Cuando he visto, oído o leído cómo la actual alcaldesa de la ciudad de Cáceres decía que había solicitado del Ministerio del Interior la cesión gratuita de la vieja cárcel, o que el Ministerio de Hacienda había ofrecido gratuitamente al sede de la Demarcación de Carreteras en el caso antiguo, siempre he creído que Elena Nevado ha jugado con el desconocimiento de los propios cacereños de su propia ciudad. Pretender hacerse con la cárcel vieja o el edificio de Fomento por la cara, sin tener un proyecto, sin tener capacidad económica para las obras necesarias, solamente se explica por la ignorancia ciudadana.
Por eso, resulta llamativo encontrar, por ejemplo, un buen solar, magníficamente situado, de propiedad municipal, al que no se da uso porque a la paupérrima situación económica municipal se une una enorme falta de capacidad política y de ausencia de ideas que es el reflejo de una ciudad mortecina.
El solar al que me refiero está situado en la Av. Isabel de Moctezuma, en el Polígono de Los Fratres y estuvo cedido a la Tesorería General de la Seguridad Social… que tampoco tuvo capacidad económica para darle uso.
¿No existe ninguna necesidad de infraestructura de competencia municipal para dar uso a una parcela de 1.924 m2 de suelo y con posibilidad de dos alturas, con más de 3.500 m2?
La parcela está incluida en el Plan General Municipal como suelo de uso público, AI = Administración Institucional, por lo que su uso corresponde, en primer término, decidir el uso, dentro de las competencias que marca a los Ayuntamiento la legislación en materia de régimen local, y dentro de las capacidades (escasísimas) económicas. ¿Qué necesita la ciudad en materia de administración institucional municipal? Lo mismo, los concejales del Partido Popular tienen magníficas ideas (que no, que es coña) para que esa magnífica parcela. Lo mismo es que la ciudad no necesita nada.
Claro, que también podría darse el caso de que cualquiera de las administraciones públicas pudiera tener necesidad de un solar, como en su día solicitó la TGSS, con resultado negativo.
Cáceres, además de cerrada por falta de uso, es también una ciudad sin abrir, sin ser capaz de construir. Construir físicamente sobre un solar de propiedad municipal, y sin ser capaz de construir ilusión, futuro y certidumbres a los cacereños más jóvenes (los cada vez menos jóvenes en edad y menos jóvenes en número).