En 1932, Enrique Jardiel Poncela daba a publicar “La tournée de Dios”, un libro que podría pasar por antirreligioso, por antiderechas… pero un libro de fino humor. Ahora, 85 años después, otro salvador, que antes fue mártir, comienza su tournée. ¿Es una tournée o un viaje a casi ninguna parte?
Dice un experto que en tiempos de crisis el mayor error es buscar un salvador que nos solucione los problemas (Jorge Mario Bergoglio, argentino). Sin embargo, algunos se empeñan en seguir buscando un salvador.
En aguas de un estanque artificial, en el pueblo nazareno de Dos Hermanas, se obró el milagro. Los fieles seguidores del mártir Pedro Sánchez llegaron para erigirlo en santo salvador de militantes socialistas al margen de la iglesia oficial. Una heterodoxia.
El bautismo milagrero del parque tecnológico nazareno, justo al lado, pared con pared, con la Universidad Privada de Loyola, ha desencadenado una especie de euforia mística entre seguidores, discípulos, apóstoles de un supuesto evangelio socialista. La iglesia socialista oficial, encarnada en la papisa Susana y los sumos sacerdotes de los templos de la periferia, anda consternada y, a veces, despistada ante la herejía.
Dios Sánchez, con sus fieles seguidores nazarenos de twitter y Facebook camina entre adulaciones y navajeos, si bien muchas veces no se sabe qué son más peligrosos, si los exagerados panegíricos hacia su persona, o las endebles hojas de navajas mochas que se le aproximan. Por cierto, que se cuide de tantos seguidores, que en twitter tiene una tercera parte de fakes. Que son muchos fakes y mucho fakes.
Erigido a las alturas, conferida la pátina de salvador, ahora Dios Sánchez trata de llevar su buena nueva por todos los rincones de la vieja piel de toro (por tópicos, que no quede).
No se sabe quién paga esta gira rockera, como si el Boss y su banda ofrecieran conciertos a sus seguidores a cambio de aplausos y más aplausos, sin saber si lo que suena es un potente directo o un play back descarado.
Escribía Jardiel Poncela:
En Religión, aquellas juventudes pasadas hicieron de Dios un personaje imprescindible.
Las juventudes actuales no se acuerdan de Dios para nada.
Los fieles de Pedro Sánchez han creado un Dios a partir de un mártir por necesitan un personaje imprescindible. Sin Dios no son nada. Sin Pedro Sánchez, no son nada. Él es el principio y el fin de todas las cosas. Han estado sin acordarse de un dios para nada durante muchos años. Algunos, ya ajados por la edad, son incapaces de recordar en el tiempo que también tuvieron un dios.
Hoy, cuando Dios Sánchez hace su tournée sin que nadie sepa quien la paga, la iglesia socialista oficial, perpleja, no sabe de qué hornacina le han birlado la imagen. El inventario no recuerda ningún dios desde hace muchos años, demasiados años.
Claro, que, con los pies en la tierra, el Salvador no gana elecciones. Si acaso, consigue el voto de las monjitas.
Otro día hablaremos de la iglesia socialista oficial, que se las trae.