Pasada una semana de las elecciones del 26J, vuelven las encuestas. Nadie sabe por qué (salvo los que se dedican a tan innoble negocio), pero han vuelto.
¿No les dará vergüenza a los periódicos y televisiones que las encargan después del ridículo hecho en las elecciones del 26J?
Se necesitan muchas dosis de desvergüenza recurrir a encuestas cuando se han demostrado absolutamente indefendibles. ¿Por qué, entonces, vuelven “las encuestas”?
Para mí, solamente hay dos razones que hacen que reaparezca el género de la mentira y la manipulación. Dos y no más.
La primera razón puede ser la existencia de vínculos económicos muy fuertes entre las empresas de encuestas y las empresas que poseen los medios de comunicación. Nótese que no hablo de empresas demoscópicas, porque quizá algún día quienes se dedican a la demoscopia recobren la vergüenza y la dignidad y quieran ser de nuevo profesionales de lo suyo y no siervos de sus empleadores. Hablo de empresas de encuestas como hablo de empresas que poseen los medios de comunicación, que ya no son ni volverán a ser empresas periodísticas. Son empresas que producen medios de comunicación como si produjeran preservativos o cinturones de castidad. Empresas que solamente buscan rendimiento económico, que la cuenta de resultados le dé buenos datos. E incluso, empresas (los bancos y los grupos financieros lo son) que poseen medios de comunicación que dan pérdidas, pero que les sirven para hacerse propaganda y que les sirven para “reparar” balances del grupo económico.
La segunda razón, aparentemente más benévola, sería que los periodistas de los medios que recurren a las encuestas buscan un material (encuesta) que les sirva para engrasar unas opiniones que, formuladas sin ese soporte, serían meros panfletos propagandísticos. Los periodistas (los que se dicen periodistas) recurren a un material defectuoso (las encuestas) porque no son capaces sin esas muletas no están preparados para hilvanar discursos propios Llevan tanto tiempo sin ser periodistas que se han olvidado hasta de la sintaxis.
No creo que el descrédito total, irreversible, que han alcanzado por méritos propios (bien untados de dinero) que han alcanzado las encuestas, los encuestadores y hasta el CIS pueda lavarse con más encuestas. En realidad, lo que están haciendo esas agencias de propaganda disfrazadas de periódicos o televisiones es hacer lo mismo que los evasores fiscales. Estos, lavan dinero negro, aquellos, lavan información negra, falsa, propaganda al servicio exclusivamente del dinero.
RT @AgustinBotines: En la primera mitad del siglo XVII, heredó esta casa doña Beatriz de Godoy, que casó con Juan Roco y Campofrío, apellid… 14 hours ago