¿Podría Podemos?

cercadelasretamas —  mayo 28, 2014 — Deja un comentario

Los resultados electorales de las europeas de 25 de mayo han deparado la sorpresa de la formación impulsada por Pablo Iglesias Turrión, la sorpresa de Podemos. Una formación a base de colectividades, enmarcadas en “círculos” de acción y cuya primera impresión es la estar sustentada en un fortísimo discurso ideológico (de ahí, que en ocasiones asome un cierto hálito demagógico) que engancha en dos líneas, a mi juicio, de votantes. Votantes que provienen de “círculos” de formación universitaria inconformista, y votantes que provienen de colectivos muy relacionados con los restos del 15 M.

Tras los resultados electorales, sobre todo la derecha cavernaria (y sectores ortodoxos del stablishement de la izquierda), las calificaciones y las etiquetas de “antisistema” que le han caído a Podemos, e, individualmente, a Pablo Iglesias no aciertan con la realidad.

Ni Podemos ni Pablo Iglesias son antisistema. Porque han participado en unas elecciones “del sistema” y aspiran, desde su plano ideológico, a modificarlo, no a destruirlo. O lo que es lo mismo, aspiran a modificar todos aquellos elementos del sistema que consideran un obstáculo para el desarrollo de los individuos en tanto que ciudadanos. El discurso idelógico de Podemos forma parte en sí mismo del “sistema”. El primer punto, por tanto, es negar el carácter de “antisistema”, porque no lo es. Otra cosa es que pretenda romper muchas costuras del sistema. Ni siquiera el discurso “contra la Casta” es un discurso contra los partidos, sino contra su estructura actual, burocratizada en exceso y en exceso encerrados en sí mismos. Por simplificar.

Ahora bien, lo que sí puede decirse es que Podemos es, de momento, efervescencia, pura efervescencia. O lo que es lo mismo, si en unas siguientes elecciones el éxito no se repite, del concepto efervescencia pasaríamos al “efecto gaseosa2.

Por tanto, queda por ver si tras la efervencia, si tras ese bullir de las elecciones europeos, Podemos tiene poso. No que tenga en sus círculos a personas de gran capacidad discursiva, técnica, profesional, que sí los tiene, sino saber si ese poso sería el suficiente para romper las costuras del sistema y volver a engarzarlo. Podemos deberá, necesariamente, constituirse en una estructura más compleja, más estable que unos círculos en los que el debate ideológico es el aceite que une todos sus puntos.

En el caso de que Podemos alcanzara cotas de poder, de gobierno, efectivas en próximas elecciones municipales y autonómicas, comenzarían a verse las realidades. O lo que es lo mismo, veríamos si la formación de Pablo Iglesias tiene poso para, desde un gobierno, con un sistema jurídico concreto (el que ellos aspiran a cambiar), poner en práctica su discurso político.

Porque el discurso político es muy importante para alcanzar el poder. Si ese discurso político está sustentado en una coherente línea ideológica, conseguir cotas de poder están al alcance de cualquier formación que consiga transmitir ilusión y futuro a los votantes, y más en estos tiempos de crisis en las que las políticas neoliberales nos han metido. Pero también, o más importante, es saber que si consigues cotas de poder (la oposición es poder, también) y, sobre todo, de gobierno, tienes personas suficientemente capaces de transformar ese discurso político en acciones directa, en aplicaciones presupuestarias.

El sistema jurídico español está conformado con un entramado de leyes que han de ser aplicadas, o que han de ser transformadas. Para los dos casos, el ejercicio del gobierno requiere tener poder suficiente en número y, también, capacidad suficiente de cuadros políticos que sean capaces de llevarlas a cabo.

La ilusión, la sorpresa de Podemos, ha de ser evaluada pensando siempre en que puedan demostrar que desde el gobierno, desde el poder, se pueden mantener los mismos discursos (coherencia) y traducirlos a su aplicación en lo que afecta a la vida de los ciudadanos. El discurso político de que paguen más impuestos quien más gana lo pueden defender desde cualquier ángulo del espectro electoral. Aplicarlo con la vigente legislación fiscal ya es más complejo. Cambiar las leyes lleva su tiempo, no basta con un discurso.

Podemos ha conseguido remover los cimientos de la política porque ha conseguido crear ilusión. Ahora llegará el momento de saber si los cimientos eran/son sólidos y si los círculos de Pablo Iglesias tienen la suficiente fuerza para asentar la ilusión que han transmitido y que los ciudadanos han captado.

Vale.

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