Ahora, con el inicio de las distintas fases de la desescalada que nos deben llevar a la nueva normalidad o lo que sea eso, doy por finalizada esta serie de entradas que me han servido para conocer, siquiera sea de modo parcial, cómo era la sociedad cacereña de comienzos del siglo XX, con alguna incursión en finales del XIX.
No sabemos cómo y en qué consistirá esa nueva normalidad a la que nos dirigimos, y, al mismo tiempo, hemos estado más o menos encerrados en nuestras casas cuarenta y cinco días.
Hemos tratado de muchas maneras de hacer llevadero el confinamiento (en mi caso, una parte ha sido escribir las anteriores entradas en la web), mirarnos un poco en un espejo que se ha ido apagando al mismo tiempo que el virus nos va haciendo cada vez más presente que lo más probable será que muchas cosas no volverán al ser anterior.