Archivos para November 30, 1999
El 5 de marzo de 2012, la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, que además es senadora, se reunió con la Subsecretaria del Ministerio de Defensa. Al día siguiente, los periódicos locales publicaban la fotografía y un resumen de la nota de prensa remitida por la alcaldía. La reunión había sido de “cortesía”. Creo recordar que fue el 16 de marzo siguiente, más o menos, cuando la Alcalsenadora Nevado se reunión con el Presidente de la Junta de Extremadura para repasar unos asuntos que, viendo la nota de prensa, era una lista de cosas que no necesitaban de reunión alguna.
Ni la reunión con la Subsecretaria de Defensa ni la posterior con Monago fueron cortesía o despacho rutinario. La primera informó a Elena Nevado de la previsión de cierre temporal del Centro de Formación de Tropa nº 1 (CEFOT 1), de Cáceres, sin fecha de retorno, y en la segunda reunión citada, la Alcalsenadora informó de la situación al Presidente (por la gracia de IU) de la Junta de Extremadura.
Cuando en la última semana de marzo un medio de comunicación local (www.elperiodicoextremadura.com) dio cuenta de la situación del CEFOT 1, de modo inmediato Elena Nevado se constituyó en la contradicción andante, negando las informaciones de prensa y convocando a la ciudadanía a defender la continuidad del Centro de Formación militar. Hasta el punto que fue la alcaldía la que impulsó, a través de la coordinadora de AAVV, la reactivación de la Plataforma que, en una situación similar, pero nada igual en absoluto, había funcionado entre 2001 y 2004. La alcasenadora había decidido construir una barricada que salvara su inexistente capacidad política, desde la que lanzar fuegos artificiales para entretener al personal. Y al final poder decir que ella había hecho todo lo posible por evitar el cierre del CEFOT 1.
La primera reunión de la Plataforma resultó patética. Tras un debate sobre fines y demás asuntos propios para poner de acuerdo a colectivos amplios, un concejal del PP, que gobierna el ayuntamiento con mayoría absoluta, informó que ya se habían habilitado dos cuentas, una en facebook y otra en twitter, de apoyo al centro militar. Y que el propio ayuntamiento ya había encargado una pancarta para colgar en el balcón de la casa consistorial. ¡Ya se habían construido la barricada! Todo lo que vino, viene y venga después son los fuegos artificiales a los que tan aficionados son los cacereños, especie ciudadana que recuerda a los paisanos de Gila cuando se sientan en la plaza, con la boca abierta.
La realidad es que Elena Nevado, alcaldesa con mayoría absoluta y senadora por la provincia de Cáceres, ha sido abandonada por su propio partido en este tema. Ni Carlos Floriano, número 3 en el organigrama del PP, ni José Antonio Monago, Presidente de la Junta de Extrebadajoz, quieren saber nada del asunto, porque ya saben lo que tenían que saber: que el CEFOT 1 es un asunto finiquitado, terminado.
Lo que le corresponde, en función de su cargo de alcaldesa es exigir a su partido que cambie los RGE (Recortes Generales del Estado) y elimine la prohibición de contratar nuevos soldados, para con ello mantener abierto el CEFOT 1. Trasladar a los ciudadanos su incompetencia, convirtiéndolos en una barricada con la que defenderse, es la muestra de la más plana de las formas de hacer política. Lanzar soflamas pijas (leyendo su muro de facebook, los del anuncio de Loewe son de extrema izquierda) no es más que poner cohetes de pólvora gaseosa en el aire, con colorines.
Y la senadora tiene la obligación de conseguir que sus compañeros de partido por la provincia de Cáceres, diputados y senadores, también exijan, mediante la presentación de enmiendas, el cambio de las cuentas del Estado. Claro, que Floriano ya ha dejado claro con su silencio, cuál es su posición.
Habrá más.
Vale.
Se descuelga la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, del Partido Popular, con una propuesta que pretende ser de mérito, basada en el Reglamento de Honores municipal: otorgar la medalla de la ciudad de Cáceres a Helga de Alvear.
Por supuesto, nada que objetar a los merecimientos de la coleccionista de arte que ha decidido que su magnífico tesoro pase a formar parte de la ciudad. Pero otorgarle la medalla de Cáceres, una parte de Extremadura a quien ya tiene la… de Extremadura, no parece muy conveniente.
Sin duda, Helga de Alvear aceptará el reconocimiento, porque lo es, pero es un reconocimiento que ya tiene recogido en los múltiples méritos que acreditaron la concesión de la Medalla de Extremadura.
Son otras muchas cosas las que desde el Ayuntamiento han de hacerse y que satisfarían más a la coleccionista. Por ejemplo, que el municipio, que el gobierno municipal, que forma parte de la Fundación, realice una campaña activa y proactiva para que los cacereños conozcan las obras que, exposición a exposición, van mostrando los tesoros artísticos de Helga de Alvear. Eso ya es otra cosa, es necesario pensar, dedicarle tiempo, demostrar capacidades… creer que, de verdad, las obras de la colección son obras de arte. Algo que dudo que los miembros del equipo de gobierno municpal tengan claro.
También, y mucho más importante, es que el equipo de gobierno del Ayuntamiento reclame de la Junta de Extremadura, perdón del Gobierno del virrey Monago, que la segunda fase del proyecto del Centro de las Artes Visuales Helga de Alvear, el edificio proyectado por Tuñón y Mansilla, se desarrolle y ejecute. Esa, y no otra, sería la verdadera medalla de Cáceres para quien se merece no una, si no todas las distinciones posibles.
Pretender que con la Medalla de Plata (la de Oro es la que ya le otorgó la Comunidad Autónoma entera) se puede tapar el compromiso que la región tiene contraído con quien, salvando las distancias, o sin salvarla, ha decidido que la mejor colección de arte contemporáneo de España, sea para la ciudad y para la región lo mismo que la Colección Thyssen para Madrid y para España.
Recientemente, tuve la ocasión de ver la colección que Carmen Cervera, la baronesa Thyssen, ha cedido a la ciudad de Málaga. Una colección que tiene grandes obras junto a otras que no pasarían el filtro de museos provinciales costumbristas, pero que la ciudad andaluza está mimando, atrayendo a muchos visitantes, con fuertes medidas de promoción. Algo que va más allá de una medalla.
Vale.
Los fruteros de Cáceres se quejan, inermes, ante las actitudes de mando de la alcaldía. Hay que recordar que en las pasadas elecciones municipales, el PP obtuvo una holgada mayoría. Trasladando los resultados al gremio de fruteros, una holgada mayoría de éstos votó al PP. Pues, helo ahí, a disfrutar de lo votado.
La prohibición que pretende establecer el partido de la derechona recuerda a la eliminación, por razones estéticas, de los hombres anuncio de las tiendas de «compro oro» o aquella otra, por razones de no molestar el paso de viandantes, de quitar los carteles de los restaurantes de menú del día, ambas del manirroto Gallardón.
Si los fruteros de Cáceres no estuvieran hipotecados por su propio voto del 22 de mayo, hoy habrían tenido una ocasión manifiesta de haber afeado al equipo de gobierno municipal sus amenazas para que retiren las frutas de las puertas de sus establecimientos, porque en el Paseo de Cánovas había fruta en las mismas (o peores) condiciones con las que ellos tratan de vender sus productos hortícolas y frutales.
Las fotografías que ilustran esta entrada, captadas en la mañana de hoy, 2 de octubre, en el Paseo de Cánovas muestran fruta expuesta al aire libro, en un evento cuya responsabilidad es del equipo de mando que preside Elena Nevado, porque, al fin y al cabo, IFECA es responsabilidad primera y directa del Ayuntamiento.
Amenazar a los fruteros bajo la etiqueta de la «salud pública» y, al mismo tiempo, incurrir en la misma situación por la que se amenaza demuestra que en materia de fruta, hay quien no sólo está verde, sino que tiene grandes obstáculos para madurar.
Este verano, a comienzos de julio, la alcaldesa de Cáceres anunciaba, por el fin, el pago de los atrasos a los conductores de los autobuses urbanos, las deudas heredadas de la magnífica gestión del empresario modelo de Esperanza Aguirre, el ínclito Gerardo Diaz Ferrán. Con ello, se decía en las informaciones de prensa, recogiendo declaraciones del equipo de gobierno del PP, se ponía fin a un conflicto que estaba a punto de colapsar el transporte público urbano de la ciudad.
A lo que parece, no todo están tan resuelto como se decía. Porque, si así fuera, ¿por qué mañana hay una vista en el Juzgado de lo Social por denuncias interpuestas por trabajadores antes de BUSURSA y ahora de SUBUS?
Es probable que no todo estuviera resuelto, y que muchos trabajadores no estén muy de acuerdo con lo “solucionado” y “como se ha solucionado” y quieran conseguir, legítimamente, que la autoridad jurisdiccional se pronuncie a favor de sus derechos.
Es evidente que hay muy buena sintonía entre la alcaldesa y el Sindicato Libre de Transporte, sintonía que llevó al acuerdo tan publicitado, pero ese sindicato no es mayoritario en la empresa y quizás no tenga todas las llaves que cierren el conflicto.
Ni siquiera regalando a la, entonces candidata Elena Nevado, un publirreportaje en la Revista “Volante Profesional”, en mayo, unos días antes de las elecciones, cuando se anunció el “acuerdo” para desconvocar los paros que el STE (Sindicato Libre de Transportes) había convocado.
Casualmente, la revista “Volante Profesional” la publica… el Sindicato Libre de Transportes, y el número 6, correspondiente a Mayo de 2011, lleva en portada a María Dolores de Cospedal. Y, casualmente, el director de la revista es, a lo que parece, sobrino del mandamás del STE.
Cosas veredes, como veremos cómo los medios locales, quizás, se sorprendan de que en la magistratura de trabajo (ahora Juzgados de lo Social) se esté sustanciando una demanda que fue anunciada a bombo y platillo que se había solucionado.
Vale.
Desde que se celebraron las elecciones municipales, el 22 de mayo, han sido muchas las ocasiones en que diversos colectivos han hecho valer en los medios de comunicación su apoyo a la derecha, reclamando el consabido #quehaydelomio. Han pasado, y seguirán pasando, por la ventanilla que entreabre Elena Nevado para reclamar lo que, a cambio de sus apoyos, consideran que les corresponde recibir.
Pero, claro, una cosa es predicar y otra dar trigo. Lo que en campaña electoral era cuestión de poner el culo en la silla municipal y empezar a resolver los asuntos reclamados a cambio de apoyo político, ahora ya empieza a no ser tan fácil.
Lo que en la oposición eran continuas diatribas exigiendo cumplimientos, exigiendo realizaciones inmediatas (incluso proponiendo que una exposición pública del Plan General Municipal, presentación de alegaciones y su resolución se podría hacer en dos meses…), ahora que está al otro lado, en la silla del gobierno, ahora ya empieza a no ser tan fácil.
La excusa es, cuando menos, llamativa. Porque Elena Nevado no es nueva en el Ayuntamiento. Ha estado cuatro años de concejala, dos de ellos de portavoz de la oposición, y, además, ejerce la abogacía, lo que le da un plus de conocimiento de las administraciones públicas. O debería darle ese plus.
La excusa es… la burocracia. El exceso de burocracia.
En realidad, la burocracia no va a ser la excusa. Va a ser la esclusa por la que entren las peticiones de #quehaydelomio y la esclusa por la que salgan las largas. Y, en medio, como líquido viscoso en el que floten reclamaciones y requerimientos, estarán flotando los funcionarios, con el líquido pegajoso de los procedimientos, de las normas, de los plazos…
¿Aplicará algún líquido disolvente de viscosidades? ¿Eliminará funcionarios que hacen de tapón? ¿Será la burocracia la esclusa por la que se vayan al garete las promesas, los compromisos? ¿O será la burocracia la esclusa por la que, desde el primer día del primer mes del primer año de ejercicio del gobierno se estará poniendo el parche de la herida de la incompetencia?
Porque el tono empleado en la acusación, genérica, a la burocracia como gran problema para el cumplimiento de los compromisos políticos, puede derivar en muchas variables: un adelgazamiento de la administración (que no de la burocracia, que está en las normas) o una eliminación de garantías en los procedimientos.
El tono empleado para poner la burocracia en la esclusa por la que transitar la legislatura parece atribuirle un grado de intervencionismo, de causa última y universal de todos los males. O lo que es lo mismo: contra la burocracia, liberalismo. Contra garantías administrativas, desregulación. Porque la desregulación es, en sí misma, el elemento balsámico que disuelve las viscosidades burocráticas.
La burocracia, como argumento político, se convierte en la esclusa por la que todos los incumplimientos transitarán en el estrecho pensamiento neocon.
Vale.
El sindicato paracaidista de transportes, aparecido en Cáceres en las últimas elecciones sindicales en el servicio de autobuses urbanos de Cáceres, ya ha pedido a la alcaldesa electa aquello de #quehaydelomio. Dicen los gestores de ese sindicato que esperan que Elena Nevado cumpla.
Para que cumpla, y completar así el #quehaydelomio de hoy, el sindicato de transportes deberían presentar un escrito en el Ayuntamiento, el mismo día que Elena Nevado tome posesión, pidiéndole que cumpla, que para eso les prometió que si era elegida alcaldesa, cobrarían los atrasos que BUSURSA, la empresa del nunca bien ponderado Don Gerardo, les debe.
Claro, que hay un pequeño detalle. BUSURSA está en concurso de acreedores, y cualquiera cantidad que pudiera ingresarse ha de hacerse en el juzgado correspondiente, y ya, si eso, el propio juez, asistido de los administradores judiciales, determinará qué se hace con el dinero. Porque los trabajadores de BUSURSA en Cáceres están, como otros muchos, en la cola, en la lista de espera de que de las cuentas de Don Gerardo caigan billetes.
Eso de ir prometiendo cosas tangibles en campaña electoral, es decir, prometiendo lo que cada uno quien se habla quiere o necesita oír, tiene el inconveniente de que los interesados pasen inmediatamente por caja, a reclamar.
Iremos viendo en el inmediato futuro más inmediato, y algunas pueden ser llamativas. Presumir de que los gitanos de Aldea Moret han votado al PP, y que el mismo día vecinos de ese barrio comiencen a sospechar que cursos y contratos que se convoquen desde el Ayuntamiento irán a miembros de la etnia, ha sido uno.
Vamos, que el #quehaydelomio de Aldea Moret promete ser de lo más divertido. Más que el de los taxistas y los autobuseros juntos.
Vale.
La decisión del concejal Joaquín Rumbo de apoyar el desbloqueo de la contrata del agua, con su voto en favor de la aceptación del informe de la Junta de Extremadura sobre el pleno que aprobó el desestimiento, y de la adjudicación provisional del servicio, a la empresa Acciona, parece haber cogido de sorpresa a la candidata del Partido al Ayuntamiento.
La fotografía de la portada de El Periódico Extremadura del sábado, 14 de mayo, es demoledora, porque demuestra la incapacidad de la candidata de gobernar a los suyos, un reducido grupo de 12 persona, incluida ella, y que aspira a gobernar una ciudad cercana a los 100.000 habitantes.
Hasta ahora, hemos asistido a una decisión tajante, atribuible expresamente, según las informciones publicadas, a la candidata, y que fue la exclusión del concurso del Canal de Isabel II. Decisión que fue revocada por la Justicia, en un auto tan rápido y contundente que pareció señalar que la candidata pudiera ir por vías distintas a la estricta legalidad. A partir de ese momento, sus comparecencias públicas excluían cualquier referencia al asunto del agua, que quedé delegado en el concejal V.P. (las iniciales se corresponden con una entrada en el muro de facebook de la propia candidata).
La posición del grupo popular, desde entonces, ha sido la negarse a admitir que procedía la obligación de resolver el concurso, que llevaría a la adjudicación provisional y que permitiría a las empresas no adjudicatarias la presentación, si lo consideran conveniente, de los recursos que sus servicios jurídicos estimen. Es decir, la normalidad.
Sin embargo, en todo este tiempo, se ha mantenido por dicho grupo que el concurso estaba viciado de ilegalidad, algo que tuvo su culmen en el pleno que aprobó, con una vergonzante moción de urgencia, el desestimiento del concurso (es decir, que todo lo actuado, incluida la aprobación del Pliego por el propio grupo popular, quedaba anulado). Vergonzante, porque se acusó de manera inmisericorde a un funcionario de haber manipulado las valoraciones.
El asunto preocupó tanto, que la propia Federación Empresarial Cacereña exigió explicaciones. O lo que es lo mismo, que se informara de las causas reales por las que se llegó al desestimiento. Esas explicaciones se le dieron a los empresarios en una reunión (a los ciudadanos, todavía, no). En la citada reunión los argumentos de peso jurídico eran los siguientes:
a) “Porque el comienzo del mismo [el concurso] se ha realizado con un año de retraso y dos prórrogas”
b) Porque “el concurso se ha gestionado mal desde el principio hasta el fin, por parte del equipo de gobierno”
c) Porque «hay tres empresas de las cuatro que se han presentado, que han estado en primer lugar para la adjudicación de la concesión del Agua”.
Argumentos, todos ellos, fundados en ¿qué artículos de qué ley o leyes?
En la reunión con los empresarios, además de la candidata, estuvieron Valentín Pacheco, Domingo Nevado… y Joaquín Rumbo.
No es creíble que si el concurso está totalmente viciado y pudiera dar lugar a cualquier tipo de responsabilidades, como ha dicho, sin argumentos (práctica habitual en ese partido, práctica que se llama hipocresía: acusar sin pruebas), el concejal Rumbo se haya querido pegar un tiro en el pie incurriendo en ellas.
La realidad, al día de hoy, es que la candidata del Partido Popular al Ayuntamiento de Cáceres ha demostrado su incapacidad para gobernar a su reducido grupo de concejales y la incompetencia de asumir la dirección de un procedimiento de tanta importancia social y económica como es el asunto del agua. No sirve aquello de saber delegar. Claro que hay que delegar, pero cuando las cuestiones son de primer orden, hay que asumirlas en primera persona, hay que tener capacidad y competencia para ello.
Es muy triste pensar que quien ha demostrado carecer de competencia para asumir los grandes asuntos aparezca como favorita en la próxima contienda electoral. Se dice que el pueblo, cuando vota, no se equivoca nunca. Pero hay que recordar que cuando se ejerce el derecho al voto se está delegando en los candidatos, delegando, porque la responsabilidad de lo que los electos hagan con la confianza que reciban, será de quienes les hayan votado.
Vale.









