No pretendo ni citar autores, textos, referencias a la creación de la ciudad de Cáceres ni señalar nuevos descubrimientos (por inexistentes), sino en proponer una acción artística que aúne dos elementos fundamentales en esos orígenes que confluyen en un mismo espacio.
La construcción de la Ronda Sureste incluye, ya muy avanzado, un enlace sobre la Ribera del Marco hasta la Ronda de San Francisco, en terrenos que en su día fueron parte de la Huerta del Conde.

Por otra parte, la Unidad de Ejecución API 28-01 “San Francisco 07”, del vigente Plan General Municipal está ejecutada en gran parte, resultando un viario que con su denominación ya recuerda la ubicación, la toponimia: Calle de la Bula, Calle Madre de la Ribera, Calle Molino Harinero, Calle Huerta del Conde.
La margen izquierda del acceso desde la Ronda Sureste a la Ronda de San Francisco, a través de la calle de la Bula, tiene un lindero de unos 100 metros que son el cerramiento de la Huerta del Conde, una vez segregados los terrenos de la misma que se incorporaron a la API 28-01. Esos 100 metros arrancan justo en el margen izquierdo de la Ribera del Marco, y finalizan en la Ronda de San Francisco, en el cruce que resultará con la Av. de la Hispanidad.

Obras, ya muy avanzadas, del viaducto entre Ronda Sureste y calle de la Bula
A mi juicio, esa conexión de la Ronda Sureste tendrá un importante aforo de tráfico, y esa margen izquierda dejará visible el cerramiento de la Huerta del Conde.
Por otra parte, la Ronda de San Francisco coincide, como es conocido a través de excavaciones arqueológicas llevadas a cabo, y por su fosilización en el imaginario, en la memoria de quienes conocen el trazado de la Vía de la Plata, de manera que en ese punto de coincidencia del cruce Av. de la Hispanidad, Ronda de San Francisco y Calle de la Bula, sería un lugar idóneo, adecuado, para recordar la historia de la ciudad.

Tramo del Camino de la Bula que aún se conserva
Dejar esa margen con el cerramiento actual, tal cual, no dejaría de ser sino la pared de una cerca, pudiendo, y debiendo, a mi juicio, mejorarse con la ejecución de un mural, realizado con técnicas de grafiti, y, si es necesario, preparando los paramentos para una mejor realización del mismo, poniendo en valor tanto la Ribera, el Calerizo, el agua, con la historia romana de la ciudad, y los regadíos árabes con las aguas de la Ribera.
Ese paramento, con motivos alusivos a la historia de la ciudad, quedaría partido en su mitad por la puerta original de la Huerta del Conde, que afortunadamente se conserva, con sus dinteles de granito.
Vale.
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