas de todas las mesas electorales si hubiera tenido interventores y apoderados en ellas. Y coger una calculadora y sumar, o una hoja de cálculo, o una base de datos.

La realidad parece ser que en estas elecciones los deseos no se han cumplido y, como niños malcriados que son, patalean. Lo de niños y otras niñerías lo ha dicho Juan Carlos Monedero de la campaña de su propio partido, eso sí, hablando como si su propio partido fuera otro.

Porque el sistema de votación, el sistema de constitución de las mesas electorales, el derecho de cada partido a fiscalizar con interventores y apoderados el desarrollo de la jornada y el recuento, incluso firmando su conformidad en las actas, el derecho de cada partido a recibir copias de las actas firmadas por todos los miembros de la mesa, tanto los designados por sorteo como los representantes de otros partidos.

Un partido cuya dirección la forman niñatos malcriados, que se comportan como tales, que cambian de ideología según sopla el viento, que buscan llamar la atención constantemente y cuyo Amado Líder hace gala de un narcisismo rayano en el exhibicionismo, no está en condiciones de reclamar auditoría de un proceso electoral exactamente igual como el que llevó a Kichi a la alcaldía de Cádiz, a Carmena a la de Madrid, a Ribó a la de Valencia, a Ada Colau a la de Barcelona… Puestos a cuestionar, a partir de ahora, con los mismos “criterios” con los que hablan alegremente de pucherazo, todos estamos legitimados para cuestionar a esos alcaldes del cambio, que pasarán a llamarse alcaldes del sartenazo.

Porque el pucherazo que dicen que se ha producido, en realidad es un sartenazo en la cresta de quienes ponen en duda la jornada electoral, comenzando por el Secretario de Organización de Podemos y responsable de la campaña de Unidos Podemos, Pablo Echenique.

Vale

Los datos del último barómetro del CIS se corresponden con un trabajo de campo de hace un mes, es decir, hace un mundo. Pero, claro, cuando se publica cualquier cosa, su análisis (o su utilización publicitaria, según se mire) depende de los intereses del futuro de quien los analiza.

Así, estos datos han dado lugar a tres interpretaciones. La primera, la del Partido Popular, que, según Pablo Casado (aquel que era botijero en los negocios de Aznar con Libia) es una buena noticia porque Podemos adelanta al PSOE. La segunda, la del PSOE, que dice que los datos son de hace un mes y desde entonces ha llovido. La tercera, la de Podemos, que, en boca de Errejón, no son datos fiables porque todavía no se había conocido el último estallido de la corrupción en Valencia.

Como puede apreciarse, al PP le interesa destacar que el PSOE cae en porcentaje de votos, al PSOE que las cosas han cambiado desde hace un mes, y Podemos, Errejón mediante, ha hecho un “análisis” de casta.

¿Qué cosas han cambiado?

Ha cambiado que el Presidente del PP (que según sus estatutos es su “representante legal”, está ya formalmente llamado a deponer en el juzgado por un posible delito de destrucción de pruebas) ha demostrado que como político y como “patriota” es un auténtico cobarde, incapaz de asumir sus responsabilidades.

Ha cambiado, por el contrario, que el PSOE, por medio de Pedro Sánchez, ha asumido el intento de formar gobierno, de asumir un grado de responsabilidad de la que ha huido Rajoy.

En cambio, donde más cambios se han producido es en el Club de Fans de Pablo Iglesias. Ha cambiado que se han descubierto como un Club cuya máxima figura tiene un ego político de enormes proporciones. Y eso deslumbra.

Ha cambiado también una cosa de gran importancia pero a la que los medios (y esto no es un recurso, es una realidad que tiene que ver con la degradación del periodismo) no acuden porque lo que les interesa es el deslumbramiento. Siempre que ese deslumbramiento perjudique al adversario político (en el caso de Podemos, no tienen adversarios, tienen enemigos). La encuesta del CIS, el trabajo de campo se hizo antes de que el sabio en Ciencias Políticas Pablo Iglesias hiciera un espantoso ridículo en el Congreso, cuando propuso que su “entorno” tuviera 4 grupos. El sabio Pablo demostró no tener ni idea del Reglamento del Congreso  Y esto es así… aunque sus fans, los pabliebers, nunca lo entenderán.

Porque si “las confluencias” no pueden tener representación propia en el Congreso, es más que dudoso que en unas próximas elecciones quieran ser comparsas de Pablo Iglesias y sus mariachis y repetir el modelo. De hecho, Compromís ha desgajado de Podemos cuatro diputados, que han pasado al grupo mixto. Si Pablo Iglesias quiere presentarse en Valencia, seguramente deberá asumir que tendrá que competir con Compromis, y su resultado disminuirá, porque dividirá más aún el voto de izquierdas.

En Catalunya, Ada Colau (con un ego político tanto o más universal que el de Pablo) ya ha lanzado que creará un partido propio, para disputar el terreno a Esquerra… y de paso a Podemos, que, también, debería hacer como en Valencia, presentarse para seguir fragmentando el voto.

Y en Galicia, tres cuartos de lo mismo.

La desaparición de las confluencias de la suma de Podemos desvirtúa, y mucho, la encuesta del CIS y pone bastante sordina a la efervescencia de Podemos y a los deseos de Pablo Casado de que los PBI desbanquen al PSOE (Proetarras Bolivarianos Iranizados). Al PP cualquier mierda le vale para atacar a los que no se acunan a sus brazos. A Podemos se le tiene que ganar haciendo política. Y de eso el PP no sabe.

El PSOE ya tiene bastante con lo suyo. Y si en eso “suyo” consigue Pedro Sánchez formar gobierno, seguramente el farol de Iglesias se confunda con la niebla.

La encuesta del CIS no es más que una persiana que se sube o baja según los deseos de quien las comenta.

Vale.