El actual equipo de gobierno municipal de Cáceres, un gobierno en minoría se ha planteado, en un caso como se comprometió en campaña electoral y en otro tras conocer los informes técnicos, derribar dos inmuebles que por una u otra causa tienen cierto sentido emblemático en la ciudad.
Por un lado, tiene el compromiso de derribar el Bloque C de Aldea Moret, que simboliza por sí mismo el estigma al que toda una barriada está adherida. Significaría desmontar un elemento que suponer para los vecinos una rémora con la que no quieren cargar. Y hacen bien.
Por otro lado, hoy se ha conocido, por declaraciones del alcalde Luis Salaya, que los informes técnicos determinan que El Madruelo es irrecuperable y que lo sensato es su demolición. El Madruelo fue la escuela a la que acudieron los niños de la zona de la Iglesia de Santiago, San Blas, Picadero… Una escuela sencilla, en un edificio sencillo, que a simple vista remarca, si no fuera por unas reparaciones en la cubierta de los años 90, la fragilidad con la que fue construido.
En ambos casos, el proceso de demolición requiere de una tramitación que pasa por tener aprobadas las partidas presupuestarias para la contratación de las obras, y que actualmente no están disponibles. Requiere, por tanto, que el equipo de gobierno formule unos presupuestos en los que se incluyan las correspondientes partidas.

Vista Parcial de Cáceres con Iglesia de Santiago. En primer término, El Madruelo
Además, y antes de su demolición sería muy conveniente plantearlo, se requiere que se planteen los usos del suelo resultante. En el caso del Bloque C de Aldea Moret se trata de una parcela exenta en sus cuatro lados, que, en el caso de derribo, seguiría manteniendo el actual uso del suelo, un uso residencial. Cabría preguntarse para qué otros usos podría destinarse el suelo o si, por el contrario, se pretende cambiarlo a zona verde, o deportiva, o de equipamiento, para lo cual se precisa la correspondiente modificación del Plan General Municipal. O lo que es lo mismo, el Ayuntamiento, además de aprobar la demolición del inmueble, debe aprobar el uso que se dé a los terrenos.
En el caso de las antiguas escuelas de El Madruelo, la necesidad de modificación del PGM pasa, en primer término, por establecer que la ciudad no precisa en esa zona de dotaciones educativas, al menos de carácter reglado, ya que en su día fue desalojado por la Administración Educativa, la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, por lo que la demolición del inmueble debe llevar obligatoriamente aparejada, en el tiempo, una decisión política y administrativa que determine los usos del suelo.
Los vecinos de la zona suelen, habitualmente, reclamar espacios de aparcamiento, necesarios, sobre todo si con ello se consigue eliminar vehículos del entorno inmediato de la Plaza de Santiago hasta calles adyacentes e incluso del recinto intramuros. Destinar los terrenos, una superficie de 4.633 m2 a aparcamientos en superficie, produciría un número importante de plazas que deberían aliviar, sin duda, la escasez que actualmente se padece.
Por otra parte, destinar esa superficie a un aparcamiento en superficie produciría un potente impacto negativo sobre el entorno, teniendo en cuenta que desde la Ribera del Marco y, en un futuro, desde el mirador que se incluye en la Ronda Sureste, actualmente en obras, y perjudicaría de modo notable las vistas más atractivas de la ciudad. De hecho, con motivo de las obras en la cubierta que en su día acometió el Ayuntamiento, la primera fase se realizó mediante paneles de chapa, con un impacto muy negativo, en tanto que la segunda se llevó a cabo con fábrica de teja.
Al mismo tiempo que los técnicos municipales elaboran los proyectos de demolición de ambos edificios, hasta tanto se tengan disponibles las correspondientes partidas presupuestarias, deberían elaborarse las propuestas de modificación del Plan General Municipal.
Vale.
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