Archivos para November 30, 1999
En la edición digital de El Periódico Extremadura de 27 de marzo de 2012, podía leerse el siguiente párrafo final de una información sobre el futuro del Centro de Formación de Tropa nº 1, de Cáceres: Por todo, la alcaldesa vuelve a insistir en que el Cefot es «una prioridad» para Cáceres y para Extremadura, que «se seguirá trabajando en todas las direcciones posibles para garantizar sus funciones» y que «no se renunciará y se peleará sin cuartel» por su mantenimiento en Cáceres. (http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/temadeldia/la-alcaldesa-de-caceres-dice-que-no-renunciara-centro-de-formacion-militar_644924.html)
Ahora que el Proyecto de Recortes (digo, de Presupuestos) Generales del Estado están en tramitación en el Senado, al que pertenece la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, y al que también pertenece, por ejemplo, el alcalde de Trujillo, Alberto Casero, ahora es el momento en el que la alcasenadora tiene la ocasión de demostrar lo que decía en tono entre sorprendida y enfadada por la noticia publicada respecto del futuro, más que negro, del mantenimiento del Cefot en la ciudad. Ya sabía ella, y muy bien, de primera mano, qué es lo que estaba pasando.
La situación precaria de futuro del Cefot de Cáceres, más cerca, cada vez, del cierre definitivo que de una continuidad garantizada ante la falta de oferta de empleo público para 2012 de tropa y marinería profesional y unas previsiones similares (o peores) para 2013, depende de los PGE.
Ahora, tras su aprobación en el Congreso, donde el PP, partido al que pertenece la alcasenadora Nevado rechazó, sin debate, sin dar ninguna explicación, una enmienda encaminada a garantizar la plena operatividad del Cefot, los PGE se encuentran en el Senado, donde Elena Nevado ha tenido la oportunidad de presentar enmiendas para garantizar la continuidad de la instalación militar en la ciudad de la que es alcaldesa. Pero no lo ha hecho. Ni ella, ni Alberto Casero, alcalde de Trujillo.
Ahora es cuando las palabras deberían haberse convertido en hechos. Pero no ha sido así. Mientras que en la ciudad impulsa una Plataforma con la que defenderse, a la que engaña manifestando no conocer la situación, cuando un mes antes de que esta plataforma eche a andar, ha implorado ante el Presidente del Gobierno su mediación con el Ministro de Defensa, en Madrid calla, y es cómplice de la situación de incertidumbre que se cierne, nubarrón más oscuro cada día, sobre la continuidad del Cefot.
El Ministerio de Defensa vincula la continuidad del Cefot a la “evolución de la oferta de empleo público”, al tiempo que anuncia, como hizo en vísperas del Día de las Fuerzas Armadas 2012, que anula todas las convocatorias de tropa para este año. La alcasenadora calla.
El Ministerio de Defensa vincula la continuidad del Cefot a la “evolución de la oferta de empleo público”, al tiempo que incluye una disminución de efectivos de tropa y marinería de 83.000 (31/12/2011) a 81.000 (31/12/2012), esto es, a una reducción neta de 2.000 soldados y marineros, lo que unido a la anulación de convocatorias para este año, impiden una renovación que sería la única opción posible para la pervivencia del Cefot.
En el trámite parlamentario que siguen ahora los Recortes Generales del Estado, en el Senado, con el silencio vergonzante de la alcasenadora, se ha presentado una enmienda, por parte de CiU, que ya fue rechazada en el Congreso (porque era igual en parte a otras de otros grupos minoritarios de izquierda), pero que tiene todos los visos de que, al ser la única que se presenta a la Disposición Adicional Vigésima Segunda. Una enmienda que reclama que el número de efectivos de tropa y marinería a 31 de diciembre de 2012 sea de 80.000. Su aceptación por el Partido Popular, seguramente ya pactada, puede formar parte los acuerdos (legítimos) entre formaciones políticas, pero que sería la puntilla definitiva, antes de finalizar el año, para el Cefot.
Hay que tener en cuenta, además, que los Recortes Generales del Estado, todavía en tramitación, quedarán obsoletos, en cuanto a previsiones de oferta de empleo público, a 30 de septiembre, cuando, por ley, el Gobierno de la Nación presente en el Congreso el Proyecto para el ejercicio 2013. La combinación de una disminución de efectivos, a 80.000, reclamada por CiU, junto con una más que previsible congelación (cuando no disminución) de las plantillas de personal de las Administraciones Públicas, puede ser letal, ya que la vinculación de futuro que se hace a la evolución de la oferta de empleo, no puede mantener, por más tiempo, una situación similar a la de un ERE encubierto para una instalación militar.
Vale.
Vale.
No soy, ni con mucho, un fotógrafo consumado, solamente alguien que utiliza la cámara digital para captar lo que ve cuando pasea. Me gusta que la fotografía tenga, eso sí, el punto de vista de quien pasea por su ciudad y le gusta verla. A veces, en esos paseos, el punto de vista y el objetivo de la cámara se alían para conseguir perspectivas que cualquiera que pasee, que camine, por las mismas zonas, pueda ver.
A veces, también, me gusta que el punto de vista que la cámara traduce a pixels tenga un punto de intriga para quien la ve, para que se pare a identificar el contenido de la foto e, incluso, que localice desde dónde está tomada la fotografía.
Vale.
Los años de “bonanza económica” para el sector inmobiliario, que no fueron sino la consecuencia de una política gubernamental del todo vale impuesta por el Partido Popular a su llegada al gobierno en 1996, han dado paso, con la crisis económica general por medio, a una crisis de empresarios, de empresarios en este sector que no parecen dispuestos a trabajar si no es con unas condiciones favorables para ellos como las citadas de 1996.
En el caso de la ciudad de Cáceres, desde junio de 2007, con la llegada del PSOE a la alcaldía, periódica y machaconamente, se exigía desde la derecha local y desde “el sector empresarial” la entrada en vigor del nuevo plan de urbanismo. Parecía que esos empresarios tenían la necesidad y la urgencia de contar con la norma reguladora básica, el PGM, para poner en marcha sus proyectos.
Sin embargo, la realidad es otra. Esos empresarios que parecían dispuestos a poner en marcha las nuevas previsiones urbanísticas, han desaparecido. No vale que digan que hay falta de crédito. No son precisas ingentes inversiones para contratar a los equipos técnicos que redacten los documentos urbanísticos para su tramitación. No son precisas ingentes cantidades de dinero para poner en marcha las Agrupaciones de Interés Urbanístico. Sí harán falta los créditos necesarios para ejecutar los proyectos de urbanización. También para las necesarias operaciones de compra de terrenos a aquellos propietarios que no son profesionales del sector.
Hasta ahora, los movimientos reales para el desarrollo del nuevo Plan General son nulos, y lo son por la falta de compromiso de los empresarios con el empleo y con la ciudad. Que los empresarios no tienen compromiso con el empleo es algo que cada día demuestra, ha venido demostrando el gran patrono Díaz Ferrán, y los pequeños empresarios del sector en Cáceres siguen su mal ejemplo. Las excepciones, que las hay, son tan honrosas como poco recomendables entre los suyos.
Pero también, y esto es muy doloroso, existe una falta de compromiso con la ciudad en la que han hecho grandes negocios. Ahora, miedosos de sus beneficios futuros, se esconden detrás de una crisis (en la que ellos, también, tienen parte de culpa), dan la espalda a la ciudad.
Vale.
Cada vez que en alguno de los dos periódicos locales aparece alguna noticia o refrito de noticias sobre las obras de la Plaza Mayor, sucede lo mismo. Cada vez que en cualquiera de esos medios hay una entrevista o una información o refrito de información con la alcaldesa de la ciudad, sucede lo mismo. Se suceden los comentarios anónimos, de valientes catovis, que dan mandobles sin saber y cualquier día se van a cortar ellos mismos.
Dejando a un lado los que van dirigidos a los militantes del mismo partido que Carmen Heras y similares, los que más éxito tienen son los que bordean o superan, en muchos casos, el Código Penal.
Están los mensajes que vapulean, insultan y tratan de degradar a Carmen Heras. Esos mensajes no serían iguales si se llamara Carmelo Heras. Demuestran lo que son quienes los escriben, y, lo que es peor, que muchos de ellos están escritos por mujeres.
Luego hay otro tipo de comentarios (muchas veces se mezclan con los anteriores) que superan el tipo penal definido para la xenofobia.
Muchos de esos comentaristas, y de esas comentaristas, han conocido la plaza antes de que el alcalde Saponi decidiera colocar la bandejina (que, si no recuerdo mal y para eso están las hemerotecas, él mismo definió de provisional).
Antes de esa bandejina, la plaza estaba como muestra la fotografía que ilustra este post.
Ninguno de esos comentaristas hace referencia a esta imagen, como se ve, una foto en color, por lo que no es muy antigua. Y muchos de esos comentaristas tan valientes apostados en la trinchera de la anonimia conocieron al alcalde responsable de convertir a la Plaza Mayor en un inmenso aparcamiento indecente.
Y si no lo conocieron (algunos podrán atribuir a que son jóvenes ese desconocimiento) no dijeron nada cuando el responsable de convertir la Plaza Mayor en el cutre aparcamiento que se ve en la fotografía fue honrado por el Ayuntamiento con una hermosa calle que lleva su nombre.
Ese responsable no era de Cáceres y ningún atrevido u osado comentarista dice lo más mínimo. Eso sí, no se llamaba Alfonsa.
Cuando se recuerda una foto como la que ilustra este post y se han visto los planos (que han estado en exposición pública y colgados en internet, no sé si siguen colgados), la diferencia es como la de entre noche cerrada y día soleado. Pero eso no interesa.
Las obras de la Plaza Mayor para los cómplices del desaguisado que muestra la foto son la excusa para atacar, sin miramientos y sin educación (de cultura, que es otra cosa, ni hablamos) a la actual alcaldesa de la ciudad.
Por cierto, la foto que ilustra este post pertenece al libro “Extremadura. Reflejos de una tierra. Cáceres”, de Editorial Extremadura.
Se podrá estar o no de acuerdo con el proyecto, se podrá discrepar de las soluciones planteadas por los arquitectos (por cierto, alguno cacereño de familia ilustre y poco sospechosa), pero lo que no puede ser la excusa para los insultos.
¿Y si el jurado de la capitalidad europea 2016 hubiera seguido los comentarios en los periódicos para hacerse una idea de la “cultura” de las ciudades aspirantes? Seguro que en mala educación habríamos ganado sin presentarnos.
Vale.
Nada más darse a conocer que la ciudad de Cáceres no ha pasado el corte para seguir en la pugna por la consecución de la capitalidad cultural europea en el 2016, aparecieron en mi facebook dos comentarios. Uno, de Marce Solís: “Bueno, Y ahora, qué?”. El otro, de Paco Hurtado Muñoz: “tenemos que empezar a pensar a diseñar una Extremadura cultural sin el proyecto 2016. Hay que seguir siendo valientes”.
Mi respuesta, y es una respuesta que espero que sea la más adecuada es: “Ahora, Cáceres”.
Ahora, Cáceres debe seguir trabajando en el futuro con la cultura como herramienta con la que alcanzarlo, con la cultura como instrumento para conseguir la meta de que los cacereños, los extremeños del futuro, los del 2016 y los años que sigan, sean mejores ciudadanos, tengan los mejores fundamentos para vivir mejor.
Ahora, Cáceres, los cacereños, los extremeños que han acompañado de modo entusiasta este proyecto, han (hemos) de seguir trabajando en un modelo de ciudad, de región en el que la cultura, en todos sus ámbitos, sean el sello de nuestra identidad. Tenemos las bazas que hemos puesto en marcha para Cáceres 2016, y esas bazas han de configurar el proyecto de Extremadura 2016.
Ahora, Cáceres, Extremadura, no dependen de ninguna percha en la que colgar el futuro. Ahora hay que fabricarse esa percha, encontrar la excusa que enlace con la ilusión y con la cohesión que este proyecto ha desparramado por toda la región.
Ahora, Cáceres, Extremadura, ha de seguir sumando esfuerzos a los ya hechos con este proyecto. No puede desperdiciarse ni un solo abrazo, ni un solo esfuerzo. Habrán de superarse los desánimos, los derrotismos, la resignación que, también en las redes sociales aparecen, para ser una fuerza común de todos los extremeños.
Ahora, Cáceres, Extremadura, han de encontrar la excusa perfecta para seguir avanzando, y el camino de la cultura es una senda que ha seguirse, aunque no sea una senda de inmediatos resultados económicos.
Ahora, Cáceres, Extremadura, debe felicitarse porque con Cáceres 2016 ha sido, creo, la primera vez en la que un proyecto conjunto, de todos, nos ha dado un punto de cohesión, de identidad, de ilusión como región.
Que no se pierda.
Vale.








