Bueno, pues heme aquí otra vez escribiendo sobre el amasijo obeso de Ramón, el del litio. ¿O puedo decir de Ramón, el de Tedagua? Sí, mejor, porque no conviene que el muchacho pierda sus orígenes y termine no recordando de dónde viene.
En su rollo bien memorizado con eso del proyecto robusto y de que recibe ataques personales precisamente porque no puede atacarse la robustez de su proyecto me recuerda a aquel CEO que llegó a España hablando de “señores trabajadores”. Habla como los beatos que pululan en torno a un obispo.
Pues en su rollo, y siguiendo su mantra de que no somos capaces de criticar su robusto proyecto, quien esto escribe, de letras, se encuentra con perlas que deberían sonrojarle hasta el balcón de su melena. Una perla que se llama Calerizo.
Este CEO, cuyo proyecto es “mina Cero”, es decir, una mina perfecta resulta que guarda algunas imperfecciones, cuando se refiere al Calerizo, y por ello, lo primero que hace es decir que no está recogido entre las masas de agua por la Confederación Hidrográfica del Tajo.
En el esquema de funcionamiento hidrogelógico basado en un estudio de Gemma Sánchez, de 2018 los ingenieros que dicen que han hecho el documento inicial, pero que no lo han firmado, escriben:
“En el esquema hidrogeológico conceptual de funcionamiento se explica que la divisoria de agua superficial y subterránea se encuentra asociada a los relieves de las cuarcitas, por lo cual se compartimentan en dos sistemas hidrogeológicos controlados estructuralmente.
La divisoria de aguas impuesta por la estructura geológica impedirá que alteraciones en la dinámica del flujo subterráneo en el valle del arroyo de Valhondo influyan hacia el norte o el sur” (Pág. 71 del “documento inicial”).
Está claro: aquí está el Calerizo y aquí la mina, y los flujos líquidos no se “ajuntan”, nunca. Y el CEO afirma, con la seguridad pasmosa del ignorante, que el Calerizo no se verá afectado.
Pero claro, eso de los estudios hidrogeológicos, tiene algunos recovecos. Por ejemplo, cuando uno lee lo siguiente:
“Se determinan dos sistemas hidrogeológicos semi independientes y controlados estructuralmente:
El sistema 1 corresponderían a las calizas de la parte central del sinclinal de Cáceres, que formarían el acuífero del Calerizo, y a materiales cuaternarios, presentaría una impermeabilidad y capacidad de recarga mayor.
El sistema 2 correspondería a materiales fracturados poco permeables de los flancos del sinclinal de Cáceres, con volúmenes de recarga y descarga de agua subterránea muy inferiores al borde del Sistema 1.
Estos dos sistemas se encontrarían parcialmente conectados a través de estructuras permeables que los pusieran en contacto.”

Esto es, que no son dos sistemas independientes entre sí como se afirma en el documento inicial presentado por Ramón en la Junta de Extremadura y que es el que le han dicho los australianos que someta a consideración del gobierno autonómico, ahora que corren vientos favorables, tan favorables como que altos cargos autonómicos aparezcan en publicaciones publicitarias de la mina.
¿Que de dónde sale eso de que son dos sistemas hidrogeológicos semi independientes pero parcialmente conectados? Es una pregunta para el CEO perfecto, pero como no va a querer contestar (o no tiene ni puta idea), ya lo digo yo: del proyecto de mina a cielo abierto presentado en su día en el Ayuntamiento, en el que se incorporan estudios de Gemma Sánchez. ¿Por qué creíais que tenía tanto interés el CEO cuando dijo que se eliminaran los documentos que hubiera colgados en internet, que solamente valía lo presentado a partir de ahora?
El Calerizo corre un riesgo grave de contaminación y destrucción si la mina subterránea se lleva a cabo. No hay que olvidar que la opción descartada de cielo abierto se planteaba para una profundidad de 240 metros, mientras que la subterránea supera los 400 metros de profundidad, con lo que ello conlleva en cuanto a vibraciones, ondas expansivas que pueden ampliar las estructuras permeables existentes entre los dos sistemas hidrogeológicos preexistentes.
Vale
… continuará…