Archivos para November 30, 1999

La llegada del Partido Popular al Ayuntamiento de Cáceres comienza a notarse… para bien del Partido Popular. Las medidas de gobierno que se están adoptando demuestran la idoneidad de un gobierno de gente de bien para una ciudad que andaba descarriada en lo moral y en lo cultural.
El mejor ejemplo de la buena gobernanza que comienza a notarse está en las medidas de reorientación del edificio llamado Embarcadero, y que, tras la puesta en marcha de las acciones que se han diseñado, pasará a llamarse Embarcadero de Almas.
De todos es sabido la dificultad que tienen las bandas de nuestras cofradías para sus ensayos de cara a la celebración comme il faut de la Semana Santa cacereña, cuya declaración de Interés Turístico Internacional se ha conseguido gracias a las gestiones del Partido Popular desde su llegada al Ayuntamiento. Pues bien, a partir del 18 de julio, fecha imperecedera en nuestro calendario colectivo, las bandas de las cofradías penitenciales realizarán sus ensayos en el Embarcadero, e, incluso, se llevarán algunas andas para que, además de ensayar las armoniosas músicas que acompañan los pasos sagrados, puedan ensayar la armonía del paso con la música, las distancias a marcar entre paso y banda de música.
Además, el Embarcadero de las Almas será, cuando las bandas de las cofradías no lo utilicen, se potenciará la formación de bandas de majorettes, recatadas en sus uniformes, pero de coreografías estudiadas, que ensayarán para desfilar en las fiestas paganas, pero sobrias, que se desarrollan en nuestra ciudad.
Con estas actividades, además de las exposiciones dedicadas a cada una de las cofradías (con una exposición por mes, se tendrá todo el año cubierto el cupo de exposiciones del Embarcadero de las Almas), se habrá conseguido una actividad permanente y sostenible para un edificio que se había convertido, por unos ocupas enchufados, en un antro de degradación cultural, en el que lo mismo se hablaba de igualdad ciudadana o se exponían fotografías de mindundis vecinos de Las Minas, gentes que no saben apreciar el verdadero arte, la verdadera cultura.
Vale.

El aterrizaje del Partido Popular en el Ayuntamiento de Cáceres nos está dejando algunas perlas que, de no variar en su rumbo, nos darán alegrías en el futuro para comentarios y chascarrillos variados. Veamos algunos casos.
Por ejemplo: el PP va a cerrar, si se atreve, el Embarcadero para “replantear su gestión”. Porque, como han dicho en los medios escritos, el edificio ha de ser rentable. El Embarcadero, concebido como dotación regeneradora de un espacio urbano, y pagado para ello con fondos europeos, estaba terminado en 2007, pero el entonces gobierno del PP no se atrevió a ponerlo en funcionamiento porque no tenían ni idea de qué hacer con él. En 2011 el PSOE lo puso en marcha como centro de innovación social, cultural y tecnológica. En la corta vida activa del Embarcadero, son múltiples las actividades y proyectos desarrollados, con un importante número de empresas y asociaciones que han encontrado en ese lugar el espacio para desarrollar sus proyectos. Hoy, esas empresas y asociaciones, muchos de ellos artistas de variada tipología, han sido tildados de ocupas. Y el edificio ha sido incluido en los que han de ser rentables. Económicamente, por supuesto.
¿Qué significa ser rentable? Para la mentalidad mercantil de los neoliberales que ahora gobiernan el ayuntamiento de Cáceres, si el funcionamiento del Embarcadero cuesta 100, hay que recaudar, como mínimo 110, para que la rentabilidad sea fácilmente reconocible. No tienen en cuenta ni la ubicación (Aldea Moret), ni la finalidad del proyecto financiado por la Unión Europea. ¿Para qué?
Un proyecto como el Embarcadero puede ser perfectamente rentable si cuesta 100 su funcionamiento aunque recaude 30 o 40, siempre que el 60 que no se recaude obtenga una alta relevancia social, cultural y tecnológica. Pero explicarle esto a quienes consideran ocupas a quienes han desarrollado todo y más de lo que recoge la web http://www.embarcaderocaceres.es y sus blogs y enlaces asociados va a ser muy muy difícil. Tanto, que no será rentable el esfuerzo.
Otro ejemplo. El mercadillo (a partir de ahora, por razones nostálgicas, desde el ayuntamiento se volverá a llamar mercado franco). Previsto su traslado por el anterior gobierno socialista, atendiendo a reclamaciones de los vecinos de la ubicación actual y a informes de seguridad de bomberos y policía, resulta ahora que, según un medio escrito local, no puede hacerse el traslado por cuestiones económicas.
O lo que es lo mismo: el Embarcadero se cerrará porque no es rentable, y el mercadillo (perdón, mercado franco) no se trasladará porque su traslado no es rentable. No es suficiente la recaudación de las tasas municipales que se cobra a los vendedores, no es suficiente el notable incremento de las líneas de autobuses (ahora se benefician los miércoles la 2, la 7 y la 8, directamente, y con la ubicación en la Mejostilla, se beneficiarían la 2, la 8 y la 9, además de la 1).
En los conceptos de rentabilidad, de sostenibilidad que están poniendo en circulación los derechistas que ahora gobiernan el ayuntamiento de Cáceres, no tienen valor el valor cultural que está generando el Embarcadero, ni las ventajas en seguridad que tendría el traslado del mercadillo del caudillo.
A este paso, se hará verdad lo que ya vaticinó la actual alcaldesa, de dar preeminencia a la cultura local (así, como si la cultura, en estos tiempos, pudiera ser solamente local, salvo los cuadros inspirados en la virgen de la montaña y los sermones de los curas encuadernados con hilo de oro), y, en la misma línea, veremos, respecto al mercadillo, en dar preeminencia al comercio local.
El Embarcadero está lleno de ocupas y enchufados según la alcaldesa. El mercaudillo no puede asumir por sí mismo su traslado. ¿Cerrará el Embarcadero para convertirlo en unos futbolines y billares como los que tenía la OJE en la calle Miguel de Cervantes? ¿Correrá la misma suerte el mercaudillo, su cierre actual por razones de seguridad sin posibilidad de traslado por cuestiones económicas?
Será, seguramente, más fácil resolver el asunto de los puestos junto a las Malvinas, que desalojar ocupas. Sobre todo, porque le tienen más miedo a la cultura que a las bragas de cuello vuelto.
Vale.