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- November 30, 1999
Archivos para November 30, 1999
Sostiene Monago, y con él su cohorte ejecutiva, que el asunto Gürtel no tiene nada que ver con Extremadura. Puede ser, habrá que llegar al final de los 50.000 folios. También sostiene Monago, y en esto parece que ejerce en solitario por delegación de su cohorte ejecutiva, que las acciones del presidente Vara para la reducción del gasto público son insuficientes. Por supuesto, Monago habla «exmánguera», con la verdad absoluta de su lado.
Sería muy interesante que Monago, presidente del PP de Extremadura podría comenzar por explicar cuáles son los sueldos que su partido paga a sus empleados. Por ejemplo, podría explicar cuál es el sueldo que el PP paga a su tesorero, o a sus gerentes. Deben ser sueldos muy altos, a lo que parece por algún rastro que se ha podido ver.
En el año 2003, Bárcenas era empleado del Partido Popular que presidía José María Aznar. Al parecer, era Gerente, no Tesorero, cargo que desempeñaba Álvaro Lapuerta. Esta referencia biográfica no es muy relevante, lo relevante es que en ese año de 2003 el señor Bárcenas declaró a Hacienda unos ingresos de 225.501,30 € en concepto de retribuciones. En concreto, recibidas como trabajador por cuenta ajena del Partido Popular, como figura en la página 144 del Tomo 11 del sumario Gürtel.
¿Puede explicar el señor Monago cuáles son los sueldos que el PP paga a sus empleados, a sus funcionarios políticos? Porque si en 2003 el Gerente cobraba 37.500.000 Pts., es de pensar que en los años siguientes las retribuciones habrán seguido siendo similares, incrementadas con el IPC.
Está muy bien eso que hace Monago de exigir a los demás lo que no se atreve a exigir en su propia casa. Del conocimiento del caso Gürtel, cuando algún testigo declara en relación con los montajes de actos encargados a Orange Market, S.L., confunde o refunde actos de consejerías del gobierno valenciano con actos del partido (es sólo un ejemplo), se irán sacando enseñanzas.
En cuanto a que es un asunto que no interesa en Extremadura, puede ser.
Vale.
A nivel local, se ha demostrado que la intolerancia ideológica, acompañada de la incapacidad individual para el diálogo, no tienen cabida cuando han de compartirse tareas de gobierno y han de adoptarse decisiones para el común de los ciudadanos y no sólo para satisfacer una supuesta coherencia que no es otra cosa que intransigencia. Así, aunadas en una sola persona la intolerancia, la incapacidad para el diálogo y la intransigencia, se ha producido el hartazgo de la alcadesa de Cáceres que ha cesado de modo fulminante y a todos los efectos al concejal de IU Santiago Pavón. En la izquierda, estas actitudes intransigentes, incapaces de empatía e intolerantes se pagan. En la derecha, la intransigencia y la falta de empatía se premian, y si no, que se lo digan al humilde y sencillo Trillo.
A nivel nacional, mientras que una guerra interna por cuotas de poder en el Centro Nacional de Inteligencia han llevado a la dimisión de su Director General, Alberto Sáiz, por la sola publicación de acusaciones en un periódico que no se deben a la labor de periodismo de investigación, sino a que los que querían defenestrar a Sáiz lo han utilizado de mero buzón de correo. El Mundo de Jota Pedro ha vuelto a ser lo que más le gusta: buzón.
Alberto Sáiz ha renunciado, ha dimitido como consecuencia de unas informaciones publicadas en la prensa que, teniendo una ligera idea de cómo funcionan determinados órganos del Estado, se llevarán por delante también a sus autores (no, a los periodistas no, que ellos no han sido autores, han sido carteros). La lección que se ha vuelto a poner de relieve es que en la izquierda se dimite.
Dimitió Mariano Bermejo por el asunto de la cacería, pero no ha dimitido el consejero de Madrid Francisco Granados que almorzó con el presidente del TSJ de su Comunidad cuando ya sabía que el caso Gürtel le tocaba. ¿De qué hablaron, sino de cómo desmontar el caso?
En la izquierda se dimite y en la derecha el tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, tiene agarrado por sus debilidades a Mariano Rajoy. Imputado, investigado por el Tribunal Supremo que asume que existen indicios de haber cometido delitos tipificados en el Código Penal, Bárcenas sigue siendo el ejemplo de que en la derecha no se conoce el verbo dimitir, ni que el jefe (¿en realidad, no es el jefe el propio Bárcenas?) tiene agallas ni capacidad para cesarlo.
Por cuestiones ideológicas, una alcaldesa socialista cesa a un concejal de IU, por cuestiones de guerrillas internas, el director del CNI presenta su dimisión. Pero habérse llevado muerto un pastizal, Luis Bárcenas ni dimite ni es cesado. Dimitir es un acto individual, que correspondería solamente al tesorero.
Cesar [a alguien] es un verbo que requiere un sujeto activo, que toma la decisión y un sujeto pasivo, que la recibe y acepta. Rajoy es solamente un sujeto. O como decía el ideólogo José María [García], en el caso Bárcenas, Rajoy es un bulto sospechoso.
Vale.




