COSTUMBRISMO
LA CONCORDIA era una “periódico diario”, con origen en el partido judicial de Hoyos, y puesto en marcha por Fernández Arias, que era candidato a Cortes por dicho partido judicial. Aunque se imprimía en Cáceres y su cabecera refería a Cáceres. Tenía que competir con varios periódicos (El Adarve, El Noticiero…) de manera que la oferta informativa, incluida la referida a los diversos partidos y opciones políticas era suficientemente amplia. Baste decir que desde 1937 solamente ha habido un periódico publicado en Cáceres capital, el Extremadura, de Acción Católica, y solamente desde hace pocos años, un semanario, Avuelapluma, además de la edición de Cáceres, del Diario Hoy. En comparación a población y medios, la oferta periodística “en papel” es infinitamente menor a la de hace más de un siglo.
LA CONCORDIA publicó un artículo que pudiéramos calificar de costumbrista, el 7 de febrero de 1903, poniendo en valor el Paseo de Cánovas.
CACEREÑAS.
Ayer por la tarde me fui al paseo de Cánovas; sería las tres y media aproximadamente, necesitaba desentumecer los miembros inmovilizados durante horas y horas ante la mesa de Redacción.
El paseo es monísimo, chiquitín, limpio, cuidado, con sus dos calles rectas enarenadas, y sus pintorescas perspectivas de montes lejanos cuyos picos rajan el velo azul de un cielo purísimo.
El sol enviaba oleadas de luz intensa, calor tibio como caricias de mujer que olvida, y allá lejos, muy lejos trozos de horizonte, líneas dudosas de trazado incierto, que se hunden en el desvanecimiento de la distancia.

Paseo de Cánovas. Hace unos 100 años.
Cánovas (el paseo ¿eh?) me hace recordar algo de los jardines de la Puerta de Jerez en Sevilla.
Redúzcase aquello, mírese con un lente de disminución y tendréis aquel preciosísimo paseo de la seductora capital andaluza.
Y sin embargo en mi corta excursión por Cánovas, observé una cosa extraña: la falta de gente. ¿Por qué es esto? No me lo explico y sin embargo es verdad, pero verdad que no tiene razón de ser.
Cáceres puede estar orgulloso de su parquecito; si en aquel kiosco hubiese los domingos y días festivos una banda de música, la gente acudiría de seguro en gran número y aquello estaría tan animado como debería hallarse; más teniendo el mejor adorno, que consiste en los rostros de estas hermosas cacereñas, no las mías, sino las otras…
FERNANDO DE URQUIJO
Vale.
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