Durante muchos años, la “industria” de los hornos de la cal tuvo gran importancia en Cáceres, hasta casi comienzo de los años 70 del siglo XX, cuando la utilización del cemento fue desplazando a la cal morena de los morteros, dejando una utilización residual en los conocidos “morteros bastardos”. Coincidió esta menor utilización de la cal en la construcción con el auge del sector, de manera que a medida que se iban realizando más edificios con los morteros de cemento iban desapareciendo los caleros, una profesión muy esclava por cuanto la producción de un horno requería normalmente 3 días y 2 noches, en los que había que alimentar el fuego para la producción del que había sido durante siglos, junto con la arena o la tierra, el aglutinante de argamasas para levantar muros, enfoscar paredes o, con la cal blanca, para encalar fachadas en primavera que, en los meses más calurosos, servían para matar los insectos que las corrientes de aire del sur traían a la península enfermedades y epidemias.
Cáceres, Vuelo Americano 1945-1946. Fuente: SITEX http://www.juntaex.es
La calle de Caleros es el recuerdo de la ciudad a aquellos trabajadores que, incluso, extraían la piedra de las canteras para abaratarse los costes o recurrían a su compra a canteros cercanos a los hornos. Hubo hornos en el Calerizo, lógicamente, en las proximidades de la antigua estación de Renfe, o en el Carneril y el Espíritu Santo. Muchos de estos hornos, con el tiempo, cuando una familia dependía de ellos para su sustento, tenían muy cerca la casa familiar, para poder atender mejor la permanencia del fuego. La industrialización del sector de la construcción hizo que muchos caleros pasaran a ser albañiles, dejando sus hornos abandonados.
Cáceres. PNOA 2016- Fuente SITEX http://www.juntaex.es
La importancia del Calerizo no radica solamente en ser el acuífero del que nace la Ribera del Marco, o ser “la capa” que cubre cuevas como Maltravieso, El Conejar o Santa Ana, sino que sus piedras servían para producir cal para los morteros con los que los palacios, las casas fuertes, las iglesias… De la extracción de piedras mediante la preparación de barrenos de dinamita nació la entrada de Maltravieso.
Horno del Sapillo. 15 de agosto de 2019.
No muy lejos de esta Cueva, a unos 650 metros en línea recta, se conserva bastante bien el Horno del Sapillo, uno de los que se tiene constancia, al menos en la tradición popular, con más años de antigüedad.
Horno del Sapillo. 15 de agosto de 2019. Clickeando en las fotos se pueden ver ampliadas
El profesor Sanguino Michel anotó en su cuaderno de “Notas referentes a Cáceres”, publicado por Mercedes y Montaña Pulido y Abelardo Martín, en edición facsímil de “Ediciones Norba 1004”, una “Tradición referente á Isabel la Católica”, Dicha nota hace referencia a la publicación por la Revista de Extremadura de un monográfico sobre el IV Centenario de la reina católica, en el que el Marqués de Torres Cabrera relata lo siguiente:
“… En estas atenciones el tiempo se iba y vuelta la Reina de su viaje a Alcántara, llegó el mes de mayo y en uno de sus días se acordó entre los festejos en honor de la Soberana una cacería en el sitio que hoy llaman del Espíritu Santo y en una tierra que hoy está labrada vino a morir un hermoso venado a los pies de los Reyes. Una fuerte tormenta obligó a la Reina a guarecerse en un horno de cal en la falda de la Sierra de la Montaña, con lo que se dio por terminada la cacería, dando los Monarcas vuelta a la población”.
“Esta tradición, continúa Sanguino Michel en su cuaderno de Notas, se la he oído también a mi amigo Hurtado [Publio], no discrepando en lo esencial más que con la añadidura de que el horno en se refugió la Reina fue en el abandonado del Sapillo. Recuérdese que según el ms. [manuscrito] que publiqué de Bartolomé Sánchez Rodríguez, en el siglo XVI sonaba ya con este nombre.”
Horno del Sapillo. 15 de agosto de 2019. Clickeando en las fotos se pueden ver ampliadas