Continuamos con los artículos que el profesor del Instituto El Brocense y Director de la Escuela de Magisterio Julián Rodríguez Polo publicó en el Diario Nuevo Día a finales de Diciembre de 1927, tres meses después de que la Comisión Permanente del Ayuntamiento conociera el Informe que se había encargado a los catedráticos de la Universidad Central, Lucas Fernández Navarro, jefe de la sección de Mineralogía del Museo Nacional de Ciencias Naturales, y a Eduardo Hernández Pacheco, jefe de la sección de Geología del mismo Museo.
Hoy, incluimos los artículos V y VI, publicados el 22 y 23 de diciembre de 1927.
V 22 de diciembre de 1927
Los terrenos que constituyen la cuenca geológica de Cáceres, pertenecen a uno de estos sistemas diferentes: granítico, cámbrico, silúrico y devónico.
El nombre del primero se deriva de su estructura; el segundo se denomina de tal modo, por la antigua Cambria, en el País de Gales; idéntico al cual y de la misma época paleozoica es el de Cáceres; el nombre de silúrico proviene del país de los antiguos siluros (pueblo celta), en el Oeste de Inglaterra; y devónico, del condado Devon, en la misma nación también.

Forma el silúrico todo el contorno de la cuenca por el Norte, Este y Sur, y también por NO y SO, siempre en pequeñas sierra de relieves áspero, que son divisoras de aguas. La roca dominante es la cuarcita, que integra todas las sierras que bordean la cuenca del Calerizo; Sierras de la Mosca, del Risco, Sierra de Fuentes y Collado de Torre Orgaz por el Este; la sierra Lagartera, Cerros del Arropez, Puerto del Trasquilón, Sierra de Santa Ana y Cerro de los Romanos por el Sur; y la colina sobre la que está edificada la capital y los cerros inmediatos por el Norte y el NO.
Los granitos limitan por el Oeste la cuenca geológica de Cáceres, y corresponde al manchón eruptivo que se extiende por Arroyo. Es un granito de grano grueso, que en su contacto con la cuenca del Calerizo sirve para contener las aguas, que llenan los huecos y fisuras de la masa caliza; el granito desciende a profundidad indefinida; su formación es inferior a los otros terrenos, que son sedimentarios.
El cámbrico, constituido uniformemente por pizarras con más arcilla que sílice, ocupa en general posición extrema del silúrico, formando por fuera del perímetro de la cuenca la extensa llanura ondulada hacia la Sierra de San Pedro (Campos de Cáceres) y territorios entre Cáceres y Trujillo; estratigráficamente son estas pizarras inferiores a la formación silúrica, y por eso pueden reaparecer en el interior de la cuenca, formando una alargada llanura, que atraviesan parcialmente a lo largo las carreteras de Medellín y Mérida.
El terreno devónico, constituido casi exclusivamente por caliza, es el Calerizo propiamente dicho, formando una amplia zona en forma de herradura irregular, de ramas desiguales y en sus extremos ensanchados. En el borde exterior del arco de la herradura está edificada la ciudad de Cáceres, toda ella en el silúrico –y lo dijimos antes-. Y una estrechísima faja de pizarras y areniscas rojas del mismo terreno devónico se intercala, en cuña, entre las dos ramas del calerizo, rocas que afloran junto a la caseta del paso a nivel de la vía férrea por la carretera de Cáceres a Mérida.
Resulta, pues: las pizarras cámbrica, que yacen debajo de todos los demás terrenos estratificados, forman el fondo impermeable de la cuenca; el contorno está formado por la cintura de sierras silúricas y por el granito que hay en el Oeste; y las calizas devónica, que llegan a montar en las ladera de la sierra, yacen las cuarcitas, que a su vez son superiores (como dijimos antes) a las pizarras cámbrica.
La cuarcita es insoluble, por estar formada de granos de cuarzo y, como el granito, impermeable; el terreno cámbrico, por la naturaleza arcillosa de las pizarras que lo integran, también es impermeable como los productos de su de su descomposición, en todo caso arcillas.
Y como los empujes orogénicos que fragmentaron las cuarcitas no produjeron en las pizarras diaclasas o fisuras en dirección determinada y constante que fuesen camino de las aguas subterráneas, las filtraciones de los materiales rodos (calizas o cuarcita) superpuestos a las pizarras cámbricas se detendrán al llegar a éstas.
La caliza cristalina, marmórea, de masa sólida y coherente, constituye, en cambio, la roca más adecuada para dar paso a las aguas, como explicaremos otro día.
“Si antes comparamos –dicen los señores Fernández Navarro y Hernández Pacheco- la cuenca geológica de Cáceres a una vasija de fondo y paredes impermeables, podemos decir, siguiendo el símil, que la masa rocosa que constituye el calerizo debe compararse a una esponja dentro del recipiente; el agua que cae sobre la esponja queda rellenando huecos, y el fondo y las paredes permiten su salida”.
Como si un vaso tiene cuatro mellas en su borde, y al llenarlo de agua se vierte por dichas mellas, así por cuatro desaguaderos del embalse subterráneo, que originan potentes manantiales, dos de los cuales mantiene importantes y extensos regadíos, tiene salida el agua constantemente rebosantes: El Marco, El Arropez, la Alberca y Santa Ana.
Es sencillísimo y conduce a resultados asombrosos el cálculo de agua que el Calerizo encierra: en otro artículo, más corto que éste hemos de exponerlo.
VI 23 de diciembre de 1927
Las calizas marmóreas –así es casi toda la de El Calerizo-, de masa muy coherente, constituyen las rocas más adecuadas para dar paso a las aguas. En porciones destacadas del conjunto, son totalmente impermeables; pero por la fragmentación natural que presenta en su conjunto, pues que tiene fisuras y diaclasas de todos los tamaños, ensanchadas constantemente por la acción disolvente de las aguas, que forman cavernas y conductor tortuosos laberínticos, la caliza devónica queda convertida en una esponja, con los huecos parcialmente ocupados por arcilla roja, producto de la descalcificación del suelo, como se observa por todas partes en el calerizo cacereño.

“Como ejemplo de cavernas abiertas en la superficie puede citarse la Cueva del Conejar, inmediata al nacimiento de El Marco, habitada por el hombre de los tiempos prehistóricos, germen de la población cacereña en las remotas épocas del neolítico, agrupación humana que surgió al amparo del potente manantial de El Marco”.
Las cavidades internas quedan puesta de manifiesto por causa de las labores en las minas de fosfato: vacías si corresponde a niveles altos, y ocupada por agua si se hallan en niveles bajos.
Los conductos sinuosos, los espacios vacíos y los ocupados parcialmente por bolsadas arcillosas de descalcificación, y en general la estructura esponjosa de la masa caliza, se ve al examinar las trincheras de la vía y de las carreteras o lo socavones de las muchas canteras de piedras para cal.
“Las acciones orogénicas que comprimieron y plegaron todo el conjunto de terrenos que venimos estudiando, al actuar en un material tan poco plástico cual la caliza cristalina del Devónico, la fracturaron y plegaron y dislocaron en múltiples fisuras, grietas y diaclasas, que son camino de las aguas a través a través del Calerizo, y recipientes donde se acumulan en grandes cantidades.”
Se origina así una importante cuenca de recepción pluvial, con un embalse subterráneo en la masa del terreno calizo, embalse de fondo impermeable, constituido por las pizarras cámbricas, y de paredes también infranqueables, formadas por las cuarcita del Silúrico en todos los rumbos menos en el borde occidental, donde el granito es la roca que también contribuye al asilamiento de las aguas de la cuenca subterránea.
La presencia de tales aguas en el interior de “El Calerizo” es bien manifiesta en las perforaciones que por cualquier causa en él se han hecho, como diremos otro día.
- NOTA: En el artículo anterior se demostraba que el fondo y las paredes de la cuenca geológica de Cáceres son impermeables, y se decía que el agua caída sobre El Calerizo “queda rellenando los huecos la masa caliza “ y el fondo y las paredes permiten su salida. Lógicamente, debía terminar el párrafo diciendo “y el fondo y las paredes NO permiten su salida”.