LA ASAMBLEA era un semanario republicano y de intereses materiales que se publicó en Cáceres para seguir las enseñanzas políticas de Nicolás Salmerón, profesor y filósofo, introductor en España del krausismo.
El 23 de julio de 1904, LA ASAMBLEA publicó una carta de un lector muy enojado con el director de El Noticiero, diario que también de publicaba por aquellas fechas, a cuenta de un Festival para niños y niñas de las escuelas municipales.
CARTA ABIERTA
Sr. Director de La Asamblea. Cáceres.
Muy señor mío y de mis consideraciones más afectuosas: Acometido ayer por una de esas crisis funcionales que, en los cuerpos cuando marchan bien, como vulgarmente se dice, suelen ocurrir á cada veinticuatro horas, tomé al azar un papel cualquiera, del montón en donde tengo costumbre de poner los que yo destino á tales usos, por su insustancialidad, falta de importancia y de interés, etc. etc.
El que tomé, según á usted digo, por casualidad, y no con intenciones tan aviesas y torcidas como el extrábico mirar de ciertos hombres, hubo de ser El Noticiero, periódico pequeño que se publica diariamente en esta Capital, bajo la competente dirección é inspiraciones del Sr. D. Manuel Castillo; viendo en aquél, antes de usarle, la falta de fundamento y de verdad con que el Sr. Castillo inclúyese á sí propio, entre los organizadores del Festival Infantil dado por el M.N. é Ilustre Ayuntamiento de esta Capital á los Niños y á las Niñas de todas las escuelas por él sostenidas, pagadas y subvencionadas, y celebrado durante la tarde del 16 del mes en que estamos.
De la verdad el amor
En respetarla consiste;
Que así lo manda el honor:
Y hará un papel muy triste
Si de cosas que no hicistes
Llamarte quiere autor.
Ahora bien: como la aseveración hecha por dicho señor en su periódico, no tiene absoluta ni tampoco parcialmente, NADA DE VERDAD, por haberse iniciado y organizado fiesta tan hermosa, sin que el Sr. Castillo concurriese á todo ello para nada, por ser perfectamente innecesario su concurso, no me parece bien ni es justo en modo alguno que, si en los esfuerzos para llevar á efecto aquella fiesta, hubo algún merecimiento, resulte éste mermado ni en poco ni en mucho, respecto de los hombres verdaderamente organizadores y obreros de mencionado festival, con la inclusión extemporánea y oficiosa que entre los nombres de aquéllos hace el Sr. D. Manuel Castillo, de su propio nombre.
Donde quiera, echando el resto
Por darse lustre mi Ernesto
Tanto se lustra las botas,
Que apenas se las ha puesto
Cuando ya las tiene rotas.
Si á todo lo dicho, Sr. Director de LA ASAMBLEA, junta usted lo pertinente y lo efectivo de mis relaciones con el suceso, por haber visto muy de cerca la preparación y celebración de las fiesta supradicha, entenderá usted cómo y hasta qué punto, el encariñamiento que, sin poderlo remediar, se desenvolvió desde luego en mi corazón en pró de fiesta tan hermosa, pudo desarrollar, tratándose de aquélla, el BIEN ENTENDIDO Y JUSTO CELO contra todo linaje de INTEMPESTIVAS INGERENCIAS y de ARBITRARIAS INTRUSIONES, con motivo de las cuales, y de los miramientos que todo hombre debe á la verdad, me he permitido dirigirle esta carta.
Si á alguna boda te llaman
Ó te invitan á un entierro,
No anheles ser el casado
Ni tampoco ser el muerto.
Pues semejantes manías
No pueden tener asientos
Mas que en caractéres chinos
Ó en caletres que están hueros.
Agradeciendo á usted de todo corazón el amabilísimo hospedaje que ested se sirve darle en su popular y amable semanario LA ASAMBLEA, soy de usted, ahora como siempre, afectísimo seguro servidor q.b.s.m.