Cada vez que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social hace públicas las estadísticas de pensiones, el titular de las informaciones que se publican en Extremadura es siempre el mismo: que la región tiene las pensiones más bajas.
Y aquí se acaba la noticia.
Pero no, la noticia estaría en que los medios de comunicación regionales informaran, documentadamente, de cuál es la causa, cuáles son las causas de que las pensiones en Extremadura sean las más bajas. Incluso si solamente se utilizaran los datos del Ministerio para un mes.
Un detalle simplemente: mientras que la pensión media en Extremadura es de un 16,50% menos que la media nacional, la pensión media por jubilación es de un 17,25% menos, y en el último año, la evolución interanual de la pensión media refleja un incremento del 1,4% para Extremadura y del 1,9% para el conjunto nacional.
O lo que es lo mismo: la pensión media es el reflejo de un continuum en el tiempo, que desemboca en el dato mensual. Y la crisis económica está acentuando esa diferencia tan negativa para nuestra región. Que en un solo año la pensión media en Extremadura se haya incrementado un 0,5% menos que la media nacional es una muestra de ello.
Leer el titular de la noticia, que la noticia sea un mero cuadro estático, no permite que los ciudadanos tengan elementos de juicio con los que establecer una opinión certera de las causas. Sería de agradecer que la explicación del porqué nuestras pensiones son las más bajas fueran entendidas.
Aunque parezca una perogrullada, hay que recordar mes a mes, cada vez que se publican las estadísticas de pensiones, que los sueldos en Extremadura son los más bajos. Una estadística esta, la de los sueldos, que solamente se publica de año en año.
Es más, el hecho de que la pensión media de jubilación de los extremeños sea casi un punto porcentual menor que la media del conjunto, es más preocupante aún. Esto quiere decir que las pensiones no vinculadas directamente a las cotizaciones a la Seguridad Social tienen un “comportamiento”, en tanto que las derivadas exclusivamente de las cotizaciones muestran una degradación mayor respecto de la media nacional.
No debería preocuparnos mes a menos el titular noticioso de que nuestras pensiones son las más bajas. Debería preocuparnos por qué nuestros sueldos son los más bajos. Los trabajadores extremeños son los peor pagados, con diferencia, y el reflejo en las pensiones de jubilación es la demostración.
Debería preocuparnos que los sueldos fueran más altos, que los convenios colectivos de ámbito regional no fueran tan cicateros con los sueldos de los trabajadores, y que las diferencias entre convenios colectivos de ámbito regional con los similares de ámbito nacional o, por comparación, con otras regiones fueran menores.
Baste un pequeño ejemplo: el convenio colectivo de los trabajadores de la empresa concesionaria del transporte público en la ciudad de Cáceres registra unas mejores retribuciones que el convenio regional del sector. ¿Y qué hace la empresa? Por un lado, con la negociación último convenio ha tirado de la cuerda a la baja. Y, por otro, los nuevos contratos que se hacen, no se amparan en el convenio de empresa, sino que se aplica a los contratados el convenio regional.
Claro que las pensiones de los extremeños son las más bajas. Porque los suelos de los trabajadores extremeños son los más bajos, y las cotizaciones, también.
Vale.