En esta nueva normalidad y cabalgando con la tabla de surf buscando coronar la segunda ola de la pandemia, me he dedicado unos cuantos días a visitar farmacias, supermercados, tiendas de chinos… buscando encontrar un modelo de mascarilla que es de los más utilizados: las mascarillas pescueceras.
En vano.
Cuando uno va caminando por una calle, un paseo, es fácil encontrarse con alguien que lleva la mascarilla pescuecera. Otros/as llevan la mascarilla dejando la nariz al viento. A veces, incluso por debajo de la boca. Pero el modelo más común de estas mascarillas alternativas es el pescuecero.
Más incluso que las coderas o las muñequeras, que también las hay.
He visto a gente que ha recibido un mensaje en el móvil, se ha parado o se ha apoyado en una pared, se ha ajustado las gafas y, para ver mejor la pantalla, se ha colocado la mascarilla en el pescuezo.
En los lugares donde más abunda este modelo de mascarilla, no sé si está homologado, es en las terrazas. Parece que la norma de uso de la mascarilla que se establece por Salud Pública para el caso de sentarse en una terraza a tomar algo, es quitársela solamente cuando se está consumiendo. Pero si hacer ningún ejercicio de paciencia observadora, se aprecia que la mayoría de los usuarios de las terrazas, lo primero que hacen tras ocupar la silla o el taburete del velador, es cambiar la mascarilla a modo pescuecero on.
Da igual luego el tiempo que estén sentados en la terraza, las consumiciones que hagan, si es más de una, siguen con la mascarilla en el gañote. Hay otros/as que deciden pasara al modo muñequera, como si vinieran de jugar en el frontón de pala corta.
La norma de salud pública es clara: siempre la mascarilla, excepto mientras se está consumiendo. Pero pedir un café con hielo, o un villa masa con dos cubitos, da para que el café o la copa duren todo el tiempo que dura el hielo, incluso más, hasta que, agotados de estar sentados en la terraza, vuelven a colocarse la mascarilla, levantarse y moverse como si hubieran sido fieles cumplidores de la norma de salud.
Vale.