El 23 de junio de 2012, José Antonio Monago, a la sazón presidente de la Junta de Extremadura, me hizo el honor de bloquearme en twitter por algo tan común a nuestros políticos de derechas: no soportan la crítica y no responden cuando se le hacen preguntas incómodas.
Ahora, mi honor tuitero se ve agrandado porque uno de los consejeros de la Junta de Extremadura, un tal Vergeles, me ha bloqueado por lo mismo, exactamente por lo mismo. Porque no soporta la crítica y no responden cuando se le hacen preguntas incómodas.
Malos políticos y pésimos gestores.
En Estatuto de Autonomía de Extremadura se asignan competencias como la gestión de la sanidad, la defensa de usuarios y consumidores o la protección a la discapacidad. Estas tres competencias las debería ejercer el tal Vergeles.
Malos políticos y pésimos gestores.
En materia de sanidad, hace ahora un año, el tal Vergeles hablaba (eso sí, eso le encanta, hablar, el discurso vacío, vacuo, inane) de que había que implementar de una vez la interoperabilidad de la receta electrónica porque era inconconcebible que los muchos extremeños que veranean en Matalascañas no dispusieran de las facilidades que se derivan de la interoperabilidad.
Malos políticos y pésimos gestores.
¿Qué ha hecho el tal Vergeles para conseguir la interoperabilidad de la receta electrónica entre Extremadura y Andalucía? Nada, absolutamente nada.
Malos políticos y pésimos gestores.
Porque le he preguntado en muchas ocasiones sobre este asunto, le he remitido públicamente tuits recordándole su competencia en la materia, me ha bloqueado, porque no soporta la crítica y porque es incapaz de contestar.
Malos políticos y pésimos gestores.
Seguramente cansado de que se le recuerde su incompetencia (su verborrea no tiene límites) el tal Vergeles me ha bloqueado en twitter, donde presume de su cargo público y seguramente (esto no lo sé, quizás él lo aclare) utilice un móvil corporativo para tuitear, haciendo un uso privado de un bien público. Y en todo caso, si el móvil fuera particular, su ostentórea ostentación de cargo público resulta histriónica ante la realidad de su falta de respuesta.
Malos políticos y pésimos gestores.
En el área de competencias de la consejería que el tal Vergeles dirige (?) está la defensa de usuarios y consumidores. En más de una ocasión me he dirigido a él y a personal de “su” Consejería para demostrarles el maltrato que Renfe dispensa diariamente a los usuarios extremeños del ferrocarril, sin obtener respuesta. Bueno, una, del Instituto de Consumo de Extremadura… dando la razón a Renfe.
Malos políticos y pésimos gestores.
Cuando vemos a diario informaciones sobre ese maltrato de Renfe a los usuarios extremeños, el tal Vergeles, consejero del ramo, calla, se esconde, no da la cara por los que le pagamos un sueldo que está demostrando, un día sí y otro también, que no merece, que no se lo gana.
Malos políticos y pésimos gestores.
Cuando Renfe, además, incumple sistemáticamente sus obligaciones en materia de discapacidad, siendo más que frecuente que, por ejemplo, el aseo de uso por personas con algún tipo de discapacidad esté fuera de uso incluso antes de comenzar el trayecto, y este hecho se haya puesto en conocimiento de la Consejería, el tal Vergeles calla, se esconde y no da la cara por los extremeños que, desgraciadamente para nosotros, le tenemos que pagar el sueldo.
Malos políticos y pésimos gestores.
Cuando Renfe desprecia el valor de la tarjeta de discapacidad que lleva el nombre de “Junta de Extremadura”, cabría esperar que la consejería del tal Vergeles hiciera algo al respecto, aunque solamente fuera por respeto a los profesionales que con sus valoraciones técnicas, diagnósticos e informes determinan el grado de discapacidad de una persona. Pero el silencio del tal Vergeles no solamente deja indefensa a la persona con discapacidad, sino que desprecia el trabajo de sus compañeros de profesión médica.
Malos políticos y pésimos gestores.
Cuando en junio de 2012 el viajero Monago me bloqueó en twitter, era habitual ver a diario tuits del tal Vergeles criticando la política sanitaria del PP, y terminando todos sus tuits con una frase que ahora le viene al pelo: “Malos políticos y pésimos gestores”.
Al tal Vergeles no le deseo ningún mal, pero me gustaría verle en un tren averiado, tener que montar en un autobús y cruzar de Extremadura a Andalucía por carreteras secundarias, con una gastroenteritis fuerte y un esguince de rodilla, y tener que usar el aseo de un autobús en marcha por esas carreteras de la sierra norte de Sevilla. Se iba a cagar.