Las sales del litio (cont.) 2

cercadelasretamas —  julio 29, 2022 — Deja un comentario

Si algo caracteriza a la población cacereña es la hospitalidad con la que se obsequia a quienes nos visitan, y mucha más a quienes eligen nuestra ciudad y provincia para hacer de ellas su residencia. Es una hospitalidad sana, sin cortapisas.

También es cierto que, a veces, pecamos por exceso de esa cualidad hospitalaria, sobre todo cuando a quienes recibimos les adornan éxitos profesionales y personales. Suele suceder que nos convertimos, inconscientemente, en aquellos personajes de Gila, que en el verano, con la fresca, se sentaban a reflexionar en el poyo de la plaza del pueblo, con la boca abierta, a reflexionar.

La proverbial hospitalidad de los cacereños suele tener algunas variables, según se produzca la relación entre la rutilante estrella forastera. Como se hace en algunas disciplinas científicas, analicemos un caso.

Cáceres es una capital de provincia de menos de 100.000 habitantes, y carece de empresas industriales de nivel en número de empleados y facturación. Los empresarios, mal que bien, tienen abiertos sus negocios, buscan, algunos, maneras de ensanchar negocios, uniéndose en diversos círculos, agrupándose en torno a la Cámara de Comercio, para evitar caer en el desánimo.

Por esto, cuando alguna variación “ambiental” se produce, esos círculos, la propia Cámara, se activan, las más de las veces buscando posicionarse bien por si hubiera alguna perspectiva. Es lo que ha sucedido con la empresa (¿o empresas sucesivas?) que pretende explotar el yacimiento de litio en el sitio de Valdeflores. Una empresa australiana, que para operar en España buscó ejecutivos en nuestro país, incluso fichó a un ex concejal de Ciudadanos, partidarios de la explotación minera, pero los resultados que buscaban los gestores no llegaban. Hasta que dieron con la tecla.

Ficharon a un ejecutivo, que llegó a la ciudad con la vitola de haber trabajado para grandes firmas, y que explicaba, muy de refilón, cómo ha aterrizado por aquí. Presentado como CEO, creo que es el único ejecutivo CEO que ha habido en Cáceres desde que el acrónimo viste los organigramas de las grandes corporaciones.

Un alto ejecutivo, un CEO que llevarse a las reuniones, con el que hacerse una fotografía en un acto entre empresarios, con el que tratar de igual a igual, no habíamos tenido nunca por estos lares. Los primeros pasos del CEO fueron muy definidos, interviniendo ante los medios sin darse importancia, sin dar importancia a que su empresa, en realidad, viene a salvarnos de la indigencia.

Poco a poco fue introduciéndose en cenáculos, en círculos empresariales, tejiendo alguna complicidad más que necesaria para él, sabiendo bien las teclas a tocar.

Esta primera labor de zapa culminó con un acto de presentación en la Cámara de Comercio, al que acudieron más bien pocos empresarios y en algunos casos, alguna secretaria, o algún técnico o administrativo, ya que la Plataforma “No a la Mina” “Salvemos la Montaña” había organizado un concentración a las puertas de la sede de la Cámara.

Una vez sondeado el “empresariado”, el CEO comenzó su segunda fase de una estrategia que si lo pillara Sun Tzu lo mismo le daba un capón. La segunda fase consiste en buscar puntos sociales que atraigan el interés de un público heterogéneo. El baloncesto, por ejemplo. El Cáceres Basket anda como cada año canino en cuanto a patrocinios.

La empresa minera, que ahora se llama Extremadura New Energies, decidió (el CEO) decidió acudir a su “rescate”. Hizo una oferta de patrocinio de 300.000 € en dos años (una empresa sin actividad de lo suyo, minera, sin resultados financieros, con un capital social de 3.000 € comprometiendo 100 veces ese capital social. Pero la directiva del club aceptó, hicieron un acto de presentación del patrocinio, y el CEO ya tiene cubierta una cuota de publicidad favorable, no toda, porque la opinión pública está en una mayoría contraria a la mina, pero que jabones como los repartidos en el basket, van limando asperezas.

Captura de pantalla de http://www.infocif.es

Lo mismo ha hecho con el club de voleyball femenino de Arroyo de la Luz, localidad muy próxima a Cáceres y con cuyo patrocinio pretende ablandar posturas contrarias a la mina.

Este CEO que anda por Cáceres repartiendo algunos dineros, anillando algunos compromisos, no ha caído del cielo.

Pero está claro que, como decía papuchi, que esté por aquí “es raro, raro, raro”.

Vale.

… continuará…

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