Archivos para November 30, 1999

Aunque el inmueble que ocupó la fábrica de Induyco, realmente lleva poco más de un año cerrado, y no en toda su superficie, creo que resulta interesante conocer sus datos para que podamos tener en cuenta de qué hablamos.

Induyco se abrió en 1977, y dio trabajo a más de 600 personas, en su inmensa mayoría mujeres. Por sus talleres de confección pasaron muchos estilos de ropa, desde confección femenina y masculina hasta ropa militar. La ropa militar y para las fuerzas y cuerpos de seguridad inquietaron a las trabajadoras, puesto que en algunos casos se trataba de vestuario militar específico, con unas características determinadas que podían ser potencialmente peligrosas.

A partir de 1990 comenzaron a sentirse en la fábrica cacereña los efectos de la deslocalización, con apertura por parte de El Corte Inglés, propietario de Induyco, de fábricas en otros países, como en Marruecos. Este fenómeno fue creciendo hasta, con otras variables del mercado, llegar a la mitad de la década de 2010, cuando empezaron a notarse ya de forma cuantiosa las pérdidas de empleo, que la empresa fue sacando mediante prejubilaciones o bajas incentivadas.

La fábrica tenía una superficie construida de 22.431 m2, sobre una superficie de suelo de 48.530 m2, esto es, una relación construido/suelo de 0,46 m2, y con la denominación urbanística de suelo de uso industrial.

En 2004, la empresa, ya con la denominación de El Corte Inglés, decide destinar parte de la superficie construida a lo que se llama Centro de Oportunidades, lo que supone la necesidad de modificar el planeamiento general, para que el Centro de Oportunidades ocupe una superficie de 2.958 m2, con la etiqueta de Uso Comercial. La superficie, claro está, está dentro de la superficie de uso industrial.

La aprobación de esa modificación solamente afecta a la construida, sin que el Plan General de Ordenación Urbana, vigente desde 1999, hiciera delimitación expresa de la parcelación, y, por tanto, no se vea afectada la superficie total, que siendo la de uso comercial.

Me ha sido imposible localizar esa Modificación del PGOU, que entró en vigor en 2006, ni en el archivo de planeamiento de la Junta de Extremadura, ni en las figuras de Planeamiento que se trasladaron al Plan General Municipal, que entró en vigor en 2010. Esa imposibilidad, seguramente sea debida a mi torpeza buscando archivos digitales…

Gracias al doctor Arquitecto Carlos Sánchez Franco por arrojar luz sobre este vacío al informarme de la «Resolución 23/07/2004, de la Consejería de Fomento, aprueba definitivamente modificación PGOU Cáceres, finalidad ampliar el uso permitido (uso industrial tipo 3) en el área de reparto Ind-1, parcela en la que se encuentra instalada la industria INDUYCO» y remitirme el link de la publicación de la misma en el DOE «http://doe.juntaex.es/pdfs/doe/2005/690o/05061379.pdf»

Creo que al modificarse los usos del suelo, de industrial a comercial, el PGM debería establecer la superficie de suelo vinculada a cada uno de los usos.

No obstante lo anterior, cuando ya el Centro de Oportunidades estaba en marcha en 2006, con unos 200 trabajadores (trabajadoras en su mayoría), las expectativas y la realidad eran definitorias. Induyco cerraría en Cáceres más tarde o más temprano. Como así ha sido.

Ahora, con un año o poco más del cierre de la “línea” industrial, con los escasos empleos del Centro de Operaciones, queda una parcela de 48.530 m2, la misma original, que tenía en 1977, y una distribución de usos como sigue:

Total superficie construida 22.431 m2

Oficinas 2.400 m2

Uso Industrial 18.347 m2

Uso Industrial 1.116 m2

Aparcamiento 1.947 m2

Almacén 20 m2

Almacén 25 m2

Suma Uso Industrial 19.473 m2

Uso Comercial (Centro de Oportunidades) 2.958 m2

Ahora que se necesitan suelos de uso industrial con superficies amplias, quizás la superficie de ese tipo de suelo de mayor volumen sean los 19.743 m2 de que dispone El Corte Inglés en Cáceres, un inmueble que puede, creo, ser adaptado para distintos tipos de fábricas y que conociendo cuáles serían las pretensiones de la propiedad (ha de entenderse que las máximas), podría cuando menos conseguirse que quienes se han servido de importantes beneficios durante 40 años, tengan consideración esos beneficios. Aunque no hay que andar con zarandajas ni pedir a quien sabemos que no dará, y modificar la ordenanza del Impuesto de Bienes Inmuebles aplicándose el tipo y gravamen más elevado, así como el impuesto de Plusvalía, plenamente aplicable en este caso, al que no le afectaría la última sentencia judicial.

Vale.

En enero de 2020, la congregación de las Hermanitas de los Pobres anunció su marcha de Cáceres después de más de 140 años en la ciudad. Las razones se pueden ver en las noticias de mediados de enero. La residencia de ancianos que regentan, se cierra y la marcha de la ciudad de las monjas hacen que el inmueble esté ahora mismo en el mercado inmobiliario.

Hace poco menos de un mes, El Corte Inglés anunció el cierre de la planta de INDUYCO en la ciudad. Una industria que llegó a tener más de 600 trabajadores, aunque ya solamente queda menos de 40. Según la información de la empresa, será en el primer semestre de 2021 cuando echen el cierre.

Cuando nos llegue la nueva normalidad y, ojalá, se encuentre una vacuna contra el COVID-19, Cáceres se encontrará un poco más cerrada de lo que ha venido estando en los últimos años. Cerrada por falta de uso.

No parece que tras lo sucedido con el coronavirus, el edificio de las Hermanitas de los Pobres (conocido también como “Mi Casa”), haya empresas privadas, inversores privados que apuesten por comprar el inmueble y mantener su uso como residencia de mayores. Y otros usos, como hoteleros, tendrán que someterse a la nueva normalidad, a los nuevos requisitos que hayan de reunir las nuevas aperturas de hoteles si, como parece, se modifican de manera sustancial.

También puede resultar complicado encontrar inversores privados para la adquisición de la fábrica textil que cerrará próximamente. La “nueve normalidad” tendrá efectos negativos sobre las inversiones privadas, pero, al mismo tiempo, creará nuevas oportunidades de negocios, lo que podría posibilitar a El Corte Inglés encontrar compradores para su fábrica.

Se me antoja más fácil “dar salida” en la “nueva normalidad” a la fábrica textil que al inmueble de las hermanitas de los Pobres. Solamente una modificación, compleja, del PGM para facilitar su uso residencial, con una rentabilidad alta (aumento significativo de las superficies construidas), serían una opción. Pero no parece que un PGM prácticamente sin estrenar desde su aprobación en 2010 pueda ser sometido a una tensión tan alta.

Cuando escribo esto, (viernes, 8 de mayo de 2020) los sindicatos y asociaciones de profesores consideran prematuro abrir los centros escolares y menos aún realizar actividades presenciales. En este debate, sobre cuándo realizar la vuelta a la escuela y en qué condiciones, hemos de considerar interesante la posibilidad de reducir la ratio de alumnos por aula, con dos variables: aumentar el número de profesores y aumentar el número de aulas. Alternativamente, la formación online debería ser reforzada, y mucho, para poder disminuir las necesidades de nuevo profesorado y de nuevas aulas.

Además, habrá de evaluarse cómo acometer la reapertura de centros escolares tanto de la ESO, Bachillerato, FP y, también, la Universidad. Los centros escolares de todo tipo habrán de adaptarse a la “nueva normalidad” hasta tanto se encuentra una vacuna eficaz, lo ahora mismo es un futuro demasiado incierto, a pesar de las múltiples investigaciones en marcha.

Analizar los recursos con los que cuenta la ciudad para aminorar el impacto, especialmente sobre los espacios físicos disponibles para la enseñanza presencial, incluiría inmuebles cerrados (de titularidad pública, principalmente) y su adscripción a nuevos usos. O inmuebles privados convertibles en uso docente, que pudieran asumir un número de alumnos suficientes que ayudara a racionalizar las necesidades adaptadas a la realidad. Un ejemplo, a vuela pluma, sería llegar a un acuerdo con El Corte Inglés y convertir la fábrica de INDUYCO en un centro de Formación Profesional para la familia textil, siempre que pudiera facilitar un número adecuado de plazas para alumnos.

Dejo fuera de esta reflexión los centros privados, que habrán de adaptarse, sean o no concertados, para conseguir un modelo de enseñanza lo más homogéneo posible en la ciudad, y también otros centros escolares o de formación que estarían en la misma disyuntiva de adaptarse a la “nueva normalidad”.

Vale.